HAZ LO QUE DEBAS
Nada más haz lo
que puedas. Solo eso. No se trata de cambiar el mundo, pues el mundo tiene sus
propios pasos, y sus propias reglas de mudanza, y son imperceptibles para
nosotros. Se trata de cambiar tu realidad, y, a veces, ni tan siquiera eso,
porque tampoco eres consciente de que tus actos la van cambiando lentamente,
poco a poco, sin que tú mismo te des cuenta, ni quizá llegues a saber nunca lo
que has podido o llegado a cambiar. Pero lo haces. Para bien o para mal, lo
haces. Aunque no te lo creas, lo haces. En sinergia con otros, pero lo haces.
En solitario, pero lo haces…
En un período de decepción con
los demás y de increencia en mí mismo y en mis propios esfuerzos, he tenido un
par de experiencias que me voy a permitir compartir con vosotros, porque creo
firmemente que estas crisis nos son comunes a toda la humanidad y a toda clase
de personas. Lo que no podemos, no debemos hacer, es utilizarlas como excusa
para quedarnos de brazos cruzados, y tratar de justificar así nuestra inacción.
Este es el único y exclusivo motivo, y no otro, que me mueve a contaros lo que
pertenecería, si no, a la esfera de mis vivencias y de mi vida privada.
No hace mucho, me llega la
petición de una cadena social para que me sume al ruego para que una conocida
firma de hipermercados dejara de cobrar ciertos servicios a familias
necesitadas. Como ya había escrito anteriormente críticas sobre su
insolidaridad para con los bancos de alimentos, además de unirme a tal
iniciativa, colgué de mi web un nuevo suelto llamando a ser consecuentes con
los inconsecuentes. Antes de salir en formato impreso en los Chispazos de este
periódico, recibo un comunicado de tal empresa informándome que se están
corrigiendo tales extremos e intentando conciliar la política de la empresa con
las demandas sociales… Yo había infravalorado el potencial de la red y las
acciones individuales, y tuve una demostración práctica de mi creencia errónea.
También recientemente, una
persona a la que no veía hacía años, me aborda por la calle, me dá un fuerte y
emocionado abrazo, me estampa un par de efusivos besos y unas emotivas gracias,
asegurándome, con ojos llorosos, que cuando todo el mundo le volvió la espalda,
mi ayuda le cambió la vida. Sorprendido y confundido le dije no acordarme de
tal cosa, y que, sin duda, estaba equivocada y me confundía con otro. Me
respondió que lo hice sin que ella llegase a saber nada de ello, y que eso le
daba más valor aún a mi acción. Al llegar a mi oficina, mi hijo me entregó una
carta manuscrita de esa misma persona, donde me adjuntaba una fotocopia de una
nota de recomendación de mi puño y letra a favor de ella… escrita hacía 14
años. En su carta me explicaba que la había encontrado entre los papeles de su
ya anciana madre, que le contó lo que yo hice entonces en su favor. Incluso
ahora, apenas si puedo reconstruir aquellos hechos, y lo que jamás llegué a
imaginar es que, algo que ni siquiera se recuerda, pueda llegar a cambiar la
vida de nadie.
Solemos ser conscientes de
nuestros actos en el instante mismo de ejecutarlos, sí, pero somos generalmente
inconscientes de sus posibles consecuencias a lo largo del tiempo, en las
personas con las que un día nos relacionamos, en nuestro entorno habitual, en
la realidad que nos rodea, en el mundo en definitiva. Nos pasa a todos todos
los días. A pesar de que pensamos, creemos y afirmamos que no podemos hacer
nada, que esto no hay quién lo arregle, que para qué luchar ni molestarse…
Quizá la clave esté en lo más
simple, elemental y sencillo. Y es, precisamente, en no perseguir resultados
ningunos, en no querer cambiar el mundo. Tan solo en hacer lo correcto en cada
momento. Nada más que eso. Aunque bien sé que cada uno tenemos una medida
distinta, unas capacidades diferentes. Es posible que las metáforas del efecto
mariposa, del punto de apoyo con que mover el mundo, de Pitágoras, de la sola
acción que redime a toda una humanidad, de Cristo, sea algo tan sencillo como
que tu responsabilidad no está en cambiar el mundo, si no en hacer lo que debes
en cada momento de tu vida. Tan solo haz lo que puedas, pero, eso sí, HAZLO.
Comentarios
Publicar un comentario