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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

jueves, 30 de noviembre de 2023

RECORDEMOS Y PENSEMOS

 


(de BBC)


No hace ni cuatro siglos se celebró el juicio contra Galileo por parte de la Santa Inquisición de la Iglesia Católica (1.633)… “Eppur si muove”, dijo el sabio apenas fue condenado (murió poco después a resultas del castigo recibido) en una última confesión de la verdad científica y el obligado sometimiento a la cerrilidad dogmática de una institución que, posteriormente, ya en 1.991 nada menos, Juan Pablo II no tuvo más remedio que reconocer que era inocente de la acusación por la que fue perseguido, apestado y apartado… Eso sí, no se pidió disculpas por el error, no se pidió disculpas por su muerte. Un reconocimiento forzoso y forzado por circunstancias demostrables e irreversibles.


“La doctrina de que la tierra ni es el centro del universo, ni está inmóvil, sino que se mueve, incluso con una rotación diaria, es absurda y falsa, tanto filosófica como teológicamente, y es, cuando menos, un error de la fe”. (Del Acta de acusación de la Iglesia Católica contra Galileo).


Se desprenden de esta bárbara acusación un par de burradas, al menos: primera, que una religión, cualquier religión, por muy constituída que esté, pueda establecer principios científicos al márgen de toda ciencia, investigación y constancia empírica. Hasta qué punto un absurdo y gratuíto dogma puede ponerse sobre las propias leyes universales, una vez probadas y demostradas éstas por la ciencia… Y segunda, que una Iglesia, la que sea, pueda dictaminar “un error de fe”, como si los seres humanos, cada persona, no pudiera elegir su fe libremente, o incluso no tener fe.


En este punto, precisamente, en el que yo tanto incido cuando afirmo y reafirmo que el concepto de “fe” impuesto a machamartillo puede ser cualquier cosa menos fe; y que asociar ladinamente la idea de la Fe con el concepto religioso es una manipulación de fondo y forma de la religión de turno sobre su verdadero, auténico y genuíno significado… La fe, si no es libre, absolutamente libre, ni es fe, ni nada que se le parezca.


Se me alega, y es cierto, que la Iglesia, la nuestra, la Católica, Apostólica y Romana, se entiende, tres siglos y medio después, rectificó, y que eso haya que tenerlo en cuenta en descargo de la misma. Es verdad, no lo niego en modo alguno… Pero “reconocer” no es “rectificar”, permítanme decirlo. Yo puedo reconocer que me he equivocado en algo, pero no rectificar en el comportamiento que lo ha provocado. Equivocarnos lo hacemos todos, es humano. El problema reside en que la Iglesia no se considera humana, sino divina, y eso sí que es un magno pecatus suum… La infalibilidad que se otorga a sí misma le obliga a no rectificar en sus planteamientos ni en sus métodos. Y eso es pura soberbia.


Prueba palpable de que sigue así es que, en 2.016, ayer mismo, Stephen Hawkings, fue “invitado” al Vaticano para recibir explicaciones sobre su Teoría del Big-Bang, que, de alguna manera, “suplanta” – dicen ellos – a “su” Creación… Se me objetará que una invitación no es un proceso del Santo Tribunal. Pues naturalmente que no. Aunque también Prisciliano el Apóstata fue “invitado” a explicarse y salió de allí con la cabeza debajo del brazo.


Pero es porque hoy carecen de autoridad civil que los respalde, como para condenarlo a penas de cárcel o muerte, gracias a Dios, y no tienen otro remedio que adoptar y adaptarse a fórmulas más aceptadas por civilizadas, culturales y educadas, que las que usaron también con Copérnico, Miguel Servet, y tantos otros… Pero a mí me queda la duda razonable de qué y cómo obrarían si tuvieran ese poder secular en sus manos, tal y como lo tienen los gobiernos y políticos islamistas, por ejemplo… Aún y así, el sambenito de “científico ateo” salió con él puesto, y no lo apearon de él (aquí su “no-mentirás” se lo pasan por la casulla) ni después de su muerte, cuando lo de “ateo” es otro concepto tan sui géneris como el de “su” fe, ya que ellos llaman “ateísmo” no creer en “su” diós. Y eso también es otra cosa…


La cuestión es que nunca, jamás, podremos tener una interlocutoría válida ni razonable, ni siquiera ponderable, con religiones y confesiones estructuradas bajo iglesias absolutistas. Resulta básicamente imposible. Ellos se autocapacitan a sí mismos para tener siempre la verdad absoluta, y punto pelota… Por ejemplo: el Defensor del Pueblo publica un informe riguroso, probado y detallado, sobre 440.000 casos de abusos sexuales a menores dentro del ámbito de la Iglesia Católica en España, ¿no?.. Pues bien, nuestra Conferencia Episcopal dice que eso es mentira, y sanseacabó, mentira es. Todo el mundo boca abajo. Su diós les ha hecho depositarios de la verdad absoluta hasta tal punto de hacer sus embustes verdades, como convertir el agua en vino.


Y todo esto se mantiene así por dos poderosas razones: porque una enorme, e insólita, mayoría de ciudadanos aceptan ese diós suyo en el que los han hecho creer a pies y mentes juntillas; y porque ese disparatado ciudadanaje se traduce en votos, que son las monedas judáicas que entienden nuestros políticos, y que funciona como divisa de compraventa. En consecuencia, ningún gobierno, ninguno, tampoco uno de izquierda como se demuestra, va a mover un solo dedo para finiquitar un Concordato que nos mantiene esposados y espesados a una caterva de obispos ortodoxos hasta el vómito, manipuladores de la verdad, y recolectores de privilegios… Y todo esto hasta reconocido por el propio papa Francisco.


Prueba fehaciente de este estado de cosas y de casos es que ningún gobierno democrático y liberal de Europa mantiene tan vergonzosa clase de atadura a confesión alguna, que no solo les permite inmiscuirse en los asuntos de Estado, sino que igual se les permite inmatricularse en beneficio propio lo que es propiedad de ese mismo país y de sus habitantes. Ni siquiera Italia ostenta tales cadenas… Y todo eso debería darnos vergüenza y cargo de conciencia… si las tuviéramos, claro.


El propio Eclesiastés descubre una máxima: “No contengas la palabra de vida y no escondas tu sabiduría”… Por supuesto, su significado está secuestrado por la propia declarada por ellos Historia Sagrada, para que solo su curia lo pueda explicar. Pero la frase fue escrita para todo bicho viviente libre de espíritu que pueda y sepa pensar y razonar, no solo para la traducción y uso de los dirigidores epíscopos. Y lo que dice, llanamente, y sin tapujos, es: no te guardes lo que sepas y compártelo con los demás.


Es lo que intentó hacer Galileo y tantos otros; y es lo que deberíamos hacer todo hijo de vecino con posesión de neuronas libres en su cerebro, y de intelecto libre… Tengo muy claro, y lo admito y reconozco, que en otras circunstancias sociales y políticas, a mí no me dejarían ni respirar; como que también existen partidos y partidas de sicarios al acecho. Los conozco muy bien, y no me llamo a engaño…


Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com


miércoles, 29 de noviembre de 2023

ESTO ES LO QUE HAY / PROGRAMA RADIO

 Y ESTO ES LO QUE HAY / PROGRAMA RADIO:

https://youtu.be/zI1LxQ4mooM

martes, 28 de noviembre de 2023

¿Y AHORA, QUÉ?..

 

Muy a menudo, bastantes participantes de mi programa de radio El Mirador, se han lamentado de no tener un lugar donde hacer charlas, mesas redondas, conferencias, sobre el contenido de mis temas…

Ahora, el Casino de Torre-Pacheco nos cede el espacio necesario para hacerlo, o desarrollar otros temas culturales de interés, como podrían ser Talleres de Escritura; punto informativo sobre Mediación, Libros, etc… Quiere hacer honor a su nombre de pila: Círculo Instructivo.

Nuestro mejor agradecimiento sería darle una respuesta masiva de asistencia a su generosa oferta… Por supuesto, estamos abiertos a propuestas. Solo faltaría que, tras tanto lamentarnos por la carencia de sitio, ahora despreciásemos tal oportunidad. Aquellos que pedían, que hablen ahora.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

lunes, 27 de noviembre de 2023

EN CORRESPONDENCIA...

 


(de YouTube)

Una lectora y muy señora mía, ortodoxa católica sin ánimo de molestar, me reta… sí, muy correctamente, pero me reta, “ya que pareces ser antimilagros…” a explicar la curación del paralítico en la piscina de Betseda, que ella considera “rotundo y sin fisuras”… Con la misma educación y respeto, me propongo corresponderle, no sin antes, claro, releerme y repasar detenidamente el pasaje de San Juan que lo relata, si bien ceñiré aquí a ustedes tan solo que la parte en que recoge el hecho en sí y sus consecuencias posibles, si bien me permito recomendarle, también con toda mi consideración, la obra “La No muerte de Jesús”, de José Hernández Mondéjar, aunque mi parecer y opinión sea independiente de la suya…

Había allí un hombre que llevaba 38 años enfermo; Jesús lo vió acostado, y conociendo que llevaba mucho tiempo, le dijo: ¿quieres ser curado?. Respondió el enfermo: Señor, no tengo a nadie que, al moverse el agua, me meta en la piscina, y mientras yo voy, baja otro antes de mí. Díjole Jesús: Levántate, toma la camilla y anda. Al instante, el hombre quedó sano, y tomó su camilla y se fué.”

Bien, lo primero que a mí me parece es que el hombre aquél no era paralítico, sino artrítico (de lo más común en aquella época, por cierto)… Me lo imagino por el detalle de su contestación a Jesús, que, observen, y según el evangelista, ya sabía de antes su situación: “mientras yo voy, baja otro antes que yo”, o sea que el hombre andaba… lento, pero caminaba. Luego no sufría parálisis. Como tantos, había hecho de su carencia profesión limosnera: agarraba su litera, cogía sitio, y pedía ayuda en las concentraciones de gente, cosa nada rara entonces. Jesús, conocedor del caso, lo achuchó a superarse, y le empujó diciéndole algo así como: anda, gandulazo, recoge tu camilla y muévete, y verás como mejoras

Existe un párrafo siguiente de ese Evangelio que no deja de ser significativo… Justo cuando los celosos de la ley judía, que no dejaban en sábado ni llevarse la cuchara a la boca, le recriminan al mismo paralítico raro, sin extrañarse un pelo: “es sábado, y no te es lícito portar la camilla”, y el tal les contesta: “el que me ha curado es el que me ha dicho que coja mi camilla y me vaya”… Esto es, cuando la policía moral le echa mano transgrediendo las leyes del sábado, le falta tiempo para ejercer de acusica señalando a ese que me ha dicho que lo haga, sin un ápice de agradecimiento. Le había hecho mover el culo y su reacción lógica fue esa. Si Juan pusiera el que me ha “levantado”, en vez de “curado”, encajaría perfectamente en el contexto, pero claro, la misión del evangelista no es glosar, sino gloriar.

Y es lo forzado de tales comentarios, precisamente, lo que lleva a echarle un par de pensadas con un chup-chup de pura lógica… El remate y conclusión de ese Juan,1-18 es algo verdaderamente curioso por clarificador. Relata que Jesús se volvió a tropezar en la sinagoga al tal elemento, y reconociéndole entre la muchedumbre, le dijo: “mira que has sido curado, no vuelvas a pecar, no te suceda algo peor”. Traducción esperada por parte del evangelista de una frase más entrada en el sentido común, algo parecido a: mira cómo te has mejorado, no vuelvas a postrarte porque será peor para ti… La guinda de ese Evangelio está en la contestación a los inquisidores religiosos cuando éstos le acusan de trabajar y hacer trabajar en sábado: “mi Padre sigue obrando todavía, y por eso obro yo también”… esto es, en román paladino: si Dios no para en sábado, ¿por qué hemos de parar sus hijos?..

Doy por supuesto, naturalmente, que cambiar un pensamiento inducido que ha sido estructurado en una determinada orientación durante milenios, no es nada fácil… Personalmente, para abrir mi capacidad mental, he tenido que “desestructurar” previamente un cerebro catequizado según dogma establecido, y eso lleva su tiempo… Claro que hay personas que no quieren liberarse, ni tienen voluntad de ser despertadas; y no sirve de nada forzarlas ni siquiera a intentar lo que ellas no desean. Ni tampoco es ese mi interés, claro está…

Pero sí que es mi obligación moral contestar a los que me preguntan, según mi leal entender, no según el dictado de ninguna ortodoxia establecida. El aceptarlo o no ya es opción de cada cual. Mi propósito no es cerrar puertas, sino abrir ventanas… Cada ventana brinda una perspectiva diferente, y en la suma de todas ellas reside la verdad… Y en el fondo de todo está la libertad para “buscar y encontrar” la realidad única, lo distinto en la unidad.

Y he procurado contestar y corresponder a la dama que me instó (dejo lo de “retó”) a explicar este “milagro”, con toda la honestidad de la que soy capaz. Y solo invito a que, ya que se molestan en preguntarme, piensen, recapaciten, reflexionen, en otras posibilidades, y en distintas maneras de ver las cosas. Solo eso… Y si me lo permiten, una vez ya puestos, quizá ayude un poco si les digo que a mí, ni Dios ni Cristo me compran ni me ganan con milagros, ni me convencen atracándome de ellos; sino que el convencimiento me viene a través del conocimiento.

Considero, y permítanme decirlo sin que nadie se siente señalado, pues no es esa mi querencia, que los prodigios y portentos son residuos tribales y totémicos; restos arcaicos de exigir maravillas y milagros al Dios de turno que nos pruebe ser nuestro dios verdadero, y yo el primero… Lo veo, perdónenme, muy inmaduro por nuestra parte – por no decir un pelín ruín – que se nos tenga que alimentar aún con biberones espirituales azucarados, portentosos y con sabor a magia… Excúsenme que les pregunte a todos y cada uno: ¿Creería en un Jesucristo que no haya hecho ningún milagro, ergo tampoco ha hecho el milagro de resucitar?.. No se hagan trampa a sí mismos, y piénsenlo bien pensado, que es por su propio bien. El problema no es de Jesús, el problema es suyo…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com