LA MALA EDUCACION
Éste va a ser un tema para
debate: ¿están los niños de hoy peor o mejor educados que los de ayer?.. Ahí es
nada. Algunos, entre los que me incluyo hasta cierto punto, diremos que, sin
dudarlo, los de antes estaban mejor educados – y estoy dispuesto a no rehuir
las críticas – y otros muchos, quizá que la gran mayoría, digan que no es eso,
que es que no es lo mismo, que es distinto, que son otras circunstancias, otros
tiempos, que hoy el mundo está como está… Otra vez, de nuevo, echándole la
culpa a las circunstancias, los tiempos, la sociedad, o el mundo, como si todos
esos conceptos tuvieran vida propia y evolucionaran por sí mismos. Como si
ninguno de nosotros tuviéramos nada que ver con ello. Lo cierto y verdad es que
resulta una excusa perfecta, un buen refugio donde ocultar la responsabilidad
de todos y cada uno de nosotros.
Pues será porque nos conviene
que así sea, pero, en realidad, no lo es. La cuestión es relativamente
sencilla. En algún punto de la historia reciente los padres hemos delegado la
responsabilidad de educar a nuestros hijos en las instituciones del Estado, en
los sistemas educativos y en los funcionarios educadores, inhibiéndonos, en
todo o en parte, de tal obligación. Los aliados naturales perfectos para eludir
el conflicto son las nuevas teorías libreactuantes educacionales, que vienen a
relajar el sistema anterior y a liberar de muchas tensiones a los papis, que se
apoyan en ellas porque son muy cómodas de aplicar. Lo cierto es que no se puede
juzgar y valorar hasta ver los resultados de su liberal aplicación, y los
primeros resultados son los que provocan la pregunta que abre el artículo de
esta semana: ¿están los niños de hoy mejor o peor educados que los de antes?, y
entonces vienen las excusas aludidas.
…Pero antes, cuando algún zagal
hacíamos lo que no debíamos, o no hacíamos lo que debíamos, siempre había un
adulto que, sin ser nada nuestro, nos llamaba la atención con una pregunta que
acusaba, ineludiblemente, a nuestros progenitores: “¿es que tus padres no te
han enseñado a…?”, “¿es que tus padres no te han dicho que..?”, “¿es que tus padres no te han educado?”…Aquí
resaltan un par de cosas que conviene distinguir. Una, se señala directamente a
los padres como origen del resultado de una mala acción u omisión. Y otra, es
la comunidad, a través de cualquiera de sus miembros adultos, la que asume el
derecho y la responsabilidad de llamar la atención, de corregir o de reñir.
Hoy eso resulta del todo
impensable. Nuestros derechos individuales no permiten en modo alguno que
ninguna persona ajena a nosotros mismos llame la atención a nuestros hijos. Y
mucho menos que nos señalen como responsables, faltaría más… antes vamos y le
rompemos la cara por meterse donde no le llaman. Y con tal acción, mostramos a
nuestros hijos el camino de una más que dudosa forma de comportamiento, al
menos, antisocial. Igual lo hacemos, sin cortarnos un pelo, con los propios
educadores que se atrevan a querer educar a nuestros retoños (deberían
cambiarles el calificativo), cosa que se abandona al pairo y no se colabora lo
más mínimo, dada la actuación de muchos padres… Y es muy posible, casi seguro,
que esos papis ya hayan sido… ¿mal educados?.. por los suyos, y no hagan otra
cosa que aplicar un modelo defectuoso. Una generación aprende de otra, y la
familia va formando sociedad. Unos hijos aprenden de unos padres. Ayer, el
modelo era educar con la disciplina y con el ejemplo. Hoy se carece del ejemplo
de antes (solo existe el de ahora), y la disciplina es un modelo maltratado y
peor entendido, porque no tenemos la capacidad ni la voluntad para establecerla.
Es posible, muy posible, que me
equivoque, o no… es probable que no lleve razón, o sí… Puede que incomode a un
par de generaciones… Es casi seguro que me lloverán hostias sin consagrar… Pero
vuelvo a hacerles la preguntica: ¿los niños de hoy, están mejor o peor educados
que los de antes?.. A ver…
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