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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

miércoles, 11 de febrero de 2015

LO HUMANO Y LO DIVINO

Juro por Tutatis que había decidido no escribir sobre ello al tocar el campo de lo privado. Sin embargo, es demasiado tentador abstenerse de comentarlo ya que da materia y tema suficiente como para ejercitar el buen hábito de cavilar, así como para un artículo muy interesante. Entonces, he pensado que si no cito el dónde, el cuándo, el porqué, el cómo, ni, por supuesto, el quién, si no tan solo el qué, salvaguardo totalmente lo que se debe proteger. Incluso, si así se prefiere, puede entrar en el terreno de lo imaginario. Eso no quita ni añade nada, pero, como en las fábulas de Samaniego, siempre aporta más que resta. Así pues, escenifiquen ustedes aqueste cuento como bien gusten. 


                Y érase una vez un alguien que te plantea que porqué leches tienen que ser verdad los descubrimientos científicos en genética, en física cuántica, en neurología, o incluso la teoría de la evolución de Darwin, y que porqué creer en lo que diga la ciencia. Y lleva razón, nadie tiene porqué creerlo y todo el mundo puede ponerlo en duda. Nadie está obligado a ello, faltaría más… Pero el busilis de la fábula está en que tal alguien es persona religiosa, creyente, practicante, confesante y beligerante. Por supuesto, también nadie tiene porque dudarlo y todo el mundo tiene todo el derecho del mundo, faltaría más también. La enorme incongruencia estriba en una, más que aparente, ausencia de toda lógica. ¿Cómo se puede creer en dogmas que no han sido probados ni de coña y no en descubrimientos científicos demostrados?, ¿cómo no creer en los descubrimientos y hallazgos de la ciencia y sí en esto-es-asi-porque-lo-digo-yo?.. La ciencia, que es cuantificable y medible, precisamente es fiable porque es falible.

                Misterios de la evolución mental humana, sin duda. La ciencia se equivoca todos los días y todos los días rectifica, y se corrige, y es precisamente por eso por lo que es más creíble y confiable que dogmas inamovibles sin más cánon que la órden de creerlo. Es más, me atrevería a aventurar que cuando a ese mismo personaje del cuento samaniegano le enferma un familiar cercano, seguro que lo traslada al hospital y no al templo, que se lo lleva al médico y no al cura. Y solo cuando la ciencia asume su incapacidad o limitación, solo entonces, acude a que  lo alto le resuelva el problema que no ha podido resolver aquellos en los que no cree. O sea, y para entendernos, en lo que en teoría no creemos lo ponemos en primer lugar, y en lo que creemos sobre todo, juega de reserva.

                Deberíamos pues plantearnos qué clase, tipo o calidad de fé es de la que presumimos o decimos tener y defender. Si intelectual o integral. Si es total o superficial. Si es trabajada o prestada, propia o inoculada… Es posible, solo digo posible –nada de dogma-, que sea algo tan sencillo como la simple definición de la fé. Puede ser que solo sea que lo que entendemos por fé no sea la auténtica, la genuína fé… Puede ser, o no, que la fé no sea lo que interesadamente nos han hecho creer que es. Porque creer sin ver, es creer sin comprender, sin entender. Y lo que no se entiende ni se comprende, puede aprenderse, pero no razonarse, y eso es como negar una facultad que el propio Dios ha concedido al ser humano. Absurdo. Se enseña el conocimiento, no la ceguera; se aprende en libertad, no con dirigismo. Mucho menos bajo la amenaza y el chantaje. Para poder ver bien la luz hay que ponerla encima de todo y no debajo de nada, porque entonces veríamos distorsionado lo que deberíamos ver sin artificios.


                Por supuesto, no estoy dogmatizando, sino todo lo contrario, estoy antidogmatizando. A menudo se me acusa de ser dogmático, y, es curioso, lo hacen los que niegan el diálogo y el análisis parapetados tras sus inyectados dogmas. El candil bajo el celemín. Tenemos un concepto erróneo de compartir. Compartir es abrirse, no cerrarse, es debatir, no catequizar, es analizar, no sermonear. Yo solo intento abrir cauces al diálogo, aún apasionadamente, sí, pero diálogo donde no se aporten seguridades sin posibilidades, creencias sin conocimientos, ni fés ciegas sin fés razonadas. Un espacio abierto, sin muros y sin dogmas absolutos. Solo eso… ¿Qué no es posible?.. Pues entonces cada cual siga su camino y le acompañe su diós. Yo tengo el mío, que, aunque no crea del todo que soy su imagen y semejanza, si que tengo por seguro que no lo fabrico a imagen y semejanza mía.

martes, 10 de febrero de 2015

ATAPUERCA vs EL CABEZO (y2)

La pasada semana quedé en deuda con ustedes, cuando, por inevitable cuestión de espacio, me ví obligado a partir mi crónica atapuercense en dos partes. He aquí, pues, la segunda de ambas.

                Los citados arqueólogos, José Mª y David, antes de despedirnos, tuvieron a bien facilitarme un par de valiosas indicaciones claves para la visita al Museo de Evolución Humana, que se levanta en el centro de Burgos, encarándose al Espolón y la Catedral desde la otra orilla del río Arlanzón. Es un impresionante edificio de tres plantas, de moderna factura, absolutamente acristalado, y de una enorme funcionalidad. Tal y como me informaron, las joyas de la corona de Atapuerca, los hallazgos originales, se custodian y exponen en una muy cuidada y estudiada presentación, con esmerado mimo, en dos pabellones situados en la planta sótano del Museo. En el primero, todo lo encontrado referente al hombre Antecésor, y, en el segundo, cuanto se refiere al Preneanderthal, y donde está el trono/tabernáculo de su mundialmente famoso y reconocido “Miguelón”, así como una exquisita proyección holográfica, secuencial, de todas y cada una de las piezas allí expuestas.
 
                El resto de plantas del edificio gira todo alrededor de una muy bien estructurada recreación de toda la evolución humana hasta nuestros días. Desde las cavernas a hoy pasando por el desarrollo de todas las escuelas evolutivas, recreándose especialmente, claro, en Darwin. Así como exposiciones paralelas e itinerantes alrededor de la evolución, tanto zoológica, vegetal, o incluso mítica… Sin faltar un espacio de grandes dimensiones dedicado a la recreación del cerebro humano, o la también recreación de los homínidos a tamaño natural, de una realidad apabullante… Distintas proyecciones, diferentes representaciones… enfín… No me extraña que los burgaleses alardeen con orgullo de él como el mejor de Europa. Sin duda, lo es. Como que llamen cariñosamente “la montaña mágica” a su Atapuerca… ¡Qué jodida y sana envidia, Dios mío..!.

                Mis dos jóvenes amigos me explican: Aparte las contadas subvenciones oficiales internacionales, casi la absoluta totalidad de las excavaciones están financiadas por grandes y medianas empresas, cajas, bancos… iniciativa privada, en suma. Es la administración la que se encarga de adecuar el “nido”, facilitar el hábitat necesario, impulsar y/o favorecer, o casi… obligar o empujar al capital privado y financiero para que apuesten decididamente por el proyecto. Así funciona, y funciona muy bien.

                Si traslado esa realidad aquí, se me caen los palos del tambalillo. Veo al amigo Mikel Walker quejarse desesperadamente, y no le falta razón. Tanta como a nuestros administradores les sobra incultura. Si apostaran con decisión a través de una fundación, o lo que sea, en la que entren los que pueden y deben estar, financieramente hablando, si elaboraran una ley del mecenazgo como debe ser, quizás podríamos empezar a no sentir vergüenza propia. Pero no toda la culpa la tienen los políticos, no… En absoluto. La ciudadanía de esta región participamos de la misma o aún mayor falta de cultura. El desconocimiento, a veces voluntario, y el pasotismo, son directamente proporcionales al borreguismo festivo del que, eso sí, hacemos muy buena gala.


                Burgos es el ejemplo. Atapuerca es el modelo. El valor antropológico de sus hallazgos no es potencialmente mayor, en modo alguno, que los de aquí. De hecho, van en paralelo. Pero la diferencia en la calidad de la apuesta hacia los suyos comparada con nosotros hacia los nuestros, es abismal. De vértigo. Su querencia y nuestro desapego es brutal. Lo primero, la importancia de los hallazgos, es un regalo de la naturaleza y de la historia, y lo segundo, nuestra pobreza de espíritu, es un castigo de la ignorancia.

lunes, 9 de febrero de 2015

ATAPUERCA y EL CABEZO (1)

Atapuerca nos recibió vestida de blanco, como una novia esplendorosa, magnífica, bajo un velo de nieve luminosa, peinada por tibios y respetuosos rayos de un sol que apenas se atrevía a cortejarla. El autobús paró lo justo en el Centro de Interpretación para recoger a David, nuestro arqueólogo-guía. En el corto trayecto hasta el lugar de las excavaciones nos introdujo en un corto y ameno prólogo de lo que nos esperaba en los yacimientos. Un sabroso aperitivo para los que gustamos de tales platos, si bien que son auténticos expertos en captar el interés y la atención del más lerdo… 

                La grata sorpresa – para mí, naturalmente – es que en sus primeras parrafadas aparecieran, como obligada referencia, paralela y única, de lo que íbamos a ver, dos nombres irremediablemente unidos: la Sima de Las Palomas, en Murcia, y el profesor Mikel Walker. Por supuesto, no pude evitar levantar el brazo y casi que darme por aludido en nombre de mi solar y de mi viejo conocido. Es como el  ¡¡Presente!! que se te escapa automáticamente al oír tu nombre en una lista donde no esperas escucharlo. A partir de ahí, una especie de hilo conductor se estableció entre ambos, y tácitamente cambiamos esporádicas informaciones e impresiones entre exposición y exposición pública por su parte.

                Resulta admirable la capacidad que estas personas tienen para convertir un tema tan árido y complejo como la paleontología en algo ameno, versátil, y de fácil entendimiento para los no familiarizados con ellos, y realizar el milagro de hacer comprensible lo que suele ser complicado, y atractivo lo que resulta plomizo y poco atrayente. Pero han hecho oficio de tal facultad y la desarrollan envidiablemente. Yo creo que su truco reside en saber transmitir su entusiasmo, su dedicada entrega, su fé y su apasionamiento en esa ciencia, hasta convertirlo en algo tremendamente contagioso para los no iniciados.

                Una vez terminada la visita, y de regreso al Centro de Interpretación, David me presentó a José María, otro arqueólogo y conocedor documentado de la Sima de las Palomas y de la persona del profesor Walker. Hablamos apretadamente de muchas cosas. De la personalidad arrolladora del profesor, de sus descubrimientos en Torre-Pacheco, de su visita a Atapuerca… de su encendida controversia con sus colegas de allí… Atapuerca defiende la tésis de que los preneanderthales entraron de Europa, vía Pirineos, y Walker apuesta encendidamente por su entrada de África, vía Gibraltar. Charlamos sobre las razones que aporta cada tendencia, tendencias que han creado escuelas en el ámbito de la antropología, y en las que nuestra Sima de Las Palomas, nos sorprenda o no, ya forma parte indiscutible de la controversia científica.

                Seguimos nuestra charla y José María reconoce un par de cosas muy importantes. Porcentualmente, Torre-Pacheco está por encima de Atapuerca en el número de hallazgos a nivel mundial. Me explico: en los años que se llevan de excavaciones en Las Palomas ha rendido más hallazgos que Atapuerca en el mismo tiempo. Y otra: parece ser que nuestra Sima ha registrado el primer enterramiento ritual del hombre primitivo de toda Europa. A este respecto, tuve el privilegio de asistir a la presentación del hallazgo, hace un par de años, invitado por el propio Wálker. Es de reconocer pues, y agradecer, la sinceridad de sus manifestaciones en tales puntos, cuando sabido es la “guerra” competencial que existe entre investigadores por reconocimientos y galardones… Chapeau pues, por ellos.


                Quedaría una pincelada sobre su magnífico Museo de la Evolución Humana, el mejor de Europa sin duda, y un breve análisis del porqué Murcia no ha conseguido ni la más raquítica muestra de lo que Burgos, compartiendo la misma importancia de hallazgos. Pero eso sería otra historia, y materia para una segunda parte.-