TELEVISIÓN
Cuando, hace mal de mil
años, fuí zagal, aprendí (me enseñaron) que Thomas Alva Edison había inventado
la bombilla, Marconi, la radio, Bell, el teléfono, los hermanos Whright, el
avión, otros hermanos, los Lumiére, el cine, Fléming la penicilina, los Curíe
las vacunas… y así todo, o casi todo – lo que ya no sé es si esto se sigue
enseñando en las escuelas, o ya no se enseña allí ni en ningún otro sitio –
pero lo que sí parece ser es que, en la actualidad, vivimos de y con inventos
que ya no tienen inventores. Al menos no son conocidos
Por ejemplo: la televisión… A ver, usted, señor
estudiante, dígame quién inventó la televisión, que es el invento más
importante del siglo XX y XXI, y que ha cambiado absolutamente la forma de vida
de toda la humanidad. Yo, al menos, no lo conozco, y lo que está claro es que
la televisión no se ha inventado sola. Si uno se pone a buscar (buscad y
encontraréis, ya sabéis) nos encontramos allá, en los albores del pasado siglo,
con un ruso, un tal Zworkin, que empezó con los barruntos, luego se juntó con
otro compatriota, Rossing, que andaba trajinando con el telescopio eléctrico,
que después se largó con viento fresco a EE.UU. y tuvo que ganarse los garbanzos
trabajando para la Westinghouse, y que los alemanes, en paralelo y mientras
tanto, iban a lo suyo enredados en otras investigaciones similares, si bien que
destinadas al campo bélico o de defensa, que es lo mismo…
…En fin, el caso es que en la Feria Mundial de 1.939, en
Nueva York, ante la presencia de Roosvelt, se presentó una especie de caja
imagenparlante, a lo que empezaron a llamarlo Emitrón, Iconoscopio, Telefoto,
Televista, Televisión… ¡Plaff!, puesta de último huevo, hasta aquí. Algo así,
más o menos, fue la cosa… Yo creo – y esto es una opinión personal, claro – que
ayer existían genios que brillaban con luz propia y parían el invento desde el
principio, y hoy es la interacción de la ciencia y la técnica, la colaboración
interdisciplinar, el intercambio científico, lo que lo consigue. Que son un
encadenamiento de mentes brillantes los que aportan su saber a la consecución
del invento. De forma que hoy cualquiera de los muchos inventos que intervienen
en nuestra vida, son fruto de las leches de muchos padres… y madres.
Quizá sea por eso mismo que el invento que ha reinventado
nuestras vidas no tenga un inventor definido (permítanme esta especie de
cacofonía) y que sea, precisamente, eso mismo, un signo, quizá EL signo, de
nuestros tiempos… Porque, no lo duden, la televisión ha cambiado al hombre como
ser evolutivo, tanto para bien, que no lo dudo, como para mal, que tampoco lo
dudo. Tan es así que hemos pasado, en menos de un siglo, de ser el Homo
Sapiens, a ser el Homo Vídens, como alguien ya ha empezado a llamarnos. Ya no
sabemos, ya solo vemos. Y, lo que es peor, puede que nos enganchemos al Ver
para no Saber. Porque es más fácil mirar que pensar… Piénselo usted mismo que
me está leyendo: 7.500 millones de habitantes del planeta ven una media de 5
horas diarias la televisión. Saque cuentas. Eso es que la quinta parte de la
vida de la humanidad nos la pasamos ante la televisión. Los de mi edad, ha sido
una buena parte de nuestra existencia, unos más otros menos, pero de
generaciones posteriores acá, ese porcentaje en la totalidad de la vida de las
personas vá en progresivo aumento. Eche un cálculo.
¿Es eso positivo o negativo?.. Pues, depende, al menos,
de un par de cosas: de la adicción que nos crea, y de los contenidos que nos
ofrecen. La televisión es la actividad voluntaria a la que más dedicamos
nuestro tiempo libre, con diferencia. Tras trabajar y dormir, que son por
necesidad, la tele capta la mayoría del resto, ya que la diversión y las
compras, si lo analizamos bien, son reflejo y consecuencia del consumismo y
hedonismo que se nos inyecta a través de ella. Eso es pura realidad. La
televisión es una herramienta que nos capta, y nos precocina y condiciona. Nos
mete muy poca formación, mucha información (parte de ella, desinformación) y
muchísima deformación.
La tendencia generalizada a los canales deportivos,
youtuberos y de series, es un dato sintomático. Cada vez menos televisión
abierta y más enlatada. La abierta, orientada a concursos y realitys shows, y
la cerrada, centrada en centenares, miles, de series que crean adicción
contínua y constante. Hoy se considera normal que una persona lleve media
docena de series en danza y trasegarse ciento por año. Pero eso no es la normalidad,
si no otra cosa, una normalidad paralela. Se está construyendo una sociedad
adicta y adepta. Perfectamente orientada al mundo orwelliano que se quiere
imponer. Lo trágico y diabólico está en que no se impone por obligación, si no
que se acepta por sumisión. Voluntariamente. Así, hasta vivir nuestra vida a
través de las series, o a vivir las series a través de nuestra vida. Pónganle a
esto etiqueta ustedes mismos…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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