DIÁLOGO DE BESUGOS

Otra vez, un uno (U) se encuentra con otro (O) y…

U.- Hola, amigo, ¿qué, cómo van las cosas?..
O.- Bueno, ya ves cómo. Ni bien ni mal, si no todo lo contrario tirando a lo primero…
U.- Desde luego, eres la alegría de la huerta.
O.- ¿Qué quieres?.. si me preguntas cómo van las cosas, pues yo te contesto cómo van las cosas que veo… ¿no?.
U.- Ya… si no te digo yo que no, pero es que parece que estés peleado con el mundo.
O.- No lo parece. Es que estoy peleado con él.
U.- ¿Y se puede saber por qué?.
O.- Pues, sencillamente, porque no me gustan la mayoría de las cosas que veo.
U.- Pero eso es muy negativo. La gente dejará de tratarte, cansada de oírte criticar las cosas…
O.- Pues que no me traten. Nadie está obligado a hacerlo, ¿no crees?..
U.- Claro que no…  Pero es que el pesimismo recalcitrante espanta al personal…
O.- El pesimismo y el optimismo solo son visiones extremas de una misma realidad. Yo no participo de ninguna de ellas.
U.- ¿Ah, no?.., ¿entonces qué coño es lo tuyo..?.
O.- Es lo que tú ves que parece ser. A mí me pasa igual. Es lo mismo…
U.- Ya… pero no me negarás que te pones pesaíco…
O.- No… si no lo niego. La cosa está en que me pongo canseras en lo que creo que me debo poner canseras. Solo eso. Cuestión de conciencia, ya sabes…
U.-Pero es que también hay cosas positivas.
O.- Y tampoco lo niego. Pero pienso que hay que denunciar lo que está mal, no justificarlo con lo que está bien. No sé si me explico…
U.- Vale, vale… pero es que te pasas cuatro pueblos.
O.- ¿Y qué?.. Puedo pasarme cuantos pueblos quiera mientras cante verdades como puños. ¿o no?..
U.- Bueno… Si tú lo crees así.
O.- Es que si no lo creyera así, sencillamente no lo haría. No es agradable ser zamarreado por todos.
U.- Entonces, ¿no llevo razón en lo que te digo..?
O.- Desde tu punto de vista, toda la razón del mundo. Desde el mío, no del todo…
U.- Pues yo lo veo como una cuestión de pura lógica.
O.- Y yo como una cuestión de pura óptica.
U.- Lo que tú quieras. Pero insisto en que parece que estés oliendo siempre a mierda.
O.- Es que estoy oliendo siempre a mierda…
U.- ¡Y dale..!.. Pero, joer, cállatelo al menos.
O.- No puedo mientras siga oliéndola. Si alguna vez se me atrofia la napia, como a tantos, entonces me callaré porque no sabré si la hay o no la hay por mí mismo, ¿comprendes?..
U.-Pues mira, no.
O.- Tampoco te lo reprocho, no creas… Entiendo que los que somos así resultamos incómodos. Pero es que creo que el que calla, otorga, y si en verdad no aceptamos la mugre, no debemos callarlo…
U.- Admite al menos que eres un tío raro… que no es normal…
O.- Admito que soy raro, pero también normal. ¿O es que no es normal que haya gente rara?..
U.- No intentes liarme con tus juegos de palabras.
O.- Yo no intento nada. Solo intento que no se intente callar al que denuncia.
U.- Pues no sé si lo consigues, porque yo creo que cada vez te seguirán menos…
O.- Ni yo tampoco lo sé, pero me importa poco… Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la imbecilidad humana.
U.- ¡Hala..!.. No te digo… ¿cómo se te ocurre decir tamaña barbaridad?..
O.- No… Si no lo digo yo. Eso lo dijo Einstein.
U.- Bueno… Abur, y que te den…

O.- Pues vale…

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