Datos personales

Mi foto
TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

jueves, 19 de septiembre de 2019

EN LOS ALCÁZARES...




…Tres años después. Si entonces los efectos de la gota fría fueron desastrosos, esta vez han sido devastadores. El problema no es que la Riada de Santa María, como ha sido bautizada por nuestro presidente cameral y rápidamente adoptada y adaptada por la oficialidad – brillante aportación del Ejecutivo, a fe mía – sea recordada en los tiempos venideros como un luctuoso recuerdo. No. El problema es que no sea recordada por el simple detalle de que se convierta en un hecho natural, repetible y no aislado. Ese es el auténtico y genuino problema. Los partes (y partos) oficiales se esfuerzan en difundir que es un fenómeno no debido al cambio climático, que siempre han existido, aún con otros nombres. Y sí, es verdad. Pero lo que no dicen es que el cambio climático, ya irreversible, lo multiplica, tanto en frecuencia como en potencia.

                Y aquí, nuestra actual mediocridad política, alta, baja y mediana, toda ella, esos políticos adolescentes como los llama Núñez Feijóo, falla escandalosamente (ejemplo: un Director General de Emergencias dormitando en el teatro con la Dana en todo lo suyo, una alcaldesa en fiestas particulares, otros en fiestas patronales…) si bien que acompañada también, reconozcámoslo, por cierta base de la ciudadanía que cree, y participa entusiastamente, en sus cuentos y de sus cuentas… Desde un Sr. Presidente que se prepara cuidadosamente su pose, rodeado de uniformes y galones, cargos y carguitos, y personalidades, y medios de comunicación (por Dios, éstos que no falten a la foto, pues son ellos los que tienen que hacerla), y luego se marcha prometiendo a los damnificados lo que sabe muy bien que no vá a cumplir, a otro presidentito de gobiernito con el colirio de la lágrima puesto en los ojos por la cosa del voluntariaje que le brindan la ocasión de proclamar – no sé qué tiene que ver lo uno con lo otro – su orgullo de ser español, pasando por los edilarios municipales que le ha venido un poco grande y no han estado a la altura de ocasiones anteriores. Se vé que les ha pillado recién estrenados y no están entrenados. Apenas si han tenido tiempo para subirse los sueldos y poco más... Un buen detalle sería volver a la nómina anterior como aportación personal para ayudar a paliar el desastre, por cierto, y sepan perdonar mi tonto atrevimiento…

                Porque los auténticos héroes de los que todo político, tanto de Villarriba como de Villabajo, deberían tomar ejemplo son, precisamente, toda esa extensa legión de voluntarios venidos de fuera – gran cantidad de jóvenes, yo ví incluso críos – trabajando codo con codo con los damnificados, incluso de lugares como Torre-Pacheco, que también ha sido afectado por el desastre, si bien que en menor medida… Y muchos de ellos siendo traídos a primeras horas del día y recogidos a primeras de la noche por sus padres en sus propios coches particulares, que a ningún nadie del oficio oficial se le había ocurrido facilitarles autocares de transporte. Es que esos zagales no esperaron ni a que cayeran en la cuenta… Y te los ves armados con sus artilugios domésticos traídos de sus casas en primera instancia, achicando viviendas y sótanos, aliviando calles, hombro con hombro con los vecinos, sin más coordinación que su espléndida solidaridad y su contagiosa generosidad, sin más precio y límite que su deseo sincero de ayudar y colaborar…

                Solo ellos son dignos de agradecimiento y reconocimiento por encima de cualquier político o política de los llegados y llegadas para hacerse un Telediario bajándose de un helicóptero, y sin untarse los zapatos, hacerse un logrado selfie y una elaborada noticia. Los profesionales de Bomberos, Protección Civil, Ume, Ejército, etc. se dan por supuesto. Ellos se vacían y se entregan más allá de su estricto deber y responsabilidad. Gloria y honor a ellos. Pero, déjenme que lo repita, de los que tienen que aprender cargos, carguitos y cargüelos es de esos chiquillos y chiquillas, venidos de todas partes a lo que haga falta, sin pedir nada a cambio. Posiblemente que las solas y muy sinceras y sentidas gracias de los vecinos, y el reconocimiento – ese sí que profundo y auténtico – de los que en verdad aprecian el valor de su magnífica entrega. Vaya a ellos y por ello, mi humilde y personal, modesto pero sincero, homenaje.

                Lo que viene ahora es reflexionar. Esto es un peligro, un riesgo, continuo y constante, y cada vez más probable. Lo afirman todos los expertos. Aún queda gente por allí que me decía que “la culpa es de los del campo”, ignorando que, aunque éste esté yermo, el nivel del mar siempre será el más bajo, y el agua baja, no sube. Simple física. Pero es la expresión inculta de un pensamiento plantada en sus cerebros y deformado por intereses interesados. No. La cuestión es qué se va a hacer para solucionar estas situaciones. Ya no sirve echar culpas a políticos regionales y/o locales que dejaron hacer esta o aquella aberración urbanística. Más vale que se modifican las leyes para que tales responsabilidades no caduquen con el cargo. El mirar atrás ahora, debe ser para aprender, no para reprender…

                La cosa es que esas magnas infraestructuras, ese cinturón de megacolectores – que además paliarían nuestra endémica escasez de agua – esos grades desvíos y recanalizaciones, valen mucho dinero. Pero son prioritarias. Absolutamente. Quizá, no sé, que con el costo de todas las fiestas de todos los pueblos, ciudades, villas y lugares de esta región, desde la aldea a la capital, de toda subida y bajada, entrada y  salida, traca y cohete, se sufragaría una buena parte de la solución… Sin embargo, ¿estaríamos dispuestos?. Es una simple pregunta. Un simple ejemplo. Habría muchos más. Eso se llama escala de valores, órden de prioridades, de intereses sectoriales, privados o personales… Pero habrá que asumirlo nos guste o no… y si seguimos eligiendo lo de ahora, pulpo como animal de compañía, tanto a políticos como a prioridades, pues citémonos cada año en los muchos Alcázares que nos van a surgir.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

domingo, 15 de septiembre de 2019

COSAS QUE PASAN




Se dice mucho la frase “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Y puede que sí, que sea verdad. Pero si así lo fuera, es porque en cualquier tiempo pasado fuimos jóvenes. No lo duden… La juventud tiene el poder regenerador en sí mismo que se va alquimizando (permítanme el palabro) en experiencia, conforme la propia juventud va caminando hacia la vejez. Es como si algo superior no consintiera que la lozanía y el esplendor fueran vasos que contengan la prudencia de la experiencia, pues no parecen compatibles, y se extrañarían unos y otras. Los estragos de un exceso juvenil serán reparados rápidamente por células obreras nuevas que mantienen el organismo en perfecto estado, pero solo la vejez guarda memoria de las heridas, porque ya no se recupera de ellas… Ese es el motivo. Y la causa de que cualquier tiempo pasado fuera mejor.

                El vigor y la decadencia no se llevan bien. El primero teme a la segunda, y la segunda envidia al primero. Y ambos dos se miran de reojo el uno al otro, como si no se conocieran… Sin embargo, se conocen, y muy bien. El vigor es padre de la decadencia al igual que la vejez es hija de la juventud, aunque parezca un disparate. Lo que pasa es que el uno y la otra no se tratan ni se hablan dentro de uno mismo, tan solo se relacionan e interaccionan con herederos de la sangre. Padres con hijos, abuelos con nietos… Pero si miramos dentro de nosotros, los dos polos del mismo personaje se reprochan mutuamente lo que ya ninguno de ambos es capaz de hacer cuando la mente le aconseja hacerlo.

                He leído otra vez un viejo libro de mi pujante juventud, olvidado en un viejo estante de algún no menos viejo cuándo: El Retrato de Dorian Gray, donde, por algún misterioso proceso, el personaje no envejece mientras su retrato sí lo hace, y en el que se va guardando en su memoria física las señales y lacras de todos los excesos a los que se entrega el protagonista ante el hecho de permanecer en un cuerpo eternamente joven, espléndido y pujante, mientras el lienzo se deteriora por él. Lo que no se aclara con precisión es cuál es el depositario de esta experiencia, si el retrato o el retratado. En la primera parte del clásico aparente ser el óleo el que asimila tales conocimientos, puesto que Gray sigue comportándose con la hermosa pero irresponsable liviandad de sus veinte años. Y ya en la segunda, parece transferirle el cuadro de golpe a su conciencia las pasadas y pesadas consecuencias de sus disipados actos. En ese momento de la obra, bien pudo pensar Dorian lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor.

                Lo que pasa es que afortunadamente, claro, la naturaleza dispone que la lentitud presida el proceso gradual de asimilación, en una secuencia invariable de acto-consecuencia, que va dejando el poso de la experiencia conforme se va marchitando el vigor, la regeneración, la belleza y el esplendor de la primera, y ya única, juventud. Un amigo viejo me dijo un día que las experiencias nunca se marchitan, y jamás dejan de emanar su perfume (o su hedor), mientras las flores que las han destilado murieron hace mucho tiempo. Por eso que cualquier tiempo es todo el tiempo. Igual da pasado, que presente, que futuro. Todo el tiempo es el mismo tiempo. Ni el pasado es mejor, ni éste es peor, ni mañana será mejor o peor que éste, salvo, naturalmente, porque estamos más cerca del límite de nuestro tiempo, casi que ya en la gatera del  tiempo. Por donde el tiempo, el nuestro, escapa… Y claro que a mí también me pasa, y me pregunto a mí mismo lo del principio de este artículo: ¿mi tiempo pasado fue mejor?, y me recuerdo como lo que dejé de ser, como un personaje inventado por mi propio yo… Pero, ¿cuál es el real?, ¿aquél que fue?, ¿este que también está dejando de ser?, ¿soy acaso una proyección el uno del otro?..

                Ya les digo… si cualquier tiempo pasado fue mejor, es porque una vez fuimos jóvenes. Ese es el sentido correcto de la frase. Otra cosa distinta es si aprovechamos esa juventud, o si la juventud se aprovechó de nosotros. En cualquier caso es una experiencia que deja sus consecuencias, no lo duden en ningún momento. Y no escribo esto para los mochileros de mi generación, que ya hemos cosechado tales consecuencias, si no para los jóvenes que las andan sembrando hoy, y que mañana se harán la dichosa pregunta de su tiempo pasado como interrogante de su tiempo después.

                No sé si fue Rabindranath Tagore a quién leí un día, que estando de camino un viandante, en el primer descanso del viaje, se durmió con la bolsa de víveres vacía, pero, joven y animoso, pensó llenarla cuando amaneciese; sin embargo, cuando despertó, fue ya demasiado viejo y cansado para poder llenarla. Y digo yo que algo querría decir con esa metáfora, ¿no?.. Pues eso: cosas, y casos, que pasan. 

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

domingo, 8 de septiembre de 2019

PREGUNTAD A LA ABUELA




Francia ha puesto a Europa las pilas empezando por ellos mismos. Emmanuel Macron quiere que les enfants de la patrie sean los primeros en descubrir lo que la humanidad ya descubrió un día y volvió a cubrir poco después porque así interesaba a una sociedad basada en el ciclo producción-consumo desaforado. Su Secretaria de Estado de la Transición Energética, Brüne Poirson, ha bautizado el nuevo-viejo invento como “Economía Circular”… guau y guay!. Lo define como un proyecto de Ley Anti-despilfarro  “, para avanzar hacia una economía sostenible en que los ciudadanos consuman menos y mejor, reciclen cuanto sea posible, eviten los plásticos, y se esfuercen en reparar y rentabilizar los productos antes de tirarlos a la basura”. El Plan lleva puesto incluso una norma de “Ïndice de Responsabilidad” para que los cacharros salgan de fábrica con una indicación de las veces que puede ser arreglado, o cuando debe ser desechado.

                Sin duda que la directora general gala aún tiene abuela, y le ha preguntado a su grand mere. Aquellos que tengan mi edad, echen la vista atrás, y los que sean más nuevos pregunten a sus abuelas. Todo eso ya lo inventaron ellas, sin tanta alharaca pero con todo el sentido común del mundo. Sin hipérboles. Era pura lógica y economía doméstica de supervivencia, y natural, tan natural como la propia vida. Tan es así, que estas medidas que nos vienen ahora tan innovadoras, lo que en realidad están poniendo de manifiesto es la vuelta a una época, relativamente reciente además, apenas un poquico más de medio siglo, pero que la ignorancia y la incultura de la moderna barbarie han enterrado tanto y tan deprisa que ya se nos antojan fósiles.

                Prácticamente, hasta los años 50 o principios de los 60, el 80% de la población, al menos aquí, en España, aún vivían en pueblos. El comercio del plástico, si se había inventado apenas se había extendido, era raro y caro, y el envasario plasticoalimentario prácticamente no existía, mucho menos al nivel altamente contaminante de la actualidad, que ya se califica de vitalmente contaminante. La gente salía a comprar con sus capazas, o sus bolsas tejidas de tela, o sus mallas de hilo o cuerda, que ensanchaban hasta un determinado límite. Una solución, antes práctica y hoy ecológicamente necesaria. Los envases de vidrio se utilizaban y reutilizaban hasta que éstos se rompían, se tiraban los cristales y se buscaba otra botella de otra cosa que sirviera a tal fin… Los casos se cambiaban vacíos por llenos…

                …Por ejemplo. Los desperdicios orgánicos (hoy un costoso problema para su recogida y adecuado tratamiento) servían para abonar el huerto, o para alimentar el cerdo, o los conejos, que luego volvían a comerse la familia tan ricamente. O se le echaba a la cabra, que nos daba su leche, natural y naturalizada,no destodo y desnaturalizada; o a las gallinas, que nos regalaban sus huevos, todo muy bien para lograr una muy satisfactoria y equilibrada alimentación… ¿Qué decía la francesa esta allez les Pyrinnées?.. ¡Ah, sí..!, Economía Circular. Pues eso, justamente eso, madame mía, una economía naturalmente circulante…

                Y la ropa se heredaba, se le hacían arreglos, se adaptaba y reutilizaba… y ya, cuando no podía remendarse más, se le despedazaba para trapos con que limpiar el polvo. Para limpiar los cristales, cocinas, paredes, chapados, utensilios mecánicos y hasta para forro de mochos de escoba con que dar brillo a los suelos. Hasta los papeles de los periódicos servían para multitud de usos, desde envolver vasos y objetos frágiles para su empaquetamiento, a usarlos como excelentes limpiadores de cristales, pasando por un fantástico abrigo del frío bajo la camisa en los crudos meses de invierno. Usted se ponía entre pecho y espalda cualquier periódico y le solucionaba el viaje en moto en los primeros o últimos fríos del día…

                El calzado se adaptaba, moldeaba, se ponían medias suelas, tacones o se le daba un buen calafateo, como a los barcos, y se le ganaba media vida a la vez que se le solucionaba su medio de ídem al zapatero remendón del pueblo, que hacía oficio de esa economía circular... Como no existía un solo aparato doméstico que no tuviese arreglo y compostura. Absolutamente todos, una plancha, un reloj, una cafetera, o chisme cualquiera. Todo se componía y se recomponía… y cuando ya no daba más de sí, aún se despiezaban y se aprovechaban sus componentes para solucionar averías de otro cacharraje de distinta naturaleza... No hablemos de cómo se consumía el agua y la luz...

                Ahora resulta que hemos de recuperar parte de ese espíritu porque nos estamos cargando el planeta, ya que 7.700 millones de homos… ¿sapiens?, consumiendo y desechando, a pleno derroche y despilfarre, nos estamos envenenando la existencia y negándosela a nuestros descendientes. También es economía de subsistencia, no porque no la podamos pagar, como la de antes, sino porque no nos la podemos permitir. Ni antes, ni ahora, la podemos mantener. No a este ritmo, al menos…

                La reinventada Economía Circular no es nostalgia de nada, si no prudencia de todo. La naturaleza está ahíta de basura y nosotros pereceremos ahogados en sus consecuencias. O somos una civilización de ida y vuelta, o no regresaremos de esta ida. En este caso concreto, cuando se dice aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, puede que sí, que sea cierto. Preguntémosle a la abuela…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php