PREGUNTAD A LA ABUELA
Francia ha puesto a Europa las pilas
empezando por ellos mismos. Emmanuel Macron quiere que les enfants de la patrie sean los primeros en descubrir lo que la
humanidad ya descubrió un día y volvió a cubrir poco después porque así
interesaba a una sociedad basada en el ciclo producción-consumo desaforado. Su
Secretaria de Estado de la Transición Energética, Brüne Poirson, ha bautizado
el nuevo-viejo invento como “Economía Circular”… guau y guay!. Lo define como
un proyecto de Ley Anti-despilfarro “, para avanzar hacia una economía sostenible
en que los ciudadanos consuman menos y mejor, reciclen cuanto sea posible,
eviten los plásticos, y se esfuercen en reparar y rentabilizar los productos
antes de tirarlos a la basura”. El Plan lleva puesto incluso una norma de
“Ïndice de Responsabilidad” para que los cacharros salgan de fábrica con una
indicación de las veces que puede ser arreglado, o cuando debe ser desechado.
Sin
duda que la directora general gala aún tiene abuela, y le ha preguntado a su grand mere. Aquellos que tengan mi edad,
echen la vista atrás, y los que sean más nuevos pregunten a sus abuelas. Todo
eso ya lo inventaron ellas, sin tanta alharaca pero con todo el sentido común
del mundo. Sin hipérboles. Era pura lógica y economía doméstica de
supervivencia, y natural, tan natural como la propia vida. Tan es así, que
estas medidas que nos vienen ahora tan innovadoras, lo que en realidad están
poniendo de manifiesto es la vuelta a una época, relativamente reciente además,
apenas un poquico más de medio siglo, pero que la ignorancia y la incultura de
la moderna barbarie han enterrado tanto y tan deprisa que ya se nos antojan
fósiles.
Prácticamente,
hasta los años 50 o principios de los 60, el 80% de la población, al menos
aquí, en España, aún vivían en pueblos. El comercio del plástico, si se había
inventado apenas se había extendido, era raro y caro, y el envasario
plasticoalimentario prácticamente no existía, mucho menos al nivel altamente
contaminante de la actualidad, que ya se califica de vitalmente contaminante.
La gente salía a comprar con sus capazas, o sus bolsas tejidas de tela, o sus
mallas de hilo o cuerda, que ensanchaban hasta un determinado límite. Una
solución, antes práctica y hoy ecológicamente necesaria. Los envases de vidrio
se utilizaban y reutilizaban hasta que éstos se rompían, se tiraban los
cristales y se buscaba otra botella de otra cosa que sirviera a tal fin… Los
casos se cambiaban vacíos por llenos…
…Por
ejemplo. Los desperdicios orgánicos (hoy un costoso problema para su recogida y
adecuado tratamiento) servían para abonar el huerto, o para alimentar el cerdo,
o los conejos, que luego volvían a comerse la familia tan ricamente. O se le
echaba a la cabra, que nos daba su leche, natural y naturalizada,no destodo y desnaturalizada;
o a las gallinas, que nos regalaban sus huevos, todo muy bien para lograr una
muy satisfactoria y equilibrada alimentación… ¿Qué decía la francesa esta allez les Pyrinnées?.. ¡Ah, sí..!,
Economía Circular. Pues eso, justamente eso, madame mía, una economía
naturalmente circulante…
Y
la ropa se heredaba, se le hacían arreglos, se adaptaba y reutilizaba… y ya, cuando
no podía remendarse más, se le despedazaba para trapos con que limpiar el
polvo. Para limpiar los cristales, cocinas, paredes, chapados, utensilios
mecánicos y hasta para forro de mochos de escoba con que dar brillo a los
suelos. Hasta los papeles de los periódicos servían para multitud de usos,
desde envolver vasos y objetos frágiles para su empaquetamiento, a usarlos como
excelentes limpiadores de cristales, pasando por un fantástico abrigo del frío
bajo la camisa en los crudos meses de invierno. Usted se ponía entre pecho y
espalda cualquier periódico y le solucionaba el viaje en moto en los primeros o
últimos fríos del día…
El
calzado se adaptaba, moldeaba, se ponían medias suelas, tacones o se le daba un
buen calafateo, como a los barcos, y se le ganaba media vida a la vez que se le
solucionaba su medio de ídem al zapatero remendón del pueblo, que hacía oficio
de esa economía circular... Como no existía un solo aparato doméstico que no
tuviese arreglo y compostura. Absolutamente todos, una plancha, un reloj, una
cafetera, o chisme cualquiera. Todo se componía y se recomponía… y cuando ya no
daba más de sí, aún se despiezaban y se aprovechaban sus componentes para
solucionar averías de otro cacharraje de distinta naturaleza... No hablemos de
cómo se consumía el agua y la luz...
Ahora
resulta que hemos de recuperar parte de ese espíritu porque nos estamos
cargando el planeta, ya que 7.700 millones de homos… ¿sapiens?, consumiendo y
desechando, a pleno derroche y despilfarre, nos estamos envenenando la
existencia y negándosela a nuestros descendientes. También es economía de
subsistencia, no porque no la podamos pagar, como la de antes, sino porque no
nos la podemos permitir. Ni antes, ni ahora, la podemos mantener. No a este
ritmo, al menos…
La
reinventada Economía Circular no es nostalgia de nada, si no prudencia de todo.
La naturaleza está ahíta de basura y nosotros pereceremos ahogados en sus
consecuencias. O somos una civilización de ida y vuelta, o no regresaremos de
esta ida. En este caso concreto, cuando se dice aquello de que cualquier tiempo
pasado fue mejor, puede que sí, que sea cierto. Preguntémosle a la abuela…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h.
http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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