¿CON QUÉ DERECHO..?
Me contaba un
amigo, más joven que yo, que su padre lo tuvo amasando y repartiendo pan y
estudiando, hasta que se pudo sacar unas oposiciones y echar a volar. Pues sí,
claro… A mí, el mío me tuvo vendiendo periódicos, pero no me pudo dar por sí
solo alas para echar a volar por mí mismo. Y gracias. Desde la perspectiva de
hoy, eso parecen historias para no dormir, pero así eran las cosas. Un familiar
me decía que a su hija, ya casada, le costaba creer que en el pasado más
reciente de este país, existían las cartillas de racionamiento, y enormes colas
para abastecerse de lo más básico. Pero aún forma parte de la realidad de
muchos en muchos sitios, al igual que formó parte de nuestra memoria histórica…
e incluso genética. Lo que pasa es que no hemos sabido, o no hemos querido,
transmitirlo a nuestros descendientes. Y eso es un tremendo error que puede
pasar factura en el futuro.
De hecho, sobre lo que yo
conversaba con mi amigo, he conocido, al menos, tres niveles. Aquel en que no
podíamos elegir, si no agradecer, lo que había y teníamos. Otro en el que, al
menos, pudimos hacer de nuestros hijos lo que ellos eligieron ser, y creo y
confío que así lo reconozcan. Y el actual, en que nuestros hijos se ven en la
obligación de dar a los suyos lo que los suyos solo lo reconocen como un
derecho. Expongo esto en términos generales, claro, que no es mi intención que
nadie se sienta señalado ni ofendido, si no que se vea reconocido. Reconocido
en esto que hoy escribo aquí…
Por supuesto, ya sé, y lo
admito, que hoy los jóvenes lo tienen bastante más difícil que antes para
hacerse con un futuro. Lo de digno o no, en comparación, es muy subjetivo. Como
tampoco se puede negar que en el inmediato pasado las exigencias en materia
laboral eran infinitamente menores a las que hoy se aferra cualquiera que tiene
la inmensa y nunca agradecida suerte de poder estudiar… Y es posible, puede
ser, que la clave esté en eso, precisamente. En el cambio de paradigma, o de
pensamiento, o de creencia, de agarrarse a cualquier, y subrayo lo de
cualquier, oportunidad que se presente, a creerse que uno tiene derecho a “su”
oportunidad. Porque eso es tan irreal como falso. Pero si las nuevas
generaciones lo piensan así, porque así les conviene creerlo, será porque no
hemos sabido transmitirles los valores correctos.
Se me dirá, y es verdad, que
precisamente hoy, hay muchas personas, jóvenes titulados sobretodo, cosidos a
una bandeja, a un mostrador, a un camión de reparto… y que están haciendo de
tripas corazón, y aprovechando lo que hay. Y es rigurosamente cierto. Pero esa
gente ha tenido que sufrir una dolorosa transformación interior, se han
inducido a sí mismos una metamorfosis traumática, han tenido que admitir con su
personal angustia un principio que nunca, jamás, tenía que haber sido olvidado:
que no existen derechos, solo existen oportunidades, mejores o peores, pero
solo oportunidades, no derechos. Y que esas pocas o muchas oportunidades han de
ganarse, no exigirse. Esas personas han tenido que descubrir la verdad entre la
falsedad que se les ha transmitido. Porque, aún y así, existen legiones de
críos, jovenzuelos, muchachos y muchachas, que se les está enseñando una
cultura equivocada en la que se creen acreedores a todo y pagadores de nada…que
la vida les debe a ellos lo que en realidad ellos aún le deben a la vida.
Es perfectamente lógico y normal
que nuestras carencias no las volcásemos en nuestros hijos, pero la historia de
esas carencias sí que estábamos obligados a transmitírselas, y hablarles de
abuelos que tenían la comida racionada, padres que de niños tuvieron que amasar
pan, o repartir periódicos, o cosas mucho peores, para arañar unos céntimos a
la vida… Incluso hoy es peor, muchísimo peor, que tengamos en nuestras
fronteras hacinados a niños, mujeres, ancianos, que ni esas escasas
oportunidades tienen…
Dar sin exigir es despojar de su
valor a las cosas, y educar sin valorar es despojar nuestro propio patrimonio.
Y eso mismo, justo eso, es lo que se ha hecho, o mejor dicho, lo que no se ha
hecho…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h.
http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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