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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

jueves, 31 de agosto de 2023

ESCÁNDALO

 

(de LaSexta)

Sánchez pretende reformar el Sistema de Financiación Autonómica para beneficiar a Cataluña, perdonando parte de su deuda al Estado… ¡Así paga el Psoe su apoyo a los separatistas!..

Lo que se oculta y no se dice es que esa Ley está pendiente de variar desde el 2014 – Rajoy – y es, precisamente, por lo que clama López Miras desde Murcia cada día y en cada apertura de bocaza.

Si se cambia, se benefician todas las comunidades, no una sola, aunque, claro, Perico lo hace en su interés político. Al final, esta región verá cumplida su reivindicación gracias a los catalanes, nacionalistas o no… ¡Qué escándalo..!, que canta Raphael.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

miércoles, 30 de agosto de 2023

TENDENCIAS

 


(de Dreamstime)

Si yo voy (o vengo) y empiezo mi artículo de hoy, por ejemplo, con la siguiente superfrase, o cita, o lo que sea: “La Historia, todo el drama mundial, fue creado para que supiéramos Quiénes somos; para que pudiésemos recordar Qué somos, y Lo que somos dentro de nuestra propia experiencia. También se diseñó todo esto para que, una vez olvidado dentro del Plan, tuviéramos que recordarlo y reconocerlo… Y si nos preguntamos el porqué, el motivo de olvidar para recordar, la respuesta está en que no es lo mismo saberlo que experimentarlo”, primero, puede que se queden un poco sorprendidos, y segundo, me preguntarán quién ha dicho o escrito eso, de dónde o de qué libro ha sacado este “peazo” cita.

No nos preguntamos si eso que expongo ahí es verdad o es un cuento; no se nos ocurre inquirir si tiene algo de cierto o es una calentura; si es portador de algún tipo de conocimiento o es un invento… No. Lo primero que hacemos es soltar: ¿y eso quién lo dice?.. Si es un renombrado pensador, investigador, científico, teólogo o filósofo, o, en su defecto, si no lo conocemos o valoramos, por lo menos que tenga un nombre antiguo y de impacto: Emmanuel Swedemborg, por ejemplo, siglo XVI, ahí es ná, pues, aunque no sepamos de qué va la cosa, automáticamente le concedemos un preceptivo crédito, aunque relativo; un puedeser, un porsiacaso

Y solo entonces es posible que nos molestemos en intentar sacar ese “cocimiento”, o conocimiento, que destila tal aserto. Aunque lo más seguro es que puede que no, que ni hablar, que ¿para qué calentarse el coco si no sabemos quién ha dicho tal cosa?.. Pero si la parida fuera mía, o de cualquier otro bastardo de las letras, que no lo conocen ni los de su casa, entonces sí que no se produce el milagro. Ni de coña. Es como si a nadie que no se considere dentro de cierto status o nivel, se le pudiera ocurrir nada trascendente, ni importante, ni nada, ¿y qué sabe ese de eso?.. es lo normal en estas cosas y en estos casos. Lo común es el pero si es la zagala, o el zagal, o el hermano del tío fulano, ¿de qué vá?.. ¡Amoshombre!..

Esto es: primero examinamos el nombre de la firma, y luego decidimos si es una genialidad o una gilipollez, lo que corresponda, cuando la lógica y el sentido común dicta lo contrario, esto es, examinar, pensar, enjuiciar aquello que está escrito, y solo luego matar al mensajero, se llame como se llame el desgraciado… El por qué actuamos así quizá se deba a que el ser humano, no solo se deja llevar por la aristocracia que él mismo ha creado en todas las disciplinas de la vida, con acierto o desacierto, anulándose a sí mismo, y anulando en sí mismo y en “sus demás” la capacidad de crear, creer, recordar y saber (por este mismo orden), puesto que todos venimos de un mismo origen y con un mismo plan.

Soy plenamente consciente que éste de hoy me es achacable de lleno. Se me puede acusar de estar rechinflado, ¿se dice así?.. porque a mí, que soy un tuerceletras, no se me reconozcan mis escasos méritos, ya que son achacables a otros de mayor enjundia. Pero no es así… Y no lo es porque yo soy el primero que reconozco que “mis saberes” no me vienen de ninguna ciencia infusa. Ojalá así fuese, pero no. Y así mismo lo confieso aquí y ahora.

Un servidor de las sorores, sabe lo que sabe y hasta dónde sabe, porque ha leído más que el ratón de la biblioteca de Alejandría, desde bien jovencico… Porque tengo muchos cientos de libros, todos pasados por las armas, y que ellos también me han pasado por las suyas, y que todos me han dejado su poso por mísero que sea… Y porque los temas que me atraen, a los que tengo apego, tendencia y querencia, me he sopado lo uno, lo otro, y sus contrarios, y sus re-contra-contrarios; hasta formarme una opinión lo suficientemente sólida de ello; y sigo metiéndome entre sien y sien cuánto aparece nuevo de todo lo viejo, o rescato de viejo lo que hoy es nuevo. Y eso es lo único que destilo, y que comparto con ustedes, los que me leen. Me considero un compendio de saberes, sí, pero ajenos, anejos y añejos. Pero nada míos. Si acaso, yo soy de ellos.

Sin embargo, el “experimento” de hoy reside precisamente en el ejemplo puesto y expuesto: a ver cuántos de esos mis lectores, si aún los conservo, claro, se molestan en intentar sacarle el gajo a la naranja del primer párrafo, que ya aviso que no es de Swedemborg, aunque fuera todo lo que he dicho en una sola persona y hoyara tales andurriales… Piensen que puede ser de alguien tan sumamente sabio como él, o tan anodino y advenedizo como yo mismo. ¿Qué les sugiere esa tamaña parrafada, y, lo que es más importante, qué credibilidad le otorgan?.. porque una cosa es saber, y otra cosa muy distinta es creer. Así que, ¿creen que puede decir una verdad como la copa de un pino, o, por el contrario, es un cuento chino?..

Ese es el principio de toda andadura. El cimiento de todo conocimiento… Alguien dijo que “allá donde estén tus pies, allí está tu camino”. Lo he entrecomillado en vez de subrayado porque sé que así lo valorarán más, pero el valor no reside en su origen, ni en sus comillas, sino en su contenido, en su significado. Todos y cada uno de nosotros llevamos nuestro propio camino a cuestas, en la mochila de cada cual, incluso pegado a nuestra sombra, y, cuando decidimos comenzar a andarlo, solo hay que ponerlo bajo nuestros pies, y ser conscientes de que, estemos donde estemos, allí mismo comenzará nuestra andadura…

Empecemos a “recordar” cuáles son nuestras “tendencias”, y si nos satisface dónde buscamos con lo que encontramos… Pero seamos sinceros con nosotros mismos antes de contestarnos. El engañarnos, para luego desengañarnos, es un desperdicio, un vueltatrás y un vueltampezar… Una pérdida de tiempo, aunque hasta eso se nos regala, puesto que el tiempo tampoco existe.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

lunes, 28 de agosto de 2023

ESTOY HECHO UN LÍO

 

(de Madridiario)

No hablo del «pico«, y tampoco sé si estamos haciendo apología de una cosa a la vez que de su contraria… Vamos a ver, y ustedes sepan perdonar mi ignorancia… ¿el «fueratetas» de Eva Amaral fue lo mismo que el «agarrapelotas» de Luís Rubiales?..

¿Fueron ambas cosas una especie de reivindicación, como se dice, o un acto grosero, como también se dice?.. ¿una falta de respeto, lo uno sí y lo otro no?.. A mí, personalmente, lo de Amaral no me ofendió y lo de Rubiales sí, pero hasta eso me lo pueden considerar machismo…

A lo mejor no es lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario… O a lo peor es que solo sé que no sé nada…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

domingo, 27 de agosto de 2023

ME VALE, SÍ, PERO NO...

 


(de Mundiario)

El pasado Mayo, en Argelés-Sur-Mer y en Colliure, Francia, se celebró por primera vez el Día de Recuerdo y Homenaje que establece oficialmente la Ley de Memoria Democrática, donde se desarrollan diferentes actos en recuerdo de quiénes, en 1.939, se vieron empujados a abandonar su patria por las tropas franquistas, vencedoras pero no perdonadoras, de su golpe de estado, y que desató una sangrienta persecución y represión en España contra los vencidos, antes de fijar una dictadura que duró 40 años… Para mí, este Homenaje a las víctimas del exilio se reviste de humanidad y dignidad, por cuestiones personales que muchos de los que me siguen ya conocen, aunque algunos aún no comprendan…

Al fin y al cabo me afecta objetivamente (es algo que no puedo obviar), y que me sitúa, lo reconozco, al lado de las víctimas: mi padre estuvo en esos mismos escenarios, tras atravesar los Pirineos en la masa de los indigentes y los derrotados. Durmió donde cayó agotado, y sin saberlo: sobre esa hoy emblemática tumba de Antonio Machado, fallecido unos días antes… Luego fue llevado al campo de refugiados francés (refugiados es un eufemismo de concentración) de Argelés-sur-mer, dónde se llegó a hacinar hasta 80.000 exiliados españoles, incluso familias enteras. Allí, en el conocido por “Cimetier D´Espagnols”, descansan cientos de muertos, incluidos setenta niños.

En esa brutal humillación, muchos fueron llevados al campo de exterminio de Mauthaussen por el ejército de ocupación nazi; otros colaboraron con la resistencia francesa, o con el ejército expedicionario inglés; hubo quiénes se unieron en un “maquis” que inició una tímida, audaz y fugaz, y luego traicionada, “reconquista” a través de Cataluña… Los hubo que se quedaron definitivamente en Francia a vivir, o a morir, como los hubo que regresaron a España… O que “los regresaron”, como a mi padre, para aquí volver a pasar por otros campos de concentración, algunos eran de aniquilación, por otras cárceles… Pero, en fin, todo esto lo tienen ustedes en el libro El Teniente Galindo, escrito por mi hermano y por este servidor de ustedes.

Pero no he venido en este artículo a hacer umbralesca presentación de nuestro libro, precisamente, aunque lo cite porque viene al caso y al paso. Lo que intento desde aquí es respetar la Historia, si me lo permiten todos aquellos que opinan (y tienen tanto derecho como yo mismo en lo contrario) que hay que enterrar la memoria y la historia para que no molesten, ni desenterrar resentimientos para no generar odios. Es todo lo contrario. Lo que hay que enterrar es el odio y el resentimiento, conociendo y honrando a las víctimas de una Historia que no tiene que volver a repetirse. Y para eso, hay que conocerla y asumirla. Precisamente aquellos también fueron traicionados en su origen por las propias democracias europeas, que luego, por intereses y estrategias políticas, militares y económicas, se aliaron con el fascismo residual de nuestra dictadura, porque convenía a las primeras potencias “democráticas” del autollamado “mundo libre”… Así que no me digan que crea en Calleja, que ni hablar del peluquín…

Bueno, a lo que vamos… el caso que me ocupa hoy es lo que hoy importa: que autoridades francesas y españolas, sin distinción, junto a descendientes directos de aquellos represaliados por todos, se unan en un acto que visibilice y conceda oportuno homenaje a cuántos lucharon, sacrificaron su juventud y vertieron su sangre por su ideal contra el fascismo, lo veo justo pero tarde… Pero yo no lo llamaría, permítanmelo, “Memoria Democrática”, sino “Reparación Democrática”, “Reconocimiento Democrático”, “Justicia Democrática”, como más adecuado a lo que estamos tratando. Pues no fue ya una guerra Civil, fue también el comportamiento de unas naciones autodefinidas democráticas que dejaron mucho que desear, y de lo que hoy deberían avergonzarse, pedir perdón, y reconocerlo.

Por eso no vale solo que a ese acto institucional acudieran dos prefectos franceses, sindicatos españoles, un secretario de estado, y algunos hijos, casi ya octogenarios que somos, de aquellos héroes románticos que se dejaron el alma por un mundo mejor, y que, tras el acto, volvieron a sus casas con un Diploma acreditativo bajo el brazo, el espíritu encogido y semiagradecido, y el bálsamo de lágrimas vertidas… Todo eso está muy bien, pero me queda la duda, y quiero decirlo aquí, que, en algunos casos – si no en todos – no sean más que poses políticas de determinados partidos que se quieren apoderar de su exclusiva representación (tampoco hace tanto que el propio Pablo Iglesias los insultó y ofendió ninguneándolos), por ejemplo…

…Porque yo no veo que sea una cuestión de Estado democrático por ningún lado. Si así lo fuera, si hubiera auténtico y genuino interés en reparar esa Memoria Histórica que dicen, en todos los colegios e institutos, incluso en las universidades, de España, se daría cumplida información no tendenciosa de ello… Y digo “no tendenciosa”, porque no debería de ser política, precisamente, sino estrictamente educativa de un hecho histórico que define al mundo y la sociedad actual. Es lugar para historiadores, autores, sociólogos, estudiosos, pero no para políticos, que cada cual retuerce la Historia para llevar el agua a su molino.

No hace mucho, un zagal joven me dijo haber leído “el libro del Teniente”, así me lo definió… que lo había comprado su padre, lo tenía por allí, y se lo leyó en cuatro sentadas. Y me acojonaron un par de cosas: primero, que le había gustado “porque le resultó muy interesante”; y segundo, que una gran parte de ese verdadero entorno histórico, por no decir ninguna, “no viene en mis libros de Sociales”… No está, “missing”, desaparecido, es un “off-side” como una casa. Se les ha “capado” de hasta la capacidad y la posibilidad de comparar su hoy con un ayer que lo ha hecho posible con el sacrificio de mucha gente. Y de valorarlo. Y de entenderlo.

Por eso no llego a creerme del todo que eso se haga por justicia histórica. Eso hay que demostrarlo enseñándolo sin estridencias y sin tendencias. Tal como fué. Sacando conclusiones sin rencores. Asumiéndolo pero no olvidándolo… Y no montándose un “selfie” para que salga en una esquina de cuatro periódicos y un “flash” en los telediarios del día siguiente.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

jueves, 24 de agosto de 2023

VAMOS FENOMENAL...

 

(de Okdiario)

En Vox se ha producido un encaje interno, un ajuste: los “duros” han desfenestrado a los “moderados” en la cabeza de Espinosa de los Monteros. Vamos bien…

El principal glacial español, en el Pico del Aneto, está en estado terminal. Ha triplicado sus pérdidas por efectos del calentamiento atmosférico. Pero vamos bien…

Seguimos votando lo uno, y seguimos echando mierda por el tubo de escape a la atmósfera para lo otro… Es lo que queremos, y es lo que hacemos, naturalmente… El deporte nacional es el sumaysigue, el masdelomismo, el patadadelante, además del fútbol, claro, y lo hacemos cojonudamente bien. Por eso vamos rematadamente mejor.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

miércoles, 23 de agosto de 2023

SENSACIONES

 


(de RadioCultura)

Vivimos tiempos inquietos, volátiles, imprecisos y extraños. Es posible que para una persona joven no lo sean, pues, al fin y al cabo, no conoce otros tampoco con los que establecer comparación alguna, carece de perspectiva, y bien puede creer que el mundo es así, y que así ha sido siempre… Un joven tiene todo el futuro por hacer, pero no tiene ningún pasado, tan solo un presente, y casi tampoco… Eso es lógico, pero lo que no tiene ninguna lógica es que se desprecie el resto como inútil por parte de ese mismo sector social, que, creyendo que lo sabe todo, en realidad es que no sabe nada.

Sin embargo, los de mi edad, a poco que nos esforcemos, sí que podemos establecer, e incluso sentir, llegado el caso, si queremos y nos dejamos, una especie de estatus diferencial, acelerado e inestable, que lo inunda y abarca todo… Y he aclarado “si queremos”, porque en esto se está dando una aparente anomalía, que quizá también sea signo de los actuales tiempos: y es que, en vez de aportar los mayores esa dimensión de perspectiva (vean que perspectiva viene de perspicacia), hacemos todo lo contrario, la obviamos, la despreciamos, y la tiramos a la basura; y nos esforzamos por imitar y parecernos a esos jóvenes que deberían ser los receptores naturales de esa… digamos experiencia vital que enlaza unos tiempos con otros, y que les otorga la adecuada dimensión. No podemos, no debemos, percibir y aceptar lo que podemos comparar. Estamos renunciando a un derecho que es un valor a transmitir.

Pero si nos fijásemos un poco, veríamos esa inaptabilidad e inestabilidad, acelerada y creciente, en la concepción de las cosas, de todas las cosas y en todos los casos que nos afectan… Una especie de desestructuración de la sociedad donde las bases “de siempre”: económicas, educativas, políticas, sociales, etc. cambian y se suceden a una velocidad que se desestabilizan antes que puedan establecerse. Tan es así, que hablar de ”valores” es ya un eufemismo en unas generaciones que se aferran, sin embargo y falsamente, a unas “costumbres” de las que ignoran tanto su origen como su significado. Son los últimos agarres de una sociedad que anda por unas arenas movedizas que ayer eran – o al menos parecían – tierra firme.

Yo, sí que lo noto, y no me da vergüenza decirlo y confesarlo, y proclamarlo… Esa especie de insustancialidad, de precariedad, de inconsistencia, la siento en mi ánimo, y la respiro en cada día que pasa, y que paso… debería decir a cada día que resto a mi ya escaso capital. Es una sensación de vórtice, de vacío, de agujero negro, de cambio, de mudanza, de final. Y soy consciente que esta palabra, “final”, supone algo que se acaba, algo que termina; y pocos, muy pocos, han desarrollado la capacidad de pensar y creer en que cada final trae un principio, que no existe nacimiento sin muerte previa. Llámelo evolución mismo, si así les parece.

Lo que pasa con esa evolución es que puede ser voluntaria o forzada; se puede participar favoreciéndola u oponiéndose; podemos elegir, en definitiva, entre evolución o involución. En esta… por otro lado imparable, tendencia (fuerza) están implicadas dos partes: la naturaleza, el universo, por una, y el ser humano, por otra, y no siempre ambas reman en el mismo sentido. Algunas veces incluso lo hacen al contrario. No creo ser un cenizo si afirmo que las consecuencias de ese proceder es lo que estamos notando… para bien o para mal, ya que son dos extremos de una misma realidad.

Y hablo de sentir y de notar, porque conozco y reconozco a personas jóvenes y fiables, receptoras, sensibles y sensitivas, que lo notan de la forma más palpable, efectiva y violenta, de como el sutil en que yo lo siento: son sensaciones físicas; vórtices de energía que se abren aquí y allá; vibraciones de luz poco comunes; emanaciones energéticas de una naturaleza que ha metido la primera marcha… Una cosa así como para sacudirse la escoria que la ahoga (este símil es de cosecha propia). Lo que quiero decir es que nada ocurre por casualidad, sino por causalidad.

Pero miren ustedes que me leen, tampoco quiero que crean que estos pensamientos son fruto de una mente calenturienta… Pueden leer los libros del eminente sociólogo Zygmunt Bauman, que ha creado escuela. A él se le debe la definición de “tiempos líquidos”, o de “sociedad líquida” (asocie lo líquido a lo inconsistente, y nótese también que líquido viene de liquidar), donde se define de manera racional y científica todo lo que está pasando, si bien aventura poco el por qué está ocurriendo, y menos, el para qué está ocurriendo. Sin embargo, si se adentran en su obra, verán claramente que hay que estar muy ciegos para no ver que, en el fondo de todo, es que no se quiere ver.

“Tiempos líquidos donde las estructuras sociales no perduran lo suficiente como para servir de marco de referencia a lo que pretenden establecer”, puede ser su resumen extractado y comprimido… Bauman define esta sociedad como “fluida y volátil”, llena de desconfianza e incertidumbre; entregada al consumo y al hedonismo porque queremos huir de algo y nos aferramos a otro algo; lo mismo que todo el populismo confundido en izquierdas y derechas; los fanatismos religiosos y los extremismos económicos… Y habla de un “tempus” de aceleración marcado por un “algo”, un factor determinado y determinante, que tiene prisa, para que lo cada vez más experimental vaya rápido y corra a su final…

Naturalmente, cada cual puede matizar y pensar lo que quiera. Está en su muy libre derecho, faltaría más… Pero deberíamos aplicarnos en explicarnos a nosotros mismos, si somos algo más que meros espectadores de todo esto. Si no fuéramos los, aún inconscientes, agentes provocadores. Si tenemos algún arte y parte en el asunto. O si somos responsables en algo de estas secuencias que nos llevan a otras consecuencias… O como decía Aquél otro: si solo somos “muertos que entierran a sus muertos”.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

martes, 22 de agosto de 2023

DESEAR EL ÉXITO

 

(de Aboutespañol)

Es muy curioso… se habla mucho de Éxito. Empresarios, deportistas, artistas, políticos… El éxito define el logro coronado, lo más de lo más. Y, sin embargo, olvidamos que viene del latín “éxitus”, que significa morir, salir, marcharse de aquí…

Hasta la lengua anglosajona pone en sus puertas de salida el cartel de “Exit” para indicar por dónde largarse… ¡Qué conceptos más dispares, y qué error más común al usarlos!. ¿Acaso lo ignoramos, o es que queremos ignorarlo?..

Aquel esclavo que susurraba al triunfador romano lo de “recuerda que eres mortal”, puede que le dijera, en original, algo así como “éxitus habes sed éxitum muriturum”, o algo muy parecido.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

lunes, 21 de agosto de 2023

CÓMO NOS ENGAÑAN / ENGAÑAMOS

 

(de Ecoembes)

Hace no mucho tiempo que lo hablaba con un amigo. Existen creencias generalizadas que, de algún modo, han sido implantadas en el inconsciente de la gente para algún propósito definido, y que hemos aceptado y adoptado de forma y manera automática, convencidos de su verdad absoluta, cuando no es así en modo alguno… Y le ponía como ejemplo esa frase que se empezó a utilizar hace ya bastantes años de que “el irse de vacaciones y salir de viaje es una necesidad para la salud”. Si se fijan, el hecho de vacacionar se ha unido sutilmente a la de irse de viaje. No son vacaciones si no se sale por ahí, a algún sitio, dónde sea, cuánto más lejos mejor.

Antes, en el ayer que yo conozco, y que los de mi generación recuerdan, nadie enfermaba ni se moría por no hacerlo. En absoluto. Ni a tampoco a nadie se le ocurría relacionar una cosa con la otra. Si estabas cansado, te tomabas unos días de ocio, y punto… a veces, ni siquiera eso, pero no se ponían en que el descanso conllevaba un viaje, que cansa más, agota mucho más, que abandonándose al “dolce far niente” que decía el poeta. El que asegura que no viene cansado de un viaje, se miente a sí mismo y a los demás, pero se lo calla aunque sea una innegable realidad.

Sin embargo, se instaló en el pensamiento colectivo la idea de lo contrario: ya no solo el cuerpo, la psiquis, el ánima o el espíritu, necesita descargarse de una cotidianidad nociva, que solo puede aliviarse atándose al volante de un coche, y quemar asfalto, rueda y gasofa, largándose al lugar más alejado posible… es que se estaba plantando y preparando el negocio turístico, cuanto más desaforado más rentable, y que a más kilometraje más caja devenga el invento. Había que implantar las salidas generalizadas, inventar los “puentes”, pues así interesaba económicamente. Y así se hizo el “Fíat», y así funcionó.

Hoy ya nadie discute esa “necesidad” salutífera, que se fijó en su día en el inconsciente colectivo de la sociedad. Ahora es una ley, una norma, un axioma irrefutable, tanto, que, como cualquier otro placebo, funciona en interés del poder economicoligárguico que lo fijó… No importa que no tenga base racional ni científica que lo avale. Es más: si hay que hacer un “estudio” donde más que dudosos “investigadores” salidos de sospechosas nóminas apuntalen tales supuestas ventajas, se hace, y en paz. El sistema genera las suficientes ganancias como para pagar cualquier cosa que se quiere creer de antemano. Incluso en la actualidad, si me apuran, es más fácil, mucho más fácil, y barato, poner en marcha un bulo que la propia verdad. La estrategia es göebbeliana: machaca, repite, insiste con una mentira, que, al final, la convertirás en una certeza. Justamente la técnica empleada con el ejemplo que expongo aquí. Exáctamente la misma.

Hoy ya es imparable un fenómeno que ha levantado ganancias inmensas y promovido cientos de miles de empleos, por precarios que sean; y aunque está llegando al extremo de provocar una ruina irreversible en el medio natural, y distorsiones graves en la ecoeconomía de las ciudades, problemas sociales y vecinales, movimientos de masas y aportes inmedibles a la atmósfera de CO2, que, curiosamente van en contra de la tal salud por la que tan falsamente se apuesta, y contra ese medioambiente del que decimos que queremos defender, seguimos haciendo lo contrario a lo que se debe hacer.

Pero no es esto lo que quiero dejar patente hoy aquí… Lo he expuesto como un simple ejemplo entre otros muchos que hemos adoptado y adaptado voluntariamente, y que nos afligen… Por el método de implantarnos “in mente” creencias espurias y hábitos claramente falseados, nos están haciendo pensar que son convencimientos propios, aceptándolos como irreversibles, y andando los caminos que ellos quieren que andemos, no los que nos interesan verdaderamente.

Así se nos ha inculcado también la sed por el consumo más absurdo, demencial y desaforado; la adoración por el cada vez más largo rosario de fiestas, festivales, festejos y fiestorros (observen que también cada vez más institucionalizados); y el apego por un destructivo y ciego pan-hedonismo… De esa forma hemos aceptado la irreversibilidad de un cambio climático, cuya responsabilidad hemos asumido sin pestañear en su totalidad. De tal manera estamos tragando con la desbocada carestía de alimentos, por ejemplo, en un país, encima, eminentemente productor de ellos, y conformándonos con sus falsas y falseadas explicaciones… Y en muchas cosas más.

Detrás de todo esto están las oligarquías económicas que imponen sus demandas a través de nuestros políticos y gobiernos, los cuales trabajan para ellos y para sí mismos, no para nosotros… En realidad, ambos dos, financieras y políticos, se afanan para convertir al mundo en una inmensa colmena de, más que abejas, que no, sí de ovejas obreras. Y le cambio el bicho al símil por una meditada razón: porque la abeja se desloma por sí misma, al fin y al cabo, mientras las ovejas, los borregos, lo hacemos por nuestros desalmados, pero aprovechados, pastores.

Tan es así, que nos venden a precio de oro nuestra propia lana. Les compramos como cretinos lo que nosotros mismos producimos… Examine, como otro ejemplo más, el papel de la banca: le presta el dinero para poder trabajar y pagarle con su sangre; ganan miles de millones que se reparten entre sus bolsillonarios; y, cuando pierden (dicen que pierden) los cubre el Estado con dinero público, esto es, otra vez el nuestro. Y que siga la fiesta. Toda la pasta para nosotros, dicen, y el panycirco para ellos… ¿Es que no lo vemos?, ¿tan miopes estamos que no nos damos cuenta?, ¿tan tontos somos, Dios mío?..

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com