FEMINAE, FEMINI...


Siempre he venido escribiendo y opinando sobre la naturaleza femenina del Dios bíblico y machista que se nos presenta desde el Génesis acá… Cada vez que, en algún artículo he tocado el tema, he vertido mi opinión de que Dios fue mujer. En cada ocasión he afirmado mi convicción que, si el principio creador (no hablo de generador, pues no es lo mismo) es femenino, y Dios es creador, tiene que tener una importante parte femenina. En las oportunidades que he tenido que tratar estos temas, siempre he manifestado mis dudas de si Eva vino de Adán, o, por el contrario, Adán proviene de Eva, y siempre he intentado poner de manifiesto el esfuerzo de las religiones por esconder, omitir, silenciar la parte femenina de la creación, aun sabiendo que no se puede crear nada sin ella.

                Vale. Pero nunca había puesto sobre el tapete la lógica de que, si el lado que consideramos positivo, la bondad, Dios, tiene una parte femenina, en correspondencia, el lado considerado negativo, la maldad, Satanás, igual deba tener una parte femenina, ¿no?.. Es de sentido común. Aunque, al igual que a Dios nos empeñamos en hacerlo macho, al diablo igual nos encamotamos en otorgarle sexo varón… ¿a que sí?. Sin embargo, en las culturas más antíguas de la humanidad, donde ya existía la idea de la separación del bien y del mal, al demonio se le reconocía también una entidad femenina: Lilith. Una diablesa comedora de niños, agostadora de cosechas, mala de toda maldad… y visitadora nocturna de hombres a los que exprimía su jugo vital hasta dejarlos más secos que unas pasas. Natural, no podía ser de otra manera. Si el macho cabrío judeocristiano cohabita con brujas, a ver por qué esta vampiresa-diablesa no puede hacerlo con los tíos, digo yo… Las antiguas escrituras relatan que hubo un momento en que “los ángeles de Dios vieron que las hijas de los hombres” estaban más buenas que el pan, y bajaron a tomarlas… por las ingles… y que de esa unión nacieron “varones de gran nombradía”… ¡Y dale con los varones, siempre varones… Bueno, vale, pero ¿por qué los ángeles también los ponen como varones?.. ¿no pudo haber ángelos y ángelas que se pusieran al tajo con hombres y mujeres? Pues lo más fijo que sí.

                Miren… Aquí cerca, en Orihuela, hay un Paso de Semana Santa donde sale La Diablesa. No el demonio, como en muchos otros, no, la demonia. Es de Nicolas De Bussy (siglo XVII), y la talla encierra un marcado significado oculto – esotérico, si quieren – de profundo calado. La Diablesa tiene cuernos, para fijarle su filiación demoníaca, un rostro con marcados rasgos de malsana lubricidad, como corresponde a sus perversas intenciones, una manzana en una mano, para indicar su conexión con Eva con toda la mala leche del mundo, y un montón de signos que no cabrían todos en este artículo… Y, naturalmente, más fea que la leche. Y digo fea, y no feo, porque existe un detalle en La Diablesa tan curioso como revelador. Tiene pechos, sí, pero también tiene pito. Sus órganos sexuales se adivinan de macho y hembra. En una palabra, sus atributos abarcan ambos géneros. Definitivamente, es un ser andrógino.

                El recado, el mensaje, resulta clarificador. Si el principio generador (masculino) y el creador (femenino) se reúnen en, y parten de, Dios, deben reflejarse en cuanto ha sido creado de Él y por Él… “Macho y hembra  lo creo” (…) “A su imagen y semejanza lo creó”. Y señalo que lo dice en singular, no en plural. Si aceptamos como hipótesis que don Chivo era una creatura de Dios, pues una de dos, o es un ser andrógino, o sufrió una intervención de separación de sexos en algún momento del proceso, como ocurrió con el ser humano (salvo que seamos lo mismo), y entonces hay demonios y demonias jodiendo por ahí… quiero decir fastidiando, dando por saco, haciendo diabluras…

                Así que sí. Si Dios fue (es) mujer, el diablo, también. Lo siento mucho. Tampoco es eso tan malo, no me engüisquen ni me malentiendan. Eso quiere decir que el principio femenino, aunque la cultura machista quiere esconderlo, está presente en los signos y símbolos importantes, en todas las claves de la creación, en todos los misterios y orígenes de la humanidad, en todas sus fés, sus religiones y creencias… Lo de la cosa masculina, también, pero de otra forma, de otra manera… Y es que esa es otra historia…


MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador  – los viernes a las 10,30 h. en: http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

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