EL VALOR DE LAS PALABRAS

Nos estamos cargando de la manera más irresponsable y de la forma más ignorante los conceptos y los significados de las palabras. Y, encima, lo hacemos quienes más deberíamos cuidarlas y respetarlas: los comunicadores, los periodistas, los cronistas, los comentaristas… Los – malos – profesionales de las palabras con las que se transmiten hechos e ideas son sus principales verdugos. Es posible que solo sea pura y dura incultura, pero así es. Abusamos de los adjetivos creyendo que así nos magnificamos a nosotros mismos, y lo que hacemos es ridiculizarnos a nosotros y a lo que intentamos transmitir. Tachamos de “magnífico”, “fantástico”, “maravilloso”, lo que tan solo es escasamente aceptable o razonablemente bueno, por ejemplo, y si algo fuese realmente extraordinario ya no tenemos calificativos con que definirlo, ya que los hemos malgastados en exageraciones que tan solo han falseado la realidad. ...