EDUCAR O VIOLENTAR ??
El otro día leí algo en un periódico, que me dejó
atónito. Parece ser que en EE.UU., en un condado de Virginia, fueron retirados
de los planes de estudios de sus escuelas los libros de Huckleberry Finn, de
Mark Twain, y el de Harper Lee, Matar a un Ruiseñor… La causa, un pleito
judicial interpuesto por una madre que se quejaba de que su hijo adolescente se
perturbó por las palabras ofensivas e insultos raciales que se vierten en las
páginas de ambas obras. No precisa la noticia si el chaval necesitó de
asistencia psicológica por el shock traumático. Sorprende que estas estupideces
ocurran en un país, cuna del KKK, y donde esos mismos adolescentes se entrenan
en el manejo de las armas desde bien tierna edad, y con las que luego cometen
desquiciadas carnicerías en sus cada vez más desquiciadas escuelas… Digo más,
es hilarante que se retiren textos como los citados por herir dudosas
hipersensibilidades, y, por otro lado, permitan vomitar lo que vomita su
Trumpresidente, que las hiere todas, y no le interpongan una demanda que lo
retire del estado.
Pero lo que a mí
me preocupa es que estas sobreprotecciones imbéciles se empiecen a dar aquí
también. Sabido es que España es el imitadero americano, en sus modos, sus
fiestas, su gramática, todo… Aquí se ponen más nombres ingleses a las cosas que
españoles. Luego, nos quejamos con hipócrita amargura de que el verrugo de
Trump haya suprimido de un plumazo la web institucional en castellano. O somos
falsos, o somos tontos. Porque el colonialismo lingüístico que nosotros nos
hacemos a nosotros mismos es mucho, muchísimo, peor. Incongruencias propias de
nuestra creciente incultura, naturalmente…
Por eso no me
extrañaría que esa misma ignorancia emulativa nos llevara a que cualquier
capullo o capulla quite a Platero y Yo de los centros escolares (si es que aún
está, claro) porque su nene es hipersensible a su lectura, mire usted, que
sufre mucho y se emociona con lo del burrito, porque él, ¿sabe?, quiere mucho a
los animales y eso… Y es que un servidor no cree en esas mortadelas. Yo creo
más en la educación que en la hiperprotección, que, por cierto, son conceptos
contrarios y antagónicos en sí mismos. Y es que yo me formé – quizá me deformé,
según esta gente – leyendo en mi niñez y primera juventud libricos de Emilio
Salgary, Jack London, Julio Verne… incluso más adelante El Idiota o los
Hermanos Karamazov, de Dostoiesky, Éxodo, de León Uris, casi todo lo de Allan
Poe, los Cuentos Bestiales de Horacio Quiroga, Los Niños Terribles, de Cocteau…
Y, claro, los tebeos del Capitán Trueno, El Guerrero Enmascarado, El Jabato, Roberto
Alcázar y Pedrín… Y, que yo sepa al menos, ni nadie me lo ha notado, no he salido
ni taradito, ni psicópata.
Sin embargo, lo
que sí es cierto, es que las generaciones jóvenes de hoy en día, más hijas de
ese “proteccionismo cultural” que nosotros (si bien yo lo creo más un
abandonismo cultural) y criados en la abrigada concha de una privilegiada clase
media, desconocedores absolutos de las carencias de una postguerra, los frutos
que se están dejando caer es el acoso escolar, las amenazas en las redes, la
violencia en las áulas, el pandillismo en las calles, la radicalidad en las
ideologías, sean éstas izquierdas o derechas, la imposición y prepotencia en
sus manifestaciones, la pésima educación en las instituciones…el odio de
colmillo que destilan.
Dos modelos
distintos, y dos puntos diferentes. Y dos posturas opuestas en una misma
sociedad: la de proteger tanto a nuestros hijos del mundo, que los hacemos
enemigos de ese mismo mundo. Las consecuencias son las que son. Y es que hemos
dejado de prepararlos para el mundo, como antes se decía, y se hacía, para
empezar a prepararlos contra todo y contra todos, incluso contra sí mismos, que
es lo que ahora parece que se hace… Pues que nos aproveche, majetes.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h.
http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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