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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

lunes, 27 de noviembre de 2017

https://www.youtube.com/watch?v=mhijkSdcXa8

EL AGUA Y LA TIERRA


La única realidad como la copa de un pino es que no tenemos agua. Ni para beber. Los alcaldes se reúnen para ver qué pueden hacer con unas reservas hídricas que están a punto de agotarse. Y esta región, comparada con otras, aún tiene la enorme – aún costosa – ventaja de que es costera, y por desalación puede obtenerla del mar. Pero ya no es cuestión solo de la “pertinaz sequía” que decía aquel hacedor de pantanos. Aparte de un clima que va a peor en tal punto, y que apunta desgraciadamente a la liquidación del ya amortizado trasvase, es que la política hídrica de este estado es nefasta, funciona a bandazos, no según los intereses generales de un país, si no conforme a los intereses políticos de cada región. Eso, por un lado. Y por otro, una secular autosuficiencia por parte de los profesionales de uno de los sectores básicos de la región como es la agricultura, en no admitir que hay que abordar nuevas técnicas productivas. Desgraciadamente, nuestras dos únicos polos de vida: agrícola y turismo, necesitan el agua como base de su propio desarrollo y mantenimiento.

            Nuestros agricultores solicitan, por ejemplo, la apertura de 250 pozos de sequía, y el Ministerio, en un alarde, les avanza la de tres pozos que aportarán 14 m3, cuando el problema es de cientos de m3, ya que no es lícito hablar de miles, dada la escasez. Pero es que, tenemos en Torrevieja la desaladora más grande de España, con capacidad para 120 m3 anuales, y apenas llega a los 40 m3 de producción. Al igual que tenemos un par de plantas más, Águilas y Valdelentisco, con un rendimiento muy por debajo de sus posibilidades. Se puede aducir que el costo de la desalación encarece (de momento) la producción agrícola, y amenaza dispararla a precios incompetitivos, y es verdad, pero habría que recordar a la ministra Tejerina, que a lo mejor no lo sabe aunque su obligación sea saberlo, unos números muy simples y enormemente elementales: que con solo el 3% de agua de todo el país, esta región sobrepasa el 20% de las exportaciones de frutas y hortalizas de toda España. Eso son cifras. Que le pregunte a su “compa” el de economía. Existe además una Sentencia del Tribunal Constitucional que establece que “el agua es de todos los españoles, y ninguna comunidad puede apropiarse de la que pasa por su territorio”, y fue sobre una Ley de Aguas de Aragón un tanto inconstitucional, por cierto. Fallo que el gobierno incumple sistemáticamente, también por cierto…

            Pero, como decía, está también lo otro. Ya no se puede uno dormir en los laureles del riego por goteo. Aún hay que ahorras más agua, si es que se puede. Y poderse, se puede. Se llama Hidroponia, y será, más tarde o más temprano, la respuesta a la falta de agua, a los encarecimientos progresivos de la explotación, a la incidencia de las plagas, el agotamiento del suelo, a los nuevos países competidores que surgen… La hidroponía ya se hacía en el antíguo imperio romano, si bien siempre se ha mirado como un recurso de baja intensidad, cuyos costos hacían inviable la explotación intensiva. Pero existen las posibilidades de que sea distinto. En la actualidad se dispone de la tecnología necesaria para desarrollar esas técnicas en grandes invernaderos. Y es una técnica que puede llegar a un ahorro de agua de hasta el 80%, por un sistema de reciclado de la misma. Ocupa menos suelo sin merma de rendimiento; igual producción con un 70% menos de espacio. Ahorra un 25% de tiempo empleado, según el ciclo convencional. Puede llegar a ahorrar hasta un 90% del uso de abonos (industria a la que esto, por cierto, no le interesa) pero preserva el suelo cultivable sin degradarlo. Al ser un medio más tratable y controlable hay una menor incidencia de plagas uy enfermedades, y, por lo tanto, un mayor valor ecológico en el acabado final del producto,  entre otras ventajas.

            Se me dirá… y, si eso existe, ¿dónde, cómo, quién…?. Aquí hubo (aún anda por aquí) un especialista experto en estas técnicas, que una determinada Fundación empleó en desarrollar un modelo prototípico en Torre-Pacheco, y que se tuvo que abandonar por la torpeza de siempre y la falta de apoyo e interés. Se hizo para que fuese una especie de Centro de Investigación y Desarrollo en la materia, un punto de referencia en formación, información y asesoramiento para los agricultores, pero el desinterés, la desidia y la habitual yoyalosétodo que nos caracteriza provocó que aquello se perdiera. Una pena. Una verdadero y auténtica lástima… Pero las soluciones existen, y quien las busca las encuentra. Tenemos la tierra, tenemos el clima, pero no tenemos el agua… Pues tengamos, al menos, imaginación, ¿O no?..


MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

lunes, 20 de noviembre de 2017

LO QUE SEA, SERÁ...


Al norte de San Diego, en EE.UU., está plantado el Instituto Salk. Quizá que no le diga nada el nombre de esta institución, pero es el centro de estudios biológicos más prestigioso e importante del mundo. Y allí, en el Laboratorio de Expresión Genética, ejerce su cátedra desde 1.993 un español muy cercano a nosotros, pues es nacido en Hellín, pegadico a la región de Murcia, y su nombre aparece de vez en cuando en los medios de comunicación, la última vez, recientemente, en Agosto, que es cuando leí aquesto que escribo hoy – permítanme el juego de palabras y palabros y sus nombres – y se llama Juan Carlos Izpusúa.

            Y se asomó a los medios haciendo público uno de los avances científicos más importantes del siglo. Que un equipo de investigadores ha logrado corregir copias de genes erróneos en embriones humanos. En Román paladino, algo que puede evitar el desarrollo de enfermedades hereditarias (eso significa “genes erróneos” en el argot científico) en esos mismos seres humanos. Y lo dice con pleno conocimiento de causa, ya que él mismo forma parte de ese proyecto. Y lo explica. La vida en nuestro planeta está formada por la combinación de solo cuatro letras, A, C, G, T, si bien una sola célula humana tiene 3.200 millones de esas letricas. Una variación (error) mínima, en el “alfabeto” de una célula es lo que da lugar a enfermedades congénitas, o genéticas… “Lo que hemos hecho – dice – es corregir un error de cuatro letras mal escritas en una célula, y con ello eliminamos una dolencia hereditaria que puede llevar a la muerte de ese ser humano”.

            Acojonante, doña Violante… Y nuestro gobierno, atacando la carrera de letras en los planes de estudio, y despojándola de sus principales valores, cuando en vez de ciencias o letras deben de ser ambas dos, chaval… El de Albacete asegura que, a medio/largo plazo, las enfermedades de transmisión hereditaria podrían llegar a ser erradicadas del mapa genético de las personas. Ni más, ni menos. Y lo dice así, sin despeinarse. Falta el seguir desarrollando este descubrimiento hasta poder trasladarlo a la clínica cotidiana de los pacientes.

            ¿Se lo imaginan?. Yo, sí. Un servidor, de no haber nacido tan pronto, leches, no padecería una serie de puñeteras dolencias que me han jodido durante toda mi vida, alguna de las cuales, encima, las he transmitido a mis pobres hijos, que se acordarán de su padre cada vez que, a un mal suponer, tengan un cólico nefrítico. Pero si mis nietos, a un buen suponer, pueden hacer que mis bisnietos no saquen ninguna puñetera tara de este aquejado antepasado, pues, óigan, que lo daré por muy bien servido… Todo sea por la descendencia, por lejana que me quede. Lo único que me joroba es estar sufriendo malengües que ya sé que tienen una solución que a mí no me va a llegar. Esto es como sufrir dolor de muelas y estar todos los dentistas de vacaciones.

            Sin embargo, hay personas fanáticreyentes por ahí, que desean implantar prohibiciones falsamente éticas en las investigaciones genéticas. Perversos y tenebrosos fundamentalistas del dolor humano. Prefieren que muera gente, antes de un posible, y recalco lo de posible, mal uso de tales avances. Es como condenar por anticipado a los millones de vidas que ha salvado el láser, porque antes desarrollaran la bomba atómica. No se fabriquen martillos, pues con él se puede matar a alguien. Todo es cuestión de cultura, educación y conciencia, pero no de oscurantismo, no sé si me explico… es un atraso como lo de las transfusiones de sangre, por parte de algunos otros iguales.

            No obstante, y a pesar de ello, tanto mi personal opinión como la de esos salva-almas, resultan absolutamente irrelevantes. La historia de la humanidad, si enseña algo, es que, con el transcurrir del tiempo, nuestros baremos éticos y morales, sean bajo dogma o no, mutan, y cambian, igual que lo hace nuestro ADN, a pesar de los siniestros frenos. Hay muchas cosas que ayer eran “éticamente reprobables”, e inaceptables para la moral antañona, y que hoy suponen un enorme avance para el progreso de esa misma humanidad, formando ya parte esencial de nuestras vidas. Así que lo que tenga que ser, será, a pesar nuestro y vuestro…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php


martes, 14 de noviembre de 2017

LADRAR Y LADRONEAR


Aquel trincamiento, ya casi olvidado, creo que interesadamente olvidado por cierto, de Angel Mª Villar, mandatario máximo del máximo organismo del panycirco español, solo puso de manifiesto lo que saben hasta los memos más memos de memolandia: que el fútbol está podrido. Hace más de dos años que la Fiscalía estaba siguiendo los chanchullos y metemanos de este tipo apoltronado, hasta que, ante la posibilidad de que saliera por patas con su zagalón a colocar sus asentadores – y ponederas – en un paraíso fiscal, decidió mandarle a la UCO a hacerle un registro y ponerlo a buen recaudo preventivo. La cosa era tremendamente simple y copypegada de los grandes ladrones oficiales de los máximos organismos futboleros del mundo y de país tercermundicorruptos, como es el nuestro por mal ejemplo. Y es, ni más ni menos, que establecer una red de corrupción donde, a cambio de favores, se captaban voluntades, y a cambio de voluntades, se captaba el dinero.

                En el mundo del fútbol, como digo, eso es pan comido. Está chupado. Y lo está, porque todo funciona así, a base de corruptelas, de defraudaciones y desvíos, de mierda financiera y moral. Desde el mejor pagado futbolista al más poderoso directivo, pasando por, y llegando a, los que chupan rueda en este invento. En la investigación sobre lo de Villar ha pringado hasta Murcia, ya ven la potencia futbolística… “Ha entrao el de Murcia (…) son votos compraos, apoyos compraos… decir amén por llevarse unos dineros”, es parte de una grabación pillada a un par de pillastres, perdón, dirigentes, implicados en la trama. Pero es que, al igual que se compran votos, también se compran (o se venden) partidos, y/o lo que haga falta. El que no lo ve, es, porque está ciego, o porque quiere estarlo, naturalmente…

                Pero esto, en España es normal. Y resulta natural porque la ciudadanía de este país accede, ampara, justifica, transige, defiende y participa en toda esta basura chanchullar de hecho y por lo derecho. E ir contra todo un pueblo es tremendamente difícil. Aquí, un ayuntamiento le quita la ayuda a un C.F. y la gente se tira a la calle y cuelga al alcalde por sus haches, acho… A pesar de que subvencionar a un club privado con dinero público es un delito, a parte de una inmoralidad. El sucio y turbio, y bienmanejado y manipulado, patrioterismo, no nos deja ver la honestidad ni el juego limpio… Luego, eso también, ese personal igual protestará porque su hijo no recibe las prestaciones educativas que necesita, o porque le han dado seis meses de lista de espera para operarse una hernia, pero es incapaz, absoluta y totalmente incapaz, de ver y reconocer que esos servicios públicos han sido mermados para emplear sus posibles en adormideras y en el pesebre nacional.

                El colmo lo vemos en esta comunidad, no hace mucho, cuando aparece en los medios de comunicación todo un señor presidente de toda una poderosa entidad formativa privada, que mantiene equipos deportivos punteros, pues es una manera legítima de reducir impuestos y hacerse una impagable publicidad, y amenaza a la administración con retirar tales equipos de las competiciones si no recibe subvenciones. Está pidiendo a gritos, con luz y taquígrafos, que a su empresa privada se le inyecten dineros públicos, por el solo hecho de llevar el nombre del lugar. Aun sabiendo que es un delito, aparte de una desvergüenza. Sin embargo, todo se aprecia conforme a la más absoluta normalidad. Las cosas son así, y así quedan. Que yo soy seguidor de este o aquel equipo, y me importa una leche los modos y las formas. Además, eso nos pone en el mapa, y mueve la economía (ya sabemos qué economía) y que talycual, como decía aquel mothonarable Jesús Gil…

                Y esa es la cuestión. Que, al final, el Villar y sus cuarenta ladrones, y cuanto mangante se esconde y medra en este cuento y de este cuento, en vez de ser alimentados, costeados y subvencionados por los que les gusta el fútbol, que me parecería muy bien, nos cuesta a todos de nuestros bolsillos y necesidades. Incluso de los que no somos ni creyentes, ni practicantes ni seguidores. Y eso es tremendamente injusto, qué quieren que les diga…
                 


MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

jueves, 2 de noviembre de 2017

MOGOLLÓN TOURIST


Un familiar próximo, amigo de escaparse en vacaciones con sus hijos, no a las playas, ni a las grandes urbes, si no, por el contrario, a la naturaleza, a los parques más aparentemente inaccesibles y/o retirados del mundanal trasiego, me contaba este año al volver de “los montes Pirineos que nos separan de Francia…”, que aquello parecía el asalto a la verja de la virgen del Rocío, mismamente, o marismamente… Que incluso para visitar ciertos lugares recomendados por su salvaje belleza, había colas inacabables a fin de pasar por el torno de control. Que la avalancha de personal era ya apabullante… Y no puedo dejar de recordar, con ellos de niños en un viejo Diesel Supermitafiori, que renqueaba a cada cuesta, atravesando la acojonante, solitaria y estrecha carretera pirenáica con el fondo musical de Las Walkirias a todo trapo entre las imponentes cumbres…

            Y soy consciente de que en estos casos suele producirse una dicotomía de difícil solución. Por un lado, todo el mundo tiene derecho a disfrutar del espectáculo que brinda la naturaleza por sí misma en algunos sitios privilegiados, y no va uno a aspirar la exclusividad de tal disfrute. Pero, por otro, hemos de reconocer que donde hay masificación no hay naturaleza que valga, puesto que la naturaleza deja de ser natural cuando se llena de gente. Es como aquello de los árboles, que no dejan ver el bosque, pero peor, porque el aluvión de personal no deja ver ni el bosque ni los árboles. Así pues, resulta un tanto complicado conciliar ambas cuestiones: la del derecho universal a gozar de lugares y/o parajes, urbanos o naturales, y la del derecho natural de que el patrimonio de la humanidad sea preservado de esa misma humanidad y cuidado por esa misma humanidad.

            De ahí que, últimamente, estén aflorando autorizadas voces de alarma. Praga, Venecia, Amsterdam, Palma, París, Roma, Barcelona… que están advirtiendo seriamente sobre que el turismo masivo causa más daño que beneficio a medio y largo plazo. No es solo lo que se estropea o destruye, es que, en el caso de las ciudades, afecta gravemente al hábitat y al equilibrio social, laboral y económico de sus ciudadanos, incluso en cuanto a la prestación de los servicios públicos, y de las condiciones de vida de sus propios funcionarios que han de ejercerlos y mantenerlos. En pocas palabras, es un modelo que está dejando de ser sostenible. Lo que pasa es que si ese desequilibrio, ese desajuste, empieza a producirse también en – valga la redundancia – los entornos naturales por naturaleza, el problema adquiere síntomas de pandemia. Sea como fuera, habrá que comenzar a obrar en consecuencia.

            Y si todo el mundo tiene el derecho a hacer turismo, pero el amogollonamiento de turistas perjudica el entorno tanto o más que aumenta la imposibilidad de gozarlo realmente (está claro que es directamente proporcional la masificación con la inutilidad), la cuestión está entonces en el sistema que hace que todo el mundo salga a la vez disparado a los mismos lugares en las mismas fechas. Es un problema de lógica. De sentido común. Otra cosa es conseguir encontrar los medios y la fórmula más apropiada. La actual, desde luego, es desastrosa y depredadora. Llega un “puente”, y los aborígenes se echan por millones a pegarse trompazos en las carreteras y topazos en los lugares comunes. Llegan las vacaciones, y España se ve invadida y doblada en número de habitantes durante meses. Los mismos meses, las mismas gentes, los mismos sitios…

            No soy yo el indicado para mostrar soluciones, aunque se me escurra alguna que otra. Ni soy experto, ni cobro por ello, ni me la doy de ello, ni los profesionales me dejarían hablar tampoco. Pero sí que puedo opinar. Y opino que los que se consideran tales expertos es el momento adecuado para demostrar que lo son. Los expertos están para los retos, y éste lo es, y muy gordo. Están para solucionar problemas, no para incrementarlos. Y si no reconocen lo que está pasando, entonces es que no son los expertos que dicen ser, o que solo ven la parte económica del problema, no la visión global del mismo… Así, que se pongan a trabajar en ello, ¿no?..


MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador  – los viernes a las 10,30 h. en: http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php