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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

martes, 27 de mayo de 2014

BORREGOS Y CORDEROS

No. No son lo mismo. Los primeros son aquellos que imitan la tendencia marcada, los gregarios,  los que no se cuestionan nada, los que no piensan, los que siguen la huella de los de delante… Los segundos son los conformistas, los entregados, los derrotados, los resignados, los mansos, los silenciosos… No, no es igual un borrego que un cordero. El primero hace o que ve, y el segundo ve lo que hacen los demás. Uno se deja hacer, el otro no hace nada. El primero no ve, y el segundo no quiere ver.

                España es un país abundoso en ambas especies. La tribu de acogedores de hombres y la de los encogedores de hombros. En tiempos de pre-elecciones, como los que vivimos, es cuando más se nota este fenómeno urbano. Estamos en un período interelectoral, entre dos urnajes, y este desalentador efecto se hace notar demasiado mucho en una ciudadanía, cansada, sí, defraudada, también, pero políticamente inculta, socialmente ignorante. Y el desencanto se nota en un par de cosas: en el deshilachamiento de la costura política – 39 opciones concurrieron en las recientes europeas – y en la elevada abstención registrada. El primer dato demuestra una desmesurada oferta deseosa de captar desencantados, y el segundo dato responde al primero que ni siquiera así, chato…


                Pero la peor gangrena que puede darse es cuando te encuentras con los cada vez más “pá qué cambiar, si tós son iguales…”, porque esa afirmación lleva consigo el germen destructivo de la condena al no cambio, al no mejorar, a seguir igual, con las mismas corrupciones, con los mismos abusos, los mismos tics y podridos privilegios. Es una renuncia tácita a ejercer de ciudadanos libres, un tirar por el váter la responsabilidad personal, un “haced conmigo lo que queráis que yo aguanto lo que venga”… Y un pueblo de tristes muertos es el mejor caramelo para los malos políticos.

                Sin embargo, esa derrotista creencia es totalmente falsa. Quieren que creamos que es verdad, pero no lo es en absoluto. No es cierta. Lo que pasa es que nos mantienen aburridos y dormidos, profundamente dormidos, en un sopor emborrachante, porque el político de medro le tiene miedo, mucho miedo, a un pueblo despierto. Y nos inyectan sueños mediáticos, festivos y competitivos, de artificiales patrioterismos y artificiosos ídolos, con que mantener la modorra social. Y nos mantienen atontados y divididos con manipuladas y trasnochadas ideologías y partidismos de chicha y nabo. Porque temen el despertar de la gente, que el personal abra los ojos y vea que, concienciado y unido, es capaz de cambiar cualquier cosa que se proponga. Sin grandes esfuerzos, sin violencias, sin revoluciones ni algaradas. Solo que actuando juntos, coordinados en una sola y única conciencia social objetiva.

                ¡Qué fácil es decir eso, macho..!, soltaréis muchos. Pues es tan fácil hacerlo como decirlo, solo hay que creerlo y quererlo. Tan solo hay que actuar sin miedo… Eso es imposible, se argumentará… Pues si creemos que es imposible, lo será. Pero exactamente por el mismo principio, si creemos que es posible, también lo será. Seguro. Lo que pasa es que los que no les conviene el cambio son especialistas en esparcir el miedo. Con sutileza y eficacia. Porque saben que el miedo paraliza, y las personas caemos en la trampa de matar lo que nos causa miedo, pero no acertamos a matar el propio miedo.

                Un golpe de mano en las urnas es brutal, sí, pero imaginarse como ejemplo el método UNDIASIN. Un día, un solo día, sin que nadie, nadie, eche gasolina al coche. Un día de gasolineras vacías… Un día, un solo día, sin gastar electricidad. Un día de apagos y desenchufes… Un día, un solo día, sin comprar medicinas… Un día sin consumir ningún tipo de gas… Un día sin hacer un solo ingreso bancario y en que solo se saque… Un día sin… rellene los puntos suspensivos usted mismo.

                En Irlanda, millones de personas se han negado a pagar determinados impuestos, mientras los bancos no devuelvan el dinero público embolsado. Las amenazas de multas, de apremios y embargos no hacen nada. El gobierno está en estado de shock. No pueden judicializar a millones de familias. No pueden sancionar ni expedientar a millones de ciudadanos. Sería un colapso administrativo general… La sociedad ha plantado cara al estado.


                Lo único que cada uno tiene que preguntarse, mirándose al espejo, es: ¿qué soy, borrego o cordero?.. Usted mismo, amigo mío, usted mismo…

martes, 20 de mayo de 2014

De lo divino y humano: ¿DEMÓCRATAS?.. ¡Y UNA..!

De lo divino y humano: ¿DEMÓCRATAS?.. ¡Y UNA..!: Me echan en cara mis politicamigos… aunque, bien mirado, este ser mitológico no es real ni como animal de compañía, ya que si es amigo aut...

lunes, 19 de mayo de 2014

OPERACIÓN VIDA

Los avances científicos siempre suelen plantear más preguntas que respuestas. Y, como ahora, cuando se ha podido sintetizar el primer cromosoma, no es tampoco una excepción, sino todo lo contrario: ¿podría enviarse un genoma de un planeta a otro para que surja allí la vida?.. ¿apareció así la vida en La Tierra?.. ¿es la vida un código binario, como un programa de ordenador?.. ¿y si así fuera, entonces la naturaleza es el programa o el ordenador?.. ¿y el programador?.. ¿podemos reconstruir especies pasadas?.. ¿y nuestra propia especie?.. ¿somos semidioses?.. ¿o, si somos criaturas creadas, hay otros dioses?..

                Ningún científico va a contestar a estas preguntas. Ni lo admitirán siquiera. Pero, no lo duden, están pensando en ello. Lo que a la gente no se le pasa por el caletre, los investigadores hacen lustros que le dan vueltas. Y no existe un solo biólogo molecular, créanme, que no esté experimentando tales posibilidades. Craig Venter, Chandrasegaran, Luís Serrano, aquí, en España… llevan décadas sopando en este caldo. Y desde los 90 se ha sintetizado un micoplasma, organismo unicelular básico y autónomo, creado de productos químicos “de bote”. Es el principio mismo de la vida artificial tal cual, que no necesita, como los virus naturales, infectar una célula para reproducirse. Lo hacen ellos solicos, por sí mismos..

                Añada a este descubrimiento el vertiginoso avance en las técnicas de secuenciación de ADN, y lo que tenemos ante las narices es la posibilidad de crear cualquier tipo de organismo vivo. Sin límites. Estamos a las puertas – si no lo estamos haciendo ya - de crear, casi de la nada, bacterias, hongos, medicinas, fueles, carburantes, de obtener la capacidad de retrotraer efectos degenerativos naturales… o de provocarlos. E incluso convertirnos en modernos frankesteines sin necesidad de cadáver alguno. Partiendo de la nada.

Pero es que Venter aún va más allá. Un poco, o un mucho, más allá. Asegura que la biología sintética del futuro inmediato ni siquiera necesitará esos productos elementales “de bote”. Que se logrará a base de códigos binarios, como los programas informáticos. Esto es, combinaciones ilimitadas de ceros y unos. ¿Somos matemáticas en esencia?.. Por lo que se adivina, así es, lo somos. Y no es tan disparatado, si lo pensamos con cierto sentido común de la más dura lógica. El universo, por ejemplo, es pura aritmética hecha geometría.

 Y nuestro cuerpo es pura materia. La materia no es más que energía condensada. La condensación de la energía es una gama de graduaciones de distintas longitudes de onda. Las graduaciones de onda son diferentes combinaciones numéricas… Al final, somos el resultado de una inteligente combinación matemática de energía primordial. Sí, efectivamente, aquella misma que hace poco descubrió Higgs con su famoso bossón, o, como recordarán, la que recientemente descubrieron en las secuencias iniciales (y creadoras) del Bing Bang, la explosión inicial de Hawking… 


Asombroso, ¿no?.. Mas no me tomen por ningún experto loco. Tan solo soy un humilde aficionado. A lo máximo que podría acercarme es a aspirante a saber, a poder explicar, a nivel de calle, estas grandiosas evidencias de las ciencias. Algo así como la receta del pudding universal a nivel de cocina casera… ¡Joer..!, brindo la idea al periódico por si se le remueven las entrañas, a ver si los intereso en algo, leches… Pero miren, dejo constancia, aquí y ahora, que no exagero un solo y jodido punto en los supuestos que aquí expongo. Lo juro por Tutatis, ñoras, ñores y ñoros…


Lo que pasa es que, dicho todo lo dicho, observen mis conspicuos lectores que la enormidad de tales posibilidades a las que aludo se refiere a la física, pura y dura, que tampoco es poco. Pero, si lo piensan bien pensadico, observarán que en el ser humano, y en los animales en menor grado, existe un elemento diferenciador más sutil y más allá del principio meramente vital: la capacidad de saber que se es. O sea, la facultad de pensar, de discernir, de elegir, de aprender, de evolucionar… o involucionar, por nosotros mismos. Lo que  hace humano al ser. El albedrío de convertirnos en ángeles o demonios. Algo que nos deja ser hacedores, o deshacedores, de nuestra propia y jodida obra. Y ahora resulta que hemos empezado a descubrirnos a nosotros mismos. Al final de todo acabaremos por descubrir también el principio de ese mismo todo. Acojonante, ¿no?.. Posesomesmo.

miércoles, 14 de mayo de 2014

AVANZAMOS HACIA ATRÁS

Recapitulemos. Llevamos arrastrando un caso Gürtel con más imputados sin imputar aún que flores en primavera. Un caso Bárcenas que es un barril de pólvora mezclada con mierda a punto de explotar. Ambos jefes matritenses por nadie votados, municipal y autonómico, empringados hasta las cejas. Millones gastados en tres candidaturas olímpicas, tres, que solo han cosechado fracasos y la última con el más espantoso ridículo, sin añadir el culo puesto al mafioso Andelson y su fallido garito evasor, y la guinda de una Ciudad de la Justicia que ha costado lo que no vale, como todo en este país, y que está abandonada y a medio empinar.

                Eso, en la capital del milagro. El resto del reino está trufado de aeropuertos sin utilizar, de autopistas de peaje apeadas y trincadas, de tv´s autonómicas que han secado ubres de sagradas vacas, palacios de artes y desastres cerrados, obras que se caen a pedazos antes de abrirlas o que no se pueden inaugurar porque tampoco se pueden mantener, sin contar un inflado sector privado con sus magnas urbanizaciones, campos de golf…os y Algarrobicos mil. Pero se prorroga 75 años la ilegalidad de una no-ley de costas para que se pueda construir a dos palmos del mar y se premia al autor del deshecho con un puesto en Europa. Mientras tanto, las carreteras agrietadas, bacheadas y socavonadas y sin un euro para tapar la miseria, pero en las grandes obras públicas se esfuman millones, y en los ere de los olés, y en los cursos de formación, y en…

                Por otro lado se suben las tasas universitarias y se bajan las becas a jóvenes estudiantes que han de emigrar por cientos de miles a buscarse las lentejas en el extranjero, igual que los científicos han de largarse de un país, que les niega el pan y la sal, a otros que acogen sus investigaciones. A los que no pueden poner tierra por medio: niños, viejos, trabajadores, pequeños empresarios… ya saben lo que les espera. A los primeros, ser relegados a los más pobres de Europa tras Rumanía, infralimentación incluída. A los segundos, rebajas de pensiones por subida de Irpf y miserables aumentos del 0,25% anuales, copago de sus medicinas y un cada vez peor servicio médico. A los terceros, el mayor paro del continente, quiebras, cierres, y bancos que habiendo tapado sus vergüenzas con el dinero de la gente luego no les dá un soplo en un ojo. Y a todos ellos, subidas inmisericordes en la luz, en los impuestos directos e indirectos y un etc. más largo que una agonía, mientras a los grandes capitales se les aplican amnistías fiscales.

                La sanidad pública va cuesta abajo y sin frenos: listas de espera brutales, menos camas, menos profesionales, pésima gestión. Mucha menos ayuda a los dependientes, a los pobres y a los más débiles… Y para que nadie clame de injusticias, también a ésta se la dá un buen apaño. Tasas judiciales indiscriminadas e injustas, proyecto de cargarse unos Juzgados de Paz centenarios que acerca la mediación a los pueblos, ignominiosa deserción de la justicia universal, una ley de seguridad ciudadana que ha ruborizado hasta a los propios del CGPJ, una reforma que amenaza con someter la independencia de jueces a los fiscales, una ley anticorrupción que el propio Fiscal General del Estado tacha de parecer favorecerla más que combatirla… Enfín…
 
                Pero, mientras tanto, tonto, la Iglesia continua sin pagar un mal Ibi, aunque sigue registrando desaforadamente propiedades que no son suyas a su nombre, los banqueros siguen afanando retiros insultantes, y los políticos forrándose de cargos, desorbitados retiros y bochornosos privilegios y canonjías. A saco. Además se reservan para el día después del banquete un puesto en destinos bien engrasados por ser muñidores de algunos alguienes. Los unos y los otros. Todos…
               

                Para eso, y por eso, somos el país con más aforados políticos del mundo, con diferencia y goleada: 10.000 nada menos. Y arrasando. Y por si acaso se escapa algo, los que más indultos otorgamos. Un sistema y un país cojonudos para sinvergüenzas. Así que, amados regidores, sí, estamos remontando, con la mayor deuda pública de Europa tras Grecia, pero remontando. Sí, saliendo de la crisis económica (¿?) y hundiéndonos en otra moral mucho peor, porque la primera ha sido la consecuencia de la segunda, y no al revés. Estamos mejorando, sí, vamos a ser los muertos más sanos de la UE. Y los feos más guapos. Y los inútiles más útiles. Todos los sabemos, pero no lo reconocemos.

martes, 13 de mayo de 2014

De lo divino y humano: ME EXPLICO...

De lo divino y humano: ME EXPLICO...: Con mi anterior “supongamos que…” he cosechado unos pocos e.mails que se muestran gratamente sorprendidos y agradecidos por la temática, y...

lunes, 5 de mayo de 2014

... MÁS COSAS MÍAS.

A raíz de las “Cosas mías” de semanas atrás, muchas personas, en realidad más de las que podía esperar y de las que menos podía esperarlo, me llamaron por teléfono, me enviaron emails, o me paraban por la calle, para mostrar su sorpresa, o su simpatía, o incredulidad, o condescendencia… o para preguntarme si es que tenía dudas del resultado de esas décadas dedicadas a ajenos negocios, y nunca mejor dicho ni con mayor propiedad. Pues no. Ninguna duda. Tengo muy claro que he sido un buen tonto útil, y que en muy pocos he podido influir algo, pero yo sí que he aprendido muchas cosas buenas y al menos cuatro malas: lo falso de ciertas amistades, lo ingrato de ciertas relaciones, lo hipócrita de ciertos homenajes y lo barriobajuno de ciertas actitudes. 


                Mas todo eso queda enmarcado en algo tan básico, elemental y simple como la experiencia. Y eso tan solo que eso: experiencia. Nada más que experiencia. Y toda experiencia es enriquecedora independientemente del saber que aporte a tu espíritu y del sabor que deje en tu alma, que son dos cosas distintas, dos niveles diferentes… Y hay experiencias con sabor a fresa, a nata, a menta, a pistacho, o del sabor del acíbar. Y todas, absolutamente todas, te aportan conocimiento que, como sabéis, es la quintaesencia del sentimiento. Así que nadie se preocupe ni se conduela, por favor, pues tanto el sentirse satisfecho como el sentirse defraudado son sentimientos que enriquecen ambos por igual la alquimia del cocimiento… digo del conocimiento. Y, aunque no lo parezca, los dos tienen, en el fondo, el mismo valor. Al final, creedme, es lo que realmente importa.

                Alguien dijo que las personas nunca definen la historia, sino que es la historia la que define a las personas, puesto que las personas tan solo pueden definirse a sí mismas. Pues eso. De poco o nada sirve lo que creamos o lo que pensemos. Los hechos son los hechos y los actores son los actores de cada acto. La obra, la tragedia, el enredo, el drama, la comedia, jamás, nunca, tiene fin. Así pues cada cual haga el papel que mejor sepa hacer, que yo, como pude, ya hice el mío, y saqué mis propias conclusiones de ello… y a pesar de ello. Lo demás no es relevante.

                Por eso, a quién me escribió que en ese artículo “parecía estar dándome el pésame a mí mismo”, le contesto ahora que no. En absoluto. Ni mucho menos. Es posible que pueda parecerlo, pero no lo es. Que uno crea no recoger los frutos esperados no quiere decir, en modo alguno, que la vivencia no me fuese necesaria. Seguro que la necesitaba como el comer… Y eso siempre, siempre, es positivo. Lo que no debemos hacer, o al menos así lo creo yo, es dejar de ser objetivos con los propios objetivos, no sé si me explico… Y mi objetivo, por lo que se ve, o deja de verse, estaba “ligeramente” desviado de mi punto de mira. Nada más que eso. Pero la clase era buena, los profesores excelentes, y la lección está perfectamente aprendida. Por lo tanto, todo está bien, todo es correcto. Si dí la apariencia de pésame, quizá sea porque en un entierro siempre es inevitable cierta sensación de duelo.


                Mirad… Si algo he aprendido, por mucho que me haya costado entenderlo, es que lo que yo espere, o deje de esperar, de mis actuaciones, no tiene absolutamente ninguna importancia. Ninguna. Por lo tanto, si esperaba algo que he creído no obtener, entonces tengo un problema. Un problema creado por mí mismo contra mí mismo. Y no debe ser así. Y no quiero que sea así. Y no es así. Como no tiene que ser para nadie. Lo que se hace sin buscar los propios intereses no tiene más frutos, ni más resultados, ni conclusiones, que los de la propia conciencia, y el esperar cualesquiera otros es un error, dado que sería el miserable egoísmo de un pobre ombliguismo… Así que cada cual ande su camino, aún en busca de su queso y de su vino. Yo ya pasé mi página… Y me la sé de pé a pá.