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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

domingo, 29 de julio de 2018

NACIONALFEMINISMO



Admito que mi artículo de hoy va a ser como meterme en un avispero. Y sé que va a ser malinterpretado a conciencia por la parte más intransigente del sector femenino. E incluso cuento con la manipulación del feminismo más dogmático y fundamentalista… Sin embargo, me voy a arriesgar. Cuento tambien con que aquellas amables lectoras que me siguen y me conocen – o confío que me conozcan – respiren profundamente antes de dejarse llevar por interpretaciones ya elaboradas de antemano, así como confío en que sepan distinguir entre un veredicto y una reflexión.
                Y si lo he titulado así, es porque coincido, casi que plenamente, con el análisis del eminente escritor y columnista catalán Francesc Cerreras, en cuanto a que la deriva del radicalfeminismo más actual se parece mucho (en sus formas y maneras, al menos) al nacionalismo. Y pone por ejemplo al que más conoce de todos, al suyo, al catalán, que se fraguó sigilosamente en tiempos de Pujol, para hoy hacerse visible en una explosión de intolerancia que no admite discrepancia alguna. Ni siquiera como cuestión de principios. No existen más principios que sus propios principios. Si osas discrepar de su política lingüística, económica, social o política, inmediatamente eres violentamente atacado y señalado como anticatalanista, fascista, españolista (lo peor de todo). No se analizan los argumentos, no, se te descalifica directamente, sin piedad, tan solo que por atreverte a disentir. La estrategia es crear una espiral de temor, terror y silencio que enmudezca toda opinión que no sean las suyas.
                Es la misma sensación – y pido disculpas – que me pasa con el feminismo a ultranza. La reacción ante el caso de lo de La Manada, lo recuerda. El discutible fallo de la sentencia y ha sido contestado desde las tripas, no desde el cerebro. Hay que argumentar el disentimiento lo mismo que se argumenta la sentencia. Trescientas páginas argumentales de resolución judicial, aún relativa y posiblemente equivocada, no puede, no debe, ser protestada sin, al menos, haberla leído, meditado y entendido. La sensación era que la airada respuesta ya estaba montada para dispararla nada más saber el fallo, porque se sabía cual iba a ser ese fallo (el Código Penal es claro). Sin estudiar el argumentario, los manifestantes ya habían dictado su veredicto… ¿Por qué?.. muy simple, se etiqueta como ataque frontal al feminismo (nacionalismo) desde una actitud fundamentalista y dogmática. Lo malo es que se demuestra poniendo un espejo frente a otro espejo.
                Tanto el feminismo como el nacionalismo, como casi todos los ismos, enraízan en creencias de idealidad colectiva, sea del género femenino, sea de la nación, o del credo al que se pertenece. El feminismo histórico siempre ha defendido la igualdad entre el hombre y la mujer. Ha avanzado mucho, si bien aún la queda por avanzar, y hay que reconocer que el avance no ha sido mayor en la igualdad entre trabajos e incluso clases sociales. Lo que ocurres es que se ha pasado, de un solo salto, del feminismo de la igualdad al feminismo de la identidad, en que la identidad colectiva de las mujeres se fundamenta en lo que la diferencia del hombre, usándolo contra el propio hombre. Es la misma deriva que se ha dado en el nacionalismo, al pasar de las ideas a las creencias, y de las creencias a las actitudes… Yo prefiero – y es una opinión personal, claro – las aptitudes a las actitudes. Es el terreno del diálogo, de la discusión incluso, pero no el del posicionamiento que lleva al enfrentamiento. El feminismo igualitario es bueno si se entiende con respecto al hombre, pero el feminismo identitario es malo porque se entiende solo entre mujeres, y no con los hombres. Es de identidad, de sexo contra sexo, de clase, de género (aunque no es igual género que sexo, y las femilitantes lo confunden adrede)…
                Y ese feminismo, como el nacionalismo, al ser excluyente, termina por fagocitarse a sí mismo en una espiral donde los juicios mediáticos provocan cazas de brujas interminables, como en un alud siniestro. Las muertes de niños provocan docenas de apariciones de falsas furgonetas con falsos raptos. Las violaciones mediáticas están provocando una cascada de violaciones, al menos alguna de las cuales – por decirlo prudentemente - son absolutamente falsas. Las encuestas que realizan algunas organizaciones con preguntas dirigidas que invitan a contabilizar como abuso cualquier mala experiencia más o menos olvidada, son de una subjetividad manipuladora impresionante. Solo así pueden publicarse cifras que epatan y espantan… El propio fiscal que impulsó la demanda del movimiento MeToo contra el grupo Weinstein por abuso sexual, un tal Scheiderman, ha tenido que dimitir tras ser acusado también de maltrato sexual. Los propios inquisidores acusados de brujería… Si esto no suena a paranoia…
                Y quiero terminar haciendo constar que este artículo no es un alegato contra el feminismo, por mucho que quieran algunas y algunos. Es un alegato a favor de la mesura y la moderación, y, sobretodo, contra las políticas de pensamiento único. Políticas éstas ya practicadas y conocidas por todos los regímenes absolutistas tanto de derechas como de izquierdas. Las impuso el nazismo, el stalinismo, el franquismo… y ahora quieren imponerlas otros tantos ísmos… por lo mismo.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php


domingo, 22 de julio de 2018

EL INFINITO



Cuando era pequeño y me tropezaba por algún casual con la palabra “infinito”, solía atragantárseme. Me resultaba incómoda, ya que no podía abarcar su significado. Así que la soslayaba y la metía en el saco de lo por tratar, en el macuto del ya veremos. Y ahí quedaba, hasta que, sin saber por qué ni para qué, en la quietud de cualquier duermevela, se salía de la mochila y se ponía a flotar en mi mente de aquí para allá, en mitad del todo y en medio de la nada… Y yo, que era un jodío crío, me imaginaba que el infinito era como si yo mismo explotara – como un “ciquitraque”, que decía mi abuela, aunque nunca supe lo que era eso – y mis partículas más infinitesimales, despreciables y minúsculas, saliesen disparadas, cada una por su lado, por caminos opuestos y distintos, hacia la inmensidad del universo…

            …O, al contrario, empezase a concentrarme, en mí mismo y desde mí mismo, a empequeñecerme sobre mí mismo, a disminuirme en mí mismo, hasta también desaparecer. O sea, me imaginaba el infinito en las dos direcciones, aparentemente contrarias, de mi propia dimensión. Hacia fuera, o hacia dentro. En una explosión, o en una implosión. Desapareciendo desde mí mismo, o desapareciendo en mí mismo. Pero, de una u otra forma, desapareciendo. Siempre desapareciendo… Curioso, ¿no?. Me resultaba imposible pensar en la infinitud conmigo allí, de cuerpo presente, ocupando un lugar en el tiempo o en el espacio, u ocupando un tiempo dentro de ese mismo espacio… Si yo no soy infinito, pensaba, ¿cómo puedo entender, abarcar, comprender, ni aún de pensamiento, ese infinito?.. Imposible. Y, entonces, como una consecuencia mental, aparecía la nada, el vacío… ¡Ya está!, me decía a mí mismo, el infinito es la nada, el infinito es el vacío, el caos… El infinito es disolverse en el absoluto (la nada). Problema resuelto.

            …Sin embargo, y después de todo, ¿existe la nada como tal?.. ¿y lo absoluto?.. Abro los ojos y me veo rodeado de cosas, de vida, de naturaleza, de existencia en su múltiple diversidad, que, eso sí, aparece y desaparece como en un torbellino, pero allí está, pujante y sintiente, pulsante y viviente. Eso no puede ser la nada… aunque venga de la nada y luego se disuelva otra vez en la nada… aparentemente, al menos. Y si dicen que no hay nada absoluto, salvo quizá Dios, o lo que sea esa idea, entonces, una de dos, compadre mío de mi alma, o el infinito no existe, o el infinito es lo que existe cambiante, y entonces, el infinito somos todos nosotros. Y si el infinito es la nada, nosotros formamos parte de esa nada… Pero la nada existe, me dicen muchos, la muerte es la nada, no hay nada tras la muerte, y hasta se agitan y aspaventean… Vale, bueno, de acuerdo… pero si lo que entendemos por vida también viene de esa nada, si esta existencia también nace de ese vacío, está racionalmente claro que es una muerte muy viva, una nada muy activa, un vacío muy lleno, un infinito muy movidito…

            No obstante, tanto la filosofía búdica como la física quántica, afirman que todo eso que vemos y en que nos movemos, no existe en realidad, que es una ilusión creada por nuestros sentidos, un espejismo creado por nosotros mismos, por nuestra mente, de la nada… ¡Leches con la nada!. Casi debería llamarse el Todo, y entonces, sí que tendría una explicación más lógica, y se entendería mejor. Entonces lo infinito sería el todo, y el todo aparece y desaparece en el todo… ¿Mejor así..? ..Los antiguos griegos tenían un símbolo gráfico para representar el infinito. Era un ocho tendido, acostado, un ocho gandul, como un bucle… De hecho es eso mismo, un bucle, una retroalimentación, en definitiva. Como dos ceros (dos nadas) unidos por su centro como en un cordón umbilical que conecta dos flujos del uno al otro, y del otro al uno. Y ese mismo símbolo sigue utilizándose en la actualidad, miles de años después, para definir gráficamente el infinito: el ocho tumbado. Los que meditan – yo soy un auténtico negado para eso – aseguran que hacerlo concentrándose en tal símbolo es comprender la naturaleza del infinito. Eso dicen…

            Pero sea como fuera, ese recuerdo de esas cuitas que de zagal asaltaban mis vigilias, lo he querido compartir con todos vosotros porque puede ser algo importante a lo que no damos la menor importancia, que es lo que en realidad suele pasar. Y como todo lo compartido es también vivido, pues eso, que puede que algún día a algún alguien que me siga o me lea le sirva de algo… Y es que, con estas cosas y estos temas me ocurren casos curiosos. Me encuentro amigos inteligentes, cultos, instruidos, formados y maduros, que suelen decirme que menudas pájaras agarro con estos temas, y qué ganas de calentarme y calentarles la cabeza, e igual me topo con algunos más sencillos, simples y elementales que cubos, que me sueltan su agrado y atracción hacia ellos, aunque no los entiendan del todo… Curioso, ¿verdad?.. ¿Tendrá algo que ver aquello del Evangelio de benditos los simples y humildes que solo ellos comprenden el Reino de Dios?.. ¡¡Qué cosas ¡!.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

miércoles, 11 de julio de 2018

VIVENCIAS



Acabo de enterarme que Ahmmed Bujari ha muerto en Bilbao tras sufrir un cáncer pulmonar. Este hombre fue durante los últimos 16 años el representante del Frente Polisario de la República Saharaui Democrática ante la ONU, e incluso logró que Banki Moon, su Secretario General, visitara los campamentos de refugiados en la Hammada argelina. Había nacido en la ciudad saharaui de Dahla en 1.952, la antigua Villacisneros de las colonias españolas, aún bajo la administración del gobierno de Madrid. Su padre trabajó como traductor, y él hablaba un español mejor que cualquier español. Incluso sus estudios los había cursado en la Universidad de La Laguna y en la Complutense madrileña. Desde 1.977, tras una conferencia mano a mano con Felipe González en la sede nacional del Psoe, mantuvo con España una relación no exenta de tiranteces, de acercamientos y distanciamientos…

                Las administraciones nacionalistas, vasca y catalana, siempre mantuvieron una cercanía, quizá, seguro, que también por su esfuerzo en mantener también un paralelismo con sus causas independentistas. Se identificaban con ellos. Si bien nada más desajustado con la realidad. El Sahara fue vergonzosamente abandonado por España a su suerte y vergonzosamente anexionado a Marruecos por la fuerza. Y eso, tras haberles prometido la independencia a la colonia saharaui sin llegar a cumplir nuestra palabra dada. Nada que ver con los movimientos unilaterales de independencia catalán o vasco. Ni de coña es comparable un caso a los otros. En 2.012, la anexión irregular del territorio por Marruecos del Sahara Occidental, con la cobertura de Bush desde EE.UU., las bendiciones claudicantes de Chirac y luego Sarckozy, y el espantoso papel de renuncia y rendición por parte de Zapatero, semi-legitimaron un oscuro y tenebroso botín de guerra, saltándose a la Onu y al propio Tribunal de La Haya, por los que se garantizaba al pueblo saharaui en el exilio un referéndum de autodeterminación.

                Pero al leer la noticia de la desaparición de Ahmmed Baharí, y ver su foto en la prensa, me inundó una cascada de recuerdos entrañables, que ya jamás abandonarán mi existencia. Mis vivencias de aquellos años en los Campamentos de Refugiados, preñados de experiencias, los viajes a Tinduff, las relaciones con el Frente Polisario, los trabajos y los afanes de cuantos nos descolgábamos por allí embarcados en una ayuda sincera y apasionada, contemporánea con los comisionados de Acnur, o con otros grupos de otras comunidades, distribuidos por las diferentes wilayas, salvo cuando Médicos sin Fronteras y/o la Cruz Roja Internacional nos retuvo en el Campamento Central del Polisario por tener la zona en cuarentena por disentería… Si la memoria no me falla, un día, el mismo Bahari nos hizo llevar a su jaima en Dahla para obsequiarnos con algo muy español: un homenaje en base a una tortilla de patatas cocinada allí, por ellos, en pleno desierto. Y allá que fuimos un Comité de representación, transportados, si mal no recuerdo, en un viejo y destartalado Jeep que se caía a pedazos, subiendo y bajando dunas eternas de arena, como si un frágil barco surcase gigantescas olas de mar, y conducido por un joven chófer al que una bomba le había arrancado una pierna y la sustituía por una especie de muleta sujeta al muñón y al pedal del todoterreno. Como un centauro mecanihumano tripulando aquello con nosotros dentro… Y si tampoco recuerdo mal, ya de noche cerrada, a la vuelta, por alguna obligada circunstancia, mi amigo Joaquín y yo tuvimos que bajarnos a medio trayecto de regreso hasta que regresaran en nuestra búsqueda. Y allí, en medio de la más hermosa nada, bajo el más majestuoso cielo estrellado que pueda existir, rodeados de desierto por los cuatro puntos cardinales, encontramos una caseta de adobe de los del Frente Polisario, con cuyos guardias, armados de kalashnikovs, compartimos unos memorables tés por su parte, con unos no menos memorables Ducados por la nuestra…

                Aquellas experiencias se mezclan entre ellas confundiéndose, quizá, en el espacio y en el tiempo, pero formando un tejido cohesionado y coherente. Un cuadro pintado con muchos pinceles y colores que ha sido guardado en el desván de la casa de tu vida, pero que, cuando una noticia como la de la muerte de un hombre excepcional con el que compartiste algún escueto retazo de tu propia historia, salta a la vista, a tu vista, claro, el tapiz tejido con esos mismos hilos se hace presente, actual y potente, y se expande, y te sacude por dentro, y desde dentro, como un pequeño tsunami… Es una gran ola que te viene de lejos. Sí, pero desde tu propio horizonte, e inunda y remueve durante un tiempo la placidez de la playa donde ahora estás varado. Y te trae ecos de ti mismo. De lo que fuiste sin llegar a ser y de lo que hiciste y no hiciste…

                El 27 de Febrero de 1.976, Ahmmed Buhari proclamó la RASD – República Árabe Saharaui Democrática – en Bir Lahlu, a doscientos kilómetros de la ciudad argelina de Tinduff, cuyo aeropuerto nos servía de base para llevar en vetustos camiones del Polisario la ayuda humanitaria a los campamentos de refugiados. Entre 2004 y 2010 Moratinos, ministro de exteriores español, y Buhari, mantuvieron enormes discusiones y divergencias, pero Ahmmed mantuvo su nobleza hasta el final. “De las grandes batallas, nacen los grandes amigos”, son palabras suyas. Él ya forma parte destacada de la historia de su pueblo. Los que tuvimos el honor, el privilegio, de rozar su historia personal, de conocerlo, de compartir conversación, abrazo y mantel sobre la arena, nos sentimos honrados de haber estado, aún por unos contados momentos, a la sombra de su historia. D.E.P.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
               

miércoles, 4 de julio de 2018

CON PERMISO...



Por mi artículo de hace un tiempo, “Resucitado”, merecí ser crucificado y también desde ciertos sectores de la ortodoxia cristiana… perdón, católica. Lo más amable que me dijeron es que era un ignorante alucinado e irrespetuoso. Lo segundo, y tercero, y demás letanía ora pro nobis, lo dejaré al albur, pero lo primero no lo admito. Me he pasado demasiados años de mi vida formándome e informándome en ello, leyendo todo cuanto caía en mis manos sobre el tema, buscando y encontrando – cuando me lo podía permitir - libros impensables, estudiando las religiones comparadas, y sumergiéndome en todos los textos, documentos, historia e investigaciones llevadas a cabo. Ha sido mi afición y mi vicio, que ya no digo mi oficio. En cuanto a lo de alucinado, enfin… También ha habido otros opinadores, educados, respetuosos, e incluso animosos. Y uno hubo que hasta me tachó de estar asociado con el diablo (sic).

                Bueno… yo tengo mi propia idea pragmática sobre el diablo, aparte de que éste sea un colaborador necesario de Dios, naturalmente, pero me permitiré explicarlo más adelante si dispongo de lugar. Lo que sí quiero es seguir por donde entonces lo dejé, al fin de darles a entender por qué para mantener mi fe en Jesús me resulta anecdótico que el divino galileo muriera en la cruz, que no muriera y viviera, que resucitara o no resucitara, o que subiera a los cielos o se quedara en este berenjenal. Me da igual porque yo no necesito de prodigios y milagros en que basar dogma alguno. Y es tal y así porque creo sinceramente que el mensaje último de Cristo es que la muerte no existe, que solo es trascender una realidad y aterrizar en otra, y que el cuerpo no cuenta en ello para nada. Por lo tanto, no hay muerte de qué resucitar, ni cuerpo que rescatar. Es un contrasentido absurdo afirmar que no existe la muerte para luego decir que se ha resucitado de una muerte que no existe. Como igual vino a decir que todos somos hijos de Dios y no Él solo, que todos estamos vinculados a Él mismo y entre nosotros mismos, y que ese Dios, ese Padre, no está en nada del mundo, ni en ningún templo, ni sinagoga, ni mezquita, ni sacerdocio alguno, ni religión alguna. Solo dentro de cada cual es su auténtico Templo. Y el encontrarlo es ponerse en contacto con el Reino. Directamente. Trascendiéndose (transfigurándose) a sí mismo desde uno mismo. Tanto Él, como nosotros…

                Todo lo que nos ata a este mundo, a la materia, a la condensación más grosera de la más pura energía, es diabólico. “Mi Reino no es de este mundo”, dijo. Y, por el contrario, cuanto tiende a la liberación de esa fuerza, a evadirse de la materia y dirigirse a la energía primordial y primaria (Dios), es enfocarse al Reino del Padre. “A Satanás le fue dado poder sobre el mundo”, también dijo. Por lo tanto, el diablo es una fuerza centrípeta que nos ata, y Dios es una fuerza centrífuga que nos libera. Y al igual que cada ser humano, cada persona, es atado a la fuerza centrípeta por su nacimiento, es liberado de la misma por la muerte, si bien esas personas, esos seres humanos, llevamos dentro todos y cada uno de nosotros la conexión directa con Dios, con ese reino que no es de este mundo. Y fuera de él es este mundo, el mundo donde “los muertos entierran a sus muertos”.

                La cuestión para ser un Cristo en esta vida supone vencer lo que nos condensa en la materia para rendirnos a lo que nos aligera de esa misma materia. Jesús lo hizo retirándose al desierto para vencerse a sí mismo. Buda lo logró retirándose dentro de sí mismo. La metáfora del desierto y del retiro es la misma. La noche del alma de Santa Teresa. Pero nunca, jamás, tuvo el cuerpo más importancia que una ropa vieja, usada y gastada, ajada, como para tener que resucitarlo junto a lo único importante, que es el espíritu…

                Lo que pasa es que Jesucristo se adelantó más de dos milenios a la Teoría de la Relatividad, de Albert Einstein, a la del Bing Bang, de Setephen Hawkings, o a la del Bossón de Higgins, o “la Partícula de Dios”, como se le conoce, y que también podríamos llamarla “la Partícula del Diablo”, pues describe el momento en que el spin de energía se convierte en materia. Jesucristo vivió dos mil años antes de que los seres humanos pudieran llegar a intuir la Física Quántica a través del camino de la ciencia, ya que no de una fe que torcieron y falsearon sus dudosos seguidores fundadores de iglesias. Pero nacemos y nos movemos en una dimensión material donde vivimos sujetos a unas leyes físicas hechas de espacio y tiempo. Un espacio y un tiempo que Einstein demostró que era un estado relativo, cambiante, que hasta podría desaparecer en determinados momentos, fundiéndolos ambos en la nada, en el caos, en lo absoluto. Un espacio de tiempo que Hawkins usó para desplazarse al origen de su principio, cientos de miles de años luz. Un espacio-tiempo que Gautama, el Buda, experimentó como una engañosa ilusión de los sentidos. Un espacio-tiempo, en definitiva, que Joshua Ben Youseph, el Cristo (que no el Mesías) sabía que era una cárcel creada por nosotros mismos y para nosotros mismos, y que pasó por encima de su propia entidad física con todos sus sufrimientos y consecuencias, para mostrarnos el camino.

                Por eso, que ahora me quieran inclinar a venerar su cuerpo, su imagen, su iconografía y su iconosofía, antes que su camino, su mensaje, su enseñanza y su filosofía, me parece un disparate. Una barbaridad… con el permiso, claro, de todos ustedes, y sin ánimo de ofender a nadie… salvo los que se ofenden a sí mismos por sí solos, que esa es otra…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php