ESTO ES LO QUE HAY...
Contaba Elvira Lindo que si usted va a una librería y pide, a un suponer, algo de Graham Greene, y el vendedor se encoje de hombros y pone cara de tonto, es tan solo una persona que la han puesto a vender libros, pero si asiente, conociéndole, aunque en ese momento no disponga, entonces es un librero. Es la diferencia entre un atendedor y un entendedor. Entre alguien que está y alguien que sabe. Entre un despachador y un conocedor. Siguiendo entre libros, el impostor no sabe/no contesta, mientras que el profesional lee en diagonal cuantas novedades le vengan, comenta, aconseja y sabe lo que lleva entre manos. Es uno de los oficios más completos y complejos, más difíciles, y también más escasos. Pero es que en el ramo del comercio en general, hoy casi solo existen despachadores, y hay pocos, muy pocos, entendedores. Los pequeños comercios se han contagiado de lo peor de las grandes áreas, y no han sabido conservar el dependiente profesionalizado que sabía y entend