EXORCISMOS
El otro día leí un artículo sobre uno de los últimos exorcistas de la Iglesia católica, el padre J.A. Fortea. Uno de los pocos expertos en demonología que van quedando. Es español, y reconoce que “vivimos los últimos años del exorcismo ”. Es natural, dice, aunque no sea lógico. Y no es esta afirmación un dislate, no… Vivimos la era de la ciencia, y la ciencia no reconoce la posesión, así que aquí la Iglesia pierde. Es cierto. En el exorcismo de la niña vallisoletana que ha salido mal, ha sido condenado el cura metido a médico del cerebro. Fortea afirma que en las docenas de casos que aún le llegan, desvía al menos un 95% al psicoanalista, pues no debe haber conflictos, y aún así… los éxitos pasan desapercibidos y no cuentan, pero los fracasos… Naturalmente, existe un terreno oscuro, hostil, virgen, y que aún es terreno de nadie, que es la esquizofrenia, y ahí es donde suele mezclarse la posesión con la chaladura, y es donde nadie, o casi nadie, tiene respuesta.