COITUS INTERCORRUPTUS
Siempre he mantenido que un estado corrupto, un gobierno corrupto,
obedece a una sociedad corrupta. Siempre he dicho que una clase política
corrupta nace de una ciudadanía, si no corrupta, si, al menos, corruptible.
Nunca al contrario. Jamás al revés. Un político, antes de ser político es
ciudadano. Si se mete en política llevado por su instinto de medro, ya está
corrompido de antemano, y si se corrompe una vez que participa en política,
entonces es que era un aspirante a corrupto, aún sin saberlo él mismo. Una
sociedad educada, culta, consciente, responsable e íntegra no suele producir
elementos irresponsables e ineptos, incapaces y sinvergüenzas. Ni mucho menos
crea hábitats legales para su conservación y crianza, si no que crea leyes para
su extinción, y espacios de luz transparente para su visión.
En nuestro país,
desde los tiempos de las vacas gordas acá, ha existido siempre un cuasi
confesado y latente matrimonio entre los poderes públicos, políticos, y los
económicos, a través de oscuras relaciones empresariales y financieras. Un coitus corruptus no interruptus, que
todo el mundo ha reconocido y tolerado en mayor o menor grado, como engrase
normal institucional. Incluso se ha aspirado a participar en esa grasa y
ensalzado y envidiado al que lo hacía. Desde el tonto el que no lo haga hasta
la búsqueda del enchufe amiguil pasando por el a mí sin Iva por favor... Todo
un sistema creado para la producción y el mantenimiento de la corrupción… Y del
cocinamiento de una sopa de la que no puede salir otra clase de gusarapos.
Al final del 99,
cuando comenzó esta jodida crisis, la percepción social de la corrupción y el
fraude en España era del 5,8%... el penúltimo lugar en la preocupación de los
españoles. Al final del 2014 está en el 43,2%, o sea, se ha encaramado a un
segundo lugar – por debajo del paro – y ya nos preocupamos mucho por ella…
Pero, ¿porqué este cambio?.. ¿Qué ha pasado en esos cinco años para ser tan
sensibles ahora a la corrupción?.. Pues, muy sencillo: antes éramos
razonablemente ricos y ahora somos rematadamente pobres. Cuando participábamos
del botín, todo estaba bien y nada se veía mal, y cuando no hay migas para
todos, reclamamos nuestra parte a los ladrones que se las están llevando. Pero
a esos ladrones los pusimos nosotros de administradores en su día, para que
engrasaran el sistema bien engrasado. Que no se nos olvide…
Sé que muchos me van a protestar y negar tal hecho.
No… ni hablar, nosotros no elegimos a los sangradores estos. Se echaron a
perder ellos solicos, cuando se vieron en medio de la tarta, pero no aceptamos
esa responsabilidad … me parece oír por ahí. Sin embargo no es verdad, no, no
es cierto. En las últimas elecciones del 2011, el 40% de los regidores
imputados fueron reelegidos. Casi la mitad. Y, que yo sepa, los que metimos el
voto en la urna fuimos nosotros, bajados de una higuera, no los marcianos,
bajados de un ovni…
Hoy, la corrupción ya es nuestro segundo problema
nacional más valorado. Sin embargo, curiosamente tan solo un 12% de la
ciudadanía se siente afectada. Nos seguimos mirando al espejo por detrás del
espejo. Pese al cambio de tendencia en los últimos tiempos, muchos ciudadanos
aún toleran las corruptelas de los políticos. O incluso las justifican… O es
mala conciencia, o es mala costumbre, o es mala educación, no sé lo que puede
ser, pero sí sé que no es nada bueno, y mucho menos cultura democrática. Se
habla mucho de regenerar la política, y no se dice nada de regenerar la
sociedad. Pero mientras sigamos pensando que la responsabilidad social es de
los políticos, y no nuestra, seguiremos cayendo una y otra vez en el mismo agujero. Es la política la que es
responsabilidad de la sociedad… E interrumpamos ese jodido coitus corruptus de
una puñetera vez… Resulta aberrante.
Comentarios
Publicar un comentario