FÚTBOL PARTY
En la época de la dictadura, cuando se oía la palabra partido fuera de contexto, o sea, fuera de fin de semana, en un velador de cafetín y en voz baja, la imaginación volaba al comunista y a Radio Intercontinental, que transmitía desde la cara de afuera los Pirineos. Pero si se oía en el tramo sábado-domingo, y en toda barra de bar y en todas las emisoras de la parte dentro los Pirineos, entonces era uno de fútbol a la voz en grito de Matías Prats. No había peligro. La gente podía solazarse sin problemas con cualquier partido. Siendo de fútbol todos estaban legalizados, y permitidos, y garantizados, incluso aconsejados, y patrocinados… Ha pasado más de medio siglo de ello, y parece haber transcurrido medio milenio. Pero hay cosas que no cambian nada. Como hay cosas que cambian poco. O cambian lo justo. El escenario en que se desarrolla el deporte, o el negocio, o el sorbesesos, o lo que fuere este invento, ha cambiado mucho. Los decorados mohosos y ominosos, ce