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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

martes, 29 de abril de 2014

De lo divino y humano: COSAS MÍAS...

De lo divino y humano: COSAS MÍAS...: Suelo salir todos los días a caminar. Ya saben… el azúcar, los triglicéridos, las bielas, enfín, la edad. Hace poco se me arrimó un amigo....

lunes, 28 de abril de 2014

LA MONTAÑA

Yo imagino la vida como una montaña. Cada uno tiene su propia montaña, aunque comparte algunos, pocos en realidad, paisajes, con los demás. Pero cada cual en su montaña, cada cual con sus paisajes, cada cual con su manera de ver la vida, con su forma de sentir sus vivencias, con su propio equipaje a sus espaldas…

                Todo comienza en la base de un lado de la montaña. Al principio eres felizmente ignorante de todo. Nada sabes. Son otros los que te llevan a cuestas. Tus padres, tu familia, tu gente… Y comienza la andadura, la subida, el ascenso. Más adelante, te apean de los brazos. Ahora te llevan de la mano, tiran de ti, te ayudan o te esperan si te sueltas, estás vigilado y protegido, pero has de empezar a andar por ti mismo, a sentir el camino, a notar los repechos cargarse en tus piernas. Aún sigues acompañado y ayudado, pero ya estás en el sendero, subiendo, subiendo y dependiendo cada vez más de ti mismo…

                … Y llega un día en que la montaña se queda para ti solo. Se convierte en tu montaña. La senda parece ahora más estrecha, y la subida más empinada. Los que te acompañaban se van alejando y tú tienes tu propio camino, el que has elegido, ante ti, abierto, desafiante, retador… Hay otros que andan otras vías, que se cruzan contigo o te acompañan un trecho, pero tu sendero es solo tuyo, y es tu escalada porque es tu montaña. Miras hacia arriba, calculas tus fuerzas y te ves con suficientes arrestos para subirla. Te sientes sobrado, fuerte, seguro, y tienes confianza en ti mismo. Y sigues, sigues ladera arriba… La cima aún queda lejos pero el tiempo es tuyo. Es tu tiempo, y es mucho tiempo…

                Y llega otro día en que te unes a alguien y os encontráis caminando juntos y llevando a otros a vuestras espaldas. Otros que sois vosotros mismos, que eres tú mismo, o así lo crees. Y los tomáis en brazos y seguís subiendo ladera arriba. Ya te pesan las responsabilidades y ves el ascenso ralentizado, un poco más lento, un tanto más pausado, pero ya no es un deporte, una aventura, una competición, no, ahora es un deber, una obligación, un propósito, un prurito si acaso... Más arriba, un poco más arriba, un esfuerzo más, hay que llegar a aquella meseta. Allí pondré pié a tierra a los míos, y los cogeré de la mano, tal como hicieron conmigo. Y trataré de enseñarles, lo mejor que sepa hacerlo, a defenderse en el camino, a no depender más que de sí mismos, a ser andadores de su propia montaña, igual que me enseñaron a mí, tal y como yo aprendí…

                Más tarde, te encontrarás un poco más arriba. Ahora ya más solo que antes. Quizá con el compañero al que te uniste, quizá no. Los tuyos ya triscan a su aire. No te necesitan. Ya tienen su propia montaña. Tu atención se divide entre los que fueron contigo y que ahora te siguen por otros caminos, y el tuyo propio, que es el que siempre ha pertenecido a tu propia montaña. Te dá un poco de miedo mirar la cima, que ya adivinas cercana, y por eso miras tanto para atrás… Pero no te queda mucho para coronar tu subida. Ya la ves. La tendrás que hacer en solitario, porque es tu cima, es tu corona, es tu montaña, y cada cual tiene la suya propia. Cuando llegues arriba tendrás que pensar en bajarla. Es un desandar lo andado por el otro lado de esa montaña tuya. Se terminó la subida. Ahora toca descender...


                Has llegado. Te sientas brevemente a descansar y a mirar el paisaje. Te gustará o te disgustará, te complacerá o te defraudará, habrá vistas agradables y vistas deplorables, pero es tu paisaje, son tus vistas, tuyas y de nadie más… Ahora miras hacia abajo y te dá cierto vértigo, porque ves la base mucho más cerca que cuando partiste y desde ella mirabas a la cima. Y comienza el descenso. Entonces te das cuenta de que tu montaña, como toda montaña mágica, es de cristal, transparente, y, a través de ella, los de este lado pueden ver a los del otro afanarse en la subida. Pero tú sigues bajando. Ya no tienes prisa, sin embargo bajar es más fácil que subir, más rápido, menos esforzado. Y te empuja tu propio peso, tu propia inercia... Ves la base de la que partiste sin nada y adivinas a los que van llegando delante de ti también sin nada… Desnudos y sin equipaje, tal y como partieron. Quizá por eso dicen que los viejos terminan siendo como los niños. Porque terminan donde y como empezaron: frágiles y olvidados de sí mismos. Solo que al otro lado de su montaña…

martes, 22 de abril de 2014

De lo divino y humano: LOS LIBROS

De lo divino y humano: LOS LIBROS: Hoy es el Día del Libro. Pero yo, ya mayor, me voy perdiendo un poco entre los contornos de lo que es/era un libro. Un amigo muy querido m...

¡QUÉ ARTE..!

A mí me dejan con la boca abierta. Que haya personas que sean capaces de hacer arte con, por ejemplo, coger una rata, meterla viva en una batidora, y bebérsela, es epatante… Lo del zumo de rata no es ningún cuento inventado. Es una perfomance que hacía uno de estos “artistas” con el grupo Los Rinos, y que en México lo bautizaron como arte macabro. Pero lo acojonante es que llenan teatros, los aplauden, les hacen entrevistas, ganan pasta, son famosos…
               
                Hubo tres “artistazos” de estos. Unos tales Bruss, Witsch y Shawartzkofler que se salían. Uno de ellos se suicidó tirándose por una ventana después de castrarse ante el público en una de sus interpretaciones. Otro fue encarcelado en Viena, tras una de sus magníficas representaciones: ponerse a defecar ante el respetable mientras cantaba el himno nacional austriaco… ¡guay!. Allí lo metieron en prisión, pero aquí le hubieran lamido el culo tras la faena. Dos orejas, rabo y crítica entregada, seguro. El tercero creo que anda por acá destripando vacas y haciendo babear agua del cármen a más de un capitostillo cultural.

                Hay “genios” de estos, como un tal Orlan, que se operó para asemejarse a no sé qué iconografía pictográfica, y otro, menos relamido quizá, Sterlac, que en uno de sus brazos se implantó una oreja. Precioso. Pero como estas estupendeces (adviertan que no digo estupideces por no molestar a entendidos) no se venden sin una buena etiqueta, como el chorizo de Laponia, pues con mucho arte e imaginación les encasquetaron las de antropometamórfosis, que queda así como muy supercalifragilísticoexpialidoso, o esa otra de transhumanidad, que no veas tú lo que mola cuando ella baila sola ante la gramola…

                El representante hispano en estas magnificidades, un tal Marcel Antúnez, ha inventado el orgasmatrón, que es una especie de palo mayor, enhiesto y bien plantado, que cuando se toca emite placenteros gemidos… ¡Marvelleux!. Sexo y robótica, dice que es. Y añade que lo monstruoso, lo teratológico y la sirenomelia – que no sé lo que es, pero suena a cantos de sirena – han interesado siempre al arte y a la ciencia.

                Pues a la ciencia seguro que sí, ya que investiga cuanto cae en sus manos a fín de entenderlo y buscar alivio al padeciente, desde lo anormal a la locura pasando por la simple tontuna. Pero, la verdad, al arte, no sé, no sé… Esta persona dice que cuando trabajaba con los de la Fura dels Baus, como artista puntero, subraya, se hartó de comer hígados crudos en escena. Pues, hombre, conozco a más de un anémico que se ha hinchado a lo mismo, y, joer, de fama ni una rosca. A lo mejor, si se los hubiese jamado en el balcón delante de los vecinos…

                Pero no… no veo yo el arte por ninguna parte, ni que esté en comerse unos higadillos, o en coser pedazos de cochino y cueros de vaca en un engendro al que llama Epizoo y que, a través de un mecanismo, mueve el culo, el morro, las tetillas, las orejas… no, no lo veo. Aunque afirme que es pura mitología (¿?), porque viene de la mujer del rey Minos, que se metió en la piel de una vaca para poder echar un polvete con el Tauro de Creta. Como lo oyen. Y que es la recreación de la primera máquina de fornicar. Como lo vuelven a oir. Perfomance metrónica, dice que es esto… Tal cual.

                Lo cierto es que me siento tan empequeñecido, tan mermado, tan enanizado ante tales magnas y grandiosas manifestaciones del arte de Talía, que me parece licuarme como caca de trono tras tirada de cadena en santa aspersión. Que también tengo mi corazoncito artístico, coña… Imagínese, maese Antúnez, esta arrebatadora expresión lírica mía, plasmada en bajorrelieve de un Roca rosa en interna ebullición. Pura poesía plástica… mire, me erizo con tan solo pensarlo…


                Dice el tal Marcel que cuando no es valorado por el público se considera un sansebatián electrónico, un cibermártir. La verdad es que sí. Yo tampoco entiendo como no lo entienden, maestro… Pero si a mí, que soy borde pero normalito, no me entienden, imagínese a su genioría, permítame el palabro… Lo que pasa es que somos unos incomprendidos, cagüenlaleche…

martes, 15 de abril de 2014

UNIVERSAL JUSTICE

Permítanme sus señorías una nueva vuelta de tuerca al concepto de esa Justicia Universal que España ha desfenestrado sin que a nadie se le mueva un solo pelo de parte alguna del tupé, ni a Gallardón una sola fibra de su muy católica (dudo de cristiana) conciencia. Mucho, muchísimo menos a una iglesia defensora de vidas no nacidas, pero olvidada de las ya nacidas, a la vez que enemiga feroz de las células madres que salvan vidas (¿?) por nacer. No busquen explicación coherente y lógica a lo que ni siquiera es de sentido común. Pero hagamos un viaje en el tiempo, rescatando personajes y declaraciones que fueron, y son, historia…  


                Años 485/565.- Con Justiniano nace la primera declaración de justicia universal de esa misma historia: “Los nacidos son gobernados por sus leyes y por las que el derecho natural establece para toda la humanidad”. Punto pelota. Creo que sobran interpretaciones. El emperador tenía muy claro que las leyes nacionales habrían de guardar el derecho de toda humanidad. Años 1583/1645.- Dejemos pasar un milenio, que, como tangueaba Gardel “… que mil años no es naaaada…”, y fijémonos en la simple, clara y escueta base legal en que el poeta y jurista holandés Hugo Grotius basó toda la jurisdicción precursora de la moderna justicia universal: “En mis tratados se fundamenta la existencia de principios universales para poder juzgar el bien y el mal, allá donde se produzcan”. Si esto no fuera así, convendrán conmigo que entonces el Tribunal Internacional de La Haya estaría de más, y la Comisión de Derechos Humanos de la Onu con toda su solemne declaración mundial de los mismos sobraría igualmente.

                Año 1985.- El Rey Juan Carlos I sanciona el Reglamento de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en la que justifica la investigación y persecución de los actos… “cometidos fuera del territorio nacional y susceptible de tipificarse como delitos de genocidio, terrorismo, lesa humanidad…”. Hasta aquí, todo bien. Nuestro país se incorpora a la civilización del imperio de la justicia universal. Y, precisamente, apoyándose en ello, el tibetano Wangchen solicita la detención de cinco dirigentes chinos acusados de crímenes contra esa misma humanidad, de los que, uno de ellos, Jiang Zenin, llegó a ser presidente de la propia República Popular China.

                Rabiosa actualidad. Hoy mismo.- Las autoridades chinas no responden a las requisitorias de la Audiencia Nacional, pero sí que declaran: “expresamos nuestra confianza en la habilidad y sabiduría del gobierno español para manejar este asunto de forma y manera apropiada”… A buen entendedor… Así que nuestro insigne portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, se apresura a contestar y contentar con otra declaración, digna de enmarcar en plata (pero en plata de monedas judáicas, 30 a ser posible…): “Hay que evitar disgustos inútiles que solo general conflictos diplomáticos”… Se jodan los muertos. Hay que volver a la ley de la interesada caverna. Como dato de postdata, aclaro que China es la meca de nuestras multinacionales, y además controla más del 20% de la deuda exterior española.

                Eso sí, claro… Si el jodío tibetano Wangchen hubiese sido español, ni los chinos le hubiesen asesinado a sus padres, él a lo mejor sería torero… Y si el sanguinario Zemín también hubiese sido español en vez de chino, pos ni te cuento María Sarmiento. Puede que fuese cofrade del Cristo del Santo Apaño… Pero como no son de aquí, ajo y agua, y a recoger beneficios, aunque sean sangrientos.


                O sea, desde Justiniano aquí, en una sola legislatura, nos hemos pasado por la quintaesencia del moñoño mil quinientos años de historia universal de la justicia… Así, con un par. Como si tal cosa… Y aún tenemos la indecencia de decir que no vamos a ser los justicieros de nadie, o que bastante tenemos con los problemas de aquí como para arreglárselos a los de fuera. Como si los de fuera no fueran seres humanos. Vale, pues entonces no pidamos justicia a nadie, ni esperemos que nadie nos ayude en nuestros problemas… A lo mejor es lo que algunos alguienes quieren.

viernes, 11 de abril de 2014

EL GRAN CENSOR

De ningún modo puedo sustraerme el comentar lo acaecido a mi amigo, y colaborador de este mismo periódico, Pepe Hernández, por lo que tiene de surrealista y de almodovariano. Y lo cierto es que sería un divertido skecht entre los actos del drama que se representa en el escenario de la política de esta país, si no fuese porque, en el fondo, subyacen motivos y formas lo suficientemente serios como para empezar a ser preocupantes… Pero, enfín, fuera como fuera, la verdad es que lo ocurrido al buen José, más que patético, resulta peripatético.
 
                Con ocasión de las últimas elecciones habidas y sufridas, allá por el 2.012, Hernández Mondéjar suscribió una serie de artículos bajo el lema El Candidato Virtual, donde, como su propio título indica sin lugar a equívocos, aparentaba nominarse a sí mismo frente a un inexistente, y delirante, partido ficticio, en que la broma, el humor y la parodia eran los ingredientes utilizados para hacer pasar un buen rato al lector con todos los típicos tópicos que nos depara toda campaña electoral… Hasta aquí, la ocurrencia festiva y desenfadada del columnista. La triste gracia (que no desgracia, para él) es que, militante del PP de toda la vida, le dieron de baja en el mismo, ipso facto. El motivo: “.. por hacer campaña con otro partido”. Censurocracia, se llama esto. Acaba de enterarse y está mudo de asombro.

                No es para menos, Pepe, no es para menos. Yo mismo me he quedado bizco cuando lo he leído. Pero más por las connotaciones asociadas al hecho que por el hecho en sí mismo, por muchas migas que éste tenga, que las tiene… Lo primero es que yo pensaba que el cuerpo de censores había desaparecido con don Paco el ferrolano. Pero se ve que lo han resucitado y puesto en marcha. No se entiende como se enteran lo que escribe todo plumilla en todo el territorio nacional… porque si saberlo lo saben, entenderlo no lo entienden. Se ve que son jóvenes contratados de los que se refiere el Informe Pysa, de comprensión lectora cero puñetero. Porque hay que ser asnos para confundir un partido real con uno de coña… Claro que, como los reales parecen tan evanescentes, igual no saben distinguir la verdad de la ficción. En todo caso, aún puede dar gracias José Hernández de que su cachondeo fuera mucho antes que lo del Jordi Evole, si no, no sé lo que pudieran haber imaginado tamañas eminencias.

                Y eso que, en tiempos del invicto, la censura la ejercían lo más burdo e inepto del cuartel. La Codorniz publicó en su primera página que España “sufría un fresco general procedente del norte”, y creyeron que era el parte del hombre del tiempo. Pero, aún con su burrez, no confundían churras con merinas. Mi pariente Luis Tardido, en aquellas dictatoriales fechas, sacaba pecho de pertenecer al Partido Comunista del Niño Jesús, y nunca, jamás, a nadie se le ocurrió ni soñando que pudiera ser verdad. Todo lo contrario, el festejo y el jolgorio era compartido por tirios y troyanos… Pero es que con mi amigo se han tragado el cazo hasta el rabo. Hay que ser mú tontolhabas para creerse a pié juntillas una parodia tan exagerada como disparatada.

                Dios nos libre de caer en manos de cazafantasmas de tal nivel. Porque tengo otro amigo, más o menos conocedor, de más o menos intríngulis, de más mases que menoses saberes, que me dice y asegura que no, que no es que los censores hayan vuelto a la vida de los no muertos, que no es eso… Que lo que sí existe es una red de espías y correveydiles, un anónimo servicio de informadores y cantaranas, de especímenes emboscados que ejercen de divino ocus vigilans, que van rajando al camarada supervisor lo que andas cascando por ahí, o lo que largas escribiendo, o con quiénes te vas arrejuntando…
               

                Si eso fuese verdad, y visto que a mi amigo Pepe lo han borrado por traidor a la causa, no puedo evitar el asalto al recuerdo de viejas pesadillas en que el gran hermano tejía sin cesar – como Ariadna – interminables listas negras… Por naide pase.

lunes, 7 de abril de 2014

UNIVERSO

No me puedo sustraer de comentar el último descubrimiento que ha hecho un equipo internacional de científicos desde uno de los mayores observatorios del mundo, en el Polo Sur. Es demasiado atrayente para mí, ya me conocen mis habituales de qué pié cojeo. Y me es muy difícil evitar la tentación de comentarlo con ustedes, que, aunque bien sé que esto es tema de minorías, no me negarán que la curiosidad por saber cómo y cuándo comenzó todo este jodido lío, no resulta atractiva.
 
                Porque lo que ha salido a la luz son los primeros instantes del universo. Los primeros segundos de su nacimiento. Las ondas de su primer movimiento, de su primera respiración, de sus primeros latidos… Escalofriante, ¿verdad?.. Todo empezó hace casi 14.000 millones de años… ¿Y cómo puede saberse esto?, preguntarán algunos. Muy sencillo: por la velocidad de la luz: visto el fogonazo y captada la distancia, calculado el tiempo. Pero, el caso de esta cosa es que viene a confirmar la relatividad de Einstein, la teoría del Bing-Bang de Hawkyng, e incluso el más reciente de física quántica del Bosson de Higgs, encajando todo como teselas maestras de in inabarcable puzzle.

                Todo se inicia en un punto primitivo que bien podría ser mil millones de veces más pequeño que un protón, si es que pueden imaginar tamaño destamaño… ¡¡¡ Pum ¡!!. Comienza a expandirse exponencialmente, duplicándose a sí mismo en fracciones de nanosegundos… cien veces… mil veces… un millón de veces… entonces tiene apenas el tamaño de un garbanzo. Pero la fuerza, la inflación, es infinita. Es en ese mismo punto y momento cuando aparece el fenómeno del tiempo. La dimensión temporal. Y eso tan solo como elemento especulativo, para poder entender pálidamente el desarrollo de lo que vino después: la conversión de esa energía en materia, la materia que se asocia en una gama infinita de vibraciones distintas y densidades diferentes para organizarse en mundos, planetas, estrellas, galaxias, cosmos, constelaciones, universos… cientos de miles de millones de ellos.

                Los científicos, de momento, se quedan ahí. Bastante tienen con empezar a desliar esta inmensa sartén de migas. Lo que, a partir de ese instante, depare el desoville de tal madeja, promete ser apasionante, sin duda. Ojalá pueda vivir las próximas décadas manteniendo la sesera lo suficientemente despejada y en condiciones como para enterarme bien enterado de lo que vá a ir saliendo a cuenta de este invalorable descubrimiento.

                Sin embargo, aunque la ciencia lleve su camino pasico a pasico, y no especule, o especule lo justico, a mí sí que me gusta sacar consecuencias suficientes como para mantenerme despierto en lo que me apasiona. Así que yo me pregunto: vale, conforme, de acuerdo, la traca inaugural de este inabarcable castillo de fuegos naturales ya sabemos cómo pudo tener lugar… ¿Pero qué coño – con perdón – hizo que se encendiera la chispa que prendió la candela?.. ¿qué factor provocó tamaña explosión creativa, o creadora, o creacional..?. ¿Qué ocasionó y, sobretodo y casi por encima de todo, porqué se ocasionó semejante espectáculo?.. ¿Qué motivo originó el circo que vivimos como espectadores al mismo tiempo que como payasos?.. Si la mecánica quántica es autointeligente, ¿de dónde salió esa inteligencia?..¿de qué nació la inteligencia natural, animal..?, ¿de dónde leches la humana… por llamarla de alguna forma?.


                Ya sé que son preguntas sin respuesta pesable y medible, cuantificable. Que aquí la ciencia utiliza una discreta prudencia. Es lo suyo. Pero el intelecto vuela en busca de sus propios patrones, porque, si no, no sería intelecto. A mí no me importa en absoluto el nombre que se le dé al absoluto. Me importan los atributos de ese absoluto, no sé si me explico... Y los que me imagino son de mucho más sentido común, de muchísima más lógica, que los que me han ido enseñando muy mal enseñado, y tuve que reaprenderlos de nuevo por mí mismo… Buscad, y encontraréis, ¿os suena?..

jueves, 3 de abril de 2014

¿ES TAN DIFÍCIL?..

Hace pocos meses se descubrieron en Zaragoza cinco cuadernos, a modo de un diario en el que vertía su confesión, de un cura destinado en la cárcel de Torrero recién acabada la guerra civil, donde se relata el sádico horror de vencedores sobre vencidos, en un intento de descargar su atormentada conciencia. Martín Zubeldía relata la atroz escena de un desigual fusilamiento… “Veinticuatro hombres para matar a tres mujeres”, gritaba Salina Casas al pelotón… Ella, Simona Blasa y Margarita Navascués recibieron su absolución antes de que el teniente, “como un autómata”, escribe, descargara el tiro de gracia sobre sus cabezas.    


                “… Como sacerdote y cristiano siento asco y repugnancia ante asesinatos y atropellos que no puedo aprobar”, afirma en su testimonio. También cuenta “la lucha feroz de los guardias arrancándoles a la viva fuerza los hijos de los brazos de sus madres, incluso niños de pecho, para entregarlos a otras familias “de bien”… Describe dramáticamente sus gritos desesperados, “¡Por compasión, no me la roben, que la maten conmigo… no quiero dejar mi hija con estos verdugos”… “Esos bebés tenían un año”, suscribe literalmente, “…y dos monjas recogieron a los niños, tras que mataran a sus madres”…

                Su soledad y amargura las vierte en el siguiente párrafo: “mi actitud contrasta vivamente con los otros sacerdotes que se regocijan extraordinariamente, y no solo aprueban cuanto sucede, si no que prorrumpen en vivas a esos actos con frecuencia…”. Su superior le restregaba, ”hoy comeremos las gallinas requisadas a esos miserables (…) por nuestros valientes requetés”… Zubeldía se negó a decir misa en la capilla donde el altar lo presidía un enorme retrato de Franco. Enfermó de úlcera, y fue castigado y trasladado a Pamplona. Cuando regresó, los fusilamientos seguían, pero eso sí, “en las tapias del cementerio donde se producían, habían colocado sacos terreros para que no se notasen los impactos de las balas en las paredes y en los nichos”

                Es posible que algunos me echen en cara el escribir hoy sobre estas truculencias que debieran estar destinadas al olvido y que nadie quiere oír. Puede ser… Pero eso díganselo a un Rouco Varela cuando suelta en un funeral de estado que estamos al borde de una nueva guerra civil, o al obispo de Alcalá cuando dice misa por las víctimas de un bando con la bandera del águila en el altar mayor… Pero no me lo digan a mí. Esto son las terribles consecuencias de ello, no el motivo. Cuando las advertencias vienen desde la cúpula del poder, son amenazas, y cuando los hechos se recuerdan desde el pueblo que los sufrió, son lamentos. Heridas abiertas. Y las heridas cierran cuando curan desde dentro y desde fuera. En una sinergia íntegra y total, absoluta, sin concesiones. Desde un lado y desde el otro.


                En una guerra incivil, los vencedores se encargan implacablemente de “hacer justicia” sobre los vencidos. Ya se ha comprobado. ¿Pero quién se encarga de hacer justicia sobre los justicieros?.. La historia, contestará alguno. Larga me la fiais pues, don Mendo… Las historias cerradas en falso, como las heridas, suelen traer malas historias, y las malas historias acarrean peores historias. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU está pidiendo repetidamente a España que investigue los crímenes contra la humanidad del franquismo, por activa y por pasiva. En respuesta a ello, aquí se siguen proclamando mártires de la cruzada y continuamos echando sal en esa misma vieja herida. Una y otra vez. Pero no me lo achaque a mí, por favor. No lo admito. Yo ni siquiera pido justicia… yo tan solo espero que pidan perdón quienes deben pedirlo, no que sigan restregándonos su impiedad por las narices. Pues tras el perdón siempre viene el olvido. Por eso bastaría con pedirlo. Solo eso… ¿tan difícil es?..

miércoles, 2 de abril de 2014

De lo divino y humano: MANIFESTACIÓN y CULTURA

De lo divino y humano: MANIFESTACIÓN y CULTURA: Me hubiera gustado estar el pasado día 9 en Madrid. En la manifestación a favor de la cultura. – Pero si tú tienes tirria a las manifas, a...