CONTRADICCIONES MEDIÁTICAS
Habremos de
reconocer que en este país, los medios de comunicación, que tan preciados y
valiosos frutos prestaron al pueblo y a la democracia en la época de la
transición, hoy suelen patinar demasiado patéticamente en la grasa de su
sacrosanta obligación de informar. Es cierto que es su misión. Pero no es menos
cierto que también les resulta demasiado relativamente fácil a los enemigos de
la democracia utilizar tan sagrada misión para sacudir los cimientos de la
propia democracia. Y es que una cosa es hacer valer la información, y otra muy
distinta valerse de la información.
Pero no solo se le concede
cobertura y eco, sino que, como en este último caso, a un periodista,
valientemente, se le ocurrió encararlos con su responsabilidad, y no solo se
negaron a responder, claro, si no que siguieron con su cruel payasada mientras
todo el resto les hacían las fotos de rigor a los fantasmas de rigor. Lo
lógico, lo natural, lo consecuente, es que absolutamente todos los periodistas
hubiesen abandonado al instante el cubil del infecto circo, y los hubieran
dejado solos en compañía de ellos mismos. Bastante tienen. Hay casos y cosas en
que el silencio es mucho más elocuente que el más aberrante de los comunicados.
Y más cuando es una verborrea cargada de diarrea… y sangre.
Y, sin embargo, por otro lado
tenemos asuntos que deberían ser aireados y descubiertos, y mantenerse en
candelero cuanto haga falta, y ser repetidamente denunciados hasta la saciedad,
pero hacemos lo contrario. Hay muchos, muchísimos ejemplos. Más de los que, en
realidad, quisiéramos… Pero, por poner uno solo, uno de los que más afecta a la
humillada opinión pública, pongamos el relativo a los insultos de los indultos.
Resulta del todo punto
inaceptable lo que está pasando con este desgraciado asunto. Nos toman por
bobos, y a lo peor es que lo somos… ¿De qué sirve que a los políticos ladrones
y sinvergüenzas los encarcelen, si luego se indultan a sí mismos?.. En esta
última década, los distintos gobiernos han concedido 25 indultos a
prevaricadores, 107 a malversadores de caudales públicos, 16 a autores de
cohechos, y cerca de una centena a delincuentes comunes relacionados con la
política o con bufetes de familiares de políticos. Esta porquería se arreglaría
cuando se encarcele a los indultadores y que éstos no puedan ser indultados,
claro…
Ya digo… Son tan solo que un par
de ejemplos de contradicciones en el manejo de la información. La prensa en sí misma
es un arma. Para bien o para mal. Eso nadie lo duda. Como igual sé que nada es
enteramente libre, no soy un iluso. Y que los poderes y las ideologías suelen
hacer uso y abuso de ella, a través de intereses espurios. Y que la auténtica,
la genuína prensa libre es una utopía… Pero, al menos, dignifiquémosla en su
administración y tratamiento para que sea un instrumento al servicio del bien
común. De verdad que lo agradeceríamos mucho… En serio.
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