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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

sábado, 27 de marzo de 2021

EL PROGRAMA RADIOPARTICIPADO DE ESTA SEMANA: https://youtu.be/AnFfU8KA1pg

 

EL PROGRAMA RADIOPARTICIPADO DE ESTA SEMANA:
 
https://youtu.be/AnFfU8KA1pg
 

jueves, 18 de marzo de 2021

CÁNTEME UNA SAETA


 

Nos situamos en el segundo año sin Semana Santa en las calles. El Cóvid ha conseguido lo que no consiguió el iconoclastismo en su día y con toda su lucha para que no se asociara la fé con las imágenes. Guerra perdida, pues el católico necesita estampas a las que agarrarse, escapularios a los que besar y bustos ante los que rezar… El consejo en el Evangelio cristiano del “cuando quieras orar, recógete dentro de ti mismo…” es un hándicap para el creyente de tribu (social) que necesita un tótem ante el que postrarse… Bueno, la realidad es que el coronavirus no ha conseguido nada, tan solo lo ha frenado, aplazado si acaso, y mientras el bicho procesione de pandémico, naturalmente. Que, llegada la época en que haya vacunas para todos, y nivelada la mortífera tasa, los iconógrafos volverán por sus fueros, renovados y reforzados por la fé plástica y de lucimiento, y por la economía práctica y de aviamiento, por su verdadera y auténtica naturaleza del rito y del mito…

 La sagrada tradición le viene al galgo desde los últimos quinientos años, no más. Prácticamente, en los primeros 1.500 años de cristiano-catolicismo no se conocieron las llamadas “procesiones” (de proceso), ni nada por el estilo. Al menos en su formato y actual estilo. Ni de cerca… La Iglesia estudió muy bien la implantación de las mismas, y lo hizo con una estrategia definida: históricamente hablando sitúa los orígenes en la Pascua judía (fiesta del cordero) asociando la muerte de Cristo como Cordero de Dios. Esos son los fundamentos religiosos… Luego las hizo poner en marcha en el siglo XVI, a raíz del Concilio de Trento, y por una sola y única razón: como parte activa de la Contrarreforma que la sacra institución tuvo que poner en marcha para hacer frente a la Reforma protestante de Martín Lutero, y que sacudió al clero católico desde sus cimientos.

 Era preciso contrarrestar el movimiento protestante con manifestaciones de arraigo popular y populista, sin distinción… Se hizo necesario un movimiento de masas similar al provocado por los luteranos. Las primeras manifestaciones se hicieron en los atrios y plazas de los templos, con actores entre la gente protagonizando los personajes bíblicos, pero, como explica el teólogo Labarga, “ese teatro daba lugar a algunos comportamientos poco edificantes”… Así que esa forma de escenificar la Pasión dejaron de basarse en escenas vivientes para ser sustituídas por figuras estáticas. Al principio, simples armazones de madera y tela, para, posteriormente, verter e invertir toda la rica imaginería de las tallas… Aclaro que, cuando alabo tal expresión, es como manifestación de arte, no como manifestación de fé…

 Y aparecieron las dos únicas, y solas, y primeras cofradías: la de “la luz”, pasos con tallas, y la de “la sangre”, flagelantes, porque los antes actores pasaron a ser servidores y acompañantes de esas imágenes, ya entronizadas, o sea, elevadas sobre “tronos”,,. para que el elemento humano pasara a ser el “soporte” de los mismos… De hecho, posteriormente, ya en el siglo XVIII, Carlos III prohibió los flagelantes, porque “la tal flagelación pública no contribuye a la piedad sincera, sino más bien a un auténtico exceso de una fé mal entendida”… Naturalmente, el pulso lo ganó la Iglesia… Usted se me calla, que, por muy emperador que sea, tiene el puesto “por la gracia de Dios”, no los nuestros por la suya, y somos los intérpretes del oráculo divino, no su majestad… Y los flagelóides-pegamóides siguen hasta el día de hoy, por muy imagen arcáica y patética que nos pueda resultar…

 Si bien las primeras procesiones que salieron a las calles fueron de Crucificados y Dolorosas, con su cohorte de autoflagelantes que exteriorizaban un dolor físico para expresar una manifestación interna, pronto explotó la economía de la fé, o lo que es igual, la fé en la economía, en una multiplicación farragosa y fragorosa de hermandades reconvertidas en cofradías, que vienen a ser lo mismo: co-frater (hermano en común) que facilitaron el fluir de un lucimiento que les procuraba influencia, poder y dinero, explotando el espectáculo al que se le añadieron desfiles, tambores y pintureros, ante la agradecida y enfervorecida religiosidad popular, con cuyas bases y oficios se aprestaron a aumentar el pastel y repartir el provocado negocio. “Turismo religioso”, se le llama al tal fenómeno en la actualidad. 

 Hoy se han convertido en un ancla económica importantísima para la sociedad. Las pérdidas por la no-escenificación teatral en todas las ciudades de España, se cuentan por cientos de millones de euros, y la economía nacional se resiente un huevo y cuarto del otro si no saca los santos a la calle en tiempo y forma… ¿Dice usted que no es verdad, y que digo mentira?.. Pues esto es lo auténticamente cierto, probado, comprobado y comprobable, por la Historia, precisamente, y lo otro es lo dudoso, lo que se le supone… como el valor en la “mili”… 

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

viernes, 12 de marzo de 2021

Interesante y emotivo:

https://youtu.be/jSFpsjVDyPk

jueves, 11 de marzo de 2021

LAS CONSECUENCIAS

 


Ahora hace exactamente un año que comenzó la calamidad penitencial del Cóvid.19… “Procura sujetarte al monotema”, fueron las instrucciones emanadas desde la Redacción para encarar los efectos de aquel tren que se nos había echado encima… Un año justo después, vemos que es el tema Cóvid el que nos ha sujetado a nosotros, el que condiciona toda nuestra puñetera existencia, y el que ha vuelto nuestra vida por los forros… Ya no es necesario que nos esforcemos en enfocar nuestras crónicas al tema, es que, invariablemente, nos vemos obligados a volver a él porque se ha convertido en parte intrínseca de nuestro día a día, de nuestras vida y vivencias normales y cotidianas, si es que podemos llamar normal a una situación así… y recuerdo a un personaje de “La Bibliotecaria de Austwitz”, cuando dice que la normalidad no es la naturaleza de las cosas, si no la repetición de esas mismas cosas.

            Es cierto. Tendemos a creer que lo bueno es lo normal y lo anormal es lo malo. Pero lo normal no es ni bueno ni malo, si no lo constante que puede llegar a ser lo uno o lo otro. Cuando empezó esta… ¿experiencia?, todos pensamos que era una cuestión de un par de meses o tres, o así interesó el hacérnoslo creer. Así que se montó un escenario bonito para sacar del confinamiento doméstico una gesta de héroes… Que si aplausos programados para los protagonistas primeros, principales papeles de reparto, que se note lo agradecidos y disciplinados que somos, para, alargado el tiempo, acabar por aplaudirnos a nosotros mismos… Aquello no eran unas semanas de buen teatro y una nueva normalidad de premio y aprobado general. No. Aquello fue la constatación de que la nueva normalidad no era lo normal que tuvimos, y que, quizá, nunca ya volveremos a recuperar totalmente… Todos y cada uno de nosotros hemos tenido que reinventarnos a nosotros mismos, en nuestros roles, como si, a mitad de interpretar una función, de golpe y porrazo, se distribuyesen nuevos papeles y hubiéramos de cambiarlos, adaptarlos y adaptarnos, y aprenderlos sobre la marcha…

            Cada cual sabrá el suyo. Veo a los niños funcionar y son admirables en su poder de asimilación de las nuevas normas y las nuevas formas… Yo sé el mío, como imagino el de otros como yo. De una escena de exteriorización a una de interiorización. Ya no trabaja ni socializa uno en la calle, ante unos otros, si no ante un espejo, para ti mismo… Si tienes la actitud – y la aptitud – de compartirte de este modo con los demás y para contigo mismo, puede servirte de equilibrio, si no es así, tendrás que buscarte solo el fiel de tu balanza. Pero me temo que, en el caso de los de mi edad, no disponemos de mucho margen de tiempo como para pensar que esto es circunstancial. Al menos para los de mi generación en adelante ya no lo es, en modo alguno… Esta pandemia nos pilla a trasmano, en jubilosa jubilación, enredados entre los abalorios del “Inserso-voyage” y la próxima cita del especialista del seguro. El comeorejas aquél del Imperator le decía “no te olvides de que eres mortal”, y este bicho trompetero y bacilo escopetero no está diciendo “no te olvides que con pasado mañana te quedan cuatro días, y yo seguiré aquí, esperando”… En pocas palabras, soy consciente que perdemos mucho de lo poco que nos queda.

            Son los que vienen detrás quienes han de trabajarse la inteligencia y la conciencia si quieren conservar un futuro para sí mismos y para sus hijos… Porque el año que llevamos es el prolegómeno de los que vendrán. Y ya nada volverá a ser igual, si no quieren repetir plato en el menú que les queda sobre la mesa. Esta pandemia no se acaba con ninguna quijotesca vacuna de Bálsamo de Fierabrás alguna. Tardará años en domesticarse (o sea, hacerla doméstica) totalmente, si es que lo hace de forma y manera absoluta, que yo lo dudo… Y aún si así fuera, habrá otros Cóvids, y otros murciélagos, y otros equinos, y otros cerdos, y otras vacas más o menos locas, que pongan nombre y firma a una nueva servidumbre, a una nueva preocupación, o a un nuevo sarampión… Nuestra factoría de realidades ha puesto en marcha una película con muchas secuelas, como los terremotos, pero con pocas escuelas. De ahí que nadie aprenda lo que esta pandemia viene a enseñar…

           Porque la génesis de ésta y de toda pandemia reside en el clima. En el clima que creamos y/o cambiamos. En el cambio climático que, con tanta parsimonia, nos lo estamos tomando, porque, en el fondo, no nos interesa frenarlo… Y no nos interesa porque afecta tanto a nuestro sistema de vida, mejor dicho: a la forma de vivir nuestra vida, que no estamos dispuesto a cambiarla. La realidad es que estamos instalados en el consumismo, en el hedonismo y en el yamismo, y nos sentimos muy cómodos. Los conceptos “consumismo responsable”, “vertido cero”, “reciclado necesario”, o “transporte imprescindible”, están muy cerca de vender “lo verde”, pero muy lejos de convertirlas en nuestras prácticas habituales… No estamos por la labor, como diría el predicador…

            Así que sí. Ha pasado un año, y seguimos en ello. Y lo que nos queda. Por eso, si en este primer año solo hemos pensado en evadirnos del problema encasquetándonos una vacuna, más vale que en la prórroga aprendamos que estamos viviendo los efectos de unas causas, y que si queremos terminar con lo primero, habremos de cambiar lo segundo…

 

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo  / viernes 10,30 http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

 

viernes, 5 de marzo de 2021

PROGRAMA SEMANAL RADIOFÓNICO

 

https://youtu.be/Gkedl-md2YE

MEMORIAS DE ÁFRICA

 Un grupo de gallegos viajan al campamento saharaui de Tinduf pese a la  alerta terrorista

Acabo de enterarme que Ahmmed Bujari murió en Bilbao el pasado verano tras sufrir un cáncer pulmonar. Este hombre fue durante los últimos 16 años el representante del Frente Polisario de la República Saharaui Democrática ante la ONU, e incluso logró que Banki Moon, su Secretario General, visitara los campamentos de refugiados en la Hammada argelina. Había nacido en la ciudad saharaui de Dahla en 1.952, la antigua Villacisneros de las colonias españolas, aún bajo la administración del gobierno de Madrid. Su padre trabajó como traductor, y él hablaba un español mejor que cualquier español. Incluso sus estudios los había cursado en la Universidad de La Laguna y en la Complutense madrileña. Desde 1.977, tras una conferencia mano a mano con Felipe González en la sede nacional del Psoe, mantuvo con España una relación no exenta de tiranteces, de acercamientos y distanciamientos…

 Las administraciones nacionalistas, vasca y catalana, siempre mantuvieron una cercanía, quizá, seguro, que también por su esfuerzo en mantener también un paralelismo con sus causas independentistas. Se identificaban con ellos. Si bien nada más desajustado con la realidad. El Sahara fue vergonzosamente abandonado por España a su suerte y vergonzosamente anexionado a Marruecos por la fuerza. Y eso, tras haberles prometido la independencia a la colonia saharaui sin llegar a cumplir nuestra palabra dada. Nada que ver con los movimientos unilaterales de independencia catalán o vasco. Ni de coña es comparable un caso a los otros. En 2.012, la anexión irregular del territorio por Marruecos del Sahara Occidental, con la cobertura de Bush desde EE.UU., las bendiciones claudicantes de Chirac y luego Sarckozy, y el espantoso papel de renuncia y rendición por parte de Zapatero, semi-legitimaron un oscuro y tenebroso botín de guerra, saltándose a la Onu y al propio Tribunal de La Haya, por los que se garantizaba al pueblo saharaui en el exilio un referéndum de autodeterminación.

 Pero al leer la noticia de la desaparición de Ahmmed Baharí, y ver su foto en la prensa, me inundó una cascada de recuerdos entrañables, que ya jamás abandonarán mi existencia. Mis vivencias de aquellos años en los Campamentos de Refugiados, preñados de experiencias, los viajes a Tinduff, las relaciones con el Frente Polisario, los trabajos y los afanes de cuantos nos descolgábamos por allí embarcados en una ayuda sincera y apasionada, contemporánea con los comisionados de Acnur, o con otros grupos de otras comunidades, distribuidos por las diferentes wilayas, salvo cuando Médicos sin Fronteras y/o la Cruz Roja Internacional nos retuvo en el Campamento Central del Polisario por tener la zona en cuarentena por disentería… Si la memoria no me falla, un día, el mismo Bahari nos hizo llevar a su jaima en Dahla para obsequiarnos con algo muy español: un homenaje en base a una tortilla de patatas cocinada allí, por ellos, en pleno desierto. Y allá que fuimos un Comité de representación, transportados, si mal no recuerdo, en un viejo y destartalado Jeep que se caía a pedazos, subiendo y bajando dunas eternas de arena, como si un frágil barco surcase gigantescas olas de mar, y conducido por un joven chófer al que una bomba le había arrancado una pierna y la sustituía por una especie de muleta sujeta al muñón y al pedal del todoterreno. Como un centauro mecanihumano tripulando aquello con nosotros dentro… Y si tampoco recuerdo mal, ya de noche cerrada, a la vuelta, por alguna obligada circunstancia, mi amigo Joaquín y yo tuvimos que bajarnos a medio trayecto de regreso hasta que regresaran en nuestra búsqueda. Y allí, en medio de la más hermosa nada, bajo el más majestuoso cielo estrellado que pueda existir, rodeados de desierto por los cuatro puntos cardinales, encontramos una caseta de adobe de los del Frente Polisario, con cuyos guardias, armados de kalashnikovs, compartimos unos memorables tés por su parte, con unos no menos memorables Ducados por la nuestra… 

 Aquellas experiencias se mezclan entre ellas confundiéndose, quizá, en el espacio y en el tiempo, pero formando un tejido cohesionado y coherente. Un cuadro pintado con muchos pinceles y colores que ha sido guardado en el desván de la casa de tu vida, pero que, cuando una noticia como la de la muerte de un hombre excepcional con el que compartiste algún escueto retazo de tu propia historia, salta a la vista, a tu vista, claro, el tapiz tejido con esos mismos hilos se hace presente, actual y potente, y se expande, y te sacude por dentro, y desde dentro, como un pequeño tsunami… Es una gran ola que te viene de lejos. Sí, pero desde tu propio horizonte, e inunda y remueve durante un tiempo la placidez de la playa donde ahora estás varado. Y te trae ecos de ti mismo. De lo que fuiste sin llegar a ser y de lo que hiciste y no hiciste…

 El 27 de Febrero de 1.976, Ahmmed Buhari proclamó la RASD – República Árabe Saharaui Democrática – en Bir Lahlu, a doscientos kilómetros de la ciudad argelina de Tinduff, cuyo aeropuerto nos servía de base para llevar en vetustos camiones del Polisario la ayuda humanitaria a los campamentos de refugiados. Entre 2004 y 2010 Moratinos, ministro de exteriores español, y Buhari, mantuvieron enormes discusiones y divergencias, pero Ahmmed mantuvo su nobleza hasta el final. “De las grandes batallas, nacen los grandes amigos”, son palabras suyas. Él ya forma parte destacada de la historia de su pueblo. Los que tuvimos el honor, el privilegio, de rozar su historia personal, de conocerlo, de compartir conversación, abrazo y mantel sobre la arena, nos sentimos honrados de haber estado, aún por unos contados momentos, a la sombra de su historia. D.E.P. 

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php