SUMA SIGUIENDO
En días pasados, hablando del apóstol Tomás, el incrédulo del dedico, se me quedaron un par de cosillas interesantes en el tintero, que entonces no venían al caso de lo que se estaba tratando, pero que, por su curiosidad, no merecen ser ignoradas, que es lo que se hace con lo que no conviene que la gente se entere, para no hacer – o hacerse – preguntas incómodas. El mismo nombre de Tomás viene de la raíz hebrea “ ta´am ”, que no significa otra cosa que “ mellizo ”. El propio San Juan, en su Evangelio, cada vez que se dirige a él, lo hace con el sobrenombre de “ dídimo ”, que no es otra cosa también que “mellizo ” en griego… Lo que ya no se dice nada es de qué otro era mellizo… Pero hete aquí que en las Actas Apócrifas de Tomás lo ponen como el hermano gemelo del mismo Jesús, asegurando que “ el parecido físico entre ambos es tan asombroso hasta el punto de que se les confunde con frecuencia ”… Otros autores lo ponen como gemelar de un tal Eleazar, muy amigo del Maestro, y q...