¿ESTAMOS DISPUESTOS..?
Se ponen en contacto conmigo
los de ACNUR. Los conozco de hace mucho tiempo… A esta gente me la encontré en
Tinduf, en la Hammada argelina, allá por el año 1.996, haciendo lo que podían
para llevar agua a los campos de refugiados saharauis, cuando yo también andaba
por allí con un grupo de bienintencionados amigos intentando cambiar un poquico
de este jodido y puñetero mundo. A lo largo de este tiempo nos hemos cruzado en
varias iniciativas, y me los he topado en muchos medios y noticieros. Y los he
seguido en su inmensa, gigantesca, titánica labor para con todos los
refugiados, se produzcan donde se produzcan.
¿Es posible que este mundo produzca tamaña
indignidad?, le pregunto. Es posible,
y es real… no me preguntes lo que quizá no quieres saber, me contesta… Sus
cuotas de asociados, que hasta ahora han partido de 20 € al mes, en los casos
de jubilados y familias con escasos medios españoles, sigue informándome, han
decidido bajarlas, y ponerlas… ¡desde 5 euros!.. A mí se me cae la cara de
vergüenza, le digo, es todo tan miserable… - No, no lo es, se apresura a aclararme. Mira, existe un alimento de alto
valor energético y nutricional, el Pumply´nuts, que permite ganar a un niño
desnutrido un kilo por semana, y que salva muchas vidas, y que podemos comprar
tres o cuatro por un solo euro…. Fíjate, prosigue, que si un jubilado como tú da 5 euros al mes, aunque solo sea durante
cinco o seis meses nada más, podemos alimentar de 20 a 25 niños durante casi un
mes… ¡solo con esos 5 euros de los que tú te avergüenzas!.. No tienes ni idea
de lo mucho que se puede hacer con tan
poco… Y lo mismo me cuenta de vacunas, medicinas…
Seguimos hablando
un poco más, pero lo cierto, la verdad, es que se me hace muy cuesta arriba.
Existen una serie de condenadas historias personales, tremendamente reales, en stories.unhcr.org.
que no sé si aconsejaros que las veais. Tengo mis dudas. Por un lado no me
asiste ningún derecho a remover la conciencia de nadie, y por otra parte me
pide el cuerpo cosa mala hacerlo, así que cada cual haga lo que le plazca.
Es lo mismo que
yo he hecho, al fin y al cabo. Hacer uso de mi libre albedrío. Y, miren, he
optado por también convertirme en limosnero de ellos. Este artículo de esta
semana está escrito con ese único y exclusivo fin. Con toda la mala leche del
mundo. Porque hay que tenerla mala cuando a uno se le pone mala. Y hacer lo que
pueda, incluso jodiendo la apacible y bendita conciencia del personal ajeno a
uno… Así que aquí me tenéis y en esas mismas estamos. Yo estoy dispuesto a
pasarte la cesta de misa dándote con ella en las narices… ¿Estás dispuesto tú a
responder?... posanda, dímelo…
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