LIBERTAD
Aun siendo la
libertad uno de los conceptos más utilizados en todo el mundo, también es la
idea más abstracta de todas las abstracciones habidas y por haber. La libertad
es una abstracción tal que la humanidad casi ha consumido toda su historia en
guerras en nombre de ella, y aún las sigue convocando, y nunca, jamás, ha
conseguido alcanzar el grado de libertad por el que nos hemos matado entre
nosotros tan displicentemente. Otra cosa son las crónicas siempre escritas, y
casi siempre falseadas, por los ganadores, claro. La libertad es, quizá, la
única inalcanzable utopía del ser humano. Y es así, porque también puede que
sea la única meta de absoluta
intangibilidad. Y que la libertad, o es espiritual, o no es libertad.
Y esas van desde nuestros
condicionamientos sociales hasta nuestras propias costumbres. Desde afeitarnos
siempre de izquierda a derecha a votar siempre a la misma opción política.
Desde el ritual de como atarse los zapatos a la adopción de los mismos
ideotipos según la relación con qué personas. Desde hacer las cosas sin
pensarlas, a creer en cosas que otros han pensado por nosotros.
Invariablemente. Ejemplo: tampoco existe la belleza ni la fealdad. Es otra
abstracción. Solo existe la libertad de cada cual en decidir lo que nos parece
bello o feo. Nada más. Como no existe tampoco el amor o el desamor, si no tan
solo que la libertad en medir el grado de afecto según nuestra apreciación
personal. Igual ocurre con la felicidad, que, espejismo o no, nos la creamos
nosotros o nos la destruimos nosotros. Nosotros fabricamos las escalas, y
nosotros colocamos los niveles. Eso es todo.
Por eso mismo decía al comienzo
que la libertad, si existe, es de índole espiritual. Con ella y por ella
fabricamos nuestras cadenas y por ella y con ella las rompemos. Así que puede
existir una persona sana, autónoma, físicamente plena, y ser un pobre esclavo
de sí misma. Todos los días vemos a mogollón de ellas atadas a cuantas
servidumbres de falsas apariencias conocemos. Y pueden existir, como existen,
personas limitadas pero ciertamente libres por su mente, por su cultura, por
sus conocimientos, por su sabiduría…
A la mayoría nos suele pasar
como aquel esclavo que fue liberado:
-
Eres
libre. Rompe tus cadenas y vete.
-
¡Ah!.. ¿Y porqué
qué quiero ser libre?.
-
Porque
nadie es quién para decirte lo que tienes o no tienes que hacer o pensar.
-
Ya…
Entonces, ¿quién eres tú para decirme que sea libre?..
Y es que, en realidad, la libertad no se puede otorgar ni conceder a
nadie. La libertad solo se puede asumir. O se asume o no se asume. Eres libre
de ser libre. Tú haz lo que quieras…
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