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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

viernes, 27 de diciembre de 2013

SUPONGAMOS QUE...

Dicen los místicos de todas las épocas y culturas – y cuando digo místicos no me refiero a religión alguna – que los seres humanos vivimos una especie de sueño, de fantasía, de irrealidad, creada por nosotros mismos, y que forma y conforma el mundo ilusorio que, equivocadamente, tomamos como real. Ya lo escribió Calderón de la Barca. Y, si la vida es sueño, como él afirmaba, cuando parecemos despertar cada mañana, lo que hacemos es tejer un sueño dentro de otro sueño. Un sueño consciente y personal dentro de un sueño subconsciente y comunitario.
                Pero si eso es así (y yo cada día tengo menos motivos para dudarlo) menuda mierda de sueño que nos hemos mercado, tíos. Es una horrorosa pesadilla. Es que no hay por dónde agarrarlo sin salir pringados de injusticias, miserias, dolor, corrupciones y porquerías. De verdadera pena. A ver cuándo vamos a aprender a montarnos el sueño, la ilusión, el “maya”, como decía Buda, medianamente decente para todos los que estamos inmersos en él. Que sea aceptablemente honesto, al menos… 

               Cuando leo alguno de estos ensayos, y he leído muchos de diferentes culturas, filosofías y creencias, siempre me pregunto lo mismo. Tengo claro que soy un perfecto inútil para despertarme y desconectar de ese desgraciado e ilusivo mundo, mandarlo a tomar por saco, y verlas venir desde las verdes praderas de la cons-ciencia y las trans-cendencia. Nada… soy un negado integral. Y tengo que jorobarme con mamarme la basura ésta en la que nos revolcamos como gilipuertas. Vale. Pero, como digo, me pregunto siempre si todo esto sirve de algo y para algo, y si nos vale al menos para que nos detengamos a pensar que, cuando soltamos ese cabreado “esto no me puede estar pasando a mí”, no sabemos lo que decimos, aun acertando de chiripa. Porque a lo mejor es verdad que no me está pasando a Mí, sino a otro personaje al que Yo he creado y del que estoy haciendo su papel como un memo, sin llegar a ser él realmente.
                Ya se está liando y me está liando el joío éste – pensaréis algunos a estas alturas -, pero parad un momentico en ese punto. Y suponed que esos pensadores llevan razón. Solo suponedlo. Y que el verdadero Tú es el observador que mira cómo hace el idiota el falso tú, el observado. Y suponed, suponedlo nada más, que solo ese observador sea de origen y filiación divina, y que el observado sea una defectuosa creación del observador, con pretensiones de criatura “ferpecta”… Eso explicaría que Dios no sea responsable directo de la castaña de mundo que tenemos, si no de los dioses menores y chapuceros como nosotros, que creamos a nuestros propios títeres a imagen y semejanza de aún no sabemos quién, para jugar entre nosotros, acabando por creyéndonos ellos en competencia con nosotros mismos. De locos. Y eso explicaría también el aparente pasotismo de ese Dios que, usando nuestras propias palabras, “permite que pase lo que pasa…”.
                La cuestión es – y seguimos en la suponiúra – que solo está en nuestras manos el despertar de una puñetera vez, tomarse la vida como una función de guiñoles en la que estamos para pasarlo bien y divertirnos sanamente sin joder a nadie ni jodernos a nosotros mismos. Y que, cuando nos cansemos de jugar aparentando lo que no somos, nos dediquemos, a lo mejor, a otras cosas más importantes que andar perdiendo el tiempo, un tiempo que también hemos inventado y es tan falso como el teatrillo, para hacer lo que aún no sabemos que hemos venido a hacer.

                Por cierto, tengo una pequeña obrita, Los Cuatro Acuerdos, de don Miguel, un nagualt de la cultura tolteca, muy elemental y sencillica. Quien la quiera solo tiene que pedírmela. Se la regalo. Si ayuda, posfale, si no, posná. Daño, no hace. El daño, queda claro, nos lo infligimos nosotros mismos. Solicos.  Al menos, tengamos la cordura de no echar la culpa mirando para arriba. Allí solo están nuestros ídolos. Allí solo residen nuestros fantasmas.

martes, 24 de diciembre de 2013

De lo divino y humano: M O R A L

De lo divino y humano: M O R A L: La moral, al igual que la justicia, o como la cultura, es otra abstracción. Admito que estoy abriendo caminos arriesgados por sendas ya tr...

De lo divino y humano: M O R A L

De lo divino y humano: M O R A L: La moral, al igual que la justicia, o como la cultura, es otra abstracción. Admito que estoy abriendo caminos arriesgados por sendas ya tr...

miércoles, 18 de diciembre de 2013

¿HASTA CUANDO..?

Decía John Lennon que es fácil, muy fácil, “mantenerse con los ojos cerrados, e interpretar mal todo cuanto se cree que se vé… sin querer verlo”. Es cierto. Eso es lo que está pasando hoy en día en nuestra sociedad. Y muy especialmente en nuestro país. Pero el drama es que no solo cerramos los ojos a una realidad. Lo peor de todo es que estamos dejando que otros la interpreten por nosotros. Precisamente aquellos que están causando los problemas.
                Y eso hace que los que los sufrimos pasemos por ser los que los ocasionamos, y, al final, los culpables directos de lo que está ocurriendo. Y no es así. Es absolutamente falso. La sociedad común es la víctima. Solo somos responsables de nuestra propia ignorancia. Eso sí que es cierto. Somos culpables de elegir ser ignorantes. Lo demás es una trampa muy bien urdida por los sistemas financieros, el dios Mammón, el dinero, para destruir y desmontar una gran clase media que aglutina (o aglutinaba) la productividad, el consumo, y por tanto el factor riqueza, y pasarlo a depender todo de media docena de trusts financieros sin cara y sin nombre. Esa es la verdad.
  
              En España está ocurriendo solapadamente, mientras cada grupo social corre tras sus privilegios, y salta a la calle con las pancartas de sus exclusivas reivindicaciones sectoriales. A ver si del naufragio general cada manada salva su pienso, y eso logra mantenerlos a flote. Pero el asunto es de mucho más calado que eso. Es de mucha mayor profundidad. Es un cambio de paradigma. El parto de un modelo nuevo. O luchamos todos juntos porque de este hundimiento salga un mundo más justo y mejor, o retrocederemos a una nueva y moderna edad media, donde todos trabajaremos para, y viviremos de, cuatro corporaciones multinacionales. O grupos de inversión, como creo que se llaman ahora…
                En este fenómeno omnieconómico global, hay incluso gobiernos – el nuestro es uno de ellos – que se están dejando engullir por tales monstruos, para luego pasar a colaborar con ellos y a trabajar para ellos. Nuestra deuda pública, por ejemplo, supone ya casi el 100% de nuestro Pib, y está casi toda ella en manos de una sola entidad bancaria. Dígame pues... ¿quién tiene el poder sobre el gobierno que gobierna?.. Es pura lógica y sentido común. Son los que en realidad manejan los hilos desde la oscuridad. Es la mano que mece la cuna y la fortuna.
                No resulta entonces nada extraño que las medidas que se toman desde el gobierno de turno para frenar una crisis económica provocada por los mismos grupos financieros, vayan encaminadas a que la factura no la paguen ellos, si no los sectores más débiles, más vulnerables y más pobres de esa misma sociedad: obreros, familias, jubilados… y con el sacrificio de las prestaciones más necesarias y vitales para esa misma sociedad: sanidad, educación, investigación, pensiones… Los grandes capitales, las grandes fortunas, no necesitan tales prestaciones ya que tienen suficiente dinero como para pagárselas. Se las recortan a los que no pueden sufragárselas, a una clase media cada vez más desprotegida, cada vez más empobrecida… ¿Cuál es la relación proporcional impositiva?. Claramente beneficiosa para esas grandes fortunas y capitales y abusiva para los pequeños y medianos… ¿Cuál el acceso al crédito?. Exactamente igual, un 3% para los grandes, un 6 o 7% para las pymes… Miren el precio de la luz… Y podemos seguir hablando de evasiones de capital, de paraísos fiscales consentidos, de vergonzosas amnistías… Es igual. Es siempre más de lo mismo…

                … Es lo que hay. Lo que toca. Pero termino por donde mismo empecé. La frase de Lennon cobra hoy más actualidad que nunca. Mantenemos los ojos cerrados a una realidad que dejamos que otros interpreten por nosotros. Bien, vale, de acuerdo, pero ¿hasta cuando?..

martes, 17 de diciembre de 2013

De lo divino y humano: CIUDADANOS en MOVIMIENTO

De lo divino y humano: CIUDADANOS en MOVIMIENTO: Artículos como Las dos Españas, Parot o no Parot, Seamos Justos, Europa, etc. hacen que la gente me envíen e.mails o me paren por la calle...

martes, 10 de diciembre de 2013

HISTORIA(S)

En España, la historia es lo más maltratado de la historia. Cuando no interesadamente falseada. O torpemente ignorada. Pregunten hoy a cualquier niño, a cualquier joven, por muy universitario que sea, sobre algún hecho, dato o personaje histórico, de los enseñados en las paupérrimas escuelas de mi generación. Pregúntenles. De pena. Aquello era un lujo comparado con la aridez de hoy, aún con todos los medios de que se disponen. Se confunde a Don Pelayo con Cascorro. O nada saben de ninguno de ambos dos. Son de una incultura tan asoladora como desoladora. Pero, claro, no hay enseñanzas, ni enseñantes, ni enseñadores. No hay nada. Solo un vertiginoso vacío.
                Mi padre sí que me enseñó que, aunque la despreciemos, todo somos producto de la historia. Y me enseñó a amarla. Y a respetarla. Y que aunque siempre, siempre, es escrita por los vencedores, y según determinados y determinantes intereses políticos, también siempre se escribe en paralelo por investigadores fiables, honestos, incluso por los supervivientes de todos los bandos y banderas. Que solo hay que buscarla, y siempre se encuentra. Y nos habla, si queremos oírla. Y nos enseña si queremos aprenderla. Y nos informa, si queremos saber. Y nos forma, si queremos ser.
                Los españoles contemporáneos somos hijos y herederos de dos Españas que se rompieron el corazón mutuamente. Hijos de dos Españas que no hemos aprendido de la misa la media, porque en vez de una sola hemos hecho diecisiete Españas con sus diecisiete historias taifeñas. Todas interesadas. Todas falsas. Todas adulteradas. Y prostituidas. La historia ya no es la que fue, si no lo que se manipula. La que se fabrica para consumo de mentes atrofiadas. Cada cual la suya y a gusto de cada cual. Siempre separadas y nunca en común. Forraje de pesebre. Olor familiar a zamarra. Cuentos de Calleja y colleja… 

                Hace más de medio siglo, a los críos nos amedrentaban con historias fuera de la Historia para mantenernos dentro del nido del miedo. Con sacamantecas con figura de maquis, con demonios, guardianes de eclesiales pecados. Con tíos saínes y hombres del saco, parecidos a vagabundos, pobres y libres. Con brujas y brujos, con perfil de viejos liberales… Hoy esos sacamantecas, diablos y saínes (violadores, asesinos, terroristas) han sido soltados por el solapado enemigo Tribunal de Derechos Humanos, y el nido del miedo dicta una ley de órden ciudadana que volverá a encadenarlos… y ya de paso, a todos los que nos salgamos de madre y nos enfrentemos al gran hermano, protector del poderoso y ordeñador del débil. Dicen que los pueblos que no han aprendido nada de su historia están obligados a repetirla, y eso a mí me horroriza, y me causa un tremendo terror. Mucho más que todos los hombres del saco juntos.

                Porque yo tengo mis dudas, ojalá más irrazonables que razonables, de que hayamos aprendido algo. Porque olvidarla, sí que parece que la hemos olvidado… Irresponsablemente olvidada, diría yo. Hablamos y defendemos tradiciones idiotas de las que no tenemos ni zorra idea ni tampoco queremos tenerla, porque solo las utilizamos como miserable excusa para la fiesta imbécil, para martirizar animales y animalizarnos nosotros, para mamarnos, atontarnos y embrutecernos, pero nos ciscamos en la verdadera Historia, en la auténtica, en la única y en la de todos. Y para disimular nuestra lamentable ignorancia, nuestra profunda y pavorosa incultura, inventamos esa estupidez de la “memoria histórica”. Cuando todo lo que empieza a ser memoria, también comienza a ser historia.

lunes, 2 de diciembre de 2013

¿JUSTICIA RESPONSABLE.:?

Parece que no gustó mucho el de la justicia. Al menos, no a algunos. A esos unos que lo justo es tanto salir ellos beneficiados como los contrarios perjudicados, y nunca, jamás, al revés. Pero eso es precisamente lo que me da la razón, ¿es que no lo entienden?.. Intentamos utilizar la justicia para nuestro propio interés. Y la usamos para evadir nuestras responsabilidades. Esas críticas son las que me dicen que no me equivoqué. Que dí en el clavo. Así que voy a tratar de ilustrarlo con un par de ejemplos reales. El primero, lo vamos a condenar seguro. El segundo, no lo vamos a ver tan claro porque somos nosotros.
    
            Uno ha ocurrido en EE.UU., donde rizan el rizo de lo absurdo, y donde estupideces significa ser estúpido hasta las heces. Un ratero se cuela en un párking público, roba el coche que más le gusta y sale disparado con él puesto. Se empotra contra un árbol y se rompe la crisma. Tras meses en el hospital, viene y demanda a la empresa del párking por carecer de sistemas de seguridad, pues, alega, de haberlos tenido, él no hubiera podido robar el coche y no hubiese estampado su sesera contra el jodido árbol. Lo alucinante del caso es que el sistema judicial americano ha admitido a trámite la demanda...
                Como aquí copiamos todo lo peor, cutre y soez del made in Usa (véase Hallowing) pues nos despepitamos por imitar todo lo negativo. Y miren: en lo de la tragedia del Madrid Arena, y en todo el circo montado para quitarse responsabilidades de encima, desde los políticos a los técnicos pasando por la empresa, tampoco falta la de los propios autores del victimario propiciatorio: los jóvenes, que evaden su responsabilidad en los hechos según les convenga, una vez exonerados por la voluntaria ceguera de la opinión pública. Están grabadas declaraciones de testimonios indignados de jóvenes que denuncian que les dejaron pasar sin DNI y con hasta 5 litros de bebidas alcohólicas en la mochila. Es exactamente lo mismo que lo del mierda americano. La culpa no es del que delinque, si no de quien lo permite. Y entonces son los propios delincuentes los que denuncian.
                Y esto, amigos míos, está pasando con todo. Nos hemos construido un caparazón legal tan injustamente protector y manipulado, que creemos justo que nuestros derechos sobrepasen nuestras responsabilidades. Y eso mismo es, precisamente, lo que al ladrón, al violador, al asesino… les viene de perlas. Porque utiliza a su favor el sistema que hemos creado y lo vuelve en contra de la sociedad que lo ha propiciado. Porque, no nos engañemos, lo hemos propiciado nosotros, para proteger a nuestros vástagos, para eludir la falta de valores en que los hemos educado, y para justificar nuestras propias trapacerías e indecencias con una falsa y falseada autoindulgencia.
                Poco después de lo del Madrid Arena, los telediarios mostraron el cirio que armaron cientos de nenes a las puertas de un conocido mamadero valenciano por no dejarlos entrar, al estar su capacidad sobradamente rebasada… ¿En qué quedamos, pues..?. Si no nos dejan hacerlo mal, la liamos, y si nos dejan, los denunciamos si luego pasa algo. Porque entonces no somos los agentes provocadores del mal, no, entonces seríamos las víctimas… Seamos sinceros,  ¿no huele esto a podrido?..

                ¿Cómo es posible que algo tan retorcido, pero tan claro, no seamos capaces de verlo?.. Yo entiendo el dolor de unos padres que han perdido a sus hijos, por nadie pase… Pero nunca comprenderé que nos neguemos a reconocer la parte de responsabilidad de ellos y de nosotros mismos en tan desgraciadas muertes. En estos casos, la culpa siempre es compartida, por mucho que busquemos focalizarla en otros para evitar la nuestra. Por eso mismo, esto tan obvio la opinión pública no lo capta. No se dice. Se calla. Porque llama a la conciencia de la propia sociedad, y es doloroso reconocerlo.- Pues eso era lo que quería decir en mi artículo. Que la justicia no es de nadie, pero es responsabilidad de todos. De todos. Absolutamente de todos. Y que el garantismo de las leyes es bueno y deseable… hasta cierto punto. Se pervierte cuando termina en escapismo.

jueves, 28 de noviembre de 2013

ESTO ES LO QUE HAY...

Contaba Elvira Lindo que si usted va a una librería y pide, a un suponer, algo de Graham Greene, y el vendedor se encoje de hombros y pone cara de tonto, es tan solo una persona que la han puesto a vender libros, pero si asiente, conociéndole, aunque en ese momento no disponga, entonces es un librero. Es la diferencia entre un atendedor y un entendedor. Entre alguien que está y alguien que sabe. Entre un despachador y un conocedor. Siguiendo entre libros, el impostor no sabe/no contesta, mientras que el profesional lee en diagonal cuantas novedades le vengan, comenta, aconseja y sabe lo que lleva entre manos. Es uno de los oficios más completos y complejos, más difíciles, y también más escasos.

                Pero es que en el ramo del comercio en general, hoy casi solo existen despachadores, y hay pocos, muy pocos, entendedores. Los pequeños comercios se han contagiado de lo peor de las grandes áreas, y no han sabido conservar el dependiente profesionalizado que sabía y entendía de lo que vendía, conocía el producto, y podía responder cualquier pregunta o consulta del cliente. El zapatero, el ropero, el mercero, el librero… eran expertos y eruditos en lo suyo, y de su fiabilidad y garantía dependía la confianza de su clientela. Pero de esa raza ya casi no existen, o quedan unos pocos restos en extinción. Dicen que ya no se pueden mantener, pero yo creo que no hemos sabido mantenerlos. No es lo mismo.
                Del sector de libreros, por el que hemos comenzado la murga de esta semana, recuerdo mucho, acaricio de vez en cuando, y añoro siempre, la pequeña librería del pueblo en la que me crié. Allí, siempre en el mismo rincón, al calor soleado de las ventanas, después de comer, invariablemente, nos reuníamos un grupo de charladores. Un número determinado de personas para hablar de docenas de distintos temas, y, por lo tanto, de docenas de diferentes libros. Era nuestro “café y partida” del mediodía. Esas tertulias eran tan gratificantes y nos enriquecían tanto que nos esforzábamos en informarnos y en aportarnos conocimientos mutuamente… A mí, al menos, me ayudó muchísimo a conocer y amar los libros que luego vendía. Siempre lo he echado de menos.
                Pero es que esto tan bonito, que puede ser extensivo a otras profesiones u oficios, y que, incluso, podría ser rescatable, lo hemos apartado por “no práctico”, y lo hemos arrojado al erial de lo baldío para las aspiraciones y por las ocupaciones actuales. Cuentos de antes. Viejas batallitas. Pérdidas de tiempo. Y, sin embargo, nos hemos empobrecido en la misma medida hasta un grado en que llegamos a considerar normal que un/una dependiente no tenga la más mínima idea de la naturaleza del artículo que vende. Y que se nos mire como a un perro verde por hacer preguntas que solo atañen a la información del género en cuestión. Es cierto. Me ha sucedido con mucha, muchísima… demasiada frecuencia.

                Hoy las cosas son así, me dicen… Tú eres el raro, no ellos. Y me temo que llevan razón. Hoy ya no hay aprendices de nada porque nada hay que aprender. ¿Para qué?.. Nosotros te creamos la necesidad, nosotros te publicitamos el producto y nosotros te lo ofrecemos. Tú solo tienes que comprarlo. Y el otro solo tiene que vendértelo. Fin de la historia. ¿Por qué quieres informarte?.. ¿para qué?.. ¿qué puñetas necesitas entender?.. ¿de qué te sirve saber?.. Usar, gastar, tirar y volver a comprar. No hay que saber nada más… Y, en cuanto a libros, nosotros pondremos de moda el que tienes que comprar para leer o para regalar. Pero tú… ¿para qué perder tu valioso tiempo en pensar, cuando nosotros ya pensamos por ti?.. ¡No, hombre, no..!.

martes, 26 de noviembre de 2013

De lo divino y humano: ¿VÍCTIMAS O CULPABLES..?

De lo divino y humano: ¿VÍCTIMAS O CULPABLES..?: Por mi anterior de “Seamos justos” me han pasado la garlopa más de cuatro. Me acusan de justificar la “invasión” extrajera y de querer lle...

LIBERTAD

Aun siendo la libertad uno de los conceptos más utilizados en todo el mundo, también es la idea más abstracta de todas las abstracciones habidas y por haber. La libertad es una abstracción tal que la humanidad casi ha consumido toda su historia en guerras en nombre de ella, y aún las sigue convocando, y nunca, jamás, ha conseguido alcanzar el grado de libertad por el que nos hemos matado entre nosotros tan displicentemente. Otra cosa son las crónicas siempre escritas, y casi siempre falseadas, por los ganadores, claro. La libertad es, quizá, la única inalcanzable utopía del ser humano. Y es así, porque también puede que sea  la única meta de absoluta intangibilidad. Y que la libertad, o es espiritual, o no es libertad.
  
              La cosa es simple. Casi que simplista… ¿Un mundo sujeto a leyes físicas, no es una forma de libertad controlada?. La materia está gobernada por las leyes de la física, y nosotros formamos parte de la materia. Así de sencillo. Otra cosa es Quién o quiénes disponen de tales leyes, y cómo y de qué manera, pero no vamos a entrar en esa cuestión, ni mucho menos. Tan solo se trata de poner de manifiesto unas limitaciones a las cuales parecemos estar encadenados, por un lado, y otras a las que nos encadenamos nosotros solicos, voluntariamente, sin ayuda de nadie, por otro lado.
                Y esas van desde nuestros condicionamientos sociales hasta nuestras propias costumbres. Desde afeitarnos siempre de izquierda a derecha a votar siempre a la misma opción política. Desde el ritual de como atarse los zapatos a la adopción de los mismos ideotipos según la relación con qué personas. Desde hacer las cosas sin pensarlas, a creer en cosas que otros han pensado por nosotros. Invariablemente. Ejemplo: tampoco existe la belleza ni la fealdad. Es otra abstracción. Solo existe la libertad de cada cual en decidir lo que nos parece bello o feo. Nada más. Como no existe tampoco el amor o el desamor, si no tan solo que la libertad en medir el grado de afecto según nuestra apreciación personal. Igual ocurre con la felicidad, que, espejismo o no, nos la creamos nosotros o nos la destruimos nosotros. Nosotros fabricamos las escalas, y nosotros colocamos los niveles. Eso es todo.
                Por eso mismo decía al comienzo que la libertad, si existe, es de índole espiritual. Con ella y por ella fabricamos nuestras cadenas y por ella y con ella las rompemos. Así que puede existir una persona sana, autónoma, físicamente plena, y ser un pobre esclavo de sí misma. Todos los días vemos a mogollón de ellas atadas a cuantas servidumbres de falsas apariencias conocemos. Y pueden existir, como existen, personas limitadas pero ciertamente libres por su mente, por su cultura, por sus conocimientos, por su sabiduría…
                A la mayoría nos suele pasar como aquel esclavo que fue liberado:
-          Eres libre. Rompe tus cadenas y vete.
-          ¡Ah!.. ¿Y porqué qué quiero ser libre?.
-          Porque nadie es quién para decirte lo que tienes o no tienes que hacer o pensar.
-          Ya… Entonces, ¿quién eres tú para decirme que sea libre?..

Y es que, en realidad, la libertad no se puede otorgar ni conceder a nadie. La libertad solo se puede asumir. O se asume o no se asume. Eres libre de ser libre. Tú haz lo que quieras…

lunes, 25 de noviembre de 2013

M O R A L

La moral, al igual que la justicia, o como la cultura, es otra abstracción. Admito que estoy abriendo caminos arriesgados por sendas ya trilladas, y más que asumidas y admitidas, y que eso puede resultar un tanto peligroso para mentes cerradas y ya arraigadas. Pero las cosas son como se empeñan en ser, y no como nosotros queremos que sean, porque así nos interese. Naturalmente, somos hijos de las costumbres y de las normas establecidas. Y se nos hace cuesta arriba examinar estas historias de forma distinta a la de otros pueblos, o de manera diferente a la de otras sociedades. Pero el cómo entendemos nosotros ciertas nociones es tan solo que fruto de nuestra propia cultura. Solo eso. 

                De la moral victoriana a la de corte hippy, por ejemplo, existe un gran recorrido. Y una enorme distancia. Ninguna de ambas está exenta de su carga de hipocresía, por supuesto, como tampoco ninguna carece de sus correctos motivos, aparte la noción de libertad, que eso es otro concepto de lo más abstracto. Todo es, en definitiva, fruto de una época, una educación, una sociedad, una cultura… Puede haber tanto aspectos positivos como negativos en cada una de ellas, naturalmente, pero nada es absolutamente moral o inmoral en la historia del ser humano.
                Otro ejemplo: En las cercanas sociedades de los inuits, la cultura esquimal ártica, la mejor muestra de hospitalidad ofrecida a un visitante por un hombre es que “ría” con su mujer. A tal efecto, se ofrece a la esposa, y ésta accede de buen grado, para que el forastero retoce y haga el amor con ella. La más grave afrenta que se le puede hacer a un inuit es rehusar tal invitación. Otro: En algunas tribus centrales del Amazonas, la iniciación sexual de los/las jóvenes se deja en manos de tíos, tías, primos o primas mayores y/o parientes más o menos cercanos y responsables. Es tal la importancia que le dan a la sexualidad, afirman, que tal despertar no debe dejarse en manos inexpertas que puedan dañar la correcta formación de los adolescentes. Otro más: En China existen culturas rurales netamente matriarcales, donde las mujeres tutelan propiedades, educación, formación, legislación, gobierno y transmisión de todo el poder social, mientras el hombre es mantenido tan solo que para el trabajo y la reproducción. No existe el matrimonio como tal si no el libre “uso” de la mujer sobre el varón, que no tiene derechos sobre hijos ni propiedad alguna. Aseguran los antropólogos que son comunidades plenas, satisfechas y felices…
                A lo largo y ancho del mundo y del tiempo, durante toda la historia, el ser humano ha conocido tantas morales como usos, costumbres y culturas se han desarrollado sobre el planeta. El decir que una determinada moral es la auténtica, la verdadera, la realmente válida, puede ser tanto pecado de soberbia como de ignorancia. Y ya se sabe que ambos defectos van siempre juntos. Lo que digo es que se deben respetar los códigos morales de la sociedad mientras éstos sirvan a la misma, pero no adorarlos ni imponerlos como algo divino e inamovible, porque no lo son. Son tan solo que herramientas humanas, y muy  humanas… Sistemas éticos. Y se pueden utilizar tanto para liberar como para esclavizar.

                Es posible que ahora me tachen mis ene-amigos de atacar la moral. Sería un craso error. Todos tenemos nuestra moral. Inmoral es quien no respeta ninguna moral, y amoral es quien las respeta todas aun relativizándolas todas. Yo estoy más cerca de lo segundo que de lo primero, pero no me achaquen lo que no puedo ser. El ser humano ha de regirse por unas normas que les haga dignificar a los demás dignificándose a sí mismo. No somos dioses. Hay que defenderlas y usarlas mientras sean útiles, positivas y necesarias. Pero ninguna es mejor ni peor que otra en función de nada. La mayor inmoralidad de todas es imponer nuestra propia moral a los demás. Y el mayor y mejor concepto moral el de no hacer a los otros lo que no quieres que te hagan a ti. Tan sencillo como eso.

viernes, 22 de noviembre de 2013

JUSTICIA

Ya dije en ocasiones anteriores que la justicia no deja de ser una abstracción más. Igual que el concepto de cultura, o como el de moral, del que algún día hablaremos… Como cualquier otra noción intangible, es algo inmedible e inaprehensible, y solo se puede obtener un reflejo aproximado a través de una normativa, una legislación… Cuando se habla de un determinado sentido de la justicia, o de un principio de justicia, olvidamos a menudo que los principios y los sentidos varían según los tiempos, las culturas y las personas. Y nuestra forma de captar la justicia, reconozcámoslo, no puede desprenderse de cierto sentimiento de retribución, de compensación, de satisfacción, o incluso, si se me permite, de venganza. O sea, aún solemos entender la justicia más desde un aspecto de egoísmo que de generosidad.
     
           Por eso que la noción de justicia tampoco puede sustraerse a ser concebida, plasmada o manipulada por quienes tienen poder para hacerlo. A veces hasta puede darse el caso de que la justicia natural sea suplantada por la justicia oficial… O de que la justicia profesional sea secuestrada por la justicia política… o la justicia religiosa. Por ejemplo, que a una mujer supuestamente adúltera se le apedree hasta morir, es una atrocidad, pero a todas vistas legal según el ordenamiento jurídico de ciertos países o sociedades. Un sentido de justicia deplorable para nosotros, pero deseable para ellos.
                Aquí, en España, sufrimos una clara politización de la justicia. A veces hasta vergonzosa. Nos manipulan, por otro ejemplo, para poner el grito en el cielo por la derogación de la doctrina Parot a la vez que nos  escamotean las auténticas razones de la cagada, culpando a quién no tiene la culpa de la misma… Y, sin embargo, no somos capaces de ver las verdaderas imposturas que translucen de nuestro propio sistema de justicia. Ahí tenemos una imposición de tasas judiciales que hace imposible acceder a la justicia a los económicamente débiles, basada en la mentira gallardoniana de “el importe de las tasas será destinado a mejorar la asistencia jurídica gratuíta y los medios con que cuenta la administración de justicia”, entre otros embustes, cuando esos fondos se desconocen su cuantía y hasta su destino. O legislar la prohibición de insultar a un policía que nos ha agredido o escrachear a un político que nos ha jodido.
                O por ejemplo también, que el Consejo General del Poder Judicial, máximo órgano legislativo del estado, se lo repartan entre PP y PSOE impune y escandalosamente. ¿Cómo van a prosperar las investigaciones sobres tramas de corrupción perpetradas por los mismos partidos?.. Aparte, por supuesto, de convertir en un auténtico cuento chino la tan cacareada como falsa independencia del poder judicial y de la administración de justicia.
                Por eso, la dignidad de una justicia digna descansa sobre la dignidad de los jueces, sus dignos profesionales. Los legisladores no deben ser los políticos ni los gobiernos porque entonces los jueces se ven obligados a aplicar leyes con marcado interés político, en detrimento, a veces, del propio interés general y espíritu de justicia que debiera ser defendido. Nuestro país tiene jueces competentes, buenos profesionales de la justicia, pero si éstos no tienen buenas leyes para trabajar, la culpa no es suya.

                Escribía Montiel en uno de sus artículos que “cuando el Derecho es inaccesible para la mayoría, o lo gestionan delegados del gobierno y de los partidos, puede decirse que la justicia es una ficción”. Yo diría que incluso podría decirse que la justicia es una injusticia. De ahí que la justicia, se entienda como se entienda o lo que por ella se entienda, debe ser absolutamente independiente de cualquier buen o mal gobierno. Una justicia que es tributaria del poder político deja de ser justicia para llegar a ser otra cosa…

miércoles, 20 de noviembre de 2013

CULTURA

Me preguntan qué es la cultura. ¡Válgame el cielo..!. La  cultura, como tantas otras cosas, también es una abstracción. Pregunten ustedes a un millón de seres humanos qué es la cultura, y recibirán un millón de respuestas diferentes. Y eso es porque cada uno tiene su propio nivel, su propia escala de valores, sus personales apreciaciones, sus distintas importancias, si se me permite esta última definición… Yo diría que la cultura es el compendio de cada uno, que cultura somos todos, y que cada cual es él mismo su propia cultura. Por eso la cultura tiene un concepto de universalidad. Así que, si todos nosotros somos partículas minúsculas de eternidad, como yo creo, entonces Cultura es la crónica de esa misma eternidad expresada en minúsculas fracciones a través nuestro… Ahí queda eso.
                Pero bueno, echemos pié a tierra, que luego critican mis próximos que no hay quién c… me entienda. Y eso mismo, precisamente, es en lo que estamos. Entender o no entender no es tanto cuestión de saber como de esforzarse un poquico en pensar. Y muchas veces lo que llamamos incultura no es más que no querer saber. Solo eso. Me niego a pensar que, en pleno siglo XXI, en plena era de las comunicaciones, cuando todo quisque puede acceder a todo el conocimiento del mundo sin tomarse excesiva molestia, se busquen excusas que no vienen a cuento. Por eso mismo, en realidad yo no creo en la falta de cultura, si no en la baja calidad de esa misma cultura. Y es que aquí cada cual “se recoge” la cultura que quiere. Ni más ni menos. 

                De ahí que tengamos gente que se ocupa y se preocupa de la cultura couché, o de la de As y Marca, o la del picoesquina, o la de barrabar, o la serietelevisiva, o la de movilandia, o la de idolitis, o la de cocinamanía, o la exclusiva de cualquier técnica o tecnología, o cualquiera de las mil y una facetas del jodido hedonismo. Como igual hay gente (poca, muy poca, cada vez menos) que le encanta el arte, la literatura, la ciencia, la historia, la filosofía… aún con la barriga vacía. Y lo cierto, la verdad, es que todo, absolutamente todo, desde lo más abyecto a lo más sublime, se puede considerar cultura. Es más: se debe considerar cultura. Otra cosa, ya digo, es el tipo, la clase, la naturaleza, o si se quiere, la calidad, de esa misma cultura.
                Al fin y al cabo, cultura viene de culto. Y esa es la cuestión: ¿a qué puñetas le rendimos culto?. Pero como puedo llegar a ser muy simplista a veces, hasta creo que Cultura, con mayúscula, no solo es calidad, si no también cantidad. Que cultura es conocer y saber de todo, o, al menos, del máximo que se pueda: alto y bajo, bueno y malo, oscuro y luminoso… Y que, solo en caso de no poder abarcar un mediano mínimo, es bueno, muy bueno entonces, el practicar la relatividad en beneficio de la calidad. Ya saben, más vale poco y bueno que…

                La cuestión pues es: ¿Cuál es su nivel cultural personal?.. ¿Cuál es el nivel medio de este país?.. Y, sobre todo y por encima de todo, ¿con qué nivel nos conformamos?.. Lo digo porque, si en verdad somos nuestra propia cultura, y lo somos, podemos a llegar a ser subhumanos o infrahumanos según practiquemos la subcultura o la infracultura… ya no digo la incultura, que eso es la negación de la cultura, y como tal, no existe. Es que, igual que la cultura nos hace libres, la otra nos hace esclavos. Y, aunque siempre seremos objetivo interesado de la segunda, siempre podremos elegir entre una y otras… Siempre.

De lo divino y humano: EUROPA

De lo divino y humano: EUROPA: El año próximo tenemos elecciones europeas. Y habremos de votar a nuestros representantes – previamente preelegidos y precocinados – por l...

martes, 12 de noviembre de 2013

De lo divino y humano: SEAMOS JUSTOS

De lo divino y humano: SEAMOS JUSTOS: Imagínenselo y créanlo. África subsahariana se arrastra inexorablemente hacia el Mediterráneo como última esperanza de subsistencia. Famil...

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿VÍCTIMAS O CULPABLES..?

Por mi anterior de “Seamos justos” me han pasado la garlopa más de cuatro. Me acusan de justificar la “invasión” extrajera y de querer llenar el país de africanos. Es exactamente lo que yo decía en ese mismo artículo. Si pensamos así, entonces no podemos soltar lágrimas de cocodrilo cuando nos ponen ante nuestras narices los cadáveres de niños y mujeres en el desierto, los hambrientos hacinados en pateras, o la carnicería de las cuchillas colocadas en la verja melillense sobre los famélicos cuerpos. Lo que pasa es que no es ni lo uno ni lo otro, pero no sabemos, o no queremos, entenderlo. Y no nos damos cuenta que estamos siendo torpemente manipulados, y que a veces, incluso, nos conviene que nos manipulen.
     
           Aquí tenemos un problema de lesa humanidad que choca con otro de compartir lo que cada día menos se tiene. Pero no debemos justificar lo injustificable de lo primero con la excusa de lo segundo. Se puede y se debe hacer frente a este reto. Lo que pasa es que no es un problema exclusivo de España o Italia, sino de toda Europa, y las soluciones han de venir de Bruselas, no de cada gobierno al que le toque. No sirve el tan cacareado Plan Frontex – es tan solo que un decorado – ni tampoco que a cada tragedia masiva se asomen los altos capitostes europeos a decirles una misa y a poner cara de circunstancias. Y menos aún sirve esa burla sádica, patética y macabra que supone el concederles la ciudadanía a los muertos mientras a los vivos se les amontona en campos de refugiados.
                Lo único que vale es un único “corpus” europeo exclusivamente destinado a aplicar un programa decidido, serio y eficiente. Integral. Atención-Formación-Integración. Y control y seguimiento, naturalmente. Se trata de ser monjicas de la caridad, maestros y policías a la vez. Atender sus primeras necesidades, formarles en la cultura que los acoge, exigirles respeto por ella y cumplimiento de sus leyes, y mantener un seguimiento controlado en el tiempo de su integración. Todo ello repartiéndose cupos de acogida, según necesidades y/o capacidades, entre toda la Unión Europea.
                Lo sé: altos costos. Vale… pero creo que el gravísimo problema que supone el fenómeno migratorio hace barato los recursos destinados a su solución, por gravosos que puedan parecer a primera vista. Es algo a largo plazo. Ya se sabe, “a grandes males…”. Ya no vale que el país que le toque frontera se las apañe como pueda. Es un problema europeo. Se quiera ver o no se quiera reconocer. En lo malo, en lo peor, más vale acogerlos, curarlos, alimentarlos, vestirlos, asumir los que buenamente podamos, y al resto pagarles un viaje turístico hasta los Pirineos. Tras los mismos también está Europa. Igual Italia. Tras los Alpes aún queda mucha Europa que ver…
                Lo que no es de recibo es lo que está pasando. Y es la inoperancia, el abandono y la dejadez de los gobiernos receptores, que los reciben y los sueltan sin ningún tipo de control. A lo que salga. Que se las apañen como puedan. Se integren o no. Asuman sus obligaciones o no lo hagan. Tanto si se ven obligados a delinquir como si no… Pero, claro, esta incapacidad es, en el fondo, una, simplona más que simple, medida estratégica: crear en la ciudadanía una latente xenofobia, un cierto rechazo, que luego servirá para ocultar la irresponsabilidad de una administración en asumir lo que, aún sabiendo que va a perjudicar a la población autóctona, valga para cargar como chivo expiatorio a la parte más débil y más a mano: los inmigrantes. Con la boca de decir se combate el racismo, y con la de callar se le alienta.

                Eso exactamente es lo que advertía en mi columna de referencia. A los que de lejos vemos como víctimas de males ajenos, luego, de cerca, cuando están entre nosotros, los vemos como culpables de nuestros males. Y los culpables, tanto de lejos como de cerca, no son ellos. Son los que permiten, e incluso los que se aprovechan, de tal situación. Yo diría que hasta la alientan y provocan, fíjense… La insolidaridad de los países centroeuropeos, la avaricia financiera, la ceguera de Bruselas, la ineptitud de nuestros gobiernos, nuestros propios miedos egoístas… Esos son los verdaderos y auténticos culpables… Y eso mismo es lo que dije. Pero no otra cosa. Ni mucho menos…

CIUDADANOS en MOVIMIENTO

Artículos como Las dos Españas, Parot o no Parot, Seamos Justos, Europa, etc. hacen que la gente me envíen e.mails o me paren por la calle con un mismo e invariable comentario: “llevas toda la razón, pero ¿qué podemos hacer?.. Son todos iguales”, con un indisimulado sentimiento de fatalismo. Y yo siempre contesto igual: “romper la tendencia habitual del voto hecho costumbre”. Lo peor que podemos hacer es instalarnos en la resignación. Aún con un modelo pervertido de sistema electoral como el nuestro se puede dar el campanazo. Solo hay que hacer funcionar la democracia que aún se conserva intacta pese a las limitaciones impuestas a la misma. Para eso el ciudadano ha de formarse e informarse, y liberarse. Informarse en la libertad que otorga la genuina y auténtica cultura ciudadana, y liberarse de la esclavitud que supone el adocenamiento y las trampas de las adormideras sociales. Y, claro, actuar en consecuencia… 

                Ya no sirve el cuento de las ideologías. Las derechas, las izquierdas y los ísmos están vaciándose de contenidos ideológicos y llenándose de intereses espurios. Solo son etiquetas que sirven al partido, muy alejados del bien común y muy cercanos al pesebrismo de sus dirigentes. La corrupción generalizada que invade la política es resultado de ello. Y ese desencanto de la ciudadanía es el caldo de cultivo más apropiado para el advenimiento de los salvapatrias y de los nuevos e iluminados nazismos. La regeneración democrática y política son hoy más necesarias que nunca, y los partidos, en su ceguera, no están por la labor de devolver al pueblo la capacidad de representación directa y de decisión que le ha sido sustraída para trasladar el poder que emana de él al endogámico del partido.
                Es lógico y natural que la ciudadanía se sienta estafada por discursos repetidos que se intercambian según se esté en la oposición o en el gobierno, y que luego se incumplen sistemáticamente una vez llegado a un muy bien organizado enroque de poder. Es ya un juego caduco y tramposo que cada vez engaña a menos gente. Pero la desilusión que empuja a la abstención en las urnas es el combustible que alimenta este viciado sistema de alternancia, que solo busca eternizarse desde el pensamiento automático y dirigido de sus “incondicionales” de siempre, logrando  el movimiento contínuo.
                Por eso, cuando irrumpe en este panorama algo como el Movimiento Ciudadano, cuyo discurso no son las ya ajadas ideologías políticas, sino un nuevo modo de entender esa política, es como una corriente de aire fresco. Este movimiento, liderado por Albert Rivera, que tan valientemente y en solitario está plantando cara en Cataluña a las manipulaciones independentistas de Más y sus abertzales, y que contrasta con el pasteleo de socialistas y compadreo de pepistas, y que se atreve a exponer un programa tan ineludiblemente necesario como el de su “compromiso ciudadano”, suena como a recuperación de las primigenias fuentes en que bebe la auténtica democracia, como a un intento de reconquista de la ilusión perdida, a algo así como si se quisiese devolver al pueblo lo que le pertenece y que, en un momento de la historia reciente, se le hubiera robado.
                Este movimiento me recuerda un poco a aquella multitud de pequeños partidos independientes que florecieron en nuestros pueblos y que fueron asfixiados y fagocitados por los todopoderosos y prepotentes grandes partidos. Querían servir al pueblo antes que a los intereses propios de tales partidos. Y eso no interesaba. Era peligroso… Y se me ocurre que si ese Movimiento Ciudadano fuese capaz de aglutinar todos aquellos minúsculos grupos de ciudadanos que hacían la guerra por su cuenta, podría forjarse una respuesta rotunda y eficiente a ese profundo malestar instalado en toda esa multitud de personas que me dicen por mis artículos: “nada se puede hacer, esto no hay quién lo arregle…”

                No es mi deseo hacer apología de nada ni de nadie. Me he equivocado tantas veces que bien pudiera equivocarme de nuevo. Solo quiero dar a entender que hemos de empezar a exigir que no piensen por nosotros, que no nos usen para elegirse a sí mismos, que no nos utilicen como excusa para sus enjuagues políticos y para montarse sus interesadas guerras de siglas. Que dejen de engañarnos. Nada más quiero dar a entender que comencemos a pensar por nosotros mismos… Solo eso.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

SEAMOS JUSTOS

Imagínenselo y créanlo. África subsahariana se arrastra inexorablemente hacia el Mediterráneo como última esperanza de subsistencia. Familias enteras. Les va la vida quedándose, así que les da igual jugársela viniendo. No es una exageración, sino una realidad, si dibujo con palabras lo que está pasando con sangre: muertos en la travesía del desierto, donde encontramos cadáveres de madres abrazando a los de sus hijos. Muertos contra las murallas levantadas en Ceuta y Melilla y defendidos por nuestros comprados perros guardianes marroquíes. Muertos en el mar, ahogados y hambrientos. Continuas tragedias en Lampedusas continuas...

           Nos lamentamos, nos rasgamos las vestiduras, ¡qué pena y qué vergüenza!, proclamamos contritos… Pero, ¿nos duele de verdad?. No lo sé. Tengo mis dudas razonables. Porque luego también decimos que nos están invadiendo, que nos están quitando el trabajo, que vienen a delinquir, que se están comiendo nuestro pan, que tienen más derechos que nosotros… ¿En qué quedamos entonces?.. ¿Es pues mejor que revienten por el camino antes de “invadirnos”?.. ¿Sí?.. Pues no seamos hipócritas en dolernos falsamente. ¿No?.. Pues no podemos rechazarlos y admitirlos a la vez. Mejor, antes de hablar, pensemos que conveniencia y conciencia no siempre van de la mano y actuemos en consecuencia. Pero no podemos mantener una bandera en una mano y la contraria en la otra.
                Y no crean que no reconozco el riesgo que esto supone. Y que no veo el problema que es acoger la indigencia en nuestra situación de pobreza. Porque nos estamos convirtiendo en un país de pobres gobernado por unas docenas de ricos, digan lo que digan quiénes lo digan. Lo sé muy bien. En España tenemos más de 600.000 familias completas sin ningún tipo de ingreso. Nada. Cero… Con más de tres millones de niños subalimentados. Después, casi 900.000 jubilados que están malatendiendo con su exigua pensión a hijos y nietos. Y luego una gran, enorme, masa de la antigua clase media que apenas puede llegar a fin de mes. Son datos reales. Verídicos. Tan reales como el reconocimiento por Hacienda de un fraude fiscal de 100.000 millones de euros al año. Tan verídico como que el 75% de esa evasión está protagonizada por reconocidas empresas, grandes fortunas, poderosas familias e ídolos mediáticos. Tan real y cierto como que las 33 primeras empresas que cotizan en el Ibex tienen sus fondos en paraísos fiscales. Tan real y doloroso como que en España han aumentado un 13% los millonarios sobre tanta y entre tanta pobreza. Yo diría que se han hecho ricos con tanta pobreza.
                Pues bien… Nosotros somos con respecto a esos millonarios exactamente lo mismo que los del Sahel con respecto a nosotros. Un cada vez más grande abismo nos separa. Las diferencias se van haciendo enormes, brutales… me atrevo a decir que casi inhumanas. La brecha es cada vez más profunda. Se va ensanchando en nuestra sociedad, entre nosotros mismos, y se va abriendo entre nosotros y los pueblos más pobres del más pobre continente. Y si nosotros, los pobres de Europa, de España, clamamos por la injusticia e insolidaridad social de nuestros potentados y financieros, los pobres del tercer mundo suplican la misma justicia y solidaridad de los que para ellos somos ricos. No nos engañemos. Y que tampoco nos engañen. Es exactamente el mismo egoísmo, la misma ceguera, la misma maldad, el mismo atraco…
                La diferencia, si acaso, está en el grado de desesperación. La nuestra es de haber perdido algo, la suya es de no haberlo tenido nunca. La nuestra es reciente, la suya es endémica. La nuestra, esperan los que la han diseñado, que vaya desde la rabia y la reivindicación a la conformidad y la sumisión, por el contrario que ellos, que vienen de una sumisión y caminan a una rabia cada vez menos contenida. Son distintas razones pero un mismo factor de necesidad. Diferentes matices, pero la misma sensación de que algunos alguienes nos han robado algo. Para unos, lo necesario para vivir bien, para otros, lo necesario para vivir.

                Es difícil, muy difícil. No me llamo a engaño. Pero no culpemos a las víctimas, si no a los que las provocan. No vayamos contra los pobres, sino contra los que fabrican la pobreza. No pensemos que vienen a quitarnos el pan y el trabajo, cuando los que nos lo roban son los que así lo tenían planeado. Y no digamos que vienen a delinquir, porque tienen que comer, cuando a los verdaderos delincuentes los conocemos todos. Al menos, intentemos ser justos.

martes, 5 de noviembre de 2013

De lo divino y humano: ¿PAROT O NO PAROT..?

De lo divino y humano: ¿PAROT O NO PAROT..?: No creo que diga ningún disparate ni ofenda a nadie si declaro que el concepto de justicia es, si no una entelequia, sí que una abstracció...

miércoles, 30 de octubre de 2013

¿PAROT O NO PAROT..?

No creo que diga ningún disparate ni ofenda a nadie si declaro que el concepto de justicia es, si no una entelequia, sí que una abstracción. Siempre habrá tantas formas de interpretarla como seres humanos haya en el mundo. O, al menos y como mínimo, un par de grandes grupos: los agraviados y los agraviadores. Y las leyes son apenas unas herramientas más o menos afinadas según para qué casos, o desde según qué puntos de vista, o desde qué tipo de intereses más o menos ocultos, más o menos ignorantes, o según les convenga silenciarla, jalearla o manipularla. Lo del fallo sobre la – ya desvirtuada por no menos esperada – aplicación de la doctrina Parot, ha roto todos los diques emocionales, humanos, sociales y políticos. Pero lo cierto es que desde hace décadas, desde el principio de toda esta deformada historia, se sabía lo que iba a pasar, y que iba a suceder así. 

                Y los principios vienen nada menos que de 1.937, año en que Franco dictaminó la redención de penas a los prisioneros rojos mediante trabajos (más o menos forzados), y que, tras ganar la guerra, ya en 1.944, legisló para encarcelados por cualquier circunstancia delictiva. Pasa el tiempo, y en 1.973 ya se vió la necesidad de cambiarla, pues las condenas por terrorismo, con la reclusión máxima en cárcel de 30 años, los terroristas se beneficiaban de estas reducciones de penas, saliendo a los 20 años. Pero aún con la alarma social que destapó, no se movió un solo dedo… Pasamos a 1.980, y la UCD intentó derogar ese artículo 100 de la norma franquista que propiciaba tal desafuero, pero se quedó en un borrador que se encargó de liquidar la oposición, Psoe y Ap, en la fase de enmiendas. Ya en 1.983, el Consejo General del Poder Judicial planteó a Felipe González la ineludible necesidad de eliminar la tronera por la que se beneficiaban los etarras, pero el gobierno socialista de entonces desoyó el consejo y mantuvo la situación heredada de cuando el caudillo.
                Solo a partir de 1.995, el gobierno de Zapatero corrigió tal cuestión con el nuevo Código Penal de ese año. Pero, claro, de ahí para atrás, todos los presos terroristas fueron juzgados con la base jurídica de la ley franquista del 44. La chapuza se hizo en  el 2.006 con Henry Parot, al aplicar la ley del 95 con efectos retroactivos en cuanto a la eliminación de esas circunstancias redentoras… incluso a sabiendas de que cualquier alto Tribunal de Derechos Humanos iba a tirar por tierra tal pegote. La cosa es muy simple: no se puede juzgar a nadie con una ley y luego aplicarle otra posterior con efectos retroactivos. Basta con que un solo preso – Inés del Río, fue la primera – recurra, y el parche salta por los aires.  La culpa no es de la ley, si no de los que la aplican mal a sabiendas, y/o tardan décadas y décadas en hacer lo que deben hacer, mientras aguardan a que el borrón cuele. Pero esperar a actualizar una ley desde 1.944 a 1.995, y no hacerlo por dividendos y enjuagues políticos, es por lo que los ciudadanos deberían sacudirse su ignorancia y exigir explicaciones a todos los partidos.
                Pero, claro, ahora es más fácil matar al mensajero. Y hacer lo de Pilatos, y echar la culpa a Estrasburgo. No hay derecho. Nos tienen manía. Es una flagrante injusticia… Y todo eso. No nos damos cuenta que es el mismo Tribunal que está amparando los derechos de los deshauciados que aquí, nuestras leyes, no amparan, y el que vá a anular el arbitrario céntimo sanitario que gravan los combustibles, por no sujetarse a derecho comunitario, y que nuestras comunidades nos han impuesto saltándoselo con normas abusivas. Y el que nos protege de los que nos malgobiernan.

                La cuestión está en el manejo político que se hace de todo esto. Es puro maniqueísmo. Yo tengo la parte de culpa que tengo, y que comparto con los que me antecedieron, pero a todos nos interesa echarle los perros al que no la tiene: Europa. Es más conveniente así, mientras podamos manejar el lógico dolor de un pueblo que no sabe, no entiende, ni tampoco le apetece mucho querer saber y entender. Pero lo cierto, la verdad, es lo que es. Pura y dura historia. Medio siglo de desidia legislativa. Y de abandono y dejadez. Aún andamos en España con el horario nazi que Hitler impuso a los países del Eje. Y no pasa nada. Es un solo y único ejemplo. Pero muy significativo. Y clarificador. Y que ilustra lo que quiero decir. Pero, claro, solo para los que quieran ver.

De lo divino y humano: LAS DOS ESPAÑAS

De lo divino y humano: LAS DOS ESPAÑAS: Seguimos empeñados en las dos Españas, por mucho que nos advirtiera Machado que habrían de partirnos el corazón. Es muy triste. Y muy irre...

miércoles, 23 de octubre de 2013

LAS DOS ESPAÑAS

Seguimos empeñados en las dos Españas, por mucho que nos advirtiera Machado que habrían de partirnos el corazón. Es muy triste. Y muy irresponsable. Y muy patético. Y muy absurdo. Angustiosa y dolorosamente absurdo. Nadie debería ser heredero de nadie en los resultados de una lucha entre hermanos. Nadie. Y, sin embargo, a 75 años vista, los que deberían cerrar definitivamente lo que ya solo deberían ser cicatrices, aparentan hacerse herederos de una de las partes, y empeñarse en reabrir heridas, y echar sal en ellas, de forma poco sibilina además, de manera torpe, o quizá es que (no quiero creerlo) deseen que sea así.
                La vergonzosa desfenestración de Garzón, las reclamaciones de la justicia argentina sobre los torturadores y nuestros disimulos culpables, la empecinada negativa en que los descendientes de los que fueron vencidos recuperen los restos de sus deudos, es justificado todo con mensajes falsarios de que hay que empezar a olvidar, restañar viejas cuentas de una vez para siempre, pasar página… y, para eso, se saca una torcida ley de amnistía condenada de antemano por los tribunales internacionales de derechos humanos. Enfín… pueden llegar a transmitir pobres mensajes, un iluso engaño sobre unas dudosas buenas intenciones. Es posible, aún tan chapuceramente. Podría ser. Concedamos el beneficio de la duda al menos…
                Pero no. No puede ser. Imposible. Se desenmascaran participando, apoyando y congratulándose con una insensible iglesia que beatifica vengativamente a 522 asesinados en esa guerra cruel y fratricida por la “horda roja”. Dicen querer olvidar pero no lo hacen. Todos los otros, también asesinados en esa horrorosa guerra por la “horda fascista”, no cuentan. Maestros, obreros, funcionarios, militares, alcaldes, que dieron su vida por defender la legalidad y un régimen democrático y de libertades, no cuentan. Y, sin embargo, tan mártir es el que muere por motivos religiosos que el que muere por un ideal. Pero eso no lo entienden, o no desean comprenderlo. A unos españoles se les honrarán en los altares, entre coros de ángeles y bienaventuranzas, y a otros se les condena a ser vagamente recordados entre memorias de cunetas, barrancos y fosas comunes. Los unos, entre olor de inciensos y ceras consagradas, y los otros – en el fondo mucho mejor – tienen el aroma, real, del espliego, la lavanda y el tomillo… Los benditos deben ser recordados, y los malditos deben ser olvidados.
              Esto no es honrar la historia. Esto es deshonrarla, porque es deshonrar una memoria que es de todos. Hay que olvidar, proclaman los fariseos a voz en grito. Pero, para olvidar, antes hay que asumir todo… todo, absolutamente todo. No solo una de las partes. E interiorizar y somatizar, desde nuestras tripas a nuestras neuronas, que en una guerra civil no existe más que una única clase de caídos, un solo grupo de mártires, un solo conjunto de todo. Y grabar en la genética de nuestros hijos y de nuestros nietos que los enfrentamientos hay que enterrarlos, éstos sí, en una misma fosa común. Solo así podremos re-construir la auténtica memoria histórica. Cuando no existan diferencias, ni discriminaciones, ni santos que parecen verdugos ni verdugos que aparentan ser santos. Cuando todos se hagan uno solo, iguales, podremos comenzar a olvidar de verdad. Olvidar juntos… recordando juntos.
                Pero, mientras tanto, mientras sigamos refocilándonos en estas parafernalias cesáreas y caducas, que abundan en el agravio y en el dolor de los que deberían ser tratados como hermanos en el horror de una guerra, es una forma de insultar a los que mataron a nuestros muertos sin reconocer nunca que nuestros muertos también mataron a los suyos. Todo muy católico, puede ser, pero nada cristiano.

                Deberíamos cuidar ciertas formas, ciertos modos, ciertos detalles, que ofenden a los unos y delatan a los otros. Deberíamos empezar ya, de una jodida y puñetera vez, a no restregarnos por las narices culpabilidades e inocencias, muchas veces espurias, que no son de nadie por ser de todos… Españolito que vienes al mundo te guarde Dios…

martes, 22 de octubre de 2013

De lo divino y humano: EL CAMINO DE SANZURRIAGO

De lo divino y humano: EL CAMINO DE SANZURRIAGO: Un Uno (U) y un otro (O) se encuentran, y… U.- ¡Hola!... ¿Qué tal?.. O.- Pues nada, estupendo… Recién vengo de hacer el camino de Sa...

martes, 15 de octubre de 2013

De lo divino y humano: DERECHO A DECIDIR

De lo divino y humano: DERECHO A DECIDIR: A mí se me dá en el magín que los políticos independentistas catalanes están engañando a su personal – incluídos los que se dejan – con un...

martes, 8 de octubre de 2013

De lo divino y humano: EL DÍA DE...

De lo divino y humano: EL DÍA DE...: Me he enterado por un semanario de algo que me deja con la boca abierta y el culo cerrado: resulta que este pasado Julio, la ONU constituy...

De lo divino y humano: PEÑAS, PIÑOS Y PEÑAZOS

De lo divino y humano: PEÑAS, PIÑOS Y PEÑAZOS: En mi calidad de Juez de Paz a lo largo de casi 20 años he tenido audiencias de todos los colores, como podrán suponer. Una de mis más rec...

viernes, 4 de octubre de 2013

PEÑAS, PIÑOS Y PEÑAZOS

En mi calidad de Juez de Paz a lo largo de casi 20 años he tenido audiencias de todos los colores, como podrán suponer. Una de mis más recientes consultas no me resisto a exponerla. Primero, por su frescura y sinceridad, segundo, por la actual moda de muchos de nuestros pueblos en fiestas, y tercero, por aquellos a quienes pueda interesar esto, y a quienes corresponda estar informados. Llamaré X al consultante y JP a un servidor por consultado.
X.- Buenas… Que mire usted… yo venía a consultarle por la cosa de las peñas éstas en las fiestas patronales, y todo eso… Ya sabe, lo de que se metan en casas viejas, bajos, y tal…
JP.- Pues usted me dirá…
X.- No… es que me han pedido un local vacío que tengo, ¿sabe?.. y quería enterarme bien si yo tengo alguna responsabilidad si pasa algo, o eso es cosa, como creo, del Ayuntamiento…
JP.- Hombre… los propietarios de los locales son los primeros responsables de todo si pasa algo, claro… El Ayuntamiento es responsable subsidiario por no hacer cumplir la ley, en todo caso, pero es el dueño quién primero ha de responder ante cualquier riesgo…
X.- Lo que yo no quiero es que nadie me pueda buscar un bollo por dejarle el bajo a los zagales.
JP.- Le repito que usted asume los riesgos derivados de ello. Que usted carga con toda responsabilidad de lo que pueda ocurrir en su propiedad…
X.- ¿Y si hay algún problema… no sé… peleas, un herido o algo peor, un siniestro por algo, un incendio, un corto, un accidente… no interviene el Ayuntamiento?.
JP.- Ya le digo, intervendrá en la parcela que le toque, y tendrá su co-responsabilidad, que la tiene, por supuesto, pero eso no lo exime de la suya, amigo mío… Usted carga el primero.
X.- Es que… el bajo está de mampostería, sin terminación de obra… ya sabe. Y allí meten sofás y tresillos viejos, y almacenan bebidas alcohólicas, producto inflamable, y fuman, y ellos mismos se apañan la luz, o yo qué sé… o alguien de fuera pasado de rosca que pase dentro y la líe… que digo yo que todo eso sería cosa de la Policía Municipal, ¿no..?
JP.- Vamos a ver… Usted busca que si ocurre algún diosnoloquiera sea el Ayuntamiento el que cargue con las responsabilidades, ¿no es así?..
X.- Sastamente…
JP.- Pos no… Vuelvo a decirle que cada uno corre con la suya. Y usted, como propietario, el primero. El Ayuntamiento, como subsidiario y garante de la seguridad pública, también, pero ningún ayuntamiento asume la que corresponde al propietario del local.
X.- Es que… bueno, otra cosa es el ruido que meten y la escandalera que arman hasta las tantas, ¿también se puede denunciar?.. Es que en mi barrio, no quiera usted saber… música que se mete en las casas hasta las tantas, escándalos, vomiteras, mamaos tiraos en la calle…
JP.- Por supuesto que es denunciable. Cualquier vecino con riesgo de daños, como por ejemplo un enfermo, o por lo que fuere, puede exigir daños y perjuicios. Cualquier grupo de vecinos puede levantar acta (mejor notarial) de cualquier exceso que vulnere sus derechos, buscar un abogado, e iniciar acciones legales…
X.- ¿Pero contra el dueño del local o contra el Ayuntamiento?..
JP.- Contra ambos. Y no solo por cuestión de Código Penal. También existe delito fiscal si el dueño está cobrando un alquiler ilegal por la ocupación, por supuesto…
X.- ¡¡ Lechesss ¡!.. Possíque…
JP.- Pero, vamos a ver… ¿usted viene como dueño de bajo o como vecino afectado?.. que yo me aclare…
X.- No… si yo quiero enterarme por las dos cosas, ¿sabe?.. Ya le digo que en mi barrio, cuando llegan las fiestas, es una auténtica vergüenza… Y los vecinos están ya un poco hartos… Algún día vá a pasar algo, y entonces veremos… Pero es que, aparte de eso, yo tengo un localcico viejo, vacío, en otro barrio, ¿sabe usté?.. y m´han ofrecío unas perricas en estos días… Y digo que si yo me jodo por culpa de unos, pues que se joda otros si yo también quiero ganarme un duro… ¿o qué..?
JP.- Vale, ya sabe la responsabilidad que asume. Todos los posibles riesgos van a su cargo, en principio. Eso ya es cosa suya… Óiga, por cierto, yo suelo escribir artículos en prensa, y esto es un tema muy interesante, ¿le importaría que usase esta entrevista como ejemplo típico..?
X.- No… a mí no me importa, óiga. Siempre y cuando no me nombre, claro…
JP.- Por supuesto que no. Descuide…
X.- Bueno… posná… Que ya sé cómo está la cosa y por dónde van los tiros. Voy a comentar con mis vecinos lo uno, y a consultar con la familia lo otro, ¿vale..?
JP.- Lo veo muy bien, caballero… Usted mismo…
X.- Ya… claro… Pues nada, maestro, ¿se debe algo?.
JP.- No, en absoluto. Esto vá con la paga…
X.- Poscondiós…

JP.- Posconél… y que Él reparta suertes.

miércoles, 2 de octubre de 2013

DIÁLOGO DE BESUGOS

Otra vez, un uno (U) se encuentra con otro (O) y…

U.- Hola, amigo, ¿qué, cómo van las cosas?..
O.- Bueno, ya ves cómo. Ni bien ni mal, si no todo lo contrario tirando a lo primero…
U.- Desde luego, eres la alegría de la huerta.
O.- ¿Qué quieres?.. si me preguntas cómo van las cosas, pues yo te contesto cómo van las cosas que veo… ¿no?.
U.- Ya… si no te digo yo que no, pero es que parece que estés peleado con el mundo.
O.- No lo parece. Es que estoy peleado con él.
U.- ¿Y se puede saber por qué?.
O.- Pues, sencillamente, porque no me gustan la mayoría de las cosas que veo.
U.- Pero eso es muy negativo. La gente dejará de tratarte, cansada de oírte criticar las cosas…
O.- Pues que no me traten. Nadie está obligado a hacerlo, ¿no crees?..
U.- Claro que no…  Pero es que el pesimismo recalcitrante espanta al personal…
O.- El pesimismo y el optimismo solo son visiones extremas de una misma realidad. Yo no participo de ninguna de ellas.
U.- ¿Ah, no?.., ¿entonces qué coño es lo tuyo..?.
O.- Es lo que tú ves que parece ser. A mí me pasa igual. Es lo mismo…
U.- Ya… pero no me negarás que te pones pesaíco…
O.- No… si no lo niego. La cosa está en que me pongo canseras en lo que creo que me debo poner canseras. Solo eso. Cuestión de conciencia, ya sabes…
U.-Pero es que también hay cosas positivas.
O.- Y tampoco lo niego. Pero pienso que hay que denunciar lo que está mal, no justificarlo con lo que está bien. No sé si me explico…
U.- Vale, vale… pero es que te pasas cuatro pueblos.
O.- ¿Y qué?.. Puedo pasarme cuantos pueblos quiera mientras cante verdades como puños. ¿o no?..
U.- Bueno… Si tú lo crees así.
O.- Es que si no lo creyera así, sencillamente no lo haría. No es agradable ser zamarreado por todos.
U.- Entonces, ¿no llevo razón en lo que te digo..?
O.- Desde tu punto de vista, toda la razón del mundo. Desde el mío, no del todo…
U.- Pues yo lo veo como una cuestión de pura lógica.
O.- Y yo como una cuestión de pura óptica.
U.- Lo que tú quieras. Pero insisto en que parece que estés oliendo siempre a mierda.
O.- Es que estoy oliendo siempre a mierda…
U.- ¡Y dale..!.. Pero, joer, cállatelo al menos.
O.- No puedo mientras siga oliéndola. Si alguna vez se me atrofia la napia, como a tantos, entonces me callaré porque no sabré si la hay o no la hay por mí mismo, ¿comprendes?..
U.-Pues mira, no.
O.- Tampoco te lo reprocho, no creas… Entiendo que los que somos así resultamos incómodos. Pero es que creo que el que calla, otorga, y si en verdad no aceptamos la mugre, no debemos callarlo…
U.- Admite al menos que eres un tío raro… que no es normal…
O.- Admito que soy raro, pero también normal. ¿O es que no es normal que haya gente rara?..
U.- No intentes liarme con tus juegos de palabras.
O.- Yo no intento nada. Solo intento que no se intente callar al que denuncia.
U.- Pues no sé si lo consigues, porque yo creo que cada vez te seguirán menos…
O.- Ni yo tampoco lo sé, pero me importa poco… Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la imbecilidad humana.
U.- ¡Hala..!.. No te digo… ¿cómo se te ocurre decir tamaña barbaridad?..
O.- No… Si no lo digo yo. Eso lo dijo Einstein.
U.- Bueno… Abur, y que te den…

O.- Pues vale…