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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

lunes, 7 de abril de 2014

UNIVERSO

No me puedo sustraer de comentar el último descubrimiento que ha hecho un equipo internacional de científicos desde uno de los mayores observatorios del mundo, en el Polo Sur. Es demasiado atrayente para mí, ya me conocen mis habituales de qué pié cojeo. Y me es muy difícil evitar la tentación de comentarlo con ustedes, que, aunque bien sé que esto es tema de minorías, no me negarán que la curiosidad por saber cómo y cuándo comenzó todo este jodido lío, no resulta atractiva.
 
                Porque lo que ha salido a la luz son los primeros instantes del universo. Los primeros segundos de su nacimiento. Las ondas de su primer movimiento, de su primera respiración, de sus primeros latidos… Escalofriante, ¿verdad?.. Todo empezó hace casi 14.000 millones de años… ¿Y cómo puede saberse esto?, preguntarán algunos. Muy sencillo: por la velocidad de la luz: visto el fogonazo y captada la distancia, calculado el tiempo. Pero, el caso de esta cosa es que viene a confirmar la relatividad de Einstein, la teoría del Bing-Bang de Hawkyng, e incluso el más reciente de física quántica del Bosson de Higgs, encajando todo como teselas maestras de in inabarcable puzzle.

                Todo se inicia en un punto primitivo que bien podría ser mil millones de veces más pequeño que un protón, si es que pueden imaginar tamaño destamaño… ¡¡¡ Pum ¡!!. Comienza a expandirse exponencialmente, duplicándose a sí mismo en fracciones de nanosegundos… cien veces… mil veces… un millón de veces… entonces tiene apenas el tamaño de un garbanzo. Pero la fuerza, la inflación, es infinita. Es en ese mismo punto y momento cuando aparece el fenómeno del tiempo. La dimensión temporal. Y eso tan solo como elemento especulativo, para poder entender pálidamente el desarrollo de lo que vino después: la conversión de esa energía en materia, la materia que se asocia en una gama infinita de vibraciones distintas y densidades diferentes para organizarse en mundos, planetas, estrellas, galaxias, cosmos, constelaciones, universos… cientos de miles de millones de ellos.

                Los científicos, de momento, se quedan ahí. Bastante tienen con empezar a desliar esta inmensa sartén de migas. Lo que, a partir de ese instante, depare el desoville de tal madeja, promete ser apasionante, sin duda. Ojalá pueda vivir las próximas décadas manteniendo la sesera lo suficientemente despejada y en condiciones como para enterarme bien enterado de lo que vá a ir saliendo a cuenta de este invalorable descubrimiento.

                Sin embargo, aunque la ciencia lleve su camino pasico a pasico, y no especule, o especule lo justico, a mí sí que me gusta sacar consecuencias suficientes como para mantenerme despierto en lo que me apasiona. Así que yo me pregunto: vale, conforme, de acuerdo, la traca inaugural de este inabarcable castillo de fuegos naturales ya sabemos cómo pudo tener lugar… ¿Pero qué coño – con perdón – hizo que se encendiera la chispa que prendió la candela?.. ¿qué factor provocó tamaña explosión creativa, o creadora, o creacional..?. ¿Qué ocasionó y, sobretodo y casi por encima de todo, porqué se ocasionó semejante espectáculo?.. ¿Qué motivo originó el circo que vivimos como espectadores al mismo tiempo que como payasos?.. Si la mecánica quántica es autointeligente, ¿de dónde salió esa inteligencia?..¿de qué nació la inteligencia natural, animal..?, ¿de dónde leches la humana… por llamarla de alguna forma?.


                Ya sé que son preguntas sin respuesta pesable y medible, cuantificable. Que aquí la ciencia utiliza una discreta prudencia. Es lo suyo. Pero el intelecto vuela en busca de sus propios patrones, porque, si no, no sería intelecto. A mí no me importa en absoluto el nombre que se le dé al absoluto. Me importan los atributos de ese absoluto, no sé si me explico... Y los que me imagino son de mucho más sentido común, de muchísima más lógica, que los que me han ido enseñando muy mal enseñado, y tuve que reaprenderlos de nuevo por mí mismo… Buscad, y encontraréis, ¿os suena?..

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