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Mostrando entradas de mayo, 2015

FAUNA POLÍTICA

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Decía Montaigne que “lo único que nos une y nos hace humanos son las palabras ”… Y lo que nos desune, también, añado yo… aunque no quisiera contradecir al gran pensador y filósofo, Dios me libre. Pero los humanos también utilizamos las palabras para disimular, destruir, engañar y mentir. Sobre todo, mentir. Lo hemos visto en la pasada cita electoral, y lo veremos igualmente en la próxima, apenas dentro de unos pocos meses. La Política es el abrevadero donde se refocilan los grandes mentidores. Estoy seguro que sus entrenadores personales – no les quepa duda que los tienen – les enseñan ejercicios ante el espejo para que sus bocas digan lo contrario a lo que piensan, y que no se les note en la cara.                 Es lo bueno y lo malo del ser humano con respecto al pobre animal. Que éstos, al no estar dotados de la palabra (tampoco es que lo necesiten) no pueden disimular sus sentimientos al no poder mentir. Pero el hombre, sí. El hombre usa y abusa del disimulo a fín de embuste

PARA QUIÉN LO PILLE...

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El mar no tiene orillas. Como tampoco tiene principios, ni finales… ¿Quién puede decir aquí comienza, o aquí termina, este mar?.. ¿dónde empieza y donde acaba cualquier mar?.. En ningún sitio. Todos sus lugares son mar. Cualquier punto es solo mar… Quizá algunos me digan que bueno, sí, pero no es igual el mar de la ribera, de una playa, de unos acantilados, que el centro profundo del mar profundo. No es lo mismo… Pero sí que lo es, porque el mar, que es agua, que es líquido, ahora está aquí, rompiendo en la escollera, como más allá, remansándose en la arena, como mar adentro, de vuelta a su centro, o en pleno océano, formando parte de la estela de una nave… Y todo él es el  mismo agua, el mismo mar, sin principio y sin ningún final…                 Un alguien, me susurró a la oreja del alma que el hombre, el ser humano, es como el mar, sin sitio ni lugar que precise un punto de comienzo y otro de final… Pero – objeté -  el hombre tuvo su aparición, su momento, y seguro que acabar