LO HUMANO Y LO DIVINO
Juro por Tutatis que había decidido no escribir sobre ello al tocar el campo de lo privado. Sin embargo, es demasiado tentador abstenerse de comentarlo ya que da materia y tema suficiente como para ejercitar el buen hábito de cavilar, así como para un artículo muy interesante. Entonces, he pensado que si no cito el dónde, el cuándo, el porqué, el cómo, ni, por supuesto, el quién, si no tan solo el qué, salvaguardo totalmente lo que se debe proteger. Incluso, si así se prefiere, puede entrar en el terreno de lo imaginario. Eso no quita ni añade nada, pero, como en las fábulas de Samaniego, siempre aporta más que resta. Así pues, escenifiquen ustedes aqueste cuento como bien gusten. Y érase una vez un alguien que te plantea que porqué leches tienen que ser verdad los descubrimientos científicos en genética, en física cuántica, en neurología, o incluso la teoría de la evolución de Darwin, y que porqué creer en lo que diga la ciencia. Y lleva razón, nadie tiene po