LO QUE SEA, SERÁ...
Al
norte de San Diego, en EE.UU., está plantado el Instituto Salk. Quizá que no le
diga nada el nombre de esta institución, pero es el centro de estudios
biológicos más prestigioso e importante del mundo. Y allí, en el Laboratorio de
Expresión Genética, ejerce su cátedra desde 1.993 un español muy cercano a
nosotros, pues es nacido en Hellín, pegadico a la región de Murcia, y su nombre
aparece de vez en cuando en los medios de comunicación, la última vez,
recientemente, en Agosto, que es cuando leí aquesto que escribo hoy –
permítanme el juego de palabras y palabros y sus nombres – y se llama Juan
Carlos Izpusúa.
Y se asomó a los medios haciendo
público uno de los avances científicos más importantes del siglo. Que un equipo
de investigadores ha logrado corregir copias de genes erróneos en embriones
humanos. En Román paladino, algo que puede evitar el desarrollo de enfermedades
hereditarias (eso significa “genes erróneos” en el argot científico) en esos
mismos seres humanos. Y lo dice con pleno conocimiento de causa, ya que él
mismo forma parte de ese proyecto. Y lo explica. La vida en nuestro planeta
está formada por la combinación de solo cuatro letras, A, C, G, T, si bien una
sola célula humana tiene 3.200 millones de esas letricas. Una variación (error)
mínima, en el “alfabeto” de una célula es lo que da lugar a enfermedades congénitas,
o genéticas… “Lo que hemos hecho – dice –
es corregir un error de cuatro letras mal escritas en una célula, y con ello
eliminamos una dolencia hereditaria que puede llevar a la muerte de ese ser
humano”.
Acojonante, doña Violante… Y nuestro
gobierno, atacando la carrera de letras en los planes de estudio, y
despojándola de sus principales valores, cuando en vez de ciencias o letras
deben de ser ambas dos, chaval… El de Albacete asegura que, a medio/largo
plazo, las enfermedades de transmisión hereditaria podrían llegar a ser
erradicadas del mapa genético de las personas. Ni más, ni menos. Y lo dice así,
sin despeinarse. Falta el seguir desarrollando este descubrimiento hasta poder
trasladarlo a la clínica cotidiana de los pacientes.
¿Se lo imaginan?. Yo, sí. Un
servidor, de no haber nacido tan pronto, leches, no padecería una serie de
puñeteras dolencias que me han jodido durante toda mi vida, alguna de las
cuales, encima, las he transmitido a mis pobres hijos, que se acordarán de su
padre cada vez que, a un mal suponer, tengan un cólico nefrítico. Pero si mis
nietos, a un buen suponer, pueden hacer que mis bisnietos no saquen ninguna
puñetera tara de este aquejado antepasado, pues, óigan, que lo daré por muy
bien servido… Todo sea por la descendencia, por lejana que me quede. Lo único
que me joroba es estar sufriendo malengües que ya sé que tienen una solución
que a mí no me va a llegar. Esto es como sufrir dolor de muelas y estar todos
los dentistas de vacaciones.
Sin embargo, hay personas
fanáticreyentes por ahí, que desean implantar prohibiciones falsamente éticas
en las investigaciones genéticas. Perversos y tenebrosos fundamentalistas del
dolor humano. Prefieren que muera gente, antes de un posible, y recalco lo de
posible, mal uso de tales avances. Es como condenar por anticipado a los
millones de vidas que ha salvado el láser, porque antes desarrollaran la bomba
atómica. No se fabriquen martillos, pues con él se puede matar a alguien. Todo
es cuestión de cultura, educación y conciencia, pero no de oscurantismo, no sé
si me explico… es un atraso como lo de las transfusiones de sangre, por parte
de algunos otros iguales.
No obstante, y a pesar de ello,
tanto mi personal opinión como la de esos salva-almas, resultan absolutamente
irrelevantes. La historia de la humanidad, si enseña algo, es que, con el
transcurrir del tiempo, nuestros baremos éticos y morales, sean bajo dogma o
no, mutan, y cambian, igual que lo hace nuestro ADN, a pesar de los siniestros
frenos. Hay muchas cosas que ayer eran “éticamente reprobables”, e inaceptables
para la moral antañona, y que hoy suponen un enorme avance para el progreso de
esa misma humanidad, formando ya parte esencial de nuestras vidas. Así que lo
que tenga que ser, será, a pesar nuestro y vuestro…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h.
http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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