GACETEROS
Un vecino seguidor, siempre cargado de buenas intenciones hacia mí, el pobre, pero que no dá una, me para por la calle, como siempre, para hablar conmigo unos minutos… En esta ocasión, el buen hombre me trata de periodista. Yo le agradezco el título, pero le pido que me apee del tratamiento, pues no soy periodista… que, si acaso, soy columnista, y tampoco estoy yo muy seguro de ello, dadas las circunstancias. Me doy cuenta que, cada vez que esta persona trata de agradarme (una vez me dijo que si habían puesto una calle a mi nombre, otra que si me había nombrado juez de paz honorario (¿?)., siempre mi contestación lo deja confundido, y descolocado por los bulos… Así que asumo la tarea de explicarle la diferencia, con sumo cuidado y con mucho gusto. Creo que se lo merece. Y le digo lo que pienso, lo que siento, más quizá que lo que es en realidad. Y le suelto que a un columnista se le llama así por la composición de sus textos en el periódico (e