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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

miércoles, 25 de enero de 2017

AHORA ES LA HORA

Por fin, este gobierno (o eso dicen) va a intentar reintegrarnos al meridiano geográfico al que pertenecemos en Europa, casi ochenta años después de que aquel invicto y Franco caudillo se le ocurriera sacarnos de él para hacerle la pelota a su colega fascista Aldolf Hitler, adaptando y adoptando la hora alemana en la desgarrada, pobre y postguérrica España. Aquel gallego golpista copió e imitó a su alter ego imponiendo el brazo en alto y la hora de su reloj en sus sometidos dominios. Era su manera de poner culo al posible amo del continente. Por si acaso no fuera que ganase la guerra, teníamos que hacer méritos. Vale. Podría llegar a entenderse en aquel, su preciso momento histórico.
 
                Lo que ya resulta muy difícil entender es que aquel dictador luego pusiera morritos a las democracias durante cuarenta años, muriera, viniera toda una modélica transición, tuviéramos gobiernos democráticos de centro, izquierdas y derechas, y a nadie ni a ninguno se le ocurriera normalizar tamaña anormalidad. Desidia, incapacidad, vagancia, incompetencia, desinterés, abulia… Vaya usted a saber. El caso es que han tenido que pasar otros cuarenta años de monarquía parlamentaria, y un giro del bipartidismo al multiconfusionismo ilustrado, para que bajo el gobierno en minoría de otro gallego, Rajoy, en que su Fátima de los milagros haya sido la encargada de tañer la chirimía, cuando - ¡ aleluya ¡ - se les ha ocurrido el detalle de enderezar el entuerto de semejante burricie. Si bien, y esto es cierto, ya lo llevaba Ciudadanos apuntado en el guión de medidas a abordar. Suyo es pues, el merecimiento.
               
                Ahora bien… cuando una sociedad ha estado practicando el error cerca de un siglo, crea unas dependencias difíciles de romper. Por eso no es de extrañar que determinados sectores, e incluso algunas comunidades autónomas, se resistan a cambiar unas costumbres ya viciadas, endémicas, y encastradas en sus rutinas, inercias e intereses. Pero debemos de hacer un esfuerzo por integrarnos en lo correcto, y desconectarnos de lo incorrecto. Ya va siendo hora (y nunca mejor dicho) de borrar errores y armonizarnos con Europa y en el paralelo, Greenwich, en el que realmente estamos, nos guste o no… No creo que nos sea muy difícil dejar de ser anormales en esto, aunque no sepamos ser normales en otras cosas, y no quiero señalar…

                Lo que intenta la ministra Báñez es hacer un kit normativo, y, junto con lo de la hora, meternos en el lote, al estilo Ramonet, y a la vez y al mismo tiempo, lo de que la jornada laboral termine a las 6 de la tarde, igualmente normalizada en Europa. Y no estaría mal, no, qué vá… Plegar a las six o´clock y marcarse unas cañas antes de encerrarse en casa con los críos y/o con la propia. Está pero que muy bien, las cosas como sean… Aunque las cosas son como que tendremos que cambiar otras placenteras costumbres, pues igual habrá que entrar una hora antes al laboro, y eso jode nuestra inveterada costumbre del trasnocheo… por ejemplo. ¿O no lo habíais pensado, listos?..

                Y luego hay otra cuestión sociolaboral que no es pelufa de caña cañí, y es que España es un país que cada vez se conforma más como de servicios. Servicios hosteleros y turísticos sobretodo. Somos la paella y la parrilla de Europa. De hecho, somos el país con mayor densidad de bares de todo el mundo mundial. Así que mi pregunta es: ¿los va a cerrar también a las 18 horas?.. ¿No?.. Entonces solo los políticos, los funcionarios, y un residual cada vez más residual de ciudadanos podrán beneficiarse del beneficio, valga las redundancias… Y no por nada, es que hemos construido una fuerza laboral de camareros, maitres y cocineros, basada en los masterchefs del universo, más unos pocos dependientes varios que acompañan el menú nacional… Cuidado, me estoy basando en los datos oficiales de empleo en España, ojo…

                Y esa gente suele currar el doble por la mitad, ya me entienden… y cuando acaban su jornada ya no queda jornada, y mucho menos nada doméstico que conciliar ni perro que les ladre al llegar al hogar, también me entienden… Así que sí, que vale, que bueno, que muy bien, pero ¿a quiénes les vale?, ¿para quiénes es bueno?, ¿para quiénes está bien?.. Pues eso mismo es lo que digo yo…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador  – los viernes a las 10,30 h. en: http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php


miércoles, 18 de enero de 2017

IGNORANCIAS

Dos informes han irrumpido al mismo tiempo apenas empezar el nuevo año. Y cualquiera de los dos, a cual más triste y desesperanzador. Uno, de la CEE, que dice que España aumenta en desigualdad y crece la brecha entre ricos y pobres. El otro, de la Cegal, donde se constata que un 40% de españoles no ha leído un solo libro en todo el año. Que hayan aparecido ambos datos a la vez no quiere decir que estén relacionados (cada cual viene de una fuente distinta), si bien tampoco quiere decir que no lo estén… A mí no me parece que la desigualdad influya en el hábito de la lectura. De hecho, no se puede constatar que un rico lea más, aunque pueda, ni que un pobre lea menos porque le cueste más comprar libros. Yo mismo viví una sociedad de posguerra donde la gente con menos recursos leía más, mucho más, que la actual, y se amaba, y se respetaba, y se valoraba muchísimo más la cultura que hoy en día. 

               
                Sin embargo, lo contrario, o sea, que la gente no lea, que desprecie el conocimiento, la cultura, pueda influir en la existencia de una mayor desigualdad, sí que puede ser posible. La falta de preparación, de capacidad lectora, y por lo tanto de comprensión lectora, y lectiva, y del estado de una formada opinión, sí que puede abonar una sociedad de grandes diferencias, donde las brechas se salven a base de placebos sociales, de fiestas, de espectáculos de masas, de abuso estratégico de los ídolos mediáticos, de ignorancias suministradas y asumidas, de una enorme deformación en la era de la información, precisamente. Es la aplicación de las políticas del desconocimiento. Y el que cerca de la mitad de la población no sepa lo que es leer un libro, es causa y efecto de lo mismo.

                La culpa es de una administración lerda y espesa que huye de culturizar a la gente, de que aplican unos sistemas educativos politizados y preñados de intereses espurios y no educacionales, donde se apartan a los profesionales y se encaraman los políticos. De unos métodos de salir del paso a través de unos profesionales que son pagados para implantar determinados conocimientos previamente elaborados, pero no son estimulados a ejercer ni enseñar el librepensamiento, ni están por la labor tampoco, dado que se alejan de sus particulares intereses… En realidad, y se constata en las entrevistas a pié de calle, los adultos nos afanamos en no leer y nos ufanamos de no leer. Cualquier excusa es buena para justificarlo. El resultado de todo ello es lo que estamos constatando y sufriendo: acoso escolar, jóvenes machistas del neopaleolítico por los que se dejan acoquinar nuestras muy feministas jovenzuelas, violencia sexista, violencia en las aulas, falta de disciplina y respeto en las escuelas, y en los hogares, e incluso en las calles…

                A los de nuestra generación nos educaron sin libertad pero con responsabilidad. Nosotros educamos a nuestros hijos (lo procuramos, al menos) en la libertad y en la responsabilidad, y hoy se está educando (así lo demuestran los resultados) en la libertad pero sin responsabilidad. Mañana, me temo, se hará sin libertad y sin responsabilidad. Pero es lo que nos estamos labrando surco a surco. Espero, y confío, en no vivir para no tener que verlo y soportarlo.

                La primera campana ha dado su primer aviso: Las personas ya no leen, prefieren ser gente iletrada, y ser deformada antes que formada. Y doy fe de ello. Personalmente sé lo que me digo, pues tengo sobrada experiencia de eso. Yo mismo he intentado, en más de una ocasión, formar en mi pueblo un Taller de Lectura y Escritura. Primero, con un método ambicioso apoyado en Hispadel, la Asociación Hispanoamericana de las Letras. Luego, bajando el nivel… Después… nada, cero, desinterés absoluto, tanto en las administraciones locales como en la propia ciudadanía. Cuarenta mil habitantes para no salir ni un miserable par de docenas de interesados. No es falta de tiempo, ni de oportunidad, ni de los cuatro duros de la famélica cuota, que suelen utilizarse como manidas excusas, si no el más profundo despego por lo que supone el hecho de leer, escribir, saber, entender, conocer, comprender…

                Así que no me extraña nada este triste informe de la Cegal. En absoluto. Aunque sí que me preocupa, y me duele. Pero no me vengan con declaraciones sacadas del manual de demagogia del político de turno, con fotos con caducidad de urna. Eso no me vale. Háblenme de otra cosa, díganme cómo van a combatir estos nefastos y nefandos resultados, pero no me cuenten más cuentos…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php


miércoles, 11 de enero de 2017

DESDE MI HOMBRO HACIA ATRÁS

 En el año que ha pasado, 2.016, murieron una parte de unos cuantos, o de unos muchos, según se mire, claro… Marcharon al otro barrio personas y personajes como Prince, Fidel Castro, Umberto Eco, Bowie, Leonard Cohen, George Mitchell,  Leslie Caron,  Carrie Fisher … Esta última, la verdad es que solo los adictos y adeptos a las Guerras Galácticas la conocían, puesto que solo allí adquirió fama como la princesa Leia, por eso yo creo que fue más exitosa que famosa. Además, a mí me ocurre con la saga esta de la fuerza que acompaña como con la mitad de los desaparecidos en combate que he citado… que unos me caen tan cerca de mi tiempo que me son lejanos, y solo los que comparten lejanía conmigo me son cercanos. Debe ser cosa de la edad que uno va soportando. Cosa del tiempo que nos va pasando por los ijares…

                Pero es que es jodidamente cierto. Cuando miro por encima de mi hombro, echando un vistazo atrás, veo un reguero de familia, de amigos, autores y actores, que me han acompañado en la ficción de mi realidad- antes, el cine y la lectura era una parte ineludible de ti mismo, como la dosis necesaria de fantasía imprescindible para vivir – tan largo y extenso, que siento una tristeza profunda, una pena insondable, un miedo de mí mismo… Y me pregunto cuántas referencias humanas he perdido, y cuántas me restan aún en la faltriquera de la existencia. Y las cuento. Y compruebo, horrorizado, que son muchas más las pasadas que las pocas que me quedan. Tanto en familiares, como en amigos, como en escritores y actores que nos influyeron, y de alguna forma nos formaron. Yo los llamo acompañantes/preceptores. Y son ya tan escasos los que aún retienen su vida… o que la vida los retiene a ellos, no sé, pero ya tan pocos y contados, que cada día que pasa me voy sintiendo más y más huérfano.

                Entiéndanme… Intento encontrarme hoy en lo que queda. Y me busco, sí, y es verdad que me veo aquí, interactuando con unos y con otros, cada vez con menos, pero son gentes de generaciones cada vez más ajenas a la mía, son eslabones adelantados de una cadena que tira de mí, pero de la que yo ya no tiro de casi nadie… ni de casi nada. Y esto es así, y nos pasa a todos en menor o mayor medida, eso es muy cierto. Y nos vamos dejando cosas, una tras otra, como despojos de un proyecto que ya no tiene cabida en tus planes, o tus aficiones, o tus querencias, o tu pasar, porque los responsables de darte la cobertura que crees que se te debe,(pero que ni mucho menos es así) ni piensan, ni sienten, ni valoran lo que tú crees que vale. Y ves que tú no has sabido aprovecharte de ti, aunque otros si lo hicieron. Y así te vas quedando solo en ti mismo, de ti mismo y por ti mismo.

                No existe nada más patético que mendigar tu propia dignidad, y sin embargo eso es mucho más digno que adocenarse en la mediocridad del rebaño. Aunque el entorno te empuje a lo segundo, aunque el aparato (stablishment) te propicie al borreguismo, aunque todos critiquen tu inadaptación al gregarismo, aunque seas condenado por querer no querer, por no someterte a la realidad que han preparado para ti y tus residuales. Confórmate, estate quieto, no participes, cállate… tranquilo, ya tienes tu camino andado, no te muevas más y déjate mover. Tan solo sírvete tu propia ración de pienso del abrevadero que te hemos dispuesto. Pero apártate, y no estorbes… Mas yo no lo veo así, y no lo contemplo, y no lo quiero. Miro los apeaderos de los de mi tomo de registro civil, de los que se van y de los que llegan, y me deprimen absolutamente. No sé cómo explicarlo, ni como expresarlo, ni como decirlo ni transmitirlo a quienes quieren escucharme, si alguien me escucha, pero, para que me entiendan, es como un sentimiento de no pertenencia.

                La tal Carrie Fisher, princesa Leia de Star Wars, a la que aludía al principio del presente rollete, estrella en solitario de una sola obra, padeció de sí misma en una vida marcada por el fracaso personal. En sus matrimonios, en las relaciones con su madre, adicta a todo tipo de sustancias, depresiva, con trastorno bipolar, decía de su propia persona: “Recibo todo tipo de premios ahora que soy una enferma mental. Por lo visto soy muy buena en esto… Es todo un honor”. Como verán, un enorme contraste con el resto de ilustres desaparecidos que la acompañaron en su viaje. Reconocía tanto lo que era como lo que los demás creían que era. Y no coincidía con las valoraciones de sus fans. Son tan opuestas que no parecen pertenecer a la misma vida. Vida que, como las buenas novelas, ignoramos su sentido hasta el punto final de la última palabra de la última frase de la última línea de su último párrafo.


MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

miércoles, 4 de enero de 2017

HEREDAR EN...

El País Vasco ha sido pionero en muchos casos, como en establecer leyes avanzadas con respecto a las del resto del Estado. Eso hay que reconocerlo, aunque arrastren la lacra del oscurantismo abertzale. Una cosa no quita la otra. Pero que su aventajado régimen foral (a pesar de ser un agravio comparativo para el resto de España) lo sitúe a distancia-luz en nivel de vida y prestaciones sociales, no quiere tampoco decir que no se concedan a sí mismos normas legales avanzadas con respecto a su entorno. Y, sin embargo, también se da el caso de ello.
 
                Y una de las últimas ha sido la ley que permite apartar a los hijos del testamento. Mientras que en el resto del país se garantiza una parte del legado a los descendientes, allí, no es que se pueda desheredar a los hijos, es que no existe obligación de hereditarlos, que no es lo mismo. Esto, que parece un sinsentido, un despropósito, un contranatura, máxime en una sociedad nuclear como es la vasca, nos sorprende con una explosión de libertad y liberalidad, y resulta que las notarías empiezan a recibir miles de peticiones de modificación de testamentos, y que en las asesorías aumenten un 25% las solicitudes de información y de gestión en tal sentido… Algo que parecía impensable ha resultado ser perfectamente posible. El distanciamiento entre miembros de la familia, el aumento de las adicciones, la mayor capacidad de autonomía, el alejamiento de afectos, querencias y vivencias, el extrañamiento en el actual seno de la sociedad… lo ha hecho posible, a pesar de que la norma ya limitaba la responsabilidad del sucesor ante deudas adquiridas.

                Se podría incluso argüir la ética, o la moral, pero… ¿qué clase de ética o qué tipo de moral?.. De hecho, a ningún padre se le obliga a no dejar nada a sus hijos. Como si se lo deja todo. Tan solo que no está obligado a dejárselo. Eso es todo. Cada cual puede hacer lo que estime conveniente. Existen padres que se portan mal con los hijos, al igual que existen hijos que se portan mal con sus padres. Que no los cuidan, o que se acuerdan de ellos solo cuando tienen algo que sacarles, o que los sangran bajo amenazas, o que parasitan de ellos hasta el final, o que malgastan el patrimonio familiar… Todo eso existe. Como también existe el hijo que ni lucha ni se prepara para mantener la herencia familiar, sino que solo espera el momento para medrar de ella. Como igual existe todo lo contrario. ¿O no..?.

                Así allí ningún nadie podrá sentirse seguro de nada. Y tendrá que esforzarse por merecerlo. Nuestra sociedad ha creado generaciones de personajes que exigen sus derechos y aparcan sus obligaciones. Generaciones que se creen a sí mismas acreedoras de todos los privilegios y ventajas sin asumir ninguna responsabilidad en ello. Bien, pues Euskadi ha dado el primer paso en el camino de regreso, con una ley sobre la meritoriedad de la herencia a juicio del que lega, y no el derecho legal a la misma por parte del que hereda. Me parece estupendo. Enhorabuena…

                Los demás podrán verlo bien o verlo mal. Podremos creer esto o aquello, pero a lo peor nos equivocamos, porque ya no se puede mirar el mundo con los ojos de un pasado que ya no existe, si es que alguna vez llegó a ser como creímos que fue… Pero – tómenlo como cada cual quiera – los notarios vascos avisan que, desde que entró en vigor tal legislación, están recibiendo numerosas llamadas de ciudadanos de otras comunidades autónomas preguntando si empadronándose allí pueden acogerse a tal ley. De hecho, regiones como Aragón, La Rioja, Cantabria o Castilla-León, están interesadas en el desarrollo de tal normativa y han solicitado información pertinente al gobierno vasco sobre la misma.

                Luego pasa lo que en comunidades periféricas de la galaxia patria, como Murcia, donde, por mal (peor) ejemplo, son los hijos los que han de renunciar a la herencia de sus padres por no poder pagar el abusivo impuesto de sucesiones. Es la otra cara de la moneda. Es la insensibilidad de una administración de topos en su topera, que graba las transmisiones a nivel de latrocinio. Allí, nadie obliga a nada, y si se aviene, el gravamen es el más leve de España. Aquí, se obliga a todo, y el gravamen es el más pesado de España. Imposible heredar por falta de disponibilidades… Patético.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php