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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

martes, 21 de octubre de 2014

De lo divino y humano: BORREGOS Y CORDEROS

De lo divino y humano: BORREGOS Y CORDEROS: No. No son lo mismo. Los primeros son aquellos que imitan la tendencia marcada, los gregarios,  los que no se cuestionan nada, los que no ...

PP y PODEMOS

Hace poco, el Partido Popular murciano encargó una encuesta de intención de voto en la región. Estamos a pocos meses de las elecciones, y es normal que se vaya pulsando la opinión de la calle para ir ocupándose de estos menesteres preliminares al gran festejo de las urnas. Y, aunque estos sondeos no suelen ser muy fiables, sí que pueden dar una idea aproximada de por dónde van los tiros, a fin de mover la diana, en lo posible, claro, y montar una estrategia plausible, también en lo posible, naturalmente…
 
                Y el resultado de la exploración, si no concluyente, que yo no creo que lo sea, sí que es descriptivo, o, al menos, especulativo. Daría al PP rondando la mayoría absoluta, un hundimiento brutal de las izquierdas clásicas, y el surgimiento de una, nueva en esta plaza, e inédita segunda fuerza política: Podemos. Concretando, los populares perderían cuanto hoy les sobra, Psoe caería por debajo de la mitad de lo que ahora tiene, IU desaparecería del mapa político, ocupando su lugar UPyD, y, como digo, o mejor dicho, como dice la encuesta, Podemos se encaramaría como auténtica fuerza de la oposición… ¿Sorprendente?, a mí ya no me sorprende nada, o muy pocas cosas, por salvar algo.

                Y esto se veía venir, era predecible. Podemos, o Ciudadanos, o cualquier otro grupo o movimiento con el discurso fresco y vital de lo que la ciudadanía estaba deseando oír, podía llevarse el gato al agua. Cuando la gente está harta de tanta corrupción, embustes, prepotencia y tomadura de pelo, sigue a cualquier flautista de Hamelín que pase por el pueblo cantando las verdades del barquero. Eso es así. Y yo no estoy aseverando que Podemos sea lo que todos dicen que son, ni tampoco lo que ellos dicen ser, porque no lo sé. Demasiados intereses hay montados para sembrar una buena ceremonia de la confusión para que yo, a mis años, me deje llevar por la corriente…

                Pero quizá sea bueno que Podemos roce el poder sin catarlo, y que eso le ayude a limar ciertos tics rancios, y sus lógicas contradicciones, y su sospechoso iluminismo, y su diletante discurso, y se baquetee en las armas de la política real, que buena falta le hace. Al mismo tiempo, puede influir e inyectar nuevas formas de participación ciudadana en la toma de decisiones. Puede ser. Como también sería bueno que, el PP en este caso, tuviese la medicina de la precariedad para su humildad, y tuviese una oposición fuerte y fresca que le exigiese transparencia, limpieza, honradez, y apertura de miras democráticas. Un incentivo que obligue a abrir al pueblo esa caja donde se esconde la democracia real aún no estrenada. Ambos necesitan curtirse en lo que necesitan adquirir y librarse de lo que les sobra. El mesianismo ha de dejar de ser mesiánico y la casta tiene que dejar de ser casta.

                Para frenar a Podemos, el partido gobernante debe ponerse a hacer limpieza general a fondo. Zafarrancho. Conozco muchos años al presidente Garre, y es una persona que, soslayando ideologías, siempre ha sido honesto en sus planteamientos y recto en su proceder. Y creo intuir – quizá es que quiero intuir – que le gustaría coger la escoba y el espolsador, (o expolsador, de expolsar) y no dejar una sola alfombra con mierda escondida debajo. Sería un buen principio para recuperar la credibilidad perdida de sus votantes. Lo que pasa es que, me temo, que se lo van a poner difícil, muy difícil. Me barrunto que tiene feudos donde se le están formando extrañas familias, singulares alianzas, peregrinos compañeros de cama, con el fin de oponerle un frente de resistencia, incluso puede que escondiéndose tras caras nuevas con estilos viejos, porque lo importante es seguir manteniendo privilegios y repartirse el pastel.

                Por eso Podemos es útil. Aunque solo sea para forzar a hacer lo que se tiene que hacer y no puede esperar más, a la vez que se purifica a sí mismo en la antesala del quizá. Que los partidos del siempre sepan valorar esta oportunidad y aprovecharla para limpiarse, purgarse, lavarse y regenerarse, solo está en sus manos. A los ciudadanos nos han dejado el último recurso (un tanto manipulado, además) de las urnas. Y eso es lo que hacemos. Y eso es lo que haremos…


lunes, 20 de octubre de 2014

TODOS LOS MUERTOS

Creo que es lo más racional. Lo de Todos los Santos podrá ser religiosamente correcto, y hasta puede que políticamente también, pero no se ajusta a la realidad. Lo íntegramente correcto es hablar de Todos los Muertos. Primero, porque, ¿qué pasa con los muertos no santos?, ¿no son dignos de celebración y recuerdo?.. Y, segundo, porque, ¿qué es un santo?. Sabemos perfectamente lo que es un muerto, pero… ¿un santo?. Tenemos la definición de la Iglesia, claro, naturalmente interesada para su catequesis, pero a mí siempre me queda la duda de que en el común de los cementerios hayan muchos santos enterrados, que son más bien de catedralicias criptas, por lo que la conmemoración (con in memoriam) o el nombre, andan mal puestos. Y por eso mismo yo me entiendo más con los muertos que con los santos. 


                Pero es que, si me apuran, tampoco en el cementerio están los muertos. Ni siquiera la memoria de los muertos está allí. Si acaso, están sus despojos, y a veces ni eso, puesto que ya se han convertido en un poco de polvo. Entonces… ¿qué vamos a hacer allí?, ¿acaso pensamos que cada uno de noviembre nuestros difuntos se congregan en el club gusanitos y nos esperan para ser venerados y recordados?.. Si ellos nos ven, y yo creo que sí, se preguntarán porqué visitamos religiosamente el lugar del basurero donde enterramos la ya inútil envoltura de su viejo ropaje carnal. Como si respetásemos más a sus restos que a ellos mismos. Es como si nos diéramos cita allí el mismo día cada año para pasarnos lista y revista a nosotros mismos, ponernos al día entre los vivos, y dar un buen repaso al que falte al toque de trompeta.

                Soy consciente de que la tradición fabrica la costumbre y la costumbre hace la ley. Y respeto al que la respeta, pero no al que la impone, y todos sabemos que hay muchas formas de imponerla. Como también soy consciente de que el ser humano es fetichista por naturaleza, y necesita agarrarse a lo material y al rito porque no comprende del todo lo espiritual. Y que se aferre a ese resto material que lo afirma antes que a un todo espiritual que lo asusta. Lo entiendo. Es como adorar al santo por la peana. Como hacer mil imágenes distintas de una sola y única Vírgen. Necesitamos algo físico que tocar, dónde pisar y a lo que sujetarnos. Y una tumba cumple ese cometido, como también el cometido social para toda una comunidad, que refuerza entre todos el sentido de que eso es así, no como deberíamos creerlo, pero sí como debemos quererlo.

                Pero un servidor… discúlpenme, no lo creo de esa forma, ni tampoco lo quiero de esa manera. Eso me recuerda más al “dejad que los muertos entierren a sus muertos”, que a “la muerte no existe, si no la vida eterna”, aseveraciones ambas del mismo Cristo liberador de cadenas… ¿Cómo podemos, entonces, esclavizarnos a lo primero si creemos en lo segundo?.. Guardamos los restos de nuestros difuntos en panteones como si fueran tesoros en cajas fuertes, patrimonios familiares, al igual que guardamos bajo llave a nuestro dios en templos capitulares. Lo mismo. Es nuestra mezquina sensación de dominio y propiedad lo que en realidad guardamos en relicarios y entre paredes. No a nuestros muertos… ni a nuestro Dios.

                Los muertos, al igual que Dios, son libres en su más total, amplia, completa y absoluta plenitud, si es que tal concepto puede describirse en palabras, que creo que no. Yo, desde luego, a los míos los llevo en mi alma, en mi corazón, en mi mente, en mi espíritu, en mis genes y en mis tripas todas las noches de mis días y todos los días de mis noches. Los tengo en mis vigilias y en mis sueños, y viven en mi vida por el simple hecho de que yo viví en las suyas. Padres, amigos, familiares, personas mías de las que yo fui de ellos… ¿Cómo voy a arrinconarlos en un sepulcro de ladrillos, por muy blanqueado que éste sea, si están en mi propia sangre y en mis propias creencias y querencias?..

Pido humildemente perdón a quienes pueden sentirse ofendidos, pero no es tal mi voluntad. Sin embargo, al decir lo que pienso no crean ni por un momento que no pienso lo que digo.


miércoles, 8 de octubre de 2014

LAS FIESTAS (crónica irreverente)

“… A las ocho de la mañana, Diana Floreada”, rezaba en el Programa de Fiestas Cívico-Religiosas en honor del sanpatronímico/a de turno. Y una rudimentaria banda se pateaba las calles esparciendo pasodobles ejecutados con más voluntad que acierto, precedida por algún juanpueblo, armado de tabla, alcayata y mecha, que oficiaba, voluntarioso, de cohetero mayor. Tenía el encanto humilde de lo sencillo.
 
                Hoy no son necesarias las dianas. La gente del pueblo se ha quedado dormida apenas un par de horas antes, tras una larga noche de estruendos y excesos alienantes. Una parte, la actora, ahíta de juerga, alcohol, griterío, burricie y música atronante. Otra parte, la soportadora, exhausta de aguantar el vandálico decibeliaje de las ahora llamadas verbenas. El sopor del hartazgo mantendrá las calles desiertas hasta pasado el mediodía, en que se repetirá la misma barahúnda… Que nadie se atreva a quejarse, pues no le asiste derecho alguno. El estamosenfiestas es la dictadora excusa que consagra cualquier abuso. No hay lugar para dianas floreadas ni leches en vinagre…

                Yo aún tengo la suerte de poder exiliarme en mi retiro rural, una vieja casa de campo que me aleja de la barbaridad. Que me aleja, digo, no que me aísla. Aún a dos o tres kilómetros de distancia se aprecia nítidamente el fragor sordo de los bafles encendidos a toda la potencia posible. Y si al menos fuera música… pero no, es una especie de ritmo tribal, monótono, cutre, ensordecedor, vulgar, escogido para embrutecer, más que deleitar, cualquier atisbo elemental de raciocinio.

                A buena hora de la mañana siguiente, bajo al pueblo a comprar el pan y los periódicos, que también son el pan mío de cada día. Las calles, vacías, silenciosas, huérfanas de vida, con restos orgánicos, cascos de vasos y botellas rotas, y algún cuerpo joven aún arrumbado y derrumbado sobre la acera, despojo humano de la noche anterior, próximo a su cubículo, esos ya incontables antros en que las fiestas se han atomizado y diluido. Fiestas pequeñas y mezquinas parasitadas en la fiesta grande y generosa, que los munícipes se esfuerzan en conciliar. Un absurdo. Lo privado es la antítesis de lo común. Lo contrario a compartir, aunque se intenten insertar artificiosamente desde un marco opuesto.

                Sí, cierto, yo también viví las fiestas donde la gamberrada ocasional podía consistir en que amigos incomodaran el descanso de amigos cantándoles las mañanita bajo su ventana, pero no en que institucionalmente, porque es político conceder antes que educar, se moleste y machaque a todo un vecindario por las prepotentes circunstancias de que son las fiestas y a joerse tocan… Las fiestas se ofrecen, no se imponen. No se atruenan para que nadie pueda descansar y el que no quiera que se largue… Para que las fiestas sean respetadas por todos, las fiestas han de respetar a todos. Pero ya no es así. Yo las abandoné – mejor, ellas me abandonaron a mí – cuando en la plaza del pueblo ya no podía hablar con el de al lado sin tener que gritar como energúmenos. La magia, el encanto, también había emigrado... Los protocolarios y decimonónicos vivas a la virgen y al pueblo, que se desgranan como mantras en los aleluyas oficiales, contrastan hoy con los váteres portátiles repartidos por un centro urbano destinado a recoger los vómitos y meadas de unas fiestas, ya incívico-religiosas, que no necesitan contención, ni educación, ni respeto, ni dianas floreadas…

-          Pero la fiesta no es solo eso (se me dirá). También son los juegos infantiles, y la procesión, y la banda de música, las carrozas, los concursos, y los toros, y…
-          … Y el catetismo machista de las reinas-florero, destinadas a ofrendas que les suenan a chino mandarín… Sí, en efecto, lo son… Pero, ¿qué justifica a qué?. ¿lo uno justifica a lo otro, o es lo otro lo que justifica a lo uno?.. Porque son dos fiestas incompatibles forzadas a ser compatibles. Son reminiscencias de unas fiestas que fueron civilizadas entregadas a unas fiestas bárbaras. Y si la tradición se aviene a disfrazarse de barbarie, la barbarie igual se camuflará de costumbre…

Yo así lo pienso, así lo creo y así lo siento. Y, por eso mismo, también así lo proclamo.


martes, 7 de octubre de 2014

De lo divino y humano: AMISTAD

De lo divino y humano: AMISTAD: No hace mucho, una buena persona me preguntaba por qué, en uno de mis artículos, no toco el tema de la amistad. Que sería bonito. A los po...