UNIVERSOS

Algunos de los que me leen me han dicho, no sin cierta sorna y razón, que suelo citar mucho, en algunos de mis artículos, lo del Bing-Bang, y a Stephen Hawking, y demás, casi que como una muletilla, pero que nunca me he parado a explicar en qué consiste esa teoría en la que tanto apoyo ciertos razonamientos… Y me invitan a hacerlo, aunque el tema sea para minorías. Y la verdad es que no les falta un tanto de razón. Lo que pasa, y lo confieso sinceramente, es que, aunque ha leído de cabo a rabo, un par de veces al menos, el libro de Hawkings, Historia del Tiempo, donde la explica a lerdos como yo, sin embargo no me veo capacitado para hacer lo propio con los demás. Lo siento. En estos casos echo de menos a mi amigo Simón García, astrónomo aplicado y versado, de cuyos conocimientos en la materia anda sobrado. De existir ese deseado círculo cultural que tanto anhelan algunos y tan pocos están dispuestos a mantener, podría ser invitado a ilustrarnos en tan apasionante tema, pero…
                No obstante, aportaré, con toda humildad, la escasa ilustración de la que soy capaz. Veamos. La cosa viene desde primeros de siglo pasado, creo, en que Hubble descubrió que el universo se estaba expandiendo, y, de entonces acá se ha visto ratificada y perfeccionada su medición por múltiples investigaciones posteriores, hasta la radiación de fondo (microondas) de ese mismo principio o fuente, que se puede escuchar hoy. El universo se expande a una velocidad estimada de 300 km/segundo, y con la particularidad de que las galaxias más alejadas de nosotros se desplazan con mayor rapidez que las más cercanas. Así que, por conclusión lógica, si le damos a la moviola al revés, se puede calcular, marcha atrás en el tiempo, cuando empezó esta historia… Y echadas las cuentas, salen 13.700 millones de años, si bien el universo observable, repito, solo el que podemos observar, está en un radio de 93.000 millones de años luz. Calculen ustedes la velocidad de la luz a 300.000 km. por segundo y saquen números, que a mí me salen con un disparate de ceros… Bueno, pues a ese punto inicial se le conoce por la Gran Explosión, el principio del tiempo, el Bing-Bang en definitiva…
                Pero lo apabullante, lo acojonante, ya no es eso, que sí, que también. Lo mareante son las cifras. Ese espacio conocido se calcula que puede albergar 350.000 millones de galaxias como la nuestra, unos 7 billones de galaxias enanas, que contienen unos 30 millones de billones de estrellas… ¡¡treinta millones de billones!!.. De esa burrada estelar, a las pocas estrellas que han podido observar, se han descubierto más de 2.000 planetas, de los cuales, al menos 30 podrían ser habitables, si bien los cálculos de los potencialmente habitables arrojan decenas de miles de millones… Pero, mucho ojete Periquete, que, como he dicho antes, esto es solo la parte de nuestro universo observable, que es tan solo del 5%, quedando aún un 95% al que aún no podemos meter mano, digo ojo… Sumen a esto, que, además, hay infinidad de universos posibles. Se calculas unos mil millones. O sea, vuelvan a calcular: solo conocemos el cinco por ciento de uno solo de los mil millones posibles… ¡menuda cerrera llevamos!.
                Pero lo que a mí me llama la atención de todo este balamío, es nuestra espeluznante insignificancia dentro de ese mapa… ¿Quiénes coño nos creemos que somos, si entre todos y los que puedan venir conformamos menos que un átomo de un punto de una cabeza de alfiler en un mundo de mundos incalculables?.. Pensábamos que éramos el centro del universo, y somos la nada de ningún centro de nada. Si el conocer esto no nos procura una cura de humildad, entonces es que no tenemos remedio, y en verdad somos los seres más diletantes,  estúpidos y cretinos de la creación… Al menos en cuanto a la materia de la que estamos formados, claro, que, otra cosa del caso es la mente, el discernimiento, la inteligencia, el pensamiento, o lo que sea, de lo que estamos dotados, y que no parece aparecer en el resto de seres animados… Para bien, o para mal.
                Y, llegados a este punto, yo ya solo me atrevo a preguntar… Sí, sí, vale, bien, de acuerdo con todo eso… pero… ¿qué es lo que había antes del Bing-Bang?.. La nada, me contestarán. Imposible, colega, porque algo hubo que provocó el propio Bing-Bang… ¿o no?.. Digo yo que por algún Motivo tuvo que producirse… Bueno, pues póngale usted el nombre que quiera, pero a lo mejor es esa puñetera Mente, o Discernimiento, o Inteligencia, o Pensamiento, o lo que sea…


MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. en http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

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