RELICIENCIA



Algunos unos (confieso que no pensaba que hubiera personas que me hubieran seguido en tan locas elucubraciones) me dicen que hace bastante tiempo que no toco la dicotomía ciencia-religión, y que siempre pueden ser interesantes estos temas. Lo que esa poca gente tiene conmigo se llama resiliencia, y por eso titulo esto hoy como reliciencia… En fin, la verdad es que no sé a quiénes pude interesar aparte de mí mismo, pero sospecho que a más bien escasos… Hay pensadores que creen que la ciencia puede acabar convirtiéndose en religión, y que eso sería bueno. Puede ser. Pero no es menos cierto que la religión puede terminar siendo una ciencia, y eso puede que no sea tan bueno. Lo digo porque esto último ya parece que empieza a ocurrir. Es un movimiento que viene de EE.UU., tradicionalista y conservacionista a tope, como el Thea Party, que se está metiendo en la política y en los sistemas educativos, y se conoce por Creacionismo.

            …¡Bingo!, lo han adivinado mis espabilados lectores. Se llama así porque siguen ciegamente y al pie de la letra las antiguas escrituras sobre la creación. Es el viejo reloj de péndulo que va de un lado a otro sin tener en cuenta la hora que se marca en la esfera. Al péndulo la da igual la hora, o si el reloj anda hacia delante o hacia atrás. Es un reloj ciego. Como los que no entienden el mensaje de la historia. Ciegos. Hubo un tiempo no lejano en que los principios religiosos dominaban a los principios científicos. Y si había un Galileo, un Miguel Servet, un Giordano Bruno… se les echaba la Inquisición encima y se les quitaba de en medio rápidamente. El pueblo estaba educado y enfocado en la incultura de la ignorancia, y bendecía y/o condenaba según lo hacían cleros e iglesias. Todo estaba bajo control. Pero el cerebro empezó a desperezarse, y la mente comenzó a despertarse. Y a pensar, que es su función natural. Y a pedir pruebas. Y la ciencia pudo moverse con mayor libertad.

            Y llegó Charles Darwin, y metió su Evolución de las Especies de por medio, y la demostró, y el evolucionismo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y la luz fue hecha de entre la oscuridad y el oscurantismo. Pero el creacionismo esperó su vuelta de péndulo para reaparecer revestido con el traje de la sagrada tradición, o ciencia sagrada, contra la ciencia “atea” de la auténtica ciencia. Sabido es que para mejor dañar al enemigo, hay que vestir su propio uniforme y así pasar desapercibido en los boicots. Que una cosa es la ética, y otra cosa es la práctica. Así que se han llegado a verter versados libros “científicos” antidarwinistas en rio revuelto, cuya base “científica” sigue siendo las antiguas escrituras. Incluso en uno de ellos se llega a afirmar, asómbrense, que Dios permitió el “sembrado” de fósiles por todo el mundo, no para demostrar ningún tipo de evolución, si no ¡para probar la fé de los creyentes!.. Imagino que a los que creemos en lo que muestran y demuestran tales fósiles se nos hará desaparecer bajo una lluvia de fuego, al más puro estilo bíblico, y durante un tiempo permaneceremos como estatua de sal para escarmiento de incrédulos y malvados…

            …Y a pesar de esta barbaridad, millones de abducidos siguen a pies juntillas la creación según el Génesis bíblico, como el más irrefutado principio científico, nunca probado, pero como si lo fuera, pues es la voz de Dios. Para ellos, la Teoría de la Evolución, o la de la Panspermia, o la del Bing-Bang, por ejemplo, son graves pecados graves condenados por Dios, y, por lo tanto, han de ser borrados de la faz de la tierra como sea, no importa la forma ni la manera…

            Y, sin embargo, a mí me parece que ambas, ciencia y religión, bien entendidas, no se desdicen ni estorban la una a la otra. Son los fanáticos y fundamentalistas los que estorban. Y mucho. Y son los únicos, reales y verdaderos, culpables. Los auténticos falsarios. Cualquier teoría puede ser cierta, y siempre quedará la última pregunta. De acuerdo que todo empezó con un estallido inicial de energía, sí, pero, ¿qué, o quién produjo la explosión?.. es que puede ser un porqué, se me dirá. Bien, ¿y detrás de ese porqué, porqué el tal porqué?.. Vale que somos producto de esa evolución, pero, ¿qué, porqué, o por cual causa se planificó tal sistema evolutivo?.. Conforme que hemos sido llegados aquí como semillas ex aequo, sin embargo, ¿cómo, porqué, o por quién?..

            O como decía aquel eminente científico, Gould creo que se llamaba: imagínese que vá andando por un pasillo al que no se le ve el principio ni se le vislumbra el final. Una pelota pasa botando ante usted, viene de detrás suyo y se pierde dando botes hacia adelante. Puede que el pasillo haya sido increado, pero, ¿de quién es la pelota y qué la ha lanzado?.. Pero yo voy un poquico más allá. Olvídese de que existe tal pelota. Solo usted en el pasillo sin aparente principio ni final. Se ha centrado tanto en el jodido pasillo y en jodida pelota, que se ha olvidado de usted mismo… ¿Qué coño – con perdón – hace usted allí?., ¿de dónde leches viene y a dónde leches vá?.. ¿Quién c… le ha dejado allí, en el puñetero pasillo?.. Pues eso mismo es lo que digo yo. ¿O no?..

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

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