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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

jueves, 29 de marzo de 2012

LA MAYOR VERGÜENZA


Hay una desgracia mayor, mucho mayor, que la reforma laboral… Existe una injusticia mayor, mucho mayor, que la merma en los derechos adquiridos… Existe una vergüenza mayor, mucho mayor, que nuestra política demagoga. Algo peor, mucho peor que nuestra propia mediocridad y apesebramiento, peor que nuestra incultura y nuestra indignidad crecientes… Y es que mil quinientos millones de seres humanos pasen hambre, no tengan derecho a la salud, ni a la educación, ni a la mínima escudilla de agua potable con que subsistir, ni el más mínimo derecho a la vida que el respirar mientras pueda hacerlo.
                   El intento de reparar tal ignominia que les procura nuestro modelo de globalización económica consiste en producir impuestos indirectos, como el que ya grava los pasajes de avión en quince países (En España, no. Que aquel zapatero remendón que se llenaba la boca con la palabra sóoolidaridad,, con acento en la primera de muchas “o”, se negó) y con el que se recauda 1.656 millones de euros con los que se acometen tratamientos contra la malaria, el sida y la tuberculosis… no obstante suponer una vergonzosa e insultante limosna para lo mucho que, por tan poco, se puede hacer. Y es que estamos tan ciegos entre nuestras egoístas miserias de países ricos, que no somos capaces de ver la realidad exterior que con nuestra avaricia hemos ayudado a crear. Porque nosotros pagamos nuestra crisis en número de parados, pero ellos lo hacen en número de muertos… Existe una monstruosa diferencia...
                   Si los que no tienen qué comer, ni un solo medicamento para nada, ni una sola esperanza, saben que a tres mil kilómetros hay de todo y no falta de nada, descalzos, hambrientos y enfermos se ponen en marcha, pues poco les importa morir por el camino o que les espere un centro de internamiento. Les dá igual. Eso es lo que está ocurriendo y cada vez ocurrirá con mayor intensidad. Es dolorosamente inevitable. Habrá un conflicto mundial del que nuestros herederos no podrán escapar, si no sabemos ser generosos y compartir los bienes públicos universales a nivel planetario. A nosotros nos vienen de África en busca de pan, y los nuestros emigran a Europa en busca de empleo.. Grecia está levantando un inútil muro de 10 kms en su frontera turca buscando poner un freno absurdo, mientras ellos mismos buscan el camino de Alemania donde poder trabajar y vivir dignamente… Y mientras tanto, la mortalidad infantil, por primera vez en nuestra reciente historia, ha subido en 16 países de nuestro entorno, y cada tres segundos muere un niño… ¡cada 3 segundos!. que, para nuestro horror, es de una enfermedad evitable.
                   Pero es que ese mismo horror es aún mayor cuando podemos calcular que con una tasa de nada más que el 0´05% (más baja que la Tobín para tapar el agujero financiero) y que grave las enormes operaciones bancarias transaccionales de capitales, se recaudarían 40.000 millones de euros al año, tan solo que en la unión europea. Lo mismo que obligar a las insaciables farmacéuticas a producir fármacos baratos, o lo que es más justo: ya que nosotros pagamos cien veces su valor, al menos que a los que no pueden ni alimentarse les salgan gratis. Lo contrario es un sistema asesino. Y es un método criminal porque prefieren que mueran por falta de medicinas a que vivan y tener que alimentarlos… Siento mucho decir semejante bestialidad, pero tenemos que empezar a escucharla por dura que sea, y hay que decirlo…
                   Porque lo cierto es que terminar con el hambre en el mundo cuesta muy, muy poco. Apenas el 1% de lo que la naciones de ese mundo gastan en armamento. Y hasta sobraría para un buen postre. Pero lo que en verdad nos cuesta es vencer nuestro propio egoísmo, nuestra propia insolidaridad, nuestra propia miopía, nuestra propia y miserable ignorancia, que es de la peor especie, ya que es voluntaria, como la del avestruz… Y no sabemos, o no queremos saber, que si no acabamos con el hambre ajena, los hambrientos pueden acabar con nosotros…

lunes, 26 de marzo de 2012

FUMÁCULOS PUBLÍCULOS


Lo de la ley del fumeteo y su acompañamiento del terraceo, aunque no me lo reconozcan ustedes – por lo que les pueda convenir, claro – pero es tan cierto como que Dios existe, que se ha convertido en una coña marinera de puta guasa. No me extraña que, cuando los gobiernos foráneos quieren ver una de Charlot miren p´a España. Somos la comicidad en estado puro, y no es raro que en política nos tomen por el camarote de los hermanos Marx. Es lógico. Desde su punto de vista cívico deben troncharse de risa hasta mearse encima, si bien otra cosa, naturalmente, es que guarden las formas y nos den palicos en la espalda cuando hacemos una a derechas… y no lo digo ppor nada. 
                   Todo empezó con una Ley que pretendía prohibir fumar en lugares públicos cubiertos. Punto pelota y bota. Luego vino el que si no pué ser… que si me buscan la ruína… que si me habiliten un lugar de fumatas… Después se vió que no… que si eso es la del tonto patas, porque el humo humo es y se corre despacio por tó l´espacio… Que sí, que no, que … Que mire, que dentro ni nombrarlo y se me fuman ustedes fuera, en la calle, que eso se la hemos limpiao de cacas de perro… Que bueno, que vale, pero me autoricen pueda sacar a la acera unos tabureticos con mesacopa ande aparcarse los fumarolas… Luego  me vienen con que, de acuerdo, pero además y ya puestos, que los ayuntas ayunten normativa para ocupación estable de vía pública con terrazas abiertas al aire libre… Después de luego, que si además me dejaran instalar unos calefactores cuando refresque, pos ya, total…
                   … Más tarde, que sí, que bien, pero coño, se nos mete el frio y aquí corre el rili que te cagas, así que me autoricen vuecencias un toldico, vaya… que no se refríen mis clientes de pito, que la cosa está mal, joer, queselodigoyo… Pasado un tanto, que si no le importa voy a cubrir el invento con paredes de plástico hasta el suelo, tal que una jaima lujo con vistas, por la cosa del confort y la comodité-ya-sabe-usté,  más que por el personal humonitario, entiéndaseme… Pasado otro tonto, digo tanto, pues que semocurre colocar, si no tienen inconveniente, claro, una teleplasma milpulgadas, , por la cosa der fúrbol y eso, ya sabe…
                   Pues bien… En la actualidad más actual tenemos dos locales por bar, el segundo de ellos de campaña, si bien que bien equipado, ocupando espacio público alquilado al municipio que se lo ha quitado al aparcamiento igualmente público por ser éste menos rentable. Que hace que las calles vuelvan a establecer cuellos de botella en cada vez más puntos, cuando se habían gastado una pasta gansa en eliminar obstáculos viarios para evitar estrechamiento en las calzadas suprimiendo trabas urbanas. Con cada vez más impedimento equipacional incorporado que adquieren más y mayores derechos, y que, encima, carcajeémonos por no llorar, vuelven a incumplir el principio que la Ley quería establecer, que es que la gente no fumase en lugares públicos cerrados, y lo digo en verso: si acaso y como un detalle, saliese a fumar a la puta calle.
                   O sea, el sector de la hostelería se la ha ido metiendo doblada a dobladillo fino a la incauta y timorata administración hasta, poco a poco, montarse un chiringuito a costa del espacio público, donde, con la excusa de cumplir la norma en un local, la incumple en otro, incluso aumentando el riesgo sanitario que se pretendía combatir al principio, pues reducidos habitáculos hay de éstos donde la concentración de humo del tabaco es mucho, muchísimo peor, que la que se daba en el primero…
                   Más hubiese valido que se les hubiese obligado a establecer zonas cerradas, aisladas y apartadas, o a escoger libremente entre fumadores y no fumadores, sin más, cumpliéndose a rajatabla la legislación propia a la libre elección de cada cual o cada cuala… Que haber, hay gente pá tó, y cá uno vá ande le sale del clavicordio, y cual se pué hacer con la clientela que prefiera sin hacer el cenutrio más allá de lo indispensable… Pero no, aquí, siempre ley y trampa junticos, de la mano… Muy made in Spain.

martes, 20 de marzo de 2012

TARASQUÍN DE TARASCÓN


Uno de estos días pasados, en un receso para tomar un café en un bar vecino, miré sin querer ver uno de esos programas mierderos que ensucian pantalla, donde un par de pavas se estaban rifando, o algo así, a media docena de jóvenes cretinos. Y entonces me dí cuenta de la apabullante uniformidad que existe en semejante especímen de piara. Y es que los había visto sueltos, claro está, pero nunca había reparado en la manada. Y lo cierto es que tal ganado, además de multiplicarse el modelo por días, parecen clonarse mutuamente desde la llanura total de su planicie mental.

            Se lo describo, por si les suena el tipo: pantalón cantinflas, correa a la altura del perifollo, calzoncillo saltaleras, camiseta al (mal) gusto pero escasa, super-ajustada a un cuerpo tableta de gimnasio norma iso 9000 depilado al pelo. Barba guarra al punto notorio de lija, cabello encochinado o bien engominado en punta, y mirada “joderquebuenoestoy” envasada al vacío sobre cara rectángular tallada en forma con la dotación cerebral justa para andar a dos patas. En lo de expresarse, mejor ni hablar.

            ¿Les es familiar el personaje?.. ¿sí?.. Pues sepa que es el tarasco de pata negra. Un prototipo de producción propia cultivado (es un decir) solo para programas-basura, colas de cástings, guaperas de discoteca, posturines pisaplayas, concursos misterbarbys, lucejetas profundos y escaparates varios de vanity for body. Ni quieren, ni saben, ni tampoco podrían quizá hacer otras cosas de mayor enjundia. Se han machacado los pectorales y han asolado sus meninges ya desérticas tan solo para autoderretirse y autocomplacerse ante el espejo y para ser admirados por otros/as cascarujas como ellos. Rian vá plus, como diría el ruletillas.

            Pero no me pregunten, porfa, si esto es una especie de piojo que ha invadido nuestro hermoso jardín tan esmeradamente cultivado, ajeno a nuestros desvelos y buen hacer, o si por el contrario, es lo que dá la mata, porque ustedes que me leen ya me conocen y saben de sobrado mi respuesta. Y esta cosa es el resultado de lo que hemos plantado, tal y como ha sido regado y cuidado – o mejor, digamos descuidado – al despreciar ciertos valores auténticos y apreciar, sin embargo, unos modelos absolutamente falsos y totalmente vacíos de contenido. La suplantación del concepto cultura es uno de ellos entre otros tan importantes como él. Por ejemplo, dar cambiazo al cuidado del cuerpo por el culto al cuerpo.

            En el antíguo Derecho Romano, donde se describía la diferencia entre persona jurídica y persona física, para ésta segunda se definía textualmente “… cuando se haya separado de la madre y no sea considerado monstruoso…”, entendiéndose por tal separación la del ya nacido y por tal monstruosidad el haber venido al mundo sin defecto ni tara física importante que así lo imposibilite. Pues bien, hermanos y hermanas en humanidad, la historia está en que, desde entonces acá, si bien se ha evolucionado trascendiendo el concepto de monstruoso, afortunadamente, por supuesto, aún no se ha clarificado lo suficiente ni en debida forma cuándo esa tara o ese defecto no es de orígen físico, si no mental. Que no cerebral.

            Y hago esta disquisición porque la tara cerebral bien puede seguir siendo física, pero la tara mental, no. Ésta casi siempre es voluntaria. Y cuando los indivíduos de una sociedad se la incorporan a sí mismos, y la aceptan, y la prefieren, porque les gusta y apetece como valor y modelo, entonces no es porque seamos la leche en tolerancia por asumir lo intolerante, que también, también… es que además somos la leche de asumidos por tolerar lo inasumible. No es lo mismo. Aunque nos pueda dar igual. Vale..

TARASQUÍN DE TARASCÓN


Uno de estos días pasados, en un receso para tomar un café en un bar vecino, miré sin querer ver uno de esos programas mierderos que ensucian pantalla, donde un par de pavas se estaban rifando, o algo así, a media docena de jóvenes cretinos. Y entonces me dí cuenta de la apabullante uniformidad que existe en semejante especímen de piara. Y es que los había visto sueltos, claro está, pero nunca había reparado en la manada. Y lo cierto es que tal ganado, además de multiplicarse el modelo por días, parecen clonarse mutuamente desde la llanura total de su planicie mental.

            Se lo describo, por si les suena el tipo: pantalón cantinflas, correa a la altura del perifollo, calzoncillo saltaleras, camiseta al (mal) gusto pero escasa, super-ajustada a un cuerpo tableta de gimnasio norma iso 9000 depilado al pelo. Barba guarra al punto notorio de lija, cabello encochinado o bien engominado en punta, y mirada “joderquebuenoestoy” envasada al vacío sobre cara rectángular tallada en forma con la dotación cerebral justa para andar a dos patas. En lo de expresarse, mejor ni hablar.

            ¿Les es familiar el personaje?.. ¿sí?.. Pues sepa que es el tarasco de pata negra. Un prototipo de producción propia cultivado (es un decir) solo para programas-basura, colas de cástings, guaperas de discoteca, posturines pisaplayas, concursos misterbarbys, lucejetas profundos y escaparates varios de vanity for body. Ni quieren, ni saben, ni tampoco podrían quizá hacer otras cosas de mayor enjundia. Se han machacado los pectorales y han asolado sus meninges ya desérticas tan solo para autoderretirse y autocomplacerse ante el espejo y para ser admirados por otros/as cascarujas como ellos. Rian vá plus, como diría el ruletillas.

            Pero no me pregunten, porfa, si esto es una especie de piojo que ha invadido nuestro hermoso jardín tan esmeradamente cultivado, ajeno a nuestros desvelos y buen hacer, o si por el contrario, es lo que dá la mata, porque ustedes que me leen ya me conocen y saben de sobrado mi respuesta. Y esta cosa es el resultado de lo que hemos plantado, tal y como ha sido regado y cuidado – o mejor, digamos descuidado – al despreciar ciertos valores auténticos y apreciar, sin embargo, unos modelos absolutamente falsos y totalmente vacíos de contenido. La suplantación del concepto cultura es uno de ellos entre otros tan importantes como él. Por ejemplo, dar cambiazo al cuidado del cuerpo por el culto al cuerpo.

            En el antíguo Derecho Romano, donde se describía la diferencia entre persona jurídica y persona física, para ésta segunda se definía textualmente “… cuando se haya separado de la madre y no sea considerado monstruoso…”, entendiéndose por tal separación la del ya nacido y por tal monstruosidad el haber venido al mundo sin defecto ni tara física importante que así lo imposibilite. Pues bien, hermanos y hermanas en humanidad, la historia está en que, desde entonces acá, si bien se ha evolucionado trascendiendo el concepto de monstruoso, afortunadamente, por supuesto, aún no se ha clarificado lo suficiente ni en debida forma cuándo esa tara o ese defecto no es de orígen físico, si no mental. Que no cerebral.

            Y hago esta disquisición porque la tara cerebral bien puede seguir siendo física, pero la tara mental, no. Ésta casi siempre es voluntaria. Y cuando los indivíduos de una sociedad se la incorporan a sí mismos, y la aceptan, y la prefieren, porque les gusta y apetece como valor y modelo, entonces no es porque seamos la leche en tolerancia por asumir lo intolerante, que también, también… es que además somos la leche de asumidos por tolerar lo inasumible. No es lo mismo. Aunque nos pueda dar igual. Vale..

viernes, 16 de marzo de 2012

EL UÑERO


A un amigo próximo le salió un uñero prójimo. Y aquel hombre se arrimó al enfermero más cercano y preguntó si se podía hacer algo contra aquella dolorosa molestia. Y se le indicó que fuese al médico a consultarle antes, pues eso de tocar por las buenas puede acabar terminando por las malas. Y mi amigo pensó que pedir visita de señor galeno por un vulgar uñero parecíale desproporcionado dada la importancia del profesional y la poca importancia de la dolencia por mucho que dolencia fuera. Lo mismo barruntó de ir a urgencias, que no consideró que un grano debiera usurpar el rango de lo urgente. No obstante, un facultativo amigo de mi amigo díjole que él no era quirúrgico, más allí pululaba infección y antes habría que tratarla, así pues el paciente impaciente debía apacientarse y someterse a tratamiento antibiótico previo y sin nervio..

            Se acordó el buen hombre que existía un ungüento Cañizares que siempre dió excelentes resultados en asuntos de granos ciegos, forúnculos, uñeros y demás parafernalia afín, así que encaminándose a la farmacia más en guardia vió que el tal ungüento había sido jubilado hacía un par de años… ¿Y porqué, si era bien efectivo?.. Pues precisamente por eso mismo. Por ser bueno en resultados y, encima, no caducar en la vida, no lo hacían rentable… ¿Y algún otro tópico de igual o parecida virtud?.. Ni por el forro, pedorro, o cosa tal le contestaron. Tan solo una pomada desinfectante y rezarse siete rosarios con sus letanías completas para que el granate grano se absorva o reviente como un ciquitraque. Y mientras untábase con el seminútil tópico pensaba para su caletre que lo único claro demostrado es que el interés primero de los medicamentos se basa en su rentabilidad, y luego después viene su efectividad. Y que le den mucho por el saco al paciente si no rentúa la saca del farmahaciente.

            Tal y como cabía esperar, el resultado fue un dedo sanísimo por desgerminizado y un uñero con excelente salud para bienjoder al que le malduele. Es como si la farmacopea hubiera fortalecido a su peor enemigo, que mordía con más hambre que antes y hacíale sentir el latido cardiaco en todo lo alto de su tormentosa y atormentada puntaldedo. Tal que banderillas de fuego. Y acordóse mi amigo que los ungüentos cañizares de antañares y los practicantes de antes, en estos y parecidos menesteres te procuraban solución apropiada, rápida y efectiva, con menos ciencia pero con más paciencia, que nuestros superfragilísticos técnicosanitarios, que tienen más preparación si bien menos imaginación, y que nuestros expialidosos productos farmacopéicos, en que detrás de una pócima había un maestro boticario donde hoy hay un buen profesional expendedor de recetas. Y supo entonces que un práctico de los de antes arriesgaba toda su ciencia y un teórico de los de ahora solo arriesga la ciencia del manual, aunque tampoco sea poca. Pero se dá el curioso caso que bien se puede hacer frente a un mal infarto mientras se es francamente incapaz de atacar un buen grano en el culo.

            Así que mi amigo, jodido y abandonado, optó por la caritativa, piadosa y solidaria cirugía antígua de aquel practicante que practicaba todos estos menesteres. E hizo lo que aquel más que por curandero y sabio sabía. Pero con cortauñas. Que es la más cómoda versión de aquellas tijeras con hoja curva y brillante acerado del practicante prestidigitador. Como igual de útiles para el caso. Y entonces sí. La pomada sirvió para lo que tenía que servir. Para exorcisar la posible infección de una ya consoladora heridica abierta por la que se vació el jodido y jodedor dolor blanco.

            Y al siguiente día, cuando despertó temprano, ya no sintió el doloroso pálpito, por lo que quitándose el capuchino protector, advirtió con maravilla que el uñero había liberado al dedo de su demoníaca posesión. Así que alzándolo triunfante, desafiante y enhiesto, pensó para sí mismo y por no molestar el silencio de quien pudiera oirle: mucho haces en lo mucho pero poco puedes en lo poco…¿no te jode la ciencia médica?..Tiempo después, la “Conse de Sani” aconseja a sus médicos receten ejercicio físico en vez de fármacos. Es más barato y saludable. Así que, en estos casos, óiga, me hace una docena de levantamientos dáctiles antes del desayuno, comida y cena. No le curará. Pero le aliviará cuando, al levantarlo, piense en lo que está pensando. Sin duda alguna…