EN LOS ALCÁZARES...
…Tres años después. Si entonces los efectos de la gota fría fueron desastrosos, esta vez han sido devastadores. El problema no es que la Riada de Santa María, como ha sido bautizada por nuestro presidente cameral y rápidamente adoptada y adaptada por la oficialidad – brillante aportación del Ejecutivo, a fe mía – sea recordada en los tiempos venideros como un luctuoso recuerdo. No. El problema es que no sea recordada por el simple detalle de que se convierta en un hecho natural, repetible y no aislado. Ese es el auténtico y genuino problema. Los partes (y partos) oficiales se esfuerzan en difundir que es un fenómeno no debido al cambio climático, que siempre han existido, aún con otros nombres. Y sí, es verdad. Pero lo que no dicen es que el cambio climático, ya irreversible, lo multiplica, tanto en frecuencia como en potencia. Y aquí, nuestra actual mediocridad política, alta, baja y mediana, toda ella, esos políticos adolescentes como los llama Núñez F