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Mostrando entradas de julio, 2015

CUIDADO, MUCHO OJO...

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Sí… Hemos de estar ojo avizor. No todo lo que reluce tras los aparentes cambios para regenerar la política es oro. Ni mucho menos. De hecho, hay mucho de oropel. Es como aquella tribu que empieza a descubrir que los espejitos y los abalorios son engañabobos a cambio de dejar hacer al hombre blanco, y entonces, el esquilmador se cambia de color el salacot y saca de la mochila otros regalitos más sofisticados, como espejitos parlantes y collares con pilas. Es lo mismo, pero parece más evolucionado. Es igual, pero es nuevo, y, de momento, dá el golpe de efecto y entretiene al personal.                 Lo de las primarias, por ejemplo, es un camelo muy bien montado por los partidos que se las dan de progresistas , y a lo que se ha apuntado, forzado por las circunstancias, hasta el mismísimo PP, que de progresismo no conoce ni las letras… Es algo así (o al menos así lo venden) como democracia interna. Los candidatos serán propuestos por las bases – dicen – y se quedan tan panchos.

BIEN ESTÁ...

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Si echamos una mirada retrospectiva, aunque corta, habremos de considerar que el movimiento 15.M no fue humo de pajas. Que aquellas acampadas de jóvenes indignados y raftosos (no tengo nada contra las raftas, solo contra la mugre) polarizaron la indignación de una gran parte de la ciudadanía, e introdujo en la sociedad el que se pudiera dar el movimiento corrector político que hoy tenemos entre manos, y es conjurar la deriva viciada y peligrosa que llevaba la democracia para convertirse en una partitocracia nepótica, despótica y corrupta, propiciada por un cada vez más podrido bipartidismo.. Este es uno de esos casos en que se dice que el presente modifica el pasado, si bien no es así, pues solo modifica nuestra visión, nuestra percepción de ese pasado, obligándonos a reinterpretarlo a cada momento.                  Aquella movida de gente harta de abusos y apandadores, y ante la falta de respuesta institucional a tal demanda, dió a luz a Podemos, en un nacimiento natural y si

AYER, COMO HOY...

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Estamos viviendo viejos tiempos nuevos. O nuevos tiempos viejos, me es igual… Hay personas que me comentan sobre la precariedad de los jóvenes para el trabajo, para encontrar un empleo… digno (se suele decir como una muletilla), para buscarse una nómina fija, no digamos un puesto del estado, sacar unas oposiciones para encasquetarse de funcionario… Sobre todo, me dicen, la inseguridad de tener que trabajar por cuenta propia, de jodido autónomo. Y se quejan – nos quejamos – de que jamás hemos vivido tiempos tan malos e inseguros como estos. Pero lo cierto es que no es cierto. La verdad es que no es verdad. Lo cierto y verdad es que son tiempos ya vividos.                   En tiempos de la posguerra todo era así, y aún mucho, muchísimo, peor que hoy. Mi padre, por ejemplo, militar derrotado de una derrotada república, tuvo que hacerse autónomo de la brocha para mantener a la familia, antes, incluso, de que se inventaran los propios autónomos como tales. La inmensísima mayoría de l