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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

viernes, 28 de abril de 2023

EN EL ÁTICO DE LA ETICA.- programa radio

ÉTICA Y ESTÁTICA

 https://youtu.be/HqYabp3p7UY

DEL QUIERO Y NO PUEDO

 

(de Daniel Colombo)

Tenemos que vaciar nuestra mente de todo lo que nos han hecho aprender hasta ahora. Hemos de darnos cuenta de la similitud entre un código de barras y nuestro DNI. Somos números del sistema” (del libro El Árbol y el Sendero)…Ardua labor para los que intentan desbrozar su sendero hacia el auténtico conocimiento, porque se llevarán las del pulpo. Estamos muy abrigados en nuestras oscuridades interiores al fondo de la platónica caverna. Nosotros no queremos despertar, ni que nadie nos despierte tampoco, y los otros, a cambio, nos ceban con pienso grueso mientras rindamos en el pesebre de los adocenados. La estopa y el destierro a la estepa, cuando no el desprecio, que nos largan a los que quieren/queremos cambiar (o intentarlo) tal estado de pensamiento, es la respuesta a la oferta.

Me pararon por la calle para preguntarme si era verdad que unos pocos – yo diría unos mínimos – íbamos a abrir en T.Pacheco un foro cultural de cierto nivel… Me dejaron “estupefactado” más que estupefacto. Alguno tuvo que enterarse de mis/nuestras conversaciones con los del Casino local (Centro Instructivo mal-reza aún en la fachada) para tratar de poner en valor una parte del mismo desde varios ángulos culturales. Por lo tanto y a lo tonto, como buen interesado por ya escamado, intento, como en el ajedrez, una apertura por las alas, a ver hasta dónde llegaba aquel interés tan interesado.

Así que, como en el cuento, le enseñé una patita por debajo de la puertecita: Bueno, estamos en las preliminares, en el intento, pero ese “nivel” lo tendréis que demandar vosotros… Como se quedaron epatados, o espantados, no lo sé, les aclaré un poquico más: Mirad, nosotros hasta podemos invitar a M.C. Jara (la autora del libro anteriormente citado) a que explique, por ejemplo, el porqué y motivo de la media docena de ediciones que ya lleva su obra… o muchas y espléndidas cosas más, pero, ¿alguien estaría dispuesto a venir a escucharla?..

¡Hombre!.. saltaron semiofendidos… Y seguí: podemos intentar poner un Punto de Mediación, Formación e Información; dar conferencias, charlas, exposiciones… incluso hacer funcionar una Escuela de Lectores y Escritores, si se tercia, pero, claro, ¿tendrá respuesta entre la gente?.. ¿habrá demanda con que mantener la oferta?.. Primero, en interés, y luego, en su mantenimiento, por mínimo y ridículo que fuera… ¡Ah!, me contestan, ¿pero es que hay que pagar?.. Como no sea que los que inter-vengan se paguen desplazamiento, gastos personales y materiales de su bolsillo, encima de no cobrar su trabajo… les suelto a su pregunta. Podrían hacer lo último, si quisieran, pero todo lo demás nos debería dar vergüenza el solo insinuarlo… Regalar la faena y encima costearse los trastos me parece tan abusivo como insultante, les corono la tarta, mientras quedo a la espera… “No, claro, visto así”…

…¿Acaso hay otra manera de verlo?.. Estamos tan patéticamente enganchados al subvencionismo que hemos perdido el auténtico y genuino valor de las cosas… No sé quiénes (bueno, sí que lo sé) nos han acostumbrado a pedir sin dar, o a exigir sin responder. Así solo se puede obtener mediocridad y banalidad. Al fin y al cabo, nos ofrecen aquello para lo que nos han acostumbrado, algo con lo que cebarnos: bazofia consumista. Vale. De acuerdo, pero no es eso lo que necesita – o cree necesitar – el personal. No es un más de lo mismo, si no una nueva visión de encarar las cosas y nuestro propio yo, no sé si me explico… Existe una máxima sacada de la antigua sabiduría: “hasta que no está listo el alumno, no aparece el maestro”. Así que, háganse ustedes un favor, y piensen en esto antes de seguir leyéndome.

Ahora sigamos con la exposición, please… Yo no estoy hoy aquí vendiendo nada, tan solo estoy constatando un hecho y exponiendo dónde estamos, porqué, y lo que debemos de hacer para salir de esta trampa saducea. Nada más que eso, aparte de señalar los últimos trenes de las oportunidades perdidas, o aprovechadas, antes de que éstos sean suprimidos por el nuevo Farenheit 451, a su paso por la “Estación del Fin del Mundo”, y no tengo espacio aquí para ilustrarles sobre esta metáfora. Pero llama la atención, y mucho, la nula actitud de las personas con aptitud… bueno, no, en realidad hasta resulta un tanto lógico, aunque no de sentido común.

Solemos poner precio a lo que nada vale, y, sin embargo, despreciamos lo que tiene valor. Los dos jacos que tiran adelante del carro de la comodidad y el egoísmo. Y el de la ceguera es el que tenemos de reserva en nuestra cuadra… No queremos – puede que no sepamos – darnos cuenta que estas propuestas son difícil que vengan de una administración que no está dispuesta a facilitárnoslas por varias razones: porque lo pagado está condicionado; porque se prefieren materias esclavizadoras a liberadoras; porque lo mejor es mantener a la gente sin pensar, o con pensamientos digeridos y dirigidos; porque los funcionarios no trabajan por las tardes, y usted, por ende, tampoco debe hacerlo; porque las administraciones sirven a los sistemas y no a los ciudadanos…

Por eso mismo que es la propia ciudadanía la que tiene que montarse sus propios abrevaderos libres y no intervenidos, según su conciencia y el olfato que les quede, y su libre elección de perseguir su opción… En mis programas radiofónicos, recurrentemente me animan a desarrollar y establecer esos contenidos en charlas y talleres, lo cual siempre agradezco en lo que vale, y por lo poco que vale lo agradezco poco… ya que, cuando digo el “sí, quiero”, VAMOS allá, el plural les congela el ánimo. Y, claro, eso no me sirve. Ni a mí, ni a ellos. Lo menos que puede esperar el que le piden una cita, es que el que se la pide, acuda… Recuerdo a personas que ofrecieron en teoría hasta lo que yo no creía. Naturalmente, sin molestarse en conseguir lo que prometían. Y es que necesitamos conseguidores, no prometedores.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

sábado, 22 de abril de 2023

LO QUE SÍ Y LO QUE NO

 

(de Pinterest)

En un programa radiofónico donde se dice que nuestras mentes han sido colonizadas a lo largo de la historia por sacerdotes, caudillos, reyes u oligarcas, para someter nuestro conocimiento del mundo y esclavizarnos a falsas realidades…

…Me preguntan unos cuantos qué es lo que se puede hacer para evitarlo, y qué es lo que NO se debe hacer a fin de salir de esta trampa saducea. Solo se pueden romper las cadenas a través de la adquisición de conocimientos, de cultura, del estudio, de la búsqueda del saber, del librepensamiento, de la evolución mental…

Y NO se debe hacer a través de la revolución, de la algarada, de la subversión o del descontento, pues así solo logramos cambiar unos amos por otros amos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

jueves, 20 de abril de 2023

REGIONELECCIONES

 

(de RTVE)


Bueno, pues estamos que votamos… Las elecciones locales aún conservan un poco de la indiosincrasia de los pueblos (véase “Que vienen las Municipales” de hace semanas y/o su programa de radio), pero en las autonómicas ya se diluye en una mayor componente política, o sea, demagógica. Pues, si bien se fijan, los políticos están desapareciendo como tales para ir convirtiéndose en demagogos. Los demagogos solo sirven a su trinidad natural: a sí mismos, al partido y a las oligarquías, y por ese orden, pero no al pueblo… Al ciudadanaje, si acaso, lo justo y necesario como para que pueda seguir manteniendo bajo su voto la propia nómina y sus privilegios. Y poco más…

Aquí, en nuestra murciana región, a nivel de comunidad, tenemos entre repetir más de lo mismo o cambiar a casi más de lo mismo, pues todo se reduce al seguidismo de sus franquicias nacionales. Fíjense, por ejemplo, que cuando gobernaba Rajoy, aquí se le justificaba su política dilatoria con el tema del agua para beneficiar a Cospedal, y hoy se ataca al contrario por lo mismo… Y el de enfrente, justamente por igual motivo, hacía lo que hoy hace el de la competencia, esto es, ayer atacaba y hoy justifica… Lo que pasa es que, en la calle, una de dos: o no tenemos memoria histórica ni memoria alguna, o andamos enganchados a intereses espurios o delegados. Pero tan solo hay que consultar las hemerotecas para darnos cuenta del doble juego de ambas formaciones políticas, quiero decir… demagógicas.

Desde hace largo tiempo que asociamos nuestra marca al gobierno del PP… y la verdad es que no ha podido ser más patético y fantasmagórico, salvo, claro, el lapso de Alberto Garre (hoy autoderivado a Vox por razones que, por personal amistad, respeto) que fue de transparencia y honestidad probada; aquél que le cantaba las verdades del barquero al lucero del Mariano; y el que, precisamente por honrado fue cesado, traicionado y apuñalado. Lo demás dejó y deja mucho que desear. Valcárcel terminó trasladando sus trastos a toda prisa a Europa, porque, tras lo de Escombreras y el Aeropuerto, convenía poner tierra de por medio ante su dudosa gestión. Así y todo, por lo primero aún va a ser procesado, y por lo segundo ya le llegará el turno de oficio… Todo se andará.

Luego, Pedro Antonio Sánchez, Pas para los amiguetes, impuesto por el anterior, que se pasó toda su presidencia entre juramentos de inocencia, clamores de persecución y aspavientos de víctima – como todos actúan, por cierto – vino a terminar también corriendo porque el auditorio de su pueblo le caía encima, entre otras cosas. Por cierto, que también ha terminado juzgado y condenado. Este elemento, mentor de López Miras, por cierto, aunque ahora ese López no lo Mira, se largó pasándole los trastos al actual. Y la andadura de éste, marcada y manchada por la chapucera forma de solucionar la no menos vergonzosa moción de descabalgadura montada por Psoe y Ciudadanos, comprándolos con indignidad a base de cargos públicos, y un más que dudoso pasteleo de amiguismos y favores con asuntos que puede que también acaben en los juzgados , es el que se nos presenta ahora para revalidarse, no sin antes haberse cargado le ley de limitación de mandatos que, el por ellos escupido, Garre, había impuesto como norma ética.

La otra opción es José Vélez. El representante siglado del Psoe en esta región, que, una vez abandonado su cómodo y bien remunerado puesto en la Delegación de Gobierno, opta para quitarle el trono a Mira ese López, y auparse él en la taifa… Por supuesto, que esto no deja de ser mas que una opinión muy personal mía de mera “observancia” del personaje, si se me permite decirlo, pero a mí me da la sensación de que es otro demagogo más en busca de su arca perdida. Uno más del montón de los que pululan por auparse en los aledaños del poder y rascar posiciones. Eso también lo hay en todos los pueblos…Pero nada más.

Lo único que le he visto en todo su trayecto es criticar a López Miras en todo y por todo. Por sistema. Exactamente lo mismo que López Miras critica, por igual sistema, a Pedro Sánchez. Porque esos son sus papeles, y a ellos solo se aplican. No tienen más rol ni valía para sus partidos que ese. Y punto pelota. Oposición ciega al otro y genuflexión igual de ciega al suyo. Cuando vienen por estos lares malabares, se pegan a su figura para salir en la foto y que se note que ellos está ahí, y san-se-acabó. Él igual que su competidor cuando éste sale zumbando a besarle el anillo a san Feijóo tras haber dado la espalda a Casado y matarile a su amigohermano el ciezano. También el Mar Menor lo usan ambos dos como arma arrojadiza para atacarse mutuamente, teniendo todos mucho que ocultar y más por qué callar.

Estas son las opciones de bloque entre las que nos dan a elegir. Es muy posible que en un sistema de listas abiertas, donde los candidatos no son impuestos por sus partidos en listas cerradas, como es el caso de esta semidemocracia, esta pobreza y bajeza, esta mediocridad de elegibles, no existiría… En todo caso sería de la entera responsabilidad de la ciudadanía. Pero así, no. Así se nos endilga aquello que solo sirve al interés momentáneo y relativo de las siglas, no al interés de la gente, que es cómo y para lo que se montó el invento.

Sea como fuera, el caso es que tenemos personajes que se parten el alma por sentar culo en plaza, y se les nota tanto que ni se molestan en disimularlo. Lo demás resulta anecdótico… Miren ustedes, hagan un ejercicio de abstracción, quítenle las banderas y carteloides con las que posan, y pónganse a pensar: López Miras muy bien pudiera servir al Psoe, como José Vélez podría valer al PP. Ya que ambos, en el fondo, se sirven y valen para sí mismos. Nada hay diferente del uno al otro, solo hacen lo que se les ordena desde sus respectivas arribas. Hoy existen en política los cambios de nómina, igual que los futbolistas los de clubes, o si no, miren a los periféricos y transvasables. Y la mudanza existe porque la ideología no existe. Es una chapa en la solapa por la que ser fichado por un buen sueldo para un buen cargo. La política se está diluyendo en la demagogia, y ya nadie los distingue. Eso es todo.

A los ciudadanos solo nos queda la esperanza de que sean buenos gestores, y honrados y transparentes, piensen lo que piensen o como piensen, en rojo o en azul. Con eso ya nos vale. Que gestionen bien y que sean honestos, sobre todo esto último. Que miren más por los ciudadanos que por ellos mismos, y tampoco por los sátrapas de sus partidos… Pero, por favor, que cada cual se responda a sí mismo con absoluta sinceridad: ¿de verdad es lo que hay?.. Yo solo veo un atajo de oportunistas. A lo peor es que tengo que cambiarme de ojos, porque éstos ya no me valen…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

SOMOS LO QUE SEMOS

 

(de ABC)

En Sant Cugat, un colectivo llamado Hora Bruixa le ha montado un pifostio de cuidado a una confitería por exponer en su escaparate una mona de pascua de chocolate que representa una figura femenina con delantal, gorro de chef y unos platillos en las manos, con un muñeco infantil saltarín…

La tuvieron que retirar bajo acusaciones de racista y sexista, nada menos… Hay que tener una imaginación enfermiza y llena de maldad para ver lo que nadie ha visto en algo tan inocente.

Estamos cayendo en las zarpas de un integrismo inquisitorial que nos retrotrae a un puritanismo cerval, estúpido y decimonónico…Y todos tan tranquilos y tragando.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

miércoles, 19 de abril de 2023

PROGRAMA DE INTERÉS

 HABLEMOS DE CIENCIA Y DE CONCIENCIA:

https://youtu.be/UfpI3J2N100

martes, 18 de abril de 2023

LA MORAL

 

(de Logística)

Por alguna razón, a lo largo de la historia, tuvo que sobrevalorarse el concepto de Moral. Al igual que se hizo con el de conciencia, la moral, por algún motivo (que yo creo eminentemente ligado a nuestra cultura cristianoccidental)… perdón, mejor catolicoccidental, se le tuvo que elevar a ciertos altares de valoración. Digo esto, y ustedes sepan disculparme por ello, porque, como casi todo, viene del latín “mos, mores” y su significado es “uso, costumbre…” Incluso “moralis” es traducido por “relativo a las costumbres”.

Como podrán apreciar, por alguna causa en algún momento, se ascendió la costumbre a obligada virtud (moral). Esto es: determinados usos y costumbres fueron patinados – de pátina – como sagrados, ya saben, conforme a la moral… Desde luego, es un falseamiento de principios, pues cada cultura tiene sus costumbres, muchas veces distintas, y otras muchas más hasta opuestas. Llegados a este punto, habría que decir que cada cultura ha desarrollado sus “mores”, sus morales al uso, diferentes e independientes unas de otras, aparte mutuas influencias. Por ejemplo, el pueblo Inuit acostumbra una moral de acogida al huésped que le obliga a ofrecer a su mujer para que “ría” con él, en paralelo a la árabe donde es sagrado ofrecer su casa, pero sin la esposa.

Lo cierto es que lo que es moral para unas culturas resulta inmoral para otras, o amoral para muchas, por lo que no se puede dar un valor absoluto a lo que es relativo… No existen morales mejores que otras, si no que todas valen dentro de su contexto cultural y/o tradicional o costumbrista. Aquí, en Europa, hemos desarrollado el complejo del misionero: llevar a imponer nuestra moral (usos y costumbres), como superior, a todo aquel que tiene otras ajenas a las nuestras. Esto es lo que siempre hemos hecho con el nombre de evangelización, a más inri. Hemos tenido la desfachatez de usar Evangelio para conquistar, avasallar (hacer vasallos), y ya, de paso, robarles sus recursos. Y eso en nombre de “la fé”. Una fé basada en una “mores” considerada por encima de todas…

La verdad es que la palabra que más puede aproximarse al significado que se le quiere dar a esa “moral”, reside en el griego “athikos”, o sea: Ética… Para los griegos antiguos, Ética supone el cuidado de las cosas, el no dañar a la naturaleza ni al ánima de los seres creados, incluidos nosotros, por supuesto. Si la ética desarrolla la estética, esto es, la belleza, es como resultado de aplicar la ética a nuestra forma de vivir. Si la causa es la ética, la consecuencia solo puede ser la estética… En realidad es lo más próximo a la recomendación, simplificada por única, de Jesucristo: “no hagas a nada ni a nadie lo que no quieras que te hagan a ti”. Y aquí, paradójicamente, se condenan muchos hechos cometidos en nombre de esa misma “moral” nuestra.

Habría que analizar qué morales, incluidas las dobles morales que son las peores, cumplen el patrón de la Ética, para poder seguir nombrándolas, llamándolas y tratándolas cínicamente como Moral… Salvo, claro, que la auténtica y genuina moral sea la de costumbre y uso, pues existen malas, peores y pésimas costumbres, como existen buenas e inocuas costumbres, si bien hay muchas más de las primeras que de las segundas, habremos de reconocerlo. Lo que no podemos, o mejor no debemos, hacer, y lo estamos haciendo durante miles de años, es convertir la habituabilidad (esto es, la costumbre, el “mores”) de un gesto, de un hecho, o de lo que sea, en una obligación superior de rango espiritual, sin haber pasado por el filtro del Athikos, de la ética, no sé si me explico, o si ustedes quieren entenderme…

Está medianamente claro que es un camino paralelo (yo diría mejor un acto reflejo) que el que se anda con lo que denominamos “tradiciones”. Son hermanos, aunque no gemelos… Se suelta el excátedra “es que es tradición”, y todo el mundo boca abajo y mirando a La Meca. Sin fijarnos un mero ápice en ver si esa jodida y archirepetida “mores”, es positiva, o negativa, o es una puñetera estupidez. Para nosotros, lo tradicional es sagrado, moral, lo mismo sea una representación estética, estática, filosófica o intelectual, que sea una reminiscencia totémica, idolátrica, retrasada y retrasante; o que sea una pura salvajada contra cualquier ser vivo. Lo valoramos igual, porque tomamos lo tradicional como moral, aunque sea retraso mental, cuando no de puro inmoral.

Luego está lo otro: las escalas de valores a las que nos atamos los seres humanos. Nada hay más mudable y cambiante que eso. Todos estamos sujetos a ellas y a ello… Yo también, por supuesto. Éste que les escribe esto, participaba antes de todas esas frivolidades escenográficas de premios, galardones y galas en que las gentes de toda laya y condición se autobesan el ombligo y se lamen el culo unos a otros, y lo consideraba como tolerable e incluso necesario. Lo confieso y me avergüenzo. Sin embargo, hoy me parecen ceremonias vacías de contenido, espectáculos rellenos de vanidad y vacuidad. Muy solemnes estupideces y mucha farsa trufada de intereses.

O algo ha cambiado, o yo he cambiado, eso está claro… Pero ya no valoro igual los elementos de esa tabla. He aterrizado a una perspectiva desde donde se ve lo de antes y lo de después, y los de qué, y los porqués, y veo una banalidad inconmensurable. Y entonces, esa escala de valores de la que les hablo, tris, tras, se mueve, y hay casillas que suben como hay otras que desaparecen, como igual están las que se mantienen inamovibles. Las escalas de valores las fabrica la vida según su existencia humana, y nos señala a la conciencia de todos y cada uno de nosotros. Nuestras vivencias, nuestras circunstancias, nuestras experiencias… son las fuerzas, correctivas o disruptivas, que se encargan de, a veces dolorosamente, mover las clavijas de la escala, ris, ras, cada vez más suave y con menos ruido, mientras vamos teniendo una más clara y diáfana visión de conjunto.

Así que cuando yo digo, o los demás dicen, que esto o aquello, o éste y aquél, es inmoral, corríjanme, corríjanse, debemos decir que no es ético, que no es lo correcto, que va en contra de la armonía, de la justicia universal; que es todo lo sucio, lo torcido y retorcido que no se debe hacer, admitir ni ni contemplar. La moral nos ha servido de bien poco… Alguien preguntará como preguntaron a aquel Maestro: ¿y entonces cómo sabremos, acho, jefe, el que actúa con ética, ya que no con moral?.. y se nos contestará exactamente igual que hace 2.000 años: “por sus frutos, tontolhabas, por sus frutos los conoceréis”. Y, lo cierto es que hay que estar muy ciegos, y ser muy tontos, y muy negados, como para no ver las consecuencias que estamos cosechando de nuestros errados y herrados actos. Desde que la competencia desterró a la cooperación (desde que Caín descalabró a Abel porque sus borregos se le comían las habas) vamos de puto cráneo. En busca del del hermano al que se lo abrimos con la quijada de un asno que era menos burro que nosotros.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

lunes, 17 de abril de 2023

"PECADOOOLL"...

 

  • Comentarios de la e

(de QueDiario)

De un pasado artículo, creo recordar que se llamaba algo así como “Confesémoslo”, tocaba de refilón, y porque venía a cuento, claro, el concepto de “Pecado”, si bien que sin detenerme a examinarlo bajo lupa, ya que eso está condicionado a un sentimiento íntimo de culpa que no requiere tal lente, y, sin buscarlo, me llegan ecos de algunos alguienes y alguienas, que me piden, un poco casi me exigen, así, sin anestesia alguna, que escriba algo sobre el Pecado Original, que parece, o eso dicen, tener la culpa de todo este montaje… Como me cogió con la guardia baja, solo pudo contestarles de igual sopetón: ¡ pero leches, ¿es que el pecado existe?!, sin darme cuenta que me estaba respondiendo a mí mismo.

Pero ya que estoy, y como les debo una excusa y una explicación, pues vamos allá con el envite, no sin antes dejar constancia que todo esto no deja de ser más que una opinión personal de este humilde servidor del convento, de cuyos muy estudiados y basados convencimientos, soy reo de mí propia conciencia, pero no responsable ante las ajenas. Únicamente de las que se fijan en ciertas coincidencias… Y no, con su permiso y con mis disculpas, no creo en modo alguno, ni en el original, ni en las copias posteriores. Abriré aquí el melón, si les parece, o mejor dicho, la manzana, aunque su mal uso sea un error. Un error, por cierto, cuyas consecuencias pagamos nosotros solicos por gilitontos y por voluntad propia, o a lo mejor ni eso… Lo de “Pecado” es el eslabón principal de la cadena que las religiones han tejido como un dogal alrededor del cuello del ser humano, en cuanto a como hombre y mujer se refiere.

Cuando la recién humana Eva prestó atención al ofrecimiento del serpentín (esto lo digo así, con segundas, pero busquen ustedes el por qué): “si comes de este fruto seréis como Él” – yo creo que en verdad fue: “sabréis como Él” – y no la nacieron tonta, pues dijo que yes, sí, claro, que merci, thank you, graccie tanti, spasiva, arigato… y le echó mano al regalo del conocimiento… Del conocimiento del bien y del mal, no olviden cómo rezaba en el Edén (tierra de Adán) y todo eso, esto es: del conocimiento de la causa y el efecto; del viviendo y aprendiendo; de los pares de opuestos; del te vas a enterar de lo que vale un peine… De sobrenombre “el Árbol de la Vida”, porque no es lo mismo vida que existencia, no es igual vivir que existir. El animal no sabe que vive, pero tú sí que lo sabes.

Luego, ya saben ustedes la que, una vez asumido el envite, les cayó encima: las del pulpo. Los largaron de un estado paradisíaco a tomar por el saco. De un estado animal de idílica existencia a tener que buscarse la intendencia. Los primeros sin atender necesidad alguna de vestido, condumio, etc.; a los segundos que se auto-desterraron a sus propias necesidades, esto es, a ganarse el pan con el sudor de su frente y el esfuerzo de su mente. Esto es: con ello les/nos otorgaron una enseñanza que tampoco era moco de pavo. De ser animal pasó a ser humano pensante y sintiente de sí mismo. Dicho de otro modo: lo dotaron de conciencia propia, que no la tenía, y le regalaron la potestad del Libre Albedrío, pues qué puñeta de autoconciencia sería si no se dispone de libertad para ejercerla y aprender de ella, de sus frutos… por los que hemos de conocernos …

Y permítanme aquí un inciso: si los Elohim (plural de dios: dioses) aparentemente se cabrearon por el robo del fuego sagrado – como Prometeo, casualmente – de la sabiduría, lo lógico y razonable es que le hubieran dado matarile a la desagradecida criatura, ¿no?.. pero no lo hicieron. Y no lo hicieron por la sencilla razón de que la serpis tan solo cumplió con su misión, un cometido preestablecido en el plan de la creación, que es la de transmitir el conocimiento (la serpiente en la cultura griega significa eso mismo, por cierto). La traducción interesada religiosa es que aquí se “castigó” a la aparente víctima por “desobediencia”. Pero no era tal.

Y aquí está el busilis of the question, porque en esta parte precisa, y preciosa, de la antigua escritura (el Génesis es una parte de la Cabalah hebrea, conste en acta, señores del jurado), las instituciones religiosas, misóginas hasta el gollete, primero la judáica y luego traspasado a su heredera la católica (el cristianismo, en puridad, no fue religión alguna), inventaron, traspasaron y transpolaron el concepto de Pecado y muy señor mío a totus tuus

Pero es que ese invento es utilísimo a toda jerarquía religiosa que se precie, de cualquier iglesia o invención, para someter, manipular, acobardar, bajo el autonombramiento unilateral de ser los representantes exclusivos en la tierra del mismísimo Dios, bajo la zarpa más efectiva existente desde ese mismo principio del mundo: el Miedo… Bajo el temor al pecado se crean cielos e infiernos, purgatorios y lavatorios, cuyos premios y castigos se reservan y ejecutan desde las curias sacerdotales con su marca registrada, tanto aquí como tras la muerte, amén.

Con esta estrategia, se aseguran una lealtad supersticiosa y una obediencia ciega, con la que frenan e intervienen el plan de evolución natural establecido por y para el ser humano, que es de lo que, en definitiva, se trata… Ese libre albedrío, que, bajo la ley de Causa y Efecto, establece la responsabilidad en la consecuencia de los actos, la enseñanza efectiva, que ellos secuestran para mantener el poder y el control de todo lo humano sobre este mundo. Se alimentan de nuestra energía captando nuestra atención y adoración, ya saben: A Dios a través de Nos…pero ocultándonos la verdadera verdad, lo auténtico, lo real y genuino, ya que perderían todo el poder e influencia sobre la gente.

El error (no el pecado) del hombre es haber caído en el engaño. Como somos co-creadores con Dios, o los dioses, de nuestra realidad, nos creamos a nosotros mismos una realidad falsa, engañosa, que nos devuelve, en consecuencia, a una existencia defectuosa, incompleta, errónea, equivocada; y andamos perdidos en sus entresijos… No pecamos, si no que nos equivocamos. Así lo elegimos nosotros mismos en nuestros primeros albores: aprender de nuestros errores.

Al que se crucificó por revelar estas verdades (luego hicieron de ellas una religión) dejó dicho: “la verdad os hará libres”, y después: “Buscad – por vosotros mismos, en vuestro interior – y encontraréis”… acto seguido se lo cargaron e hicieron de Él un Dios aparte. Pero el Hombre aún está por descubrir esa verdad entre todas las mentiras que nosotros mismos nos hemos forjado y hemos creído… Y de todas ellas, la más poderosa es la del pecado… Bien, ahora ya pueden mandarme a la hoguera.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

EL GORI-GORI

 

                                                                   (de Top Comunicación)

Leo a A. Montiel rememorar sus rotativescas memorias y su conjuramentación con el “lector del papel” durante toda su vida. Como muchos. Como yo mismo. Hace bastantes años surgió un inversor tan enamorado del papel como nosotros…

Un buen amigo y yo le buscamos la cabecera, los corresponsales y colaboradores, y hasta la dirección. Todo… Al final se arrugó como ese mismo papel.

Una lástima. La cosa hoy es que aún queda papel, todavía quedan lectores, pero ya no quedan quioskos. Desaparecen más rápido que los chopos, y se adelanta al ocaso de la prensa escrita. ¿Será su final?.. Se admiten apuestas.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

viernes, 14 de abril de 2023

Lo que de verdad NO es

 

                                                                    (de MurciaPlaza)

Que “el hábito no hace al monje” es más que una máxima… Y, sin embargo, nosotros nos disfrazamos de todo menos de lo que somos: de nazarenos, de huertanos, de romanos, de trinitarios o de moros y cristianos.

La realidad es que el apuntarnos a todo apunta que no somos nada… Si acaso, monos que imitan, don-vicentes que se hacen gente, masas de emuladores corrientes, aunque juren que es que así “se siente”…

Sentirse no es vestirse. Mi hija, por ejemplo, siente y huele el mar, y se funde con él y se hace sal… El histrionismo provinciano de montar saraos de cualquier invento es todo menos auténtico.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

jueves, 13 de abril de 2023

LA IMPRENTA

 

(de La Vanguardia)

Si alguien me pregunta que cuál es el invento más importante de la humanidad para mí, lo tengo claro: La Imprenta… Por supuesto que bajo mi personal opinión, claro. Porque creo que ningún otro ha ayudado a evolucionar tanto y tan rápido al ser humano que la ocurrencia de Güttemberg. Por un casual, o por un causal, ya saben, mi vida es casi que una consecuencia: me he criado practicamente en un quiosco, luego una pequeña papelería, rodeado de periódicos, tebeos, libros, entre los que me sentía arropado, protegido; luego mi padre dio un salto cualitativo y cuantitativo al fundar una tipografía (imprenta) precisamente, donde fundí armas en el noble e iniciático oficio de la impresión; después – y no por voluntariedad, ciertamente – tuve que regresar al sector comercio de esas mismas artes gráficas; para, por último, dedicar los restos de mi ya escasa andadura, a la autoimpuesta tarea de leer, escribir, y verlas venir…

Nací, y moriré, si el destino me hace el último favor, alrededor de las letras y el papel, aunque al final de esta época el papel sea digital… Esas mismas letras que se grababan laboriosamente en tableros de madera, para, impregnadas luego de tinta grasa, con un rodillo, impresionarla sobre láminas del papel del ayer, allá por el siglo XV. Xilografía se le llamaba entonces a aquello. Pero, claro, la madera se desgastaba, solo valían para la primera intención, y era casi más oneroso el entierro que el abuelo… Hasta que a don Johannes se le “escurrió” una idea tan sencilla, simple, elemental y luminosa que asusta solo pensarlo: separar las letras, y fundirlas en metal en vez de tallarlas en madera. Nada más que eso. Al ocurrírsele los tipos móviles, abrió al mundo un universo de posibilidades. Y el componer, imprimir y multiplicar ya fue todo empezar…

…Y los libros comenzaron a fluir como un maná. Lo primero en parir fue, claro, una Biblia (nótese que Biblia viene de biblo=libro). Fue llamada con el nombre del inventor, pero también se la conoce por “la de 42 líneas”, y de la que consiguió sacar una serie de 200 ejemplares… una endiablada exageración, si barruntan ustedes que el Onassis de la época al que le apetecía fardar de tener un libro, tenía que encargarlo a un copista, casi siempre monje a sueldo de la Iglesia, que era la que tenía el control absoluto de cuánto se leía, y que costaba años y maravedíes que ni le cuento. Todo un muy bien cuidado monopolio del conocimiento y bajo un muy bendito negocio. Cuidaba muy bien de dos cosas: de lo que salía a leer y a quiénes podían tenerlo, pues tenía establecida la prohibición de que la plebe aprendiera a leer para mantenerlos en la beata ignorancia. Fuera de los monasterios custodios, la cultura no se veía ni en pintura. Allí se custodiaba las obras de los clásicos, griegos, latinos, orientales, por heréticas (o precisamente por eso mismo) que se considerasen… Gracias a Dios y a la imprenta, todo ello cambió…

Tan solo que imagínenselo: Como el ingenio de la imprenta era más simple que el mecanismo de una maza, empezaron a proliferar industrias del copiado por toda la cristiandad, y hasta en las recientes descubiertas Américas… Así que la Sancta Institutione sacó a su soldadesca y a su Inquisición a las calles de las urbes, amenazando que si se imprimían obras no autorizadas por la Iglesia (tengan en cuenta que por entonces todos los reformistas, luteranos, protestantes & company, se pusieron en cola ante las puertas de las imprentas) se mandarían a la hoguera todos los libros, a los encarguistas, a los impresores y a los comprantes, sin que quedara un solo papel suelto ni ser vivo. Pero, ni aún así, logró frenar la Ecclesiam Suam la voluntad de las gentes del orbe por soltarse la esclavitud de la ignorancia. Enseguida vino la conocida (y considerada nefasta para la Iglesia) por “Era de la Ilustración”.

Por eso mismo, aparte mi natural tendencia y querencia, es por lo que considero la invención de la “imprimeríe”, al decir de los gabachos, que fue uno de los sucesos más importantes en los anales de la Historia. Porque dio portazo a la triste, atrasada, dependiente y vergonzosa Edad Media, y abrió las puertas al siglo de las luces. Ni siquiera la Revolución Francesa, con toda su importancia de igualdad, fraternidad y servidumbre al paredón, hubiera llegado a ningún sitio si no hubiera sido por el impulso de la imprenta… El mundo fue otro muy distinto, y el conocimiento entró a raudales en el espíritu humano, rompiendo muchas cadenas de sometimiento intelectual y esclavitud personal a las élites de aquellos tiempos.

Hace unas semanas que Pérez Reverte trajo esta efemérides al Magazine, y me hizo reverdecer mi admiración por aquél artesano de Maguncia, y mi adoración por los dioses que le plantaron en su cerebro, en el momento adecuado, algo tan elemental y sencillo como esa idea que es como caerse de un pino… o una manzana de otro árbol bajo el que se echaba la siesta Newton… Es que yo no soy de los que fían todo al genio humano, pues el humano tampoco es tan genio. Si se ilustran y se fijan un poquico, verán que los momentos de mayor lucidez para el progreso humano, han sido como empujones aislados, que han venido en los momentos adecuados, y mientras el… digamos “depositario”, estaba la mar de relajado, en estado receptivo, nunca mejor dicho “viéndolas venir”. Siempre. Tanto, que hay estudiosos que dicen y aseguran que “la efectividad no es fruto de la actividad, si no de la receptividad”.

Miren este otro ejemplo mismo: el húngaro Joseff Biró andaba en 1943 ido y distraído; había salido de la imprenta donde trabajaba (joer, otra vez la imprenta de por medio), donde el rodillo de la entintadora se había atascado jorobando la tirada prevista. En eso que estaba, que vino a fijarse en unos zagales que jugaban a la pelota (a lo mejor uno de ellos era Kubala) en la calle, enlodada por la reciente lluvia caída, cuando vió como el balón dejaba un rastro de barro al rodar por el pavimento… ¡Pum!, bolígrafo inventado. Sin más colisión de neuronas, ni de neutrones en un túnel de vacío, ni de nada. Así, como el que no quiere la cosa…

Solo por puñetera y malsana curiosidad, les diré que apenas tres o cuatro años de la invención del “boli”, también “me inventaron” a mí… Ya les dije al principio que me acunaron entre papeles, y que entonces solo se emborronaba de dos formas: o con el popular y sencillo lápiz de grafito, o con la regia, estilosa y pudiente pluma estilográfica. En aquellos primitivos colegios nos esperaban pupitres astrosos dotados de tintero y palillero, para ejercitarnos con diligencia en la decoración de nuestras ropas y escasas personas, en equivalencia a la desolación de las maternostras que nos esperaban en casa… También por ese nimio detalle, el bolígrafo igual fue el mejor invento para aquellas amas de casa. Tanto, o más, que la invención de la lavadora y el detergente.

Y todo solo por “fijarse”… Y si ustedes también se “fijan”, verán que no son inventos, si no descubrimientos. Primero descubrimos, y luego recubrimos, redondeamos “makeamos” lo descubierto, y lo “inventamos”. Pero está todo ahí. Solo hace falta que los que nos colocaron en descubierta, nos digan: ¡eh, acho, tío, qu´eso está ahí!, ¿no lo ves?.. cuando nos ponemos en sintonía con nosotros mismos y dejamos de preocuparnos por jodernos entre nosotros mismos, que viene a ser lo mismo. Imagínense a un ciego que no cree ser ciego, ni quiere creerlo. Lleva un lazarillo que intenta ayudarlo, pero tampoco le deja… así que, cuando encuentra algo de valor en su camino, cree que el único mérito es suyo. Al igual que cuando tropieza, la culpa es del otro… Naturalmente.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com