ESCRIBURGO //// /// MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ Fué Juez de Paz, fundador de varias Ong´s y Presidente de Organizaciones empresariales y otras durante 30 años, entre otras cosas. Hoy es Mediador Profesional, diplomado en Responsabilidad Social Corporativa, y Patrón de la fundación ENTORNO SLOW. Tiene publicados seis libros...
Datos personales
- MIGUEL GALINDO SANCHEZ
- TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
- Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...
viernes, 26 de abril de 2019
El Mirador 26 de abril 2019 "FANATISMOS, tan iguales, tan distintos..."
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...
El Mirador 15 de marzo 2019 "VEJEZ"
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...
martes, 23 de abril de 2019
¿AVANZAMOS O ATRASAMOS?..
No hace mucho, llevamos a nuestro programa radiofónico de La
Pinza, Radio TP 87.7 Fm (en Facebook Life) un asunto más que interesante: La
privacidad y el derecho a la intimidad ante las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación. Muy controvertido tema, no me digan que no…
Teníamos con nosotros a dos perfectos
conocedores del asunto: un experto en desarrollos informáticos y un experimentado
ciudadano. Si a los contertulios habituales se nos iba la pinza – se nos iba el
programa – ahí estaban ellos para centrarlo y ponerlo en su sitio. Así es como
funciona el invento, o, al menos, así intentamos que funcione…
En fin… lo
cierto y verdad es que conciliar nuestra privacidad con nuestras ventajas y
comodidades actuales, e incluso con nuestra propia seguridad, resulta un tanto
arduo y un pelín difícil, porque, a veces, hasta resultan ser cuestiones contrapuestas.
Un par de ejemplos para que me entiendan: si queremos obtener nuestros
servicios básicos, como bancarios, de seguros, o médicos, o todo tipo de
prestaciones administrativas y ciudadanas, como la seguridad social, comercio
electrónico, cualquier suscripción o contratación, y un larguísimo etcétera, no
lo podemos hacer si no facilitamos nuestros datos personales. Es sencillamente
imposible. La premisa consiste en que, si no los facilita, usted no existe.
Otro ejemplo, que ya es casi que una norma básica de partida, y es que a mayor
seguridad, menos intimidad. Las cámaras que nos salvaguardan de posibles
violencias, también invaden una parte de nuestra intimidad, ya que somos
vigilados para ser protegidos.
Por lo
tanto, si queremos un medio seguro y/o de cómodas prestaciones, hemos de
arriesgar. Internet es un paradigma en sí mismo. No es que forme parte de la
sociedad, es que ya ES la sociedad, y constituye la clave del concepto
Globalización, o mundialización, en su pleno sentido: comercial, económico y de
información y conocimientos… Es una herramienta que conecta a personas,
estrategias e intereses, y es un producto de masas inevitable. La cosa es,
¿existe garantía de neutralidad en esas nuevas tecnologías?, ¿son plenamente
democráticas?, ¿respetan nuestros derechos fundamentales de privacidad
realmente?, y la pregunta del millón: a estas alturas, ¿podemos prescindir de
lo uno para preservar lo otro?.. It ist
the question, que dijo el de Elsinoor. Y esa question, es la reflexión crucial de si su derecho a la intimidad
cabe en el mundo actual con el formato actual, esto es, tal y como hasta ahora
se ha entendido.
Porque
los riesgos no son solo los dos primeros ejemplos. Con nuestros datos
personales, además de hacernos la vida más fácil, también se están manipulando
nuestras tendencias y nuestras actuaciones políticas, económicas y sociales. Se
le llama Desinformación, Post-Verdad, Face News, etc… Con sus datos personales
y los de millones de personas como usted se fabrican retratos robots de cada
cual (gustos, tendencias, aficiones, preferencias, inclinaciones…). Supongamos
que se suscribe a esas recepciones gratuitas de noticias. Si son nocivas, aún
con apariencia contraria, se les enviarán manipuladas para obtener de usted una
reacción determinada. Que lo suyo es estar contra la inmigración, pues solo
recibirá las de ataques de extranjeros y violaciones, robos, asaltos de los sin
papeles, etc… Que es un “pro” en vez de un “anti”, un “onegeísta” humanitario,
ya sabe, pues las recibirá de palizas a los inmigrantes por parte de grupos
nazi-cabezas-rapadas, ataques a indigentes, etc… Así se alimenta la xenofobia y
el fanatismo racista, y su fundamentalismo contrario, que haberlo también háylo...
Ante
tales retos, y otros no menos importantes y graves, solo cabe preguntarse si los mecanismos
jurídicos tradicionales son suficientes para defendernos de los riesgos, sin
menoscabo en el avance que supone su uso. Y creo, me parece, mucho me temo… que
no. Es necesario adecuar las herramientas de investigación, legales y
judiciales, para hacer frente a este inmenso reto. Y reforzar los mecanismos de
garantías que protejan los derechos más elementales de las personas en materia,
ya no solo de privacidad e intimidad, sino también de no ser mentalmente
manipulados.
Pero… y
esto quizá sea lo más importante, esos mecanismos valdrán de poco si no se
acomete, con toda energía, un plan serio, formal y efectivo, de formación
integral desde la más tierna infancia y escuela más elemental. No existe mejor
arma que un buen Plan Educativo… Lo demás, el resto, no dejan de ser pañicos
calientes muy poco valientes…
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...
viernes, 12 de abril de 2019
El Mirador 12 de abril 2019 "TODA UNA LECCIÓN"
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...
jueves, 11 de abril de 2019
FANATISMOS, tan iguales, tan distintos...
El atentado ocurrido en
Nueva Zelanda contra una mezquita, protagonizado por un fanático de extrema
derecha australiano, debería hacernos pensar que el terrorismo no tiene una
ideología concreta ni definida, si no que anida en cualquiera de ellas.
Deberíamos meditar que la repulsa y el rechazo que muchos occidentales sentimos
hacia esa barbarie es la misma que muchos árabes sienten cuando uno de sus
fundamentalistas se lanza contra nosotros. El sujeto es el mismo descerebrado,
el mismo vaciado mental, el mismo tipo de cáncer, venga del lado que venga.
Este producto nuestro había publicado en las redes un “manifiesto” de 74
páginas (muy parecido en su fondo y estilo al Meïn Kampf de Adolf Hitler), se
reconocía como “víctima” blanca, racial, expulsada de sus derechos por
invasores sin alma. Su ídolo era el ultra noruego Breivik, que mató a 77
personas en Utoya, y su mesianismo lo llevó a grabar la masacre y presumir de
ella como una cruzada, hasta la propia inmolación si necesario fuera… O sea,
calcado, exactamente igual, que cualquier fanático islamista.
A los pocos días, en Utrecht, quizá como reacción, como
una respuesta automática, un turco fue el que disparó contra la gente de un
mercado. Y los whatshaps de contenido racista y supremacista empezaron a gotear
en mi móvil… Es matemático, y lo vengo observando desde hace tiempo. El odio se
retroalimenta a sí mismo, y mutuamente además, en una especie de terrorífico
movimiento continuo. El combustible que alimenta esta triste procesión es la
desconfianza y la intolerancia, y nos lo suministran los partidos populistas
con sus mensajes envenenados y venenosos: que si nos quitan el trabajo, que se
comen nuestro pan, que están ocupando cotas de poder, que nos están invadiendo,
que si no se integran en nuestra cultura, que, al final, nos harán rezar a
todos de cara a La Meca… Es lo mismo, idéntico, que los nazis largaban de los
judíos. Muy curioso, sí, pero así es. En el fondo de este odio arcaico subyace,
aun subliminalmente, las diferencias de religión. Yo no sé si las razas hacen
su religión, o son las religiones las que fabrican sus propias razas…
Pero las creencias religiosas impuestas por dogmas, a lo
largo de la historia han separado más que unido, han desatado guerras santas, y
persecuciones, y cruzadas, y odios y venganzas, más, mucho más, que logros de
paz y de conciliación entre los pueblos. El sustrato que los seres humanos
llevamos dentro de origen religioso es brutal, más importante de lo que todos
creemos. En sociedades modernas y educadas (nosotros las denominamos avanzadas)
el barniz aparenta ser más superficial con más cultura – sea el concepto de
cultura el que sea -, y en los pueblos considerados como más atrasados, o menos
desarrollados, o de culturas distantes y distintas, la religión supone un
bagaje más sólido e importante, más impuesto y sentido, aunque sea por una
costumbre con la que se identifican y conforman su identidad… Nosotros tenemos
lo que llamamos nuestras tradiciones, que tampoco es moco de pavo cuando nos
ponemos en defenderlas con toda fruición… reconozcamos su parte de fanatismo, o
no. Pero que, si nos damos cuenta, la inmensa mayoría de ellas se sustentan en
una base religiosa, que nos viene de genética vieja, de la tribu a la que
pertenecimos, y que, desgraciadamente, aún nos esforzamos por pertenecer
(romerías incluídas)…
El otro día, en mi diario y terapéutico paseo, o como yo
lo llamo, la hora del paréntesis, caminaban delante mío tres chicas
adolescentes. Pantalones vaqueros ajustados una, con desenfadada camiseta
decorada con moderno rotulaje en inglés, como deben ser las camisetas que se
precien; otra con pantis bajo minifalda, y la tercera con falda plisada y
estilosas y altas botas. Esta última con un pañuelo a la cabeza, y sus dos amigas
con el pelo al aire. Largo el uno, una hermosa trenza el otro… Una de éstas,
conforme iban llegando al portón de uno de los edificios que flanquean el
parque, sacó de la mochila, esa que ahora llevan las jóvenes en vez de bolso,
un pañuelo oscuro, que se fue liando a la cabeza antes de pulsar el timbre, sin
duda alguna, de su casa… De las otras dos, la descubierta, sacó otro de no sé
dónde, y se lo preparó al cuello, antes de perderlas de vista…
Que cada uno de mis lectores u oyentes saque sus propias
conclusiones. Esta es la generación femenina nacida aquí, de nuestros actuales
inmigrantes… Feminismo aparte, se observa un doble comportamiento (no me atrevo
a calificarlo de doble moral, porque no lo es), y es el del estatus social y el
estatus familiar. El segundo, inhibido a la costumbre religiosa familiar, y el
primero, deshinibido por la sociedad en la que vive y “amiguea”. El hogar y la
calle, no encajan. Esta chica, mañana, tendrá que elegir por una ruptura
dolorosa siempre: o dice adiós a su libertad personal y se somete a la
autoridad del clan, o rompe con su familia para poder liberarse. El problema es
cuando fuera empiece a ver rechazo en vez de acogida, odio en lugar de ayuda,
marginación en vez de integración… Ante dos fundamentalismos frente a frente,
abrazará el suyo, claro… Y nosotros, encima, nos justificaremos a nosotros
mismos, diciéndonos, mira cómo actúan…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h.
http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...
viernes, 5 de abril de 2019
El Mirador 5 de abril 2019 "¿QUE HISTORIA...?"
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...
jueves, 4 de abril de 2019
TODA UNA LECCIÓN
A veces llegan crónicas
amables, reconfortantes, que nos reconcilian ante tanta burricie… He dejado
pasar un tiempo de ésta que voy a tratar aquí, hoy, por si hubiera sido cosa de
un espejismo en la aridez del triste panorama actual. Pero no ha pasado nada, y
eso es una buena señal, una señal de auténtica madurez democrática, si bien que
ciudadana, no política… y más aún, de cierta ciudadanía. Yce cosa de algo más
de un mes, que cincuenta mil separatistas catalanes (es la cifra con la que me
quedo, pues ni es la declarada por el gobierno, ni la delirada por los
nacionalistas, si no la facilitada por un periódico nacional), se manifestaron
en Madrid, con entera libertad, y con menos problemas, muchos, muchísimos
menos, que los que ellos mismos crean cuando lo hacen en Barcelona, allí, en su
propia tierra. De lo que me alegro mucho. Fueron 50.000 catalanes cerrados, de
la Catalunya profunda, a los que trajeron en autobuses y trenes con un
bocadillo de butifarra, botellín de agua y pancarta precocinada, con algunos
líderes jaleadores, y los soltaron en la capital del reyno borbónico y maldito,
la huraña España, según el tórrido Torra.
Y se encontraron con un magnífico día, un Recoletos,
Cibeles y Prado abiertos, a su disposición, y un Madrid acogedor, respetuoso y
tolerante que contrasta demasiado con la imagen de dictadura y nula democracia
que se esfuerzan en esparcir por todo el mundo, y que ellos traían embutida
bajo sus mediatizadas barretinas, en cabezas debidamente vaciadas y lavadas.
Les hubiera encantado que se les hubiese abucheado, silbado, insultado e
incluso agredido, que es lo que ellos hacen a los españoles y a sus propios
hermanos que así se consideran, allí, en la República Catalana. Es lo que
deseaban y esperaban. Pero no fue así, y les salió del tiro por la culata del
trabucaire. Ningún energúmeno patriotero les atacó, ningún Estado opresor les
prohibió sus falsos discursos, ninguna policía torturadora les empujó siquiera…
Nadie les amenazó, ni les pintó dianas en sus autobuses, como ellos suelen
hacer en las fachadas de los hogares de sus catalanes españoles. Nadie les
restregó bandera alguna por sus morros, nadie les dijo que España los odia, ni
que son una raza inferior, ni siquiera los llamaron supremacistas. Ninguna TV
los denigró, como su Tv3 hace con cuantos no son los suyos. Nadie les escupió,
ni les dijeron que allí no los querían, ni los mandaron de vuelta a ningún
sitio, porque estaban en la España de todos… Y todo eso, les tuvo que joder un
montón su moral, si es que tienen algo de moral.
Así que, cuando se les vaciaron las baterías trufadas de
tonterías, esa machada que nos iban a soltar ante las narices de los españoles
lo que vale un peine catalán, y esa caterva de cincuenta mil vieron cómo
reacciona un pueblo civilizado ante la provocación, con la prudencia y hasta
con el seny que ellos han perdido,
tuvieron que regresar a sus pueblos-cubiles desinflados, sin poder presumir de
nada roto por la barbarie española. Y lo que es peor, sin poder justificar su
propia estulticia… Resulta, nen… que
esa denostada España, en su propia capital, nos han tratado como ciudadanos, y
lo que más jode, como ciudadanos españoles. Unos más de los muchos que se
manifiestan en sus calles y plazas con entera libertad por los motivos que sea…
Y deben estar cuantos vinieron, tan consternados y confundidos que, hasta la
fecha, no ha habido ninguna reacción, ni nada se ha sabido de la muchachada,
mucho menos de sus representantes en ninguna parte ni por ningún medio… Que
Puigdemont de Waterloo, y toda Europa ya de paso, vayan tomando debida nota de
quiénes son quienes son.
…Pero es que, además, se pagaron su excursión por
gentileza española. Igual que se les financia su gobierno reaccionario, sus
mercenarios en los medios y en la política, sus insidiosa gentuza acogida
nuestra cámara de diputados por la democracia española, como indignos
representantes de su propio pueblo, o sus fantasmales embajadas, y hasta todas
y cada una de sus senyeras y esteladas con que hacen la guerra a quiénes se las
pagan. Incluso esas falanges de camisas pardas, los CDR, se han abonado con
dinero español. Y nunca, jamás, al revés, como a ellos les han hecho creer.
Todo pagado por las hienas (Torra dixit) españolas.
Y ni siquiera esto se les echó en cara en su visita a
Madrid. Ni se les gritaron las verdader que no quieren oír, ni las mentiras que
ni siquiera merecen escuchar. Solo se les trató del modo que ellos no saben
tratar: con educación y con respeto… Así que fueron, demostraron lo que son, y
se volvieron a casa. No cosecharon ni un mal gesto con el que justificarse…
Nada… En fin, lo que digo, toda una lección. Chapeau.-
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h.
http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)