RESTAR PARA SUMAR
El de Sentido Común no hizo precisamente cosquillas en el bureau de la ostpolitik ni en el del ostbank . No saben cuanto lo siento, coñe… Y eso que me fui a los altos órganos europeos por no molestar. Pero, joer, el dolor reflejo de la cabeza se sintió en los juanetes, hay que ver cómo somos… Y me dice algún uno que otro prójimo más o menos próximo que las cosas no son tan simples como yo las veo, ni tan fáciles como sumar dos y dos. Pues no, maestro… Si yo no hablaba de sumar, si no de restar. Y si restamos tan solo que lo que malgastamos – que no en inversión, como se está haciendo – al final lo de las sumas vendrán por sí solas, y serán como una añadidura, que el añadir y el sumar ya saben que vienen de lo mismo. Como aquella bucólica parábola neotestamentaria de la advertencia que no seamos pajarracos y fuésemos como los pajaricos… y lo de las flores del campo y eso. Y como yo me considero más un pájaro de cuentas, que no un pájaro de cuenta… como otros, pues eso mismo, que la