RECORDEMOS Y PENSEMOS
(de BBC) No hace ni cuatro siglos se celebró el juicio contra Galileo por parte de la Santa Inquisición de la Iglesia Católica (1.633)… “ Eppur si muove ”, dijo el sabio apenas fue condenado (murió poco después a resultas del castigo recibido) en una última confesión de la verdad científica y el obligado sometimiento a la cerrilidad dogmática de una institución que, posteriormente, ya en 1.991 nada menos, Juan Pablo II no tuvo más remedio que reconocer que era inocente de la acusación por la que fue perseguido, apestado y apartado… Eso sí, no se pidió disculpas por el error, no se pidió disculpas por su muerte. Un reconocimiento forzoso y forzado por circunstancias demostrables e irreversibles. “La doctrina de que la tierra ni es el centro del universo, ni está inmóvil, sino que se mueve, incluso con una rotación diaria, es absurda y falsa, tanto filosófica como teológicamente, y es, cuando menos, un error de la fe ”. (Del Acta de acusación de la Iglesia Católica contra Galileo). Se