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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

martes, 26 de julio de 2016

GACETEROS

                Un vecino seguidor, siempre cargado de buenas intenciones hacia mí, el pobre, pero que no dá una, me para por la calle, como siempre, para hablar conmigo unos minutos… En esta ocasión, el buen hombre me trata de periodista. Yo le agradezco el título, pero le pido que me apee del tratamiento, pues no soy periodista… que, si acaso, soy columnista, y tampoco estoy yo muy seguro de ello, dadas las circunstancias. Me doy cuenta que, cada vez que esta persona trata de agradarme (una vez me dijo que si habían puesto una calle a mi nombre, otra que si me había nombrado juez de paz honorario (¿?)., siempre mi contestación lo deja confundido, y descolocado por los bulos… Así que asumo la tarea de explicarle la diferencia, con sumo cuidado y con mucho gusto. Creo que se lo merece. 


                Y le digo lo que pienso, lo que siento, más quizá que lo que es en realidad. Y le suelto que a un columnista se le llama así por la composición de sus textos en el periódico (encolumnados), pero que eso no lo define en absoluto. Que se ajusta más el nombre de articulista, de opinionista, o de opinionero, y no porque, en este caso, así se llame la cabecera del periódico que me acoge cada semana, no… si no porque un columnista lo que hace es dar su visión de las cosas, su opinión, su manera de entender, su forma de transmitir… El periodista, que para mí también es un nombre mal puesto, porque encaja más con el que vende periódicos, es el gacetillero, el reportero, el noticiero. El periodista es el cronista, el columnista el comentarista  El primero es un informador, el segundo un formador.

                El personaje parece satisfecho con mi explicación. Misión cumplida, entonces. Sin embargo, yo mismo no parezco como muy conforme con ella… ¿Realmente los columnistas formamos a alguien?.. ¿somos, en verdad, formadores, o forjadores, de opinión?.. En teoría, así debiera ser, pero en la práctica ignoro si es así. Yo tengo una relación deformada con los periódicos, por ejemplo… Las noticias las paso a vuelapluma, pues muchas ya he oído la noticia desarrollada en los telediarios e informativos, y, salvo que desee ampliar o completar alguna información, me capuzo directamente en los columnistas de opinión, y buceo en sus análisis, y nado entre sus aguas, y los contrasto antes de someterlos al inapelable juicio personal. Los analistas, o articulistas, o columnistas, vienen a ser como las distintas perspectivas que matizan, enriquecen, iluminan y completan la visión de las cosas. Son puntos de vista diferentes que enfocan desde diversas y variadas posiciones un mismo escenario. Y eso, lo queramos o no, siempre resulta tremendamente enriquecedor.

                Hasta hace medio siglo aproximadamente, las famosas tertulias se montaban casi siempre alrededor de un buen artículo de fondo. El café, el casinillo o la rebotica podían ser, invariablemente, los templos donde se oficiaba, al igual que los oficiantes eran más o menos familiares, y los escuchantes más o menos habituales y variados. Pero el oficio del misterio, el tema iniciático, solía provenir de las páginas de opinión de algún diario. Era comentado, discutido, atacado, defendido, cincelado y/o enriquecido hasta extraer el alma máter de su mensaje o de su enseñanza. Era un mecanismo ilustrado y participado de obtención de conocimiento.


                Hoy son otros días, otros tiempos, otra época, donde el plasma y la lectura precocinada disponen y predisponen los paladares de los lectores de periódicos. Solo hay que echar un vistazo a las cabeceras más leídas y a las tendencias del público. El personal está muchas veces más informado, pero mucho peor formado. Y eso no es información, si no desinformación, pues se está más informado, pero peor informado también. Se tiende al consumo fácil y a la molestia mínima, y a la máquina de pensar se les ha anquilosado las velocidades largas… Un amigo y compañero, me decía que los columnistas tenemos mucha base pero cada vez menos capital, y que un día no habrá ya ningún techo que soportar, ni bajo el que cobijarnos, y entonces, nos convertiremos en ilustres ruinas… Pues que cada cual opine, si es que aún le queda la facultad de opinar.

martes, 19 de julio de 2016

ENERGÍAS

Hace algún tiempo, cuando escribí mi artículo sobre LA FÉ, que trataba sobre la autocuración a su través, y sobre el fenómeno placebo, y sobre lo saludable de la meditación, y todo eso… recibí cantidad de e.mails y comunicados de lectores y seguidores que describían el diverso mundo de sus experiencias personales. Desde dirigirse a lo más interior de uno mismo, a lo más exterior (el universo), pasando por la mediación de algún santo o vírgen especializados en según qué tipo de sanación, la mayoría – salvo algún negado como yo – me relataba su mayor o menor grado de alivio, o incluso, total desaparición, de molestias o enfermedades. Nadie habla de milagros, pero sí de bienestar, de paz interior, o hasta de ciertas experiencias más o menos místicas, que eran posibles, según tales testimonios
 
                Por supuesto que sí. Jamás diré yo lo contrario. Es perfectamente explicable desde la física más pragmática. Vivimos inmersos en campos de energía. De hecho, todo es pura energía en su más variada expresión, gradación, condensación y vibración. Incluso nosotros mismos somos y estamos hechos de energía. Formados de esa misma energía, condensada, como la leche, y producimos, mejor o peor, bien o mal entonados, nuestra propia energía, más o menos viciada. Toda enfermedad, molestia o desazón aparece cuando se produce un desequilibrio vibracional en esos campos energéticos. Y, al contrario, la curación, el alivio, la paz o el bienestar, vuelven cuando los niveles de energía se equilibran de nuevo. Es la diferencia entre un estado armónico y un estado inarmónico. Si es físico, aparecen desarmonías físicas, si es mental, deesarmonías espirituales, que igual luego también redundan en lo físico. De ahí las llamadas enfermedades psicosomáticas.

                Todo se reduce a saber y/o aprender a equilibrar y armonizar nuestras propias ondas energéticas. Nada más que eso… y nada menos, también. Y aquí es, precisamente, donde reside todo el quid de la cuestión. O lo equilibra uno por sí mismo, a través de la mente, con técnicas meditativas como yoga, zen, etc., aún apoyándonos en los rudimentos de la fé en algo externo (efecto placebo), o nos ayudamos con la química: uso de drogas, medicamentos, farmacopea natural o artificial, etc… O nos buscamos un aliado “mecánico”, inócuo para el organismo, al no ser invadido por productos químicos.

                Hace casi medio siglo, recordarán, apareció el famoso Megabrain, conocido popularmente como “el casco de Dios”, que obraba maravillas psicodélicas. Hoy ya existen mucho más sofisticados y mucho menos aparatosos, más manejables, económicos y asequibles. Funcionan en multi-onda theta, alpha y beta, y se utilizan para corregir trastornos de sueño, de aprendizaje, inducir a la meditación, estimulación, creatividad, motivación, y variedad de usos terapéuticos y experimentales. La investigación derivada de ello ha puesto en el mercado doméstico pequeños aparatos como el Armonizador Exalar, para lograr entornos saludables, o como el Electropulsátor, para el alivio de los dolores articulares y musculares, sin necesidad alguna de pastillas ni medicamentos, así como un sinfín de aplicaciones añadidas.

                Me dirán que parece que estoy muy puesto e impuesto en la materia… Bueno, es que hay truco. Soy amigo del distribuidor para Europa de algunos de estos milagros domésticos, y, claro, en conocimientos juego con alguna ventajilla. Así que lo comparto con ustedes… Es más, si están interesados en alguno de ellos, o desean algún tipo de información adicional, aprovéchense, es posible que pueda ayudarles a hacerse con alguno de esos fantásticos chismes.


                Alguien dijo que el milagro de ayer es la técnica de hoy, y no deja de ser muy cierto. Todo, absolutamente todo, reside en la mente humana, pero ésta es evasiva por naturaleza. Menos mal que en ella también reside el poder de buscar – yo no lo llamo inventar – y encontrar, descubrir caminos, atajos y sucedáneos mediante la ciencia, la técnica, la física, la investigación… No hemos llegado aún a que la montaña se quite de en medio con nuestra sola palabra, como JC nos informó en su día, pero eso sí, hemos descubierto la retroexcavadora con que dominarla…  

jueves, 14 de julio de 2016

EL FUTBOLÍN

                Que España se ha empobrecido, es algo que no admite discusión alguna. Sin embargo, lo malo no es empobrecerse. Lo malo es que una gran parte se empobrezca para que una pequeña parte se enriquezca. Y lo peor de lo malo es que una crisis económica, como la que aún padecemos, se gestione a cargo de los mayores estándares de desigualdad de toda Europa, para que los ricos sean más ricos a costa de que los pobres aún sean más pobres, si cabe, y tanto en calidad de pobreza como en cantidad de pobres. Eso es lo que ha hecho el ejecutivo que tanto se ufana y vanagloria de haber logrado semejante hazaña: que la poca – o mucha y escondida – riqueza que hay, se reparta con una regla que mide con sangrantes diferencias. Donde se dictan amnistías fiscales para potentados y evasores, y se castiga inmisericordemente a los más débiles y desfavorecidos. 


                Hoy es cuando más circula la balsámica máxima de que no es más rico el que más tiene, si no el que menos necesita, pues, aún siendo verdad, igual puede servir de filosófico consuelo. Pero, por el mismo principio, también es posible asegurar que no es más pobre el que menos tiene, si no el que menos debe, pues ya se encarga el sistema de que los ciudadanos vayamos ligeros de vientre y de bolsillo, bien recortando las prestaciones que, en justicia, debiera prestar, bien subiendo impuestos que, en la misma justicia, debiera recortar, bien fomentando un consumo que, por sacabarrigas, hedonismo, o pura necesidad, se consiga el fin que se busca: que los dineros no duerman anchos en el bolsillo del pobre, si no apretados en el bolsillo del rico. O para que el capital resida en la ribera opulenta del Mississipi y no en la de los esclavos que lo sudan. El dato que prueba lo que aseguro es que el último año España adelgazó un 20% más su ya muy mermada clase media.

                Y es verdad que el que nada necesita todo lo tiene, pero eso, ya digo, siempre que no deba lo poco que tiene, o hasta lo que no tiene. Cuando mi hermano y yo éramos niños, que repartíamos periódicos sobre sandalias de goma, nada queríamos que no tuviésemos. Las sandalias eran nuestras, y los periódicos y las calles nos procuraban unos céntimos de propinas con que poder jugar al futbolín. Lo demás, sabíamos por educación que no nos era posible poseerlo, que la sociedad aquella nos marcaba nuestra posición en el tablero, nuestra casilla en el escaque… Tenéis lo que tenéis, pero no lo debéis. Es vuestro. El resto lo tiene quien puede (quizá quien debe) tenerlo. Y no es vuestro. Así que conformaos y sed felices, pues si alguna vez podéis, con el fruto de vuestro trabajo, compraros el futbolín, será porque lo merecéis, y entonces podréis hasta cobrar para que jueguen otros más pobres que vosotros. Esas eran las reglas. Ese era el mensaje…

                Hoy, el mensaje es más complicado. Son dos. Hay uno público, y otro oculto. El público es que compres lo que quieras, cuando quieras y como quieras, que nosotros te damos el crédito. Vivirás con la ilusión de que lo tuyo es tuyo, como antes, solo que no es verdad, porque lo que crees que has comprado fiado más lo que creías que era tuyo, en realidad será todo nuestro. Tú lo usarás como tuyo hasta que nosotros lo reclamemos, que será cuando toque recoger la pesca en las redes que previamente echamos al agua en su día en el mar de los peces. El oculto es que, si eludes la red, o crees tener el futbolín amortizado, entonces las monedas tampoco serán tuyas, porque serán del recaudador, del estado, de una administración que, como en un monopolio, te procurará sostén y servicios, aún a cambio de tu propia inseguridad. Y entonces, te lo reclamaremos… Porque tú solo eres el muñeco de nuestro futbolín.


                Ha pasado más de medio siglo, y hemos cambiado una miserable realidad por un dorado espejismo. El cambio fue gradual, halagüeño, y casi que hipnótico. Ni punto de comparación, me dicen los que aún viven dentro del sueño… Possssí, pero no por eso deja de ser un espejismo.. Mañana te recortarán aún más el poco pienso que aún te echan en el pesebre, te aumentarán el tributaje, y te darás cuenta de que lo que se repartía entre muchos ha quedado en la bolsa de unos pocos. Demasiada faltriquera para tan ya poco bolsillo con que jugar al futbolín… Futbolín que sigue sin ser nuestro, claro...

viernes, 8 de julio de 2016

SANIDAD y CERRILIDAD

Aquí, cuando se habla de la calidad de los servicios sanitarios públicos, no es tanto por los profesionales de los servicios médicos que los atienden, que se dá por sentado y demostrado, como por los políticos que los administran, que suelen ser tan dudosos como contradictorios, cuando no penosos. De hecho, la mayor parte de las veces, y por desgracia para todos, la pésima actuación de los segundos dificulta considerablemente la loable actividad de los primeros, resta viabilidad a su buen servicio, perjudica a los auténticos pacientes, y lo que es peor, provoca un injusto rechazo y queja de los usuarios hacia los que menos culpa tienen, y que son tan víctimas del mal hacer político como los propios dolientes.


                Este caso es tan denigrante como verídico, y tan vergonzoso como real. Ocurrió no hace tanto en el Hospital Los Arcos, pero es un hecho común que se repite de contínuo en todos los servicios de urgencias de la sanidad pública de este país. Es un ejemplo típico, y ya por desgracia tópico, del chapucero y lamentable tratamiento de determinados casos, y de una praxis viciada por la aplicación de un protocolo torcido… En un determinado lugar, de madrugada, la policía es requerida porque dos gamberras inglesas están armando escándalo y alterando el órden público. Los agentes se personan, verifican el estado de embriaguez y jeringuillez de las niñatas, las retiran del sitio, y, en vez de llevarlas a dormir la mona en una suite del cuartelillo, depositan tan virtuosa mercancía en… el servicio de urgencias médicas del centro hospitalario público más a mano.

                Las gurripatas british, de alcohol y esnife hasta la cencerreta, se dedicaron a molestar al personal sanitario de guardia, a insultarlo y a mofarse en su cara mientras eran atendidas, a dificultar, estorbar y escandalizar (cartel de Silencio, Hospital, jó, qué risa), e incluso a hacerse selfies descaradamente, obstaculizando e incidiendo negativamente en la labor de todo el centro. Mientras tanto, los profesionales, tenían que soportar el descaro y la desfachatez de esta gentuza, a la vez que tragarse la injusticia y el escarnio flagrante, aparte el agravio comparativo hacia los otros pacientes que se encontraban realmente mal y necesitaban de atención y cuidados… “Es el protocolo”, se les contestaba si protestaban por tan sangrante despropósito… Sí, es el protocolo establecido, pero es un protocolo pensado con el culo, y establecido con un desprecio absoluto hacia sus profesionales sanitarios y hacia sus enfermos reales. Por no hablar de la mayor irresponsabilidad puesta e impuesta por la manifiesta ineptitud de los que deben ordenar y administrar tan importante servicio. Que se derrochen en semejantes atenciones los medios que, por otro lado, faltan, escasean, y se necesitan para ejercer con la mínima dignidad atenciones más importantes y necesarias, es de una ligereza y mediocridad apabullantes.

                Yo, al menos, critico abiertamente que se empleen fondos públicos para atender actos de total y absoluta responsabilidad personal, como es la borrachera, o la “drogaera”, en propios o ajenos, me da igual… Y me jode mucho tener que sufrir copago farmacéutico en mis medicinas de crónico para que, luego, de mis impuestos, se paguen estas asistencias a descerebrados. No estoy de acuerdo para nada. Es un abuso integral e injusto que, del bolsillo de los contribuyentes, se financien las consecuencias etílicas de los botellones, por otro desgraciado ejemplo, o de cualquier desaforado fiestorro…

                Y no digo que no se les atiendan, ojo. Lo que digo es que se les pase la factura, a ellos o a sus papas, si son menores de edad y mentales, aparte la multa que corresponda. Por las buenas o por las malas, con todas las consecuencias legales aparejadas a su impago… Habría muchos menos abusos, seguro. Y menos turismoalcohólico, también. A lo peor es por eso esta desidia y dejación: para cuidar y mimar la “excelencia” y “calidad” del turismo que nos viene, por parte de nuestros administradores.


                Cuando los responsables políticos de este país entiendan que turismo, fiesta, órden y sanidad son compartimentos estancos, aunque formen parte de una misma realidad, y cada uno ha de mantener su propia dignidad, los ciudadanos empezaremos a no sentir vergüenza de ellos… A ver si alguien más importante que este humilde servidor les hiciese llegar este recadico… Por favor.-

lunes, 4 de julio de 2016

CUESTIÓN DE PERRAS

-         Mire usted… si pasa penurias económicas es porque usted quiere. Yo lo estoy garantizando su tranquilidad, pero se niega… debería hacérselo mirar… Es la última frase lapidaria con que me despide un “regalador de dinero”, así los llamo yo, tras quince minutos de loable esfuerzo por su parte al querer salvarme de mi crónica escasez pecuniaria. O por salvarme de mí mismo, tal es la sensación que me queda en mi maltrecho ánimo. En internet llueven las ofertas de conseguir dinero fácil y rápido con pequeñas inversiones. Ya van por pequeñísimas. O te llaman por teléfono para demostrarte que eres un suicida que no quiere salvarse. Que no tienes remedio, y que eres un irremediable tontolnabo…


-         Le garantizamos las cinco primeras operaciones con una ganancia superior a la normal, y las siguientes, en todas, siempre, siempre, ganará usted, y tan solo que en apenas unos pocos días… Es que no me fío, replicas casi en off, algo así como dándote vergüenza… - Escuche, somos una agencia legal, seria, formal, estamos controlados por la Comisión Nacional de Valores, y se lo demostramos documentalmente o como usted quiera que se lo demostremos… Ya, pero es que, todo lo que no sea percibir un pequeño estipendio a cambio de realizar un servicio, un trabajo, yo como que no lo veo… estoy escarmentado, ¿sabe?. Esto de levantar dinero con dinero, me escama mucho. Si tan garantizado está, como usted dice, adelánteme lo que me corresponda del milagro por cien euros, y luego se los doy, más una propineja por las molestias… Pero no, nada, sigue insistiendo en hacerme rico y hacerme ver lo tontolhaba que soy por no querer verlo así.

Pero lo cierto es que soy un jodido perro escaldado. He trabajado toda mi vida como un cenutrio, exponiendo siempre mi escaso patrimonio, para, al final, con el fin de salvar los muebles de la crisis y de mi riesgo, hacer efectiva una miserable cuenta de pensiones que junté a base de sacrificios, y entre banca y hacienda dejarme casi encueros vivos. Y así todo. Las promesas de los financieros y del estado se convierten en papel mojado, y mi experiencia personal ha sido mucho más desastrosa que beneficiosa. Me moriré pagando lo que otros han estado llevándose… No, gracias, mis apreturas son mías, ya es lo único que en realidad me queda verdaderamente mío…

Y lo peor es que, según esta gente que vende salvavidas, mejor, que los regala, me lo merezco por no aprovechar lo que me ofrece. Pero no puedo sustraerme a mi propia perspectiva. Al principio eran esas cajas casi locales, casi montepíos, que guardaban tus ahorros en tu libretica, y que los cuidaban cuidándote… Después de hacerse con su control los políticos, que las saquearon, lo que quedó de ellas se lo zamparon los bancos, que también se fusionaron con otros, y tu cartillica se la fundieron en el trasiego, convirtiéndose en inversiones y fondos especulativos. Ahora hasta esa banca está siendo dirigida y digerida por financieras sin principios ni escrúpulos… Todos ellos trabajaron con tu dinero, prestándote tu propio dinero, para, al fin, quedarse con tu dinero…

…Y hoy viene este hombre a decirme que soy un perfecto gilipollas si no les dejo un par de miserables cientos de euros para, en un par de semanas, devolvérmelos multiplicados como los panes y los peces. Y, a lo peor, es que lo soy, porque sé de gentes, o eso cuentan al menos, que están ganándose una pasta gansa con esta práctica… Así que, o soy muy listo, o tienen razón y lo que soy es muy tonto. Pero no llego a entender que necesiten la mierda de las sobras, o de las faltas, de una mierda de jubilado, para seguir especulando con sus miserables cuatro perras… No, no lo comprendo.

Pero, lo realmente incomprensible de este fenómeno es el silencio de la administración. El silencio de los corderos. Se echa en falta una información eficaz a la ciudadanía que está siendo objeto y diana de esta ofensiva captachavos. Sus ventajas y sus riesgos, si es que los hay… Si existen sospechas fundadas de ser un negocio piramidal. Si es legal, o no. Si es una minibolsa encubierta o es el invento del siglo… Lo cierto es que los gobiernos deberían estar también para esto. Pienso que si sus ciudadanos solucionan sus problemas económicos tan fácilmente, ellos solucionarían mejor los suyos fiscales, ¿no?.. Pero están callados como adoquines. Como lo que realmente son. No dicen nada. Ni informan de nada. Ni aconsejan, ni advierten, ni opinan… Nada. Muy sospechoso todo esto, ¿verdad que sí..?.