Datos personales

Mi foto
TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

viernes, 26 de octubre de 2018

El Mirador 26 octubre 2018 "MISTERIOS DE LA CRIPTA"

PROGRAMA MISTERIOS DE LA CRIPTA

miércoles, 24 de octubre de 2018

EL ATEO ESPECULAR



El ateísmo no es no creer en Dios, sino no creer en uno mismo.  Los ateos que no creen en un dios determinado de una religión determinada son solo ateos religiosos, nada más. Son de los que dicen – o deberían decir – no creo en tal o cual diós, pero creo en este otro. Es el caso de los islamistas actuales, o de los católicos medievales, por ejemplo. Ambos se montan cruzadas del suyo contra el del otro, y se llaman mutuamente infieles… ¿Pero en qué Dios no crees?, les preguntaba yo a los ateos integrales… “En ninguno”, contestaban, con lo que daban por supuesto tácito la existencia de varios dioses. O, si cosechabas un raro y extraño “en mi Dios solo, y punto pelota”, estaban reconociendo la de su exclusivo y personal Dios. Ernesto Cardenal creo que fue quién dijo que no se puede ser ateo de algo en lo que no se cree, sino de algo en lo que se cree. Yo digo lo del principio de este párrafo, y es que si nos reconocemos a nosotros mismos, estamos viendo un reflejo, por pálido que sea, de Dios, así que si no creemos en Él, tampoco creemos en nosotros…

                La libertad de culto en las sociedades avanzadas reside en que cada cual elige su propio Dios a través su particular confesión. Lo que pasa es que casi nadie elige por sí mismo, si no que se lo eligen otros por él. Sus padres, a ellos sus abuelos, la sociedad, la costumbre… tradición la llaman con veneración, pero en materia de dioses lo llamamos fé. Y estamos dando culto a una fe heredada, no elegida. Así que el mostrarse ateo de ese dios no es mostrarse ateo de Dios, sino una tradición adorada por la peana, que es el fundamento básico, al fin y al cabo, de todas las religiones… Zeus, Júpiter, Amón Ra, Quetzacoalt, Alá o Pachamama, qué más dá… Cuando alguien dice que el único y verdadero Dios es el de Cristo, el de Mahoma, el de Moisés, el de Zaratrusta o el de Hermes Trimegisto, está empobreciendo a Dios tanto como se está limitando a sí mismo, porque no es que existe un solo y único Dios verdadero, y los otros sean falsos, o de segunda categoría (lo que implicaría su existencia), si no que todos los dioses existentes o que puedan existir, convergen sus existencias en un solo y único punto: el ser humano que lo crea a su propia imagen y semejanza. Yo puedo ser ateo de todos y cada uno de los dioses, pero no puedo serlo de la suma de todo incluído yo mismo. Eso es un imposible.

                Por eso Hermes, Zoroastro, Jesucristo, Buda… se esforzaron por transmitirlo, pero la gente terminó por compartimentarlo y fabricar religiones con sus mensajes, que, en definitiva, es un solo y único mensaje. El Mensaje es de integración cósmica, sin cabida ni lugar para las religiones ni los ateísmos. Sin embargo, las propias religiones nacidas de tal Mensaje se encargan de des-integrar y dividir a la humanidad en nombre de sus propios profetas de diferentes credos… y de ahí, precisamente, el nacimiento de los ateísmos.- Paradógicamente, sin embargo, todos integramos en nosotros a las distintas grandes fés que en las religiones (llamadas Del Libro) se han esforzado en hacerse distintas, e incluso enemigas. Yo mismo llevo en mí ideas del credo judío e islámico en comunión, o contraposición, con el cristianismo que, a su vez se ha dividido en varios catolicismos. Y todos ellos coronados en un diós celoso, todopoderoso y ominoso, en cuyo nombre se han librado conquistas, cruzadas, guerras santas y sangrientas luchas para justificar el poder y el dominio de sus representantes en la tierra. Para eso trabajan sus prelados, sus ideólogos, sus publicistas y políticos, y para eso están las legiones de fieles y seguidores, para desatar campañas confesionales, ciegas y obtusas, en nombre de cualquier dios imposible. Es perfectamente lógico y normal que existan los ateos y los ateísmos entonces…

                Pero ya digo, exactamente igual que el ateo no cree en el dios que no existe, yo tampoco creo en un ateísmo que no cree en el dios equivocado. Es todo el reflejo del mismo error, de la misma falsedad. Que en un espejo se refleje una imagen no dá por cierta la existencia de esa imagen – que puede ser impostada – pero sí asegura la existencia del espejo. Y esto es así porque, en definitiva, a Dios tenemos que vislumbrarlo a través del género humano, de sus criaturas, de su creación de la que somos partícipes para bien o para mal, pero no por lo que digan los dogmas de las personas, que solo traducen parte de la verdad en su propio interés de dominio, influencia y poder. Dios no es lo que dice la gente, por lo que nuestro ateísmo es hacia un mensaje torcido (cuando no retorcido) de lo que se obliga a creer que es Dios
.
                Yo soy más ateísta que ateo. Porque creo en las causas de increencia más que en la increencia misma. Solo hay que meterse en su esencia, pues tiene sus motivos pero carece de sustancia. Un ateo no debe de caer en la trampa de no creer en lo que es increíble. Por eso dudo del ateo real, no así del circunstancial. Y no creo en el ateo total, si no en el parcial… ¿Ateísmo general?.. Puede, pero no capital… Menudo tole-tole el de hoy, acho, tío… Tal cual, don Pascual…

 MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php


miércoles, 17 de octubre de 2018

7 SIGLOS DE GARANTÍA


Bélgica no es solo la sede del Parlamento Europeo, ni la cuna de partidos nazis que dan apoyo a Puigdemont, ni tantas cosas contradictorias que nos evoca y provoca el nombre de Bruselas. También existe un pueblo allí, de unos 40.000 habitantes, Geel, con todos los atractivos de estas pequeñas ciudades belgas, que tiene y mantiene una curiosa actividad desde hace siete siglos, unida a una tradición medieval, quizá una leyenda, que cuenta que, allá por el año 600, un rey de la lejana tierra irlandesa enviudó de su atractiva esposa, y quiso componer su vacío con las más hermosas mujeres de su reino, frustrándose siempre cualquier intento. Y como que tenía una hija, Dimpna, que a sus quince años era tan bella como su madre, el monarca quiso desposarla… Ella, aterrorizada por tan incestuosas y enfermizas pretensiones, huyó a refugiarse en Geel, en compañía de un clérigo de su absoluta confianza. Pero su progenitor la encontró, y loco por su negativa, acabó por decapitarla.
                Hasta aquí lo terrorífico. Luego viene lo balsámico. Se cuenta que ese arranque de insana locura fue curado por su hija Dimpna tras su violenta muerte, que arrancó al diablo de la mente de su padre. Así que, los de Geel, convencidos de la capacidad sanatoria de su joven mártir, en el siglo XIII se le empezó a rendir culto como santa, se le instituyó en patrona de los enfermos mentales, y se erigió una iglesia en su nombre, ya en 1.349.- Desde entonces, los peregrinos buscan una cura o alivio a sus males acudiendo masivamente a rendirle un novenario. Fue tal su fama, que se tuvo que edificar un centro asistencial junto al templo, que pronto quedó escaso para acoger los pacientes que venían. Ante tal imposibilidad, comenzaron a alojarlos con familias del lugar a cambio de una muy leve compensación económica. Muchos de ellos se encontraban tan bien acogidos, y se sentían tan felices, que ya nunca volvieron a sus lugares de origen, viéndose curados de su mal, con el tiempo, una mayoría de ellos. Geel inició así un reconocido periplo de fórmula alternativa de tratamiento a enfermos mentales que viene durando la friolera de setecientos años.
                En la actualidad, más de 200 familias acogen enfermos de esquizofrenia, depresión, epilepsia, paranoia, alucinaciones, ansiedad, trastornos de la personalidad, bipolares y obsesivo-compulsivos de la alimentación… Reciben una ayuda del Estado de 600 euros, y son seguidos, controlados y apoyados por las autoridades sanitarias y doctores especialistas. Por supuesto, en la comunidad médica este experimento social tiene sus defensores y sus detractores, pero los resultados obtenidos durante 7 siglos son claramente positivos: se espacian las crisis, se aminoran los problemas en los enfermos, se reducen hasta en un 60% la medicación… y llegan incluso a tener una existencia normal. Y son cientos de niños, jóvenes, adultos, que, como un miembro más de la familia de acogida, se integran de pleno en las labores usuales de la comunidad. Unos están meses, otros años, otros el resto de su vida…
                El debate científico está abierto desde el siglo XIX, y ya en 1.902 el Congreso Internacional de Psiquiatría de Amberes proclamó que Geel es un modelo a imitar, pero tal llamamiento fue ignorado y silenciado. Sin embargo, el modelo sigue funcionando, y funciona bien, muy bien, hasta el día de hoy. Yo me he atrevido a traerlo esta semana a mi columna, porque creo que hemos de reactivar la polémica, a ver si sirve para algo. Es obvio que nuestra sociedad es una sociedad enferma, cada vez con más y más personas que precisan tratamiento mental continuado en mayor o menor grado. Y que lo que aquí salta a la vista es una pregunta difícil de contestar: ¿por qué estos enfermos, en su entorno natural y con sus propias familias no obtienen la mejoría y alivio que en otras comunidades sí le procuran?.. No es una pregunta retórica. Estamos ante una experiencia de 700 años que la avalan. Naturalmente, yo no estoy capacitado para contestarla, pero sí que estoy decidido a exponerla y defenderla. ¿Por qué, ese modelo que ha dado, y sigue dando, tan buenos resultados, no se promociona y favorece?.. Quizá mi muy estimado amigo J.J., eminente profesional y excelente ser humano, me lo diga al oído algún día. Y entonces puede que llegue a entenderlo.
                Por supuesto, este artículo de hoy está dedicado a todas las familias en las que alguno de sus miembros padecen problemas mentales, y que los sufren ante la práctica indiferencia de los que no tenemos tal problema. Que tampoco somos tantos si nos contamos a nosotros mismos. Y lo dedico con todo cariño a todas aquellas organizaciones que, como el Prometeo de mi pueblo, intentan afrontar un reto tan valiente con tanta generosidad y desprendimiento… Mi intención es solo darles voz, sacarlos a la realidad y exponer un mal que ya no es vergonzoso, si no ominoso, y que lo produce la propia sociedad y nuestro equivocado estilo de vida.. Pero que también la propia sociedad oculta resortes y recursos que pueden revertir la situación. A la vista está. En Geel lo llevan haciendo la friolera de siete siglos. Está probado, comprobado, demostrado y documentado, por lo tanto, es posible. La cosa está en querer hacerlo y en cómo hacerlo. Vamos, digo yo…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

miércoles, 10 de octubre de 2018

MISTERIOS DE LA CRIPTA


…O lo que es igual, Misterios de la Administración. Porque la administración, la nuestra al menos, es una cripta llena de historias de misterio, un costoso, esplendoroso y fastuoso mausoleo, de enormes proporciones, donde, muchas veces, cumple el objetivo opuesto para el que existe. Es más caro el mantenimiento que el costo de custodiar los restos que conserva. De hecho, en nuestra multiplicada por 17 espléndida cripta, a mí, personalmente, claro, me surge la duda de que no sé si los funcionarios se han hecho para la administración, o la administración se ha hecho para los funcionarios. Y pienso que el costo (impuestos) de mantener esa administración, muchas, muchísimas veces, es superior al costo real de los servicios que se supone prestan al ciudadano. A veces, incluso, obra el efecto contrario, sus absurdas normativas complican, embarullas y encarecen aquello que su concurso debería de simplificar y abaratar. Y priva a la ciudadanía de lo que debiera facilitarle.

                Hace un tiempo, hablaba con un alto exponente de una administración local sobre tales misterios de la cripta. Resulta que si una asociación, organización, etc., sin ánimo de lucro, está dispuesta a prestar a los ciudadanos un servicio de indudable interés público, al mero costo puesto que no está subvencionada, pero con unos beneficios y ventajas concretas por su reconocimiento por ciertos organismos oficiales, va y ofrece un convenio de colaboración abierto a cambio de la cesión de un espacio, se le niega y se le da con las puertas en las narices, porque se le considera un negocio, así, sin más. No importa la inexistencia de beneficio; no importa que se limiten a cubrir los costos; no importa que los profesionales a los que se pagan sus servicios, faltaría más, declaren sus ingresos en renta; no importa que brinde su oferta pública a la mitad de otros organismos, que incluso son oficiales; no importa incluso que lo hagan como el propio Ayuntamiento con respecto a sus propios contratados... O como otras organizaciones que funcionan exactamente igual, con las que sí tienen convenio y con las que se establecen claros agravios comparativos…

                La solución dada es: Alquilen un local, dense de alta, móntenlo, asístanlo y manténganlo, funcionen como cualquier empresa privada, en fin, y cobre lo que tenga que cobrar al que precise de sus servicios. Dá igual que salga el triple que el cuádruple. No problema… Y entonces va uno y se pregunta si esa administración mantiene su alta y copiosa nómina con elevados impuestos para facilitar mayores y mejores servicios a sus ciudadanos, o, por el contrario, está para evitar que se les pueda ofrecer con enormes ventajas a través de su concurso y buena disposición. Se nos puede acusar de propiciar la competencia desleal, puede aducirse en su descargo… Negativo. Para eso tal competencia debe existir, y no existe. Viene desde un canal oficial a una organización reconocida por dicho canal. Punto. Son normativas esas que no defienden el interés ciudadano, sino que lo dificultan. Se prefiere que tales ciudadanos tengan que desplazarse, o pagar el doble o el triple de lo ofertado, y con una mayor rigidez e incomodidad, porque una dudosa normativa legal, o lo que fuera, impide que esos ciudadanos puedan beneficiarse de lo contrario. Y eso aun contando con el equipamiento y medios sobrados para poder hacerlo. Así que uno, al menos, se pregunta un par de cosas: una, si nuestros impuestos sirven para algo más que pagar sueldos, y dos, si uno pagara los escuetos y mínimos impuestos exclusivamente necesarios, tendríamos más que suficiente para costearnos lo que debiera facilitar pero obstaculiza esa administración de ventanilla y zancadilla.

                Naturalmente, quiero dejar bien claro que no estoy culpando a los políticos que han de torear con esas normativas absurdas y miopes. Los de abajo, porque están sujetas a ellas como un reo a unas argollas. No. Me estoy refiriendo a las propias normas que retrasan a la sociedad e lugar de ayudarla a avanzar. En las que gravan en vez de liberar. Culpo a esas leyes, normas, o lo que sean, involucionistas. Y si culpo a algún político, naturalmente, son a los de arriba. A los que las paren y las imponen. A los ciegos que guían a los sufridos tuertos. A los que viven de los administrados y solo se sirven a ellos mismos. A ellos culpo…

                Algún alguien me sopla al oído que muchas veces tales normativas han de ser interpretadas, que puede darse el caso que en unos sitios lo hagan de una manera y en otras de otra. No lo sé. Lo cierto y verdad es que ignoro tal posibilidad. Pero si una norma está sujeta a interpretación, existen maneras, formas y fórmulas, salidas… y si no lo está, pues punto pelota. Eso queda para la aptitud o ineptitud, competencia o incompetencia, del político que se encierra en ella y se cierra a buscarle la vuelta. Dicen que lo que es igual pá tós no es beneficioso pá naide… aunque en este caso que nos ocupa, más bien es perjudicial pá tós

                Misterios de la Cripta, como aquél viejo cómic de Marwel, luego llevado a la pantalla. Un clásico del terror… Aquella Oficina Siniestra de La Codorniz… Misterios, historias oscuras de la administración… Las de la ficción, y las de una realidad que supera a esa misma ficción…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php


miércoles, 3 de octubre de 2018

LA OTRA CENSURA



Cuando algunos álguienes se empeñan en cortarme los laureles por leer lo que no escribo… e interpretar lo que me cuido mucho de no decir, siempre me acuerdo de aquel sargento de mi período de instrucción en aquella “mili” obligatoria, donde todo españolito pasábamos por las armas (o nos pasaban por las armas en sentido figurado), que, en las prácticas de tiro, siempre nos decía aquello de “prefiero a los tíos que donde ponen el ojo ponen la bala”, señalándonos con su ominoso dedo acusador. Cuando, en los descansos de chusco y cantimplora, se nos acercaba a confraternizar, como tropa que era, en el círculo de soldatas, ya en plan distendido, yo le soltaba a aquel suboficial si no le daba igual los que donde poníamos la bala, allí poníamos el ojo. Y como que bizqueaba con la pregunta y yo intuía que no lo había captado, le aclaraba que, la inmensa mayoría éramos de los que, tras disparar la bala, mirábamos dónde la habíamos puesto…

                En los temas delicados (sociopolíticamente hablando, aclaro) que trato en mis artículos, procuro no apuntar al centro de la diana, aún sin dejar de dar dentro de la diana, no sé si me explico… Intento acercarme al blanco pero sin dar plenamente en el blanco. Y suelo hacerlo así porque sé que vivimos en hipócritas tiempos de juicios mediáticos que, si te sales de lo establecido como lo políticamente correcto, no solo te pueden caer las del pulpo, sino que, los que administran tus paridas, te pueden censurar el parto hasta que tu criatura fenezca antes de ver la luz. Y aún y así, de vez en cuando aparece algún tribunal inquisidor que puede adivinar tu pensamiento aunque no lo hayas puesto por escrito, o incluso puede pensar lo que tú no habías pensado. Tal es su exacerbado virtuosismo.

                Hace tiempo, un patronato de cultura de por estos andurriales de dos reales, que estaba liado en preparar los fastos literarios de un Día de la Mujer (ya no recuerdo si trabajadora o genérica), al ver que se le echaba el tiempo del escrutinio encima y no tenían una sola aportación que llevarse al paraninfo, alguien decidió echar mano de mi amistad a través del compromiso (para eso están los amigos, claro) y pedirme el favor de enviarle a tal efecto y con tal motivo mi óbolo literario. Aún no gustándome estas calandracas, e incluso desconfiando de tales cosas, accedí, y mandé un trabajo encuadrado en el marco de la historia, pintando el lienzo con los colores de la cultura pura y dura. O sea, dibujé una diana lo suficientemente versada como para que no se apreciara que aquello era un tirofijo… Pues algún avisado o avisada tuvo que olerlo, cuando se agenció del más próximo a mano el clásico canto lírico a la belleza de la mujer de la tierra, y a sus primores y encantos, bordados en dulces sinfonías de juegos florales y esencias patrias, que es de lo que van tales paridas. Y se me porfaveó, o no gustó, o se caló, pero mi solicitada aportación desapareció del mapa sin ni siquiera un miserable acuse de recibo.

                Últimamente incluso se me ha llegado a censurar alguno, y sí, digo censurar, aun soltando verdades constatadas, constatables e incontestables. Se creyó que podría herir susceptibilidades que hoy apuntan a casi una especie de dirección al pensamiento único políticamente correcto. Exactamente igual que en Cataluña con todo aquel que no piense independentista se le etiqueta de fascista, en el global de la sociedad todo el que no sea feminista a toque de pito es un machista cavernario. Por ejemplo, los que no defiendan a rajatabla y sin matices el día del orgullo de algo, es un monstruo de homofobia sin paliativos. Directamente. O el que no se apunte a determinadas consignas sociales, que desaparezca o calle para siempre. El que no está con nosotros es que está contra nosotros… A ver, usted, identifíquese, santo y seña…

                Y me trae al recuerdo aquellos juegos florales de mi primera juventud, en plena dictadura, de Marcha de Áida, de accésit y de Flor Natural, de los Delegados de Gobierno del Glorioso Movimiento Nacional y su guardia de corps falangista vigilantes a que no se moviera nadie, de censores e inquisidores azules atentos a cada palabra, a cada estrofa, a cada párrafo, a cada título, con dianas secuestradas y balas de fogueo. Cante usted al sol, a la femineidad de nuestras bellas mujeres y a la virilidad de nuestros recios hombres, cante usted a las virtudes castrenses y a la patria y a los luceros, pero no se me salga del guion establecido y no haga de su capa un sayo, porque aquí el único que capa el sayo soy yo… Y había que realizar verdaderas florituras literarias, auténticos rizadores desrizantes de rizos, genuinos decir sin decir y sin parecer pareciendo, a fin de colar sutilmente el pálido reflejo de algún algo para quiénes lo supiesen captar. Un apuntar a la diana para disparar fuera de la diana.

                Aquellos controles de aquellos comisarios políticos desaparecieron con Franco. Ya no te meten en la cárcel, ni te amenazan, ni te dan palizas por ello… bueno, en algunos sitios este último supuesto puede que sí. Pero se advierte una vuelta a un cierto clima de prevención. Esto no lo toque, o no lo toque así, porque puede parecer machista, o fascista, o… puede tocarles los sagrados cogolondrios a lo que se ha establecido como línea de pensamiento único. Mejor, mire usted, no se lo publicamos, entiéndalo… O te dan con la puerta en las narices tras haber solicitado tu mano, como aquel patronato cultureta de pito y pandereta. O te dicen, directamente, como en aquella agrupación de estómagos apesebrados, “si te firmo esto nos pueden quitar el bingo y no sacarnos de excursión…”. Poco a poco, esto se va pareciendo más a aquello.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php