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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

miércoles, 17 de diciembre de 2014

De lo divino y humano: LA GRAN INMORALIDAD

De lo divino y humano: LA GRAN INMORALIDAD: Para las preguntas sencillas tendrían que haber respuestas sencillas. Por ejemplo: ¿por qué, si el BCE tiene puesto el interés del dinero ...

martes, 16 de diciembre de 2014

AQUEL LEJANO AMIGO CERCANO...

Aquella persona sabía lo que me estaba diciendo. Y me recordaba algo que yo también sabía, para que no se me olvidara: no me tomes por sabio, pues no es sabio el que sabe, si no el que vive según lo que sabe, y yo no lo hago. Pues no… ni yo tampoco, por supuesto, ni yo tampoco… Esa antigua enseñanza, hoy como ayer, se mantiene nueva y fresca, actual, y así seguirá siendo mientras el hombre sea humano. Y seguimos charlando delante de unos cafés humeantes… Llamamos libertad a lo que solo es independencia – añadió – conocimiento a lo que solo es cultura, profesión a lo que solo es ocupación, verdad a lo que solo es posibilidad, fé a lo que solo es creencia… 
 
                Y es cierto. Tenemos suficiente independencia para hacer esto o aquello, poseemos una capacidad de elección más que razonable, podemos optar por una cosa u otra, y creemos que eso es libertad. Pero no lo es. Si nos fijamos bien, en realidad la mayoría de las veces somos esclavos de lo que elegimos y perseguimos. La libertad es un estado espiritual más que material o físico. Era más libre Mandela en su prisión y Gandhi en su pobreza que todos los demás… Igual creemos que poseer una vasta cultura supone tener conocimiento. Mas tampoco es así. El conocimiento es la ciencia de conocerse a sí mismo, la gnosis, y, a veces incluso, según qué cultura sea ésta es un estorbo y un obstáculo para conseguir el conocimiento. La cultura es la burda y pobre pintura que tapa el oro del conocimiento.

                También pensamos que ocuparnos de algo es profesionalizarnos en ese algo, cuando no es así, porque confundimos oficio y profesión. Pues no. Profesión es vocación, no ocupación. Raras veces alguien hace oficio de su vocación, sin importarle si se ganará bien o mal la vida. Pero casi siempre se hace profesión buscando una buena salida que permita un buen pasar, un buen vivir… No es lo mismo, no… Como no es igual la posibilidad de lo que puede ser y la verdad de lo que siempre es. Lo cierto se oculta en lo probable, y nosotros confundimos la verdad con lo posible. Todo lo que es posible lo vemos, lo tocamos, lo sentimos… sin embargo, la verdad es invisible, intangible. La posibilidad es una vida llena de normas, la verdad es una norma de vida.

                Porque esa vida llena de normas, en el fondo, son dogmas. Por eso también confundimos la fé con la creencia. Los dogmas fabrican las normas y de las normas nacen las creencias, pero nada tiene que ver con la fé, pues la fé es iluminación, no una guía de normas para ciegos que necesitan ser guiados, normalmente, por otros ciegos. Nos han dicho que la fé es creer, pero la fé es saber. La fé tampoco es contagiosa, si no sería un virus. La fé es tremendamente personal e intransferible. Es una joya única y cambiante hecha para ti solo, que, si la buscas, siempre acabas por encontrarla. Pero no tienen que dártela, no tienes que recibirla de nadie, haz de buscarla por ti mismo. Busca y encontrarás, fue dicho.

                “Sigues siendo niño y viejo, sigues estando más allá y más acá de la muerte, sigues siendo todo y sigues estando en todo, porque tú nunca, jamás, naciste…”. Esta cita no me la achaquéis a mí, con la idea de tacharme de loco. Esto lo dejó escrito hace muchos miles de años Hermes Trimegisto, el tres veces grande. Si pensamos en la profundidad, no en una superficie inducida por otros, a lo mejor nos acercamos al conocimiento, a la verdad, a lo auténtico, a la fé… Pero, mirad, un antíguo libro cuenta que Dios quiso poner un anzuelo al Diablo. Así que Dios se disfrazó de Hombre… y el Diablo picó.- El Diablo quiso pescar al Hombre, y fué Dios quién lo pescó a él.

                Mi viejo amigo, se despide, - Somos distintos a lo que fuimos, y seguiremos cambiando, pero siempre seremos los mismos. Y yo le contesto, - Sí, y conocemos muchas cosas, pero no sabemos ninguna…


martes, 9 de diciembre de 2014

LAS FRONTERAS

Hay una frontera en todo y para todo. Unas veces parece que nos vienen impuestas, bien por los demás, bien por el tiempo, aunque el tiempo sea nuestra más necia creación, bien por las circunstancias, aunque así llamemos a nuestra excusas, bien por causas ajenas a nuestra voluntad, aunque no a nuestro subconsciente… Otras veces, la mayoría de ellas, esas fronteras las ponemos nosotros, nos vienen colocadas por nuestro propio interés, o comodidad, o utilidad, porque así dividimos y parcelamos nuestros asuntos, y de ese modo nos parecen más fáciles de abordar… Hay veces que las fronteras son inconscientes, pues es una manera de convertir lo voluntario en involuntario, una cierta evasión de responsabilidades… 


                …Pero el caso es que vivimos con fronteras y entre fronteras. Somos seres fronterizos, con todo lo que ello implica. El café te llega hirviendo, pero a ti te gusta caliente, ni hirviendo ni tibio, así que aguardas la calidez justa, pero siempre hay algo que te traiciona en esa misma frontera, y no lo logras, así que, o te quemas, o lo vomitas mentalmente. Igual que nunca captas la frontera mágica entre la noche y el día. O te pilla durmiendo, o te pilla insomne, pero nunca te pilla viviéndola. Como la frontera entre el otoño y el invierno, o entre la primavera y el verano, que jamás somos capaces de experimentarlas, de convertirlas en emociones…

                Tampoco nos paramos nunca en el  sobrenatural paisaje que nos brinda la frontera entre la niñez y la adolescencia, ni entre la mocedad y la madurez, ni entre ésta y la vejez… No apreciamos el relevo de guardia, los cambios, hasta que éstos se han adueñado de nosotros y nos han hecho sus esclavos. Y entonces nos damos cuenta de lo que hemos perdido sin apenas sentir que lo perdíamos.

                Observamos con expectación al recién nacido, una milagrosa creación repleta de pequeñas y múltiples fronteras maravillosas, y pasan todas y cada una de ellas ante nuestra vista de ciegos, sin verlas, sin sentirlas, sin disfrutarlas, sin experimentarlas… Al igual que el café, el niño pequeño te hierve en las manos y en el alma, pero te entretienes en los prolegómenos y pierdes la calidez para encontrarte con la tibieza. Jamás con la plenitud. Las fronteras pasan deprisa para lo despacio que vamos nosotros… ¿o es justamente al revés?..

                Nuestros hermanos, amigos, esposos, hijos o nietos… Fronteras vivas a nuestro lado que son como el pié de rey, la medida, como el contraste del metal de nuestra propia vida. No vemos cómo crecen y descrecen con nosotros, maduran y envejecen en distintas escalas de nuestro camino pero en el mismo escenario de nuestra vida… Como no vemos el nacer de la flor del cactus, o como no percibimos el madurar de una fruta verde, o el agostar de una planta. Al cruzarse sus fronteras con la nuestra no apreciamos ninguna de ellas. Vemos los porqués pero no vemos los cómo. Sabemos porqué se encanece pero no sabemos cómo se encanece. Y eso es porque hemos perdido las fronteras… mejor dicho, hemos perdido la oportunidad de borrar las fronteras al no tener la capacidad de vivirlas. No podemos eliminarlas, por el hecho de no verlas. Al no ser dueños de los pasos, no nos hacemos dueños del camino.

                Fijadse en esta columna de hoy. Existe el aúge del principio y la decadencia del final. Un café caliente que se vá enfriando… ¿Podemos hacer nuestro el lugar exacto de esa frontera?, ¿podemos conquistar ese paso fronterizo entre dos valles?.. Si nos esforzamos, las anularíamos, y entonces quizá encontraríamos otra cosa: el auténtico sentido de la existencia.


miércoles, 3 de diciembre de 2014

AUTOFOTO

Ya sé que yo no voy a descubrir a estas alturas lo que es un “selfie”. Cuando ya todo el mundo que está en el mundo hace lo que todo el mundo hace. Un “selfie” es una autofoto. Nada más. Con todo lo que eso lleva consigo de moda, vaciedad, complejo y necesidad. Es una moda, porque se ha extendido como la pólvora el que un mono imite a la manada de monos que, a su vez se imita (fotografía) a sí mismo. Es vaciedad, porque tal es el hueco interior que no sabemos mas que llenarlo de lastimosa autocomplacencia. Es un complejo, aún de no reconocida inferioridad, que nos lanza compulsivamente a promocionar nuestro yo, pensando que el yo es nuestra cara. Es una necesidad, porque cada vez que vemos algo o alguien que consideramos importante, sentimos el impulso de fotografiarnos con ello a fin de compartir – robarle – esa dudosa importancia.
 
                Prueba de todo esto, es que, acto seguido de la parida, procedemos a colgarlo como desaforados en las redes sociales, para que se nos vea bien vistos lo guapos, inteligentes, originales o valerosos que somos. Y las redes se llenan de millones de selfies de personas despersonalizadas que hacen lo mismo delante de lo que otros tantos tontos han decidido consagrar como celebrity. Si dentro de unos cuantos siglos, algún movimiento antropológico decide estudiarnos, a la gente de hoy se nos considerará como una subespecie atrasada, que desarrollamos una cámara en una de nuestras extremidades para mirarnos a nosotros mismos a través de ella y que nos vieran los demás. Y sin mayor concepto mental que emigrar como ganado hacia objetivos comunes. Nos etiquetarán como los autofotus gregarium, o algo por el estilo…

                Hace años, en El Louvre, pude experimentar in situ el furor idiota de la moda codigodavinciana en su más clamorosa incultura. Cientos de celebrados descerebrados, cretinizados ante la Gioconda, no para verla, no para admirarla, no para estudiarla, si no con el único objetivo de meterla dentro de un objetivo. Nada más. Hoy, en una revista, veo a otros cientos de idiotas descendientes de aquellos idiotas hacer lo mismo, pero con una sutil variación: dan la espalda a la genial obra para añadir a la imagen de la Monna Lisa su propia imagen de idiota. Ayer era la idea mema de mostrar un cuadro relacionado con un Best Seller, que ni se comprende ni se quiere entender tampoco, y hoy es inmortalizar la obra de arte, ya inmortal por cierto, con nuestra triste presencia, como en un onanismo imbécil.

                Lo único que se rasca en el fondo de esto es el patético “yo estuve allí”. Eso es el todo y la nada. Necesitamos formar parte de la historia, e ignorantemente, creemos que basta con pasarse por allí y hacer la autofoto. Como si nuestra presencia influyese en los acontecimientos. Y no nos damos cuenta que no participamos de nada y en nada, tan solo “estamos”… Y “estar”, no es “ser”. Ni mucho menos.

                Estamos, pero no somos. Y no somos, porque solo vamos a captar nuestro careto con quien o con lo que sea que consideremos importante en ese momento. Y eso no vale nada, porque no es nada. Eso es presunción barata, actualizado estantigüismo, pura banalidad. No vamos a los sitios, a las personas o a las cosas para aprender con ellas, o de ellas, a estudiarlas, a fundirnos (no confundirnos), en ellas, a SER con ellas… No, vamos a hacernos, o a deshacernos, en una autofoto, una autosatisfacción, una autopose, un autoengaño… un selfie…


                Enfín, no sé lo que durará esta moda, este adocenamiento vulgar y mediocre, esta necesidad estúpida de autoafirmación vana, que creemos conseguir autofotografiándonos de manera compulsiva, y colgándonos en la cartelera del mundo de las redes. Solo confío en que la próxima ocurrencia del género humano sea menos narcisista, menos egocéntica, menos gilipollas…

martes, 2 de diciembre de 2014

De lo divino y humano: HISTORIA, TRADICIÓN, CULTURA...

De lo divino y humano: HISTORIA, TRADICIÓN, CULTURA...: ¿Es cultura la incultura?.. me preguntas, clavando tu pupila, pupila mía, en mi pupila – joer, cuánta pupila – azul metalrock. La cultura,...

lunes, 1 de diciembre de 2014

COITUS INTERCORRUPTUS

Siempre he mantenido que un estado corrupto, un gobierno corrupto, obedece a una sociedad corrupta. Siempre he dicho que una clase política corrupta nace de una ciudadanía, si no corrupta, si, al menos, corruptible. Nunca al contrario. Jamás al revés. Un político, antes de ser político es ciudadano. Si se mete en política llevado por su instinto de medro, ya está corrompido de antemano, y si se corrompe una vez que participa en política, entonces es que era un aspirante a corrupto, aún sin saberlo él mismo. Una sociedad educada, culta, consciente, responsable e íntegra no suele producir elementos irresponsables e ineptos, incapaces y sinvergüenzas. Ni mucho menos crea hábitats legales para su conservación y crianza, si no que crea leyes para su extinción, y espacios de luz transparente para su visión.

                En nuestro país, desde los tiempos de las vacas gordas acá, ha existido siempre un cuasi confesado y latente matrimonio entre los poderes públicos, políticos, y los económicos, a través de oscuras relaciones empresariales y financieras. Un coitus corruptus no interruptus, que todo el mundo ha reconocido y tolerado en mayor o menor grado, como engrase normal institucional. Incluso se ha aspirado a participar en esa grasa y ensalzado y envidiado al que lo hacía. Desde el tonto el que no lo haga hasta la búsqueda del enchufe amiguil pasando por el a mí sin Iva por favor... Todo un sistema creado para la producción y el mantenimiento de la corrupción… Y del cocinamiento de una sopa de la que no puede salir otra clase de gusarapos.

                Al final del 99, cuando comenzó esta jodida crisis, la percepción social de la corrupción y el fraude en España era del 5,8%... el penúltimo lugar en la preocupación de los españoles. Al final del 2014 está en el 43,2%, o sea, se ha encaramado a un segundo lugar – por debajo del paro – y ya nos preocupamos mucho por ella… Pero, ¿porqué este cambio?.. ¿Qué ha pasado en esos cinco años para ser tan sensibles ahora a la corrupción?.. Pues, muy sencillo: antes éramos razonablemente ricos y ahora somos rematadamente pobres. Cuando participábamos del botín, todo estaba bien y nada se veía mal, y cuando no hay migas para todos, reclamamos nuestra parte a los ladrones que se las están llevando. Pero a esos ladrones los pusimos nosotros de administradores en su día, para que engrasaran el sistema bien engrasado. Que no se nos olvide… 


Sé que muchos me van a protestar y negar tal hecho. No… ni hablar, nosotros no elegimos a los sangradores estos. Se echaron a perder ellos solicos, cuando se vieron en medio de la tarta, pero no aceptamos esa responsabilidad … me parece oír por ahí. Sin embargo no es verdad, no, no es cierto. En las últimas elecciones del 2011, el 40% de los regidores imputados fueron reelegidos. Casi la mitad. Y, que yo sepa, los que metimos el voto en la urna fuimos nosotros, bajados de una higuera, no los marcianos, bajados de un ovni…

Hoy, la corrupción ya es nuestro segundo problema nacional más valorado. Sin embargo, curiosamente tan solo un 12% de la ciudadanía se siente afectada. Nos seguimos mirando al espejo por detrás del espejo. Pese al cambio de tendencia en los últimos tiempos, muchos ciudadanos aún toleran las corruptelas de los políticos. O incluso las justifican… O es mala conciencia, o es mala costumbre, o es mala educación, no sé lo que puede ser, pero sí sé que no es nada bueno, y mucho menos cultura democrática. Se habla mucho de regenerar la política, y no se dice nada de regenerar la sociedad. Pero mientras sigamos pensando que la responsabilidad social es de los políticos, y no nuestra, seguiremos cayendo una y otra vez  en el mismo agujero. Es la política la que es responsabilidad de la sociedad… E interrumpamos ese jodido coitus corruptus de una puñetera vez… Resulta aberrante.


miércoles, 26 de noviembre de 2014

De lo divino y humano: AVISO A NAVEGANTES

De lo divino y humano: AVISO A NAVEGANTES: Nos encontramos a muy corta distancia de un año de intenso urnaje. Va a resultar apasionante, toda vez que se dirimen elecciones generales...

martes, 25 de noviembre de 2014

De lo divino y humano: QUERENCIAS

De lo divino y humano: QUERENCIAS: Mi padre en realidad nació a los doce años, al cuidado de una punta de cabras, cuando un avión le espantó los animales pero no los pensami...

CONFESIONES

El otro día ví un programa de televisión dedicado al cáncer. Y ví a una espléndida mujer hablando de su terrible experiencia de una manera que me impactó, de una forma que me desorientó. Estaba regando las macetas de su pequeño porche plácidamente, y, con un tono de voz sumamente apacible, casi dulce diría yo, contaba que las últimas pruebas médicas a las que se había sometido le daban unos pocos meses de vida. “La metástasis está muy extendida”, decía. “Quizá solo sean algunas semanas”, comentaba con total normalidad. “A veces – aseguraba – cuidando mis plantas, pienso que al comienzo del invierno habrá de podar los siempreverdes de los parterres así o asá, para que adopten determinada forma… mas, luego, me viene a la cabeza que ya no lo podré hacer… que ya no estaré aquí…” 


                Tampoco hay que ser muy sensible para que sientas estallar una burbuja de materia candente dentro de tu pecho. Te esperas cualquier estado de ánimo menos ese. Puedes explicarte a ti mismo la amargura, la desesperación, el abatimiento, la tristeza, la irascibilidad, incluso la ironía descarnada o la rabia… Pero no estamos preparados para ver a una persona afrontar su vida diaria, doméstica, rutinaria, a la vez y al mismo tiempo que también afronta su muerte inminente, con total y absoluta paz y aceptación, como lo más normal de cada día, como lo más natural del mundo…

                …Y es que, efectivamente, es lo más normal del mundo, porque lo más natural de la vida es la muerte, y a ella caminamos desde que nacemos. Pero no nos damos cuenta porque no queremos aceptar tal verdad natural, tal normalidad. Por eso, al encontrarte a una persona que mira de frente a la muerte con la misma naturalidad que encara a la vida, nos encoge y nos sobrecoge, y nos abruma… Tanto, que, íntimamente, no nos importaría cambiarnos por ella si con eso capturamos su espíritu y hacemos nuestra su alma grande, inmensa, libre, eterna… Es un momento de lucidez fugaz que nos confunde, una sacudida psíquica que nos lleva a otra realidad que no es nuestra realidad… ¿o acaso sí que lo es, pero no queremos reconocerla?..

                …Porque, si no estás ocupado en nacer, es que estás ocupado en morir, puesto que la vida es tan solo el paréntesis que hay entre ambas experiencias. Nada más. Un simple intermezzo. A esta magnífica mujer le ha llegado el momento de entenderlo en su más absoluta plenitud, y lo comprende con toda su amplitud. Sin dudas, sin zonas oscuras, sin esquinas… Puede que la vida no nos dé todo lo que le pedimos, pero es seguro que nos da cuánto necesitamos.

                Y son esas vivencias, aunque sea teletransportadas, las que merecen la pena vivirlas y compartirlas con los demás, con nuestros demás. Esa mujer la compartió conmigo, y con muchísimos que pudieron, quisieron y supieron conectar con ella, en ese momento único, cálido y silencioso, antes de morir la noche para hacerse día… exactamente igual que ella. Yo lo comparto aquí con vosotros, de la única forma que la providencia me ha dado saber hacerlo, aún a través de estas torpes y breves líneas. Siento que es mi obligación hacerlo. Porque una cosa es que me seduzcan y otra que me convenzan, y esas imágenes me convencieron. Brutalmente, pero lo hicieron. Y te ponen una verdad simple pero deslumbrante ante los ojos: la vida no es el hecho de nacer, si no la conciencia de haber nacido.

                No espero, ni tampoco lo persigo, convencer a nadie de nada. Ya digo, solo compartir un impacto, un choque… nada. Al fin y al cabo, la gallina no es mas que la manera que tiene el huevo de reproducirse a sí mismo. También puedes construir la frase al revés, el resultado es exactamente igual… Pero, sí que me van a permitir la osadía de hacerles una confesión, de atreverme a decirles algo en lo que sí creo: No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual, somos seres espirituales teniendo una experiencia humana.


viernes, 21 de noviembre de 2014

A UNOS Y A OTROS

A cuenta de algún chispazo mío publicado en estas páginas y/o algún otro algo aparecido en mi Blog de este mismo periódico sobre ciertas políticas municipales, he cosechado distintos frutos, diferentes apreciaciones de según dónde venía la pedrada. Es natural. Y perfectamente lógico. No es lo mismo subir a coger brevas que bajar de la higuera a recibir palos. No es igual ir montado que llevar a cuestas. Por eso las opiniones, por fuerza, han de ser diferentes.
 
                Así pues, por un lado, los aludidos no acusaron bien las críticas. Por supuesto que no. Tampoco esperaba yo lo contrario. Me llegó un poco de todo. Un detallado surtido de amables etiquetas que van desde derrotista hasta ignorante pasando por la de vengativo. Bueno… cualquier cosa, menos ciego, digo yo… Porque hay que estar muy ciego como para no ver lo que resulta tan evidente como inocultable, y es la clara y meridiana sensación de pujanza y decadencia de un pueblo. Pujanza que uno ha vivido y experimentado, sentido y disfrutado, y la patética decadencia que se advierte, resalta y se nota, y se padece hoy. Cuando salgo a pasear sus calles, sus barrios, y cada vez se cuentan más casas vacías, más comercios cerrados, más naves abandonadas… me acuerdo de Detroit. La historia de un declive.

                Y los declives pueden obedecer a muchas causas, pero todas tienen el mismo efecto: el empobrecimiento de la población. Por eso, las medidas a tomar pueden ser complejas, de acuerdo, y difíciles, vale, pero nunca, jamás, se combate la pobreza añadiendo más pobreza. La anemia no se cura recetando ayuno, sino todo lo contrario. La atonía no se resuelve subiendo impuestos, si no al revés, bajándolos. Y si la pobreza persiste, porque no es coyuntural si no de facto, lo menos que se puede hacer es repartirla entre caballo y caballero, y no que el primero está cada vez más flaco y tenga que soportar al segundo cada vez más orondo, porque su bocado es del cada vez menos pienso que le toca al primero.

                Luego, por otro lado, están los ciudadanos que declaran estar hartos. Y que me dicen, y me cuentan, y me escriben y describen los cada vez más deteriorados servicios que recibe, la cada vez mayor inseguridad que sufren y el cada vez mayor afán recaudatorio que soportan. Y me preguntan abiertamente qué hacer y cómo hacerlo, y me piden que escriba sobre ello, y esas cosas… Mas yo solo tengo una sola y única respuesta: Movilización ciudadana. Pero no la algarada, el disloque callejero o la asonada, ni hablar, hablo de un movimiento ciudadano organizado, responsable e inteligente, con estrategias y objetivos. La concienciación ciudadana es el primero de ellos y el más importante de todos.

                Ya sé que no es fácil. Pero tampoco es difícil. La sociedad es la suma de los ciudadanos, y si los ciudadanos no suman nada la sociedad vale cero. Es la única vía, el único medio. La ciudadanía ha de asumir la responsabilidad de la que se le ha despojado y ella misma ha rehusado a cambio del dame pan y dime tonto. Tiene que expresar, fuerte pero ordenadamente, su opinión. Ha de exigir, con todo el respeto del mundo, que se le tenga respeto a ella también. Y su voz debe ser escuchada por los que viven tan requetebien siendo sus administradores.

                Me sueltan los más exaltados que hace falta algún gamon-algo, ya me entienden… Pero tampoco es eso, aunque sí que es envidiable su capacidad organizativa, de convocatoria, de solidaridad en equipo, de esforzados voluntarios… Pero siempre es mejor un puñetazo en la mesa que un puñetazo en la cara. Siempre. Una resistencia unida, aunque pasiva, concienciada y concienciadora, siempre obtiene mejores frutos que la violencia descontrolada. A mí nunca me encontrarán con lo segundo, pero siempre contarán conmigo en lo primero.


                Así que ésta es mi respuesta. A los unos y a los otros. Sé que es jodido pronunciarse, y asumo lo que se arriesga en estos casos. Pero en los malhadados tiempos que corren, el esconder la voz es una cobardía que no podemos permitirnos.

viernes, 14 de noviembre de 2014

¿PODEMOS..?

“El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto”. Esta frase que ha popularizado Pablo Iglesias, porque puede el tío… no la popularizó él, si no Marx. Y si no fue así exactamente, la recuerdo muy, pero que muy parecida. No me gustan los que parafrasean sin citar al parafraseado, al menos en principio. Es como tomar prestado sin permiso del prestador, como tomarse el derecho de uso sobre algo que no es suyo, no sé… Pero es que, encima, yo creo que el citar a don Karl tiene la virtud de espantar a la caballería rusticana, como regalarle perdigones a los que nos tiran a dar. Incluso si quiso agradar a sus neoavanzados aplaudidores, echó mano de un recurso trufado de naftalina caducada que ya suena a coco desdentado. Enternece pensar que aún hay jóvenes reencarnados de los sesenta. Poca historia deben saber y mucha histeria deben tener.

                No obstante, hace su papel, y hace lo que sabe, lo más dignamente que sabe. Debe tener muy claro Pablico que se ha metido en el pelotón de cabeza gracias al rebufo de los de delante. No tiene que olvidar que es depositario del rebote nacional. Y que el soufflé tanto puede subir de golpe como bajar de golpe también. Por lo que debe administrar con sabiduría, tacto, perspicacia y delicadeza lo que le han concedido los hados del cabreo nacional graciosamente, porque la más mínima metedura de puñonalto y se ve otra vez solo con sus cuatro marxistoides desfasados jaleándole, ya que la inmensísima mayoría de los que le han votado no son de tal cuerda ni de lejos, y solo lo han hecho porque un día se le escurrió de la coleta lo que todos los españoles estábamos esperando oír por parte de alguien.

                Últimamente, creo apreciar que ha corregido un tanto su arrebatado discurso, y que es un poco más prudente, y que algunas de sus iluminadas propuestas se han apeado de la briosa jaca, sin duda porque se ha dado cuenta de la inoportunidad e imposibilidad manifiestas de llevarlas a cabo sin que el mundo se descojone de risa. Pero eso casi que son cosas normales. En los novatos, la ideología suele darse de leches con el idealismo. Luego, cuando se crece, y se madura, eso se pasa, y el pragmatismo acaba por imponerse. A veces, incluso demasiado. No obstante, considero muy bueno que los partidos corrompidos por el poder y el cinismo prepotente sientan la inseguridad del aliento fresco en sus cogotes de lagartos. No es nada malo. Qué vá…

                Pero tiene el peligro de la indefinición. No basta con decir que hay que desfenestrar a la casta, y clamar contra ella. Hay que explicar sosegadamente lo que hay que hacer, cómo y cuándo, a fin de ir poniendo los fundamentos políticos legales y sociales para regenerar lo viciado y que la casposa casta no vuelva a aparecer nunca jamás. Hay que decir con claridad meridiana de qué forma controlar los abusos y de qué manera mejorar la democracia. Qué mecanismos hacen falta desarrollar para que la vida pública sea la que marque la vida política, y no al revés. Cómo hacer para que el político dependa y sirva del y al ciudadano, y no al contrario…

                Tienen que explicar de forma seria, clara y serena una reforma de la Ley de Partidos y de su Financiación. Decir en qué vá a consistir los cambios necesarios en la Ley Electoral. Si proponen modificar la Constitución, exactamente en qué, porqué y para qué. Han de matizar muy clarito esa confusa y revoluta filosofía asamblearia y cómo organizarla institucionalmente desde las propias administraciones locales, que es su órden básica natural, hasta llegar al estado. En suma, han de demostrar que van en serio, siendo serios.


                Yo creo que lo peor que le puede pasar a Podemos y a los españoles es que ganen. Deben quedarse un tiempo en la trastienda, observar, aprender, madurar, organizarse y clarificarse ellos mismos, y designar objetivos concretos, plausibles, asequibles y realizables, y el modo de lograrlo. Y explicarnos, explicarnos muy bien explicado, y explicarse entre ellos mismos. Les hace falta. Nos hace falta a todos. Mucha falta… Porque ya nos hemos cansado de confiar en gente que, prometen y hablan mucho, pero solo abusan, se forran y nos toman el pelo.

martes, 11 de noviembre de 2014

QUERENCIAS

Mi padre en realidad nació a los doce años, al cuidado de una punta de cabras, cuando un avión le espantó los animales pero no los pensamientos, y se prometió a sí mismo mandar sobre la máquina y el aire, y no sobre el ganado y la tierra… Mi hermano comenzó a desgranar la azarosa, y asombrosa, vida de mi padre, piloto de la República Española. Motivo: los actos celebrados en Los Alcázares por el centenario del Arma de Aviación.
 
                Fue recorriendo punto por punto, fecha por fecha, con detalle, con rigor y con amor, con mimo, su entrada al ejército, su primer y tan deseado contacto con los aviones, primero como soldado, en labores de mantenimiento, luego como cabo, en aquella primitiva Escuela de Combate y Bombardeo Aéreo, su encomiable esfuerzo en autoformarse, sus cursos, su primer ascenso, su primer puesto a bordo de aquellos legendarios aeroplanos, el de ametrallador. Su ilusionado, enorme, inmenso deseo de cumplir su sueño: pilotar, tener alas propias, gobernar el aire, ya estaba más cerca. Cuatro Vientos, una enfermedad mortal le echó un pulso a su impulso, pero el segundo fue más fuerte que el primero… Francia, curso de pilotos de caza. Por fin… Luego, vendría lo peor.

                Cuando la vida de tu padre la oyes por boca de tu hermano, es tu propia sangre que te habla desde muy lejos, pero escuchas desde muy cerca. Y ya no eres tú. Es un bloque, un todo de tres personas, no una sola. Notas que algo forma parte de ti como si tú mismo fueras parte de la historia con el propio narrador… La guerra “incivil”, como la llamaba mi padre, reclamó su inhumano tributo de vidas y sueños jóvenes. Y los suyos se ahogaron en ella. Termina su formación y comienzan los destinos. Horror, sangre y destrucción. Frente del Norte, tres y cuatro batallas diarias a cielo abierto, su primer y desigual combate de un pobre “chato” con los primeros Messersmith alemanes. David y Goliat – apostilla mi hermano -, son diezmados, y van cayendo como moscas. Allí alcanza los galones de sargento, allí cae su jefe de escuadrilla, y allí lo nombran a él jefe de la misma y lo ascienden a teniente… El Teniente Galindo también es derribado, malherido, y echo prisionero por los Flechas Negras italianos. La República comunica a sus padres su muerte, y comienza el luto…

                Es tu misma voz hermana la que habla a tus propias entrañas. Una ola amarga va subiendo del estómago a la garganta, lentamente, y se agarra a ella como una soga áspera y cortante, y te la aprieta… A los seis meses, la Cruz Roja Internacional avisa a mis abuelos que está vivo. La contienda fratricida ha de segar aún sus últimas vides de vidas, y ambos bandos se las canjean como peones de guerra. Mi padre lo es por un piloto nacional, al que la historia posterior, acabada la guerra, aún volverán a cruzarse sus caminos como vencedor y vencido… Exhausta de sangre, la guerra acaba con la victoria de un hermano sobre otro hermano. Pero el mío sigue con voz, temblorosa y firme, su narración, mirándome con una misma y única mirada… Barcelona, restos del ejército derrotado pasan los Pirineos a pié al amargo exilio. Mi padre, entre ellos, roto, quebrado, descansa vencido en la noche en un cementerio, Colliure, entre los muertos, donde con la claridad del día le hacen ver que ha dormido junto a la tumba de un ilustre compatriota tan exiliado como él mismo: Antonio Machado… Campos de refugiados, hambre, frío, penalidades, sufrimiento…

                Mi hermano sigue enviándome el mismo silencioso mensaje con los ojos del cuerpo atado a los ojos del alma. Una lágrima se rompe dentro del pecho, y otra, y otra más… Estalla la Segunda Guerra Mundial. Mi padre se enrola en servicios de apoyo a la Francia ocupada en un batallón inglés aliado. Cuando éstos embarcan en Dunkerke, queda sobre las arenas de la playa. Los alemanes lo hacen prisionero, lo visten con uniforme inglés y lo filman para su propaganda nazi. Luego lo suben a un tren con rumbo al campo de exterminio de  Mauthaussen. Pero el ángel del destino lo espera en la frontera española, donde es desviado a los campos de concentración franquistas. Periplo hasta la Línea de la Concepción. Allí salva el pellejo por… ¿cuarta vez ya?, al enseñar idiomas a los hijos del comandante del campo… Es condenado por “auxilio a la rebelión armada”… pero ¿quiénes se rebelaron contra quiénes, si no sus condenadores, se pregunta… La cárcel: Burgos, Salamanca, Alicante… libertad condicionada. Vuelve a su pueblo y se enamora perdidamente de mi madre, viuda por cierto, de otro piloto… Posguerra pura, cruda y dura. Paz con poco pan y muchas penas... Solo a su fin, en su vejez, el ya casi póstumo reconocimiento: Coronel Galindo… del Ejército del Aire.

                Dos horas para toda una vida. Varias anécdotas sazonándola, y muchas fotos ilustrándola, y cantidad de documentos probándola, y un río de su sangre pulsándola… nietos, bisnietos, mi hermano como su fiel relator, yo como leal receptor… Somos testimonios empequeñecidos y vivos de una existencia apasionantemente dolorosa y dolorida de una persona que tan solo deseaba ser gente normal y de paz, pero que se vio envuelta en un torbellino de locura y odio, del que salió sin la más leve mancha de resentimiento, para, al final,  terminar siendo nuestro padre. Eso es todo.


                Yo, a veces, miro al cielo, y veo erizarse el suelo de montañas, y veo las montañas erizarse de bosque, y veo un “chato” caer en picado envuelto en humo negro, y veo a mi padre mirar a la muerte de cara y reclamarle con rabia una nueva vida…

jueves, 6 de noviembre de 2014

SOCIEDAD MUTANTE

Zygmunt Bauman es el sociólogo más actual de referencia. Con sus noventa años a cuestas se ha convertido en el analista más lúcido de la postmodernidad. Es un pensador requerido por las principales universidades europeas para dar conferencias sobre un concepto suyo que ha impactado en todo el mundo: el de la sociedad líquida. O así, al menos, la llama él. Desde su casi medio siglo de edad afirma que “es posible que ya estemos en medio de una revolución”.


                Y habla de sociedad líquida para definir el actual momento de la historia, en que las realidades que parecían sólidas por haber sido heredadas de nuestros abuelos y padres, se han licuado, mejor liquidado, en unas pocas décadas. El concepto de trabajo, de matrimonio, de moral, de información, de comercio, de seguridad,  de política, de tantas otras cosas, ha dejado de ser estable. Lo que parecía casi eterno e inamovible, hoy es tan fugaz y pasajero que los esquemas, las escalas de valores, todo, ha de revisarse de forma continuada, de manera circunstancial, casi que huidiza. Y, si nos ponemos a pensarlo detenidamente, no le falta razón. Mi representación gráfica sería una espiral en la que viajamos hacia el centro del torbellino, y donde cada giro, cada vuelta, es más corta y a acelerada que la anterior. La cuestión es: al final de esta gran revolución formada de cada vez más contínuas y pequeñas revoluciones, ¿a qué tipo de mundo, a qué modelo de sociedad, nos lleva..?

                Cada vez somos más conscientes de la precariedad. Lo empleos son de una asombrosa flexibilidad y por eso las arcáicas estructuras sindicales no pueden mantenerse en su obsoleta rigidez. Simplemente, consumen demasiados recursos cada vez más precarios también. A la volatilidad de los modelos y tipos de trabajo solo se puede hacer frente con la rapidez en la adaptación a nuevos esquemas. Es lo que vemos en la calle, en los mercados, allá donde miremos. Y es el miedo actual y el temor, casi terror, que tenemos. Todo es tan cambiante, tan mudable, que nos volvemos demasiado pronto en prescindibles. Y si no somos educados en ser cambiables, entonces seremos intercambiables.

                Existe un pasado demasiado reciente en que los analistas nos hablaban de una orgía de consumo, donde la gente podía gastar un dinero inacabable, con un crédito cuasi ilimitado, porque el sistema proveía cada vez de mayores ingresos, más capacidad de ocio, más seguridad y bienestar. Casi que nos vendieron el mítico motor de movimiento contínuo. Pero esto también se ha licuado en una rápida vuelta de esa espiral que nos arrastra a su vórtice. Los gobiernos están atrapados entre dos poderosas fuerzas: la financiera y la del electorado. Si se vencen a la primera, la segunda creará nuevas opciones y perderán sus privilegios, y si se vuelven a la segunda, los mercados mirarán a otros sitios, y la economía, y la bolsa, quebrarán. La democracia es audaz y se arriesga, pero el dinero es cobarde y huye.

                Y eso mismo, y no otra cosa, es lo que reflejan las estructuras políticas,  la organización de los partidos,  los propios políticos, incluso las mismas ideologías. La corrupción generalizada es la consecuencia de la falta de idealismo en las distintas opciones y siglas, y en las de los valores al servicio del bien común. La corrupción es el virus, el microorganismo encargado de liquidar los sistemas podridos y enfermos que tan solo generan vicios caducos que ya no pueden mantenerse a sí mismos. Solo se cavan su propia fosa. Como las fuerzas sindicales, que ya solo subsisten para ser subvencionados en su inútil automantenimiento.

                Ante este derrumbe de corrompidos valores, aparecen esos movimientos al margen de no sé bien que aparente renovación, con aires de reforma, quizá de un poco, o un mucho, anticuada reforma. Podemos y cía no son más que un efecto rebote. Algo se hunde y a algo hemos de aferrarnos. Vemos a lo viejo hacer auténticos esfuerzos por mostrarse como nuevo, pero se le nota demasiado que son los mismos. La confianza tiene poco recorrido, y ya es tan efímera como esa sociedad líquida que preconiza el joven anciano Bauman… Mucho me temo que así es. Tan solo espero, y confío, en que, en ese agujero negro, también desaparezcan los parásitos.


martes, 21 de octubre de 2014

De lo divino y humano: BORREGOS Y CORDEROS

De lo divino y humano: BORREGOS Y CORDEROS: No. No son lo mismo. Los primeros son aquellos que imitan la tendencia marcada, los gregarios,  los que no se cuestionan nada, los que no ...

PP y PODEMOS

Hace poco, el Partido Popular murciano encargó una encuesta de intención de voto en la región. Estamos a pocos meses de las elecciones, y es normal que se vaya pulsando la opinión de la calle para ir ocupándose de estos menesteres preliminares al gran festejo de las urnas. Y, aunque estos sondeos no suelen ser muy fiables, sí que pueden dar una idea aproximada de por dónde van los tiros, a fin de mover la diana, en lo posible, claro, y montar una estrategia plausible, también en lo posible, naturalmente…
 
                Y el resultado de la exploración, si no concluyente, que yo no creo que lo sea, sí que es descriptivo, o, al menos, especulativo. Daría al PP rondando la mayoría absoluta, un hundimiento brutal de las izquierdas clásicas, y el surgimiento de una, nueva en esta plaza, e inédita segunda fuerza política: Podemos. Concretando, los populares perderían cuanto hoy les sobra, Psoe caería por debajo de la mitad de lo que ahora tiene, IU desaparecería del mapa político, ocupando su lugar UPyD, y, como digo, o mejor dicho, como dice la encuesta, Podemos se encaramaría como auténtica fuerza de la oposición… ¿Sorprendente?, a mí ya no me sorprende nada, o muy pocas cosas, por salvar algo.

                Y esto se veía venir, era predecible. Podemos, o Ciudadanos, o cualquier otro grupo o movimiento con el discurso fresco y vital de lo que la ciudadanía estaba deseando oír, podía llevarse el gato al agua. Cuando la gente está harta de tanta corrupción, embustes, prepotencia y tomadura de pelo, sigue a cualquier flautista de Hamelín que pase por el pueblo cantando las verdades del barquero. Eso es así. Y yo no estoy aseverando que Podemos sea lo que todos dicen que son, ni tampoco lo que ellos dicen ser, porque no lo sé. Demasiados intereses hay montados para sembrar una buena ceremonia de la confusión para que yo, a mis años, me deje llevar por la corriente…

                Pero quizá sea bueno que Podemos roce el poder sin catarlo, y que eso le ayude a limar ciertos tics rancios, y sus lógicas contradicciones, y su sospechoso iluminismo, y su diletante discurso, y se baquetee en las armas de la política real, que buena falta le hace. Al mismo tiempo, puede influir e inyectar nuevas formas de participación ciudadana en la toma de decisiones. Puede ser. Como también sería bueno que, el PP en este caso, tuviese la medicina de la precariedad para su humildad, y tuviese una oposición fuerte y fresca que le exigiese transparencia, limpieza, honradez, y apertura de miras democráticas. Un incentivo que obligue a abrir al pueblo esa caja donde se esconde la democracia real aún no estrenada. Ambos necesitan curtirse en lo que necesitan adquirir y librarse de lo que les sobra. El mesianismo ha de dejar de ser mesiánico y la casta tiene que dejar de ser casta.

                Para frenar a Podemos, el partido gobernante debe ponerse a hacer limpieza general a fondo. Zafarrancho. Conozco muchos años al presidente Garre, y es una persona que, soslayando ideologías, siempre ha sido honesto en sus planteamientos y recto en su proceder. Y creo intuir – quizá es que quiero intuir – que le gustaría coger la escoba y el espolsador, (o expolsador, de expolsar) y no dejar una sola alfombra con mierda escondida debajo. Sería un buen principio para recuperar la credibilidad perdida de sus votantes. Lo que pasa es que, me temo, que se lo van a poner difícil, muy difícil. Me barrunto que tiene feudos donde se le están formando extrañas familias, singulares alianzas, peregrinos compañeros de cama, con el fin de oponerle un frente de resistencia, incluso puede que escondiéndose tras caras nuevas con estilos viejos, porque lo importante es seguir manteniendo privilegios y repartirse el pastel.

                Por eso Podemos es útil. Aunque solo sea para forzar a hacer lo que se tiene que hacer y no puede esperar más, a la vez que se purifica a sí mismo en la antesala del quizá. Que los partidos del siempre sepan valorar esta oportunidad y aprovecharla para limpiarse, purgarse, lavarse y regenerarse, solo está en sus manos. A los ciudadanos nos han dejado el último recurso (un tanto manipulado, además) de las urnas. Y eso es lo que hacemos. Y eso es lo que haremos…


lunes, 20 de octubre de 2014

TODOS LOS MUERTOS

Creo que es lo más racional. Lo de Todos los Santos podrá ser religiosamente correcto, y hasta puede que políticamente también, pero no se ajusta a la realidad. Lo íntegramente correcto es hablar de Todos los Muertos. Primero, porque, ¿qué pasa con los muertos no santos?, ¿no son dignos de celebración y recuerdo?.. Y, segundo, porque, ¿qué es un santo?. Sabemos perfectamente lo que es un muerto, pero… ¿un santo?. Tenemos la definición de la Iglesia, claro, naturalmente interesada para su catequesis, pero a mí siempre me queda la duda de que en el común de los cementerios hayan muchos santos enterrados, que son más bien de catedralicias criptas, por lo que la conmemoración (con in memoriam) o el nombre, andan mal puestos. Y por eso mismo yo me entiendo más con los muertos que con los santos. 


                Pero es que, si me apuran, tampoco en el cementerio están los muertos. Ni siquiera la memoria de los muertos está allí. Si acaso, están sus despojos, y a veces ni eso, puesto que ya se han convertido en un poco de polvo. Entonces… ¿qué vamos a hacer allí?, ¿acaso pensamos que cada uno de noviembre nuestros difuntos se congregan en el club gusanitos y nos esperan para ser venerados y recordados?.. Si ellos nos ven, y yo creo que sí, se preguntarán porqué visitamos religiosamente el lugar del basurero donde enterramos la ya inútil envoltura de su viejo ropaje carnal. Como si respetásemos más a sus restos que a ellos mismos. Es como si nos diéramos cita allí el mismo día cada año para pasarnos lista y revista a nosotros mismos, ponernos al día entre los vivos, y dar un buen repaso al que falte al toque de trompeta.

                Soy consciente de que la tradición fabrica la costumbre y la costumbre hace la ley. Y respeto al que la respeta, pero no al que la impone, y todos sabemos que hay muchas formas de imponerla. Como también soy consciente de que el ser humano es fetichista por naturaleza, y necesita agarrarse a lo material y al rito porque no comprende del todo lo espiritual. Y que se aferre a ese resto material que lo afirma antes que a un todo espiritual que lo asusta. Lo entiendo. Es como adorar al santo por la peana. Como hacer mil imágenes distintas de una sola y única Vírgen. Necesitamos algo físico que tocar, dónde pisar y a lo que sujetarnos. Y una tumba cumple ese cometido, como también el cometido social para toda una comunidad, que refuerza entre todos el sentido de que eso es así, no como deberíamos creerlo, pero sí como debemos quererlo.

                Pero un servidor… discúlpenme, no lo creo de esa forma, ni tampoco lo quiero de esa manera. Eso me recuerda más al “dejad que los muertos entierren a sus muertos”, que a “la muerte no existe, si no la vida eterna”, aseveraciones ambas del mismo Cristo liberador de cadenas… ¿Cómo podemos, entonces, esclavizarnos a lo primero si creemos en lo segundo?.. Guardamos los restos de nuestros difuntos en panteones como si fueran tesoros en cajas fuertes, patrimonios familiares, al igual que guardamos bajo llave a nuestro dios en templos capitulares. Lo mismo. Es nuestra mezquina sensación de dominio y propiedad lo que en realidad guardamos en relicarios y entre paredes. No a nuestros muertos… ni a nuestro Dios.

                Los muertos, al igual que Dios, son libres en su más total, amplia, completa y absoluta plenitud, si es que tal concepto puede describirse en palabras, que creo que no. Yo, desde luego, a los míos los llevo en mi alma, en mi corazón, en mi mente, en mi espíritu, en mis genes y en mis tripas todas las noches de mis días y todos los días de mis noches. Los tengo en mis vigilias y en mis sueños, y viven en mi vida por el simple hecho de que yo viví en las suyas. Padres, amigos, familiares, personas mías de las que yo fui de ellos… ¿Cómo voy a arrinconarlos en un sepulcro de ladrillos, por muy blanqueado que éste sea, si están en mi propia sangre y en mis propias creencias y querencias?..

Pido humildemente perdón a quienes pueden sentirse ofendidos, pero no es tal mi voluntad. Sin embargo, al decir lo que pienso no crean ni por un momento que no pienso lo que digo.


miércoles, 8 de octubre de 2014

LAS FIESTAS (crónica irreverente)

“… A las ocho de la mañana, Diana Floreada”, rezaba en el Programa de Fiestas Cívico-Religiosas en honor del sanpatronímico/a de turno. Y una rudimentaria banda se pateaba las calles esparciendo pasodobles ejecutados con más voluntad que acierto, precedida por algún juanpueblo, armado de tabla, alcayata y mecha, que oficiaba, voluntarioso, de cohetero mayor. Tenía el encanto humilde de lo sencillo.
 
                Hoy no son necesarias las dianas. La gente del pueblo se ha quedado dormida apenas un par de horas antes, tras una larga noche de estruendos y excesos alienantes. Una parte, la actora, ahíta de juerga, alcohol, griterío, burricie y música atronante. Otra parte, la soportadora, exhausta de aguantar el vandálico decibeliaje de las ahora llamadas verbenas. El sopor del hartazgo mantendrá las calles desiertas hasta pasado el mediodía, en que se repetirá la misma barahúnda… Que nadie se atreva a quejarse, pues no le asiste derecho alguno. El estamosenfiestas es la dictadora excusa que consagra cualquier abuso. No hay lugar para dianas floreadas ni leches en vinagre…

                Yo aún tengo la suerte de poder exiliarme en mi retiro rural, una vieja casa de campo que me aleja de la barbaridad. Que me aleja, digo, no que me aísla. Aún a dos o tres kilómetros de distancia se aprecia nítidamente el fragor sordo de los bafles encendidos a toda la potencia posible. Y si al menos fuera música… pero no, es una especie de ritmo tribal, monótono, cutre, ensordecedor, vulgar, escogido para embrutecer, más que deleitar, cualquier atisbo elemental de raciocinio.

                A buena hora de la mañana siguiente, bajo al pueblo a comprar el pan y los periódicos, que también son el pan mío de cada día. Las calles, vacías, silenciosas, huérfanas de vida, con restos orgánicos, cascos de vasos y botellas rotas, y algún cuerpo joven aún arrumbado y derrumbado sobre la acera, despojo humano de la noche anterior, próximo a su cubículo, esos ya incontables antros en que las fiestas se han atomizado y diluido. Fiestas pequeñas y mezquinas parasitadas en la fiesta grande y generosa, que los munícipes se esfuerzan en conciliar. Un absurdo. Lo privado es la antítesis de lo común. Lo contrario a compartir, aunque se intenten insertar artificiosamente desde un marco opuesto.

                Sí, cierto, yo también viví las fiestas donde la gamberrada ocasional podía consistir en que amigos incomodaran el descanso de amigos cantándoles las mañanita bajo su ventana, pero no en que institucionalmente, porque es político conceder antes que educar, se moleste y machaque a todo un vecindario por las prepotentes circunstancias de que son las fiestas y a joerse tocan… Las fiestas se ofrecen, no se imponen. No se atruenan para que nadie pueda descansar y el que no quiera que se largue… Para que las fiestas sean respetadas por todos, las fiestas han de respetar a todos. Pero ya no es así. Yo las abandoné – mejor, ellas me abandonaron a mí – cuando en la plaza del pueblo ya no podía hablar con el de al lado sin tener que gritar como energúmenos. La magia, el encanto, también había emigrado... Los protocolarios y decimonónicos vivas a la virgen y al pueblo, que se desgranan como mantras en los aleluyas oficiales, contrastan hoy con los váteres portátiles repartidos por un centro urbano destinado a recoger los vómitos y meadas de unas fiestas, ya incívico-religiosas, que no necesitan contención, ni educación, ni respeto, ni dianas floreadas…

-          Pero la fiesta no es solo eso (se me dirá). También son los juegos infantiles, y la procesión, y la banda de música, las carrozas, los concursos, y los toros, y…
-          … Y el catetismo machista de las reinas-florero, destinadas a ofrendas que les suenan a chino mandarín… Sí, en efecto, lo son… Pero, ¿qué justifica a qué?. ¿lo uno justifica a lo otro, o es lo otro lo que justifica a lo uno?.. Porque son dos fiestas incompatibles forzadas a ser compatibles. Son reminiscencias de unas fiestas que fueron civilizadas entregadas a unas fiestas bárbaras. Y si la tradición se aviene a disfrazarse de barbarie, la barbarie igual se camuflará de costumbre…

Yo así lo pienso, así lo creo y así lo siento. Y, por eso mismo, también así lo proclamo.


martes, 7 de octubre de 2014

De lo divino y humano: AMISTAD

De lo divino y humano: AMISTAD: No hace mucho, una buena persona me preguntaba por qué, en uno de mis artículos, no toco el tema de la amistad. Que sería bonito. A los po...

viernes, 26 de septiembre de 2014

EDILES (Carta abierta)

No estoy en contra de los cargos de asesores. Ni mucho menos. Estoy en contra de una fórmula onerosa para el gasto público y que, generalmente, tan solo sirve para colocar paniaguados. La herramienta de asesoría es buena, muy buena, mientras no se utilice como “colocadero”. Asesorarse es incluso necesario, pero sin aprovechar esa necesidad para emplear el dinero público en cargos de favor. Existe una fórmula de muy bajo costo y muy buenos resultados, quizá menos elaborados pero sí que más efectivos. La condición primera es que un asesor debe estar motivado, pero no pagado. Debe compensarse con un mínimum por ello, pero sin que se sienta dependiente de ello. Ha de conservar un carácter independiente y honesto. Un asesor que come del político de turno solo dice lo que el político quiere oír. Defiende el puesto del que paga manda. Un asesor modestamente compensado trabaja por auténtico compromiso ciudadano, no por interés. Y el ahorro a las arcas públicas es considerable. Hay un dicho en Alemania para esto que, traducido viene a ser algo así: Cuanto más independiente sea el asesor, más sincero es y más auténtica su asesoría.
 
                Se me dirá que explique el funcionamiento. Permítanme guardármelo. Alguna vez he facilitado estrategias que luego han utilizado personajes de cargo para su bien y el de su propia y santa iglesia, a la vez que para joderme a mí… Hay ediles fiables y otros que no lo son. Igual existe una manera asamblearia y participativa de la ciudadanía en la gestión de los asuntos que les afecta (casi todos) que dignificaría la labor de sus administradores políticos y compartirían responsabilidad en las decisiones. Es lo que nos viene, más tarde o más temprano, por muchos palos que se le pongan a la rueda del carro. Es relativamente fácil, sin ningún costo, y darían excelentes resultados, pero un político debe valorar más el interés general que el del partido. Tampoco voy a decir más…

                Verbigracia: una persona en quien confían las personas, suele ser confiable y tener amigos de confianza. Yo tengo uno – es rigurosamente cierto – que podría tener en sus manos el resucitar una escuela de capataces cuyas instalaciones están en práctico desuso y cuasi abandono, con un sistema mixto público/privado, al estilo y modelo de los colegios concertados. Una acción que podría devolver la importancia perdida, salvarla de la decadencia, y activar el desarrollo y economía del lugar… Stop. Hasta aquí llego. Es tan solo un ejemplo, un solo ejemplo ilustrativo, de los frutos que se pueden recoger en un régimen de confianza y lealtad y rectores que miren por el bien común por encima de su propio bien, su partido y del puesto que tengo allí, como cantaba el caralsol…

                Voy a poner un último ejemplo a esto último dicho. Y va a ser muy atrevido, advierto. Pero lo voy a hacer, y pido perdón anticipado por ello. Me he enterado (es público) de la nómina anual media de lo que ganan los políticos locales de un pueblo medio. Pues bien, con lo que cuesta su paga, casi que bastaría para poner a todos los habitantes de ese pueblo mediano en un régimen de medicina privada que complementase notablemente el cada vez más deteriorado sistema público… Y existen muchas variantes intermedias. Es tan solo que un dato comparativo, nada más. Pero esas son las cuentas. Y a eso mismo me refería al principio, cuando decía que el interés por el servicio a los demás no reside en los emolumentos recibidos a cambio… Ya sé… es una nueva forma de mirar las cosas, pero hay que ir corrigiendo puntos de mira que una práctica viciada ha desviado del objetivo final: el servicio público.

                Este artículo de hoy no pretende molestar a nadie, si bien asumo que a unos pocos no les vá a sentar muy bien que digamos, pero si, a cambio, el riesgo es beneficiar a unos muchos, pues lo corro y ya está. Por eso debe ser leído sin prejuicios políticos ni personales, con claridad de conciencia y meridianidad de ideas. Con apertura mental. No se trata de quitar el pan a nadie, sino de repartirlo más y mejor… Ya saben, se trata de hacer más con menos, de la optimización de recursos esa que no se cae de la boca de nadie pero que nadie pone en práctica. De eso mismo.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

De lo divino y humano: MUSETHICA

De lo divino y humano: MUSETHICA: Hay cosas que lo reconcilian a uno con el ser humano. Con lo que hace persona a la gente. Musethica es de esos proyectos que llegan hasta ...

martes, 23 de septiembre de 2014

LA GRAN INMORALIDAD

Para las preguntas sencillas tendrían que haber respuestas sencillas. Por ejemplo: ¿por qué, si el BCE tiene puesto el interés del dinero bancario en casi cero (o,o5%), un banco aquí, en España, lo cobra a cien veces por encima de su valor?.. Yo se la he hecho a mucha gente de la banca, y ninguno tiene una respuesta clara. Todos patinan con que si a sus ahorradores tienen que pagarle tanto y cuanto, y una serie de evasivas liadas y liosas. No tienen una respuesta simple y contundente. Y no es que no la haya, es que les da vergüenza reconocerla.  

                La respuesta a por qué el BCE ha puesto el dinero casi regalado es sabida. La zona euro está en riesgo deflaccionario y hay que tomar medidas para que el dinero se mueva, circule, se invierta y suba el consumo. No hay dinero en la calle, la gente no gasta, y eso paraliza la economía. Hasta aquí lo tenemos claro… Pero, entonces, surgen cuestiones sospechosamente contradictorias, como, por ejemplo, ¿si hay que activar la circulación del dinero, entonces porqué los bancos priman al dinero gandul, al dinero cobarde, y le buscan refugio pagado en cuentas protegidas?.. Porque ese dinero se invierte en negocios que activan, a su vez, la economía, es lo que dicen… ¡beeeeep!, respuesta incorrecta, porque para eso está el dinero del BCE que debe salir casi que a nada… ¡beeeeep!, no saben, no contestan…

                La sangrienta paradoja, la enorme inmoralidad de esto, es que, mientras las autoridades monetarias europeas están poniendo el coste del dinero a casi cero interés, existen países, como el nuestro, donde millones de niños están infralimentados porque sus padres no pueden adquirir comida, donde casi un tercio de la población activa está en el paro, donde los sueldos y las jubilaciones son de auténtica miseria, donde la investigación y el desarrollo tienen que emigrar por falta de medios, donde… ¿Cómo es ello posible cuando el dinero sale a costo regalado desde el Banco Central Europeo..?. Misterios de la cripta.

                Recapitulemos, entonces, y hagamos la pregunta al revés. ¿A quiénes interesa que el dinero esté caro para el consumo del mismo?.. Pues a los bancos, naturalmente. ¿Y porqué?.. pues porque sus ganancias son mayores y el reparto de dividendos a sus accionistas también, y sus capitostes pueden seguir llevándose la pasta en primas, sobresueldos e insultantes jubilaciones, y pueden evadir capitales a paraísos fiscales, o emplearlos en expansiones, en inversiones de fondos, etc. etc. En suma, para especular con él y montar monstruosas financieras que capten, acumulen y gestionen el dinero… que les sale regalado del BCE más el que nos saca a cada uno de nosotros en concepto de depósitos, préstamos abusivos o venta de servicios. Para un banco, sus accionistas son más importantes que sus clientes, entérense de una p……. vez.

                Y si los bancos logran y llegan a ser los amos absolutos del dinero, el mundo será su esclavo y todos trabajaremos para ellos. Esa es la última finalidad, y esos son los porqués y las razones de que un Banco Central abarate un dinero a los bancos periféricos para que lo muevan, y éstos lo encarezcan a límites bestiales que entorpezcan y zancadilleen los propósitos buscados por su banca central. Sin duda, no tienen los mismos objetivos. Así que a usted le prestan el dinero que ellos compran a sus ahorradores – usted les paga el interés – y ellos se quedan con el regalado por el BCE. ¿lo entiende ahora, alma de Dios..?.

                En este punto surge la siguiente, y lógica, pregunta: ¿Y esto no está vigilado, regulado, controlado..?. Los mecanismos de control del BCE no puede ejercerlos sin la cesión competencial de los gobiernos de los países. En tanto en cuanto eso no suceda, la vigilancia y control recae sobre dichos gobiernos… que también son los fiadores y garantes… ¡con dinero público!. O sea, si los bancos no devuelven, encima le pagamos nosotros la deuda. Los desmanes que la banca española realiza aquí con ese dinero, en Alemania, por ejemplo, sería inimaginable. Aquí, sencillamente estamos vendidos porque el gobierno está comprado.
               

                Solo la acción ciudadana podría poner coto a esta gran, enorme, desmedida, inmoralidad… Dejando de usar sus servicios, retirando fondos, ingresando solo el débito justo, anulando autorizaciones de pago, cancelando toda atadura y gestionándonos nosotros nuestra propia miseria… Ya saben lo que decía aquel pobre hombre con gran dignidad: Mi hambre es mía… Concienciación masiva, se llama eso. Ya sé, es difícil, muy difícil, pero solo porque así lo creemos. Miren, si esta especie de milagro ocurriera, responderían con un “corralito”. ¿Porqué?. Pues porque ya no tienen el dinero de usted y de todos. Simplemente, ha pasado a ser suyo.. ¿Qué no..?. Probemos a ver… Miren, mejor elijamos a un gobierno decente que los ponga firmes… Es lo suyo.