LA REALIDAD
Un conocido mío, hindú
él, (no se extrañen, en mi pueblo hay muchos), que dice que sigue mi programa
en la emisora de radio, un día me aborda con una pregunta que me descolocó: si
yo creía en la doctrina de la reencarnación. Entre ustedes y yo, no me explico
por qué atraigo a este tipo de pájaros, la verdad, solo que yo sea más raro que
ellos, claro, pero eso, solo ustedes que me siguen, están en disposición de
saberlo… La cuestión es que, tras pensármelo, le contesté que si él lo creía,
no importaba lo que opinase yo, puesto que cada cual se crea su propia
realidad, o algo muy parecido… Y como se quedó también un poco en suspenso con
mi respuesta, le aclaré que yo no negaré nunca ninguna posibilidad, siempre que
no ataque la más básica y elemental lógica, y aún y así, siempre existirán
fundadas dudas razonables… Pareció conformarse con ello, asintió con la cabeza,
sonrió, y me dijo que eso era muy sensato, le dí las gracias, y seguimos
hablando de otras cosas…
Se lo crean o no, por extraño que pueda perecer, a mí
me ocurren estos casos. Si son extraños o no, supongo que dependerán de lo que
les suela ocurrir a los demás, naturalmente. Pero eso es algo que, como
comprenderán, yo lo ignoro. Y lo que se entiende como normal o no, es algo tan
evasivo como unas arenas movedizas, porque, con sinceridad, ¿qué es la
normalidad?.. un concepto etéreo que varía según cambiamos nuestra propia
realidad, por dar la misma explicación que le di al amigo hindú… Y porque es el
único ejemplo, en el que, en ese sí que sí, yo creo profundamente: cada cual
crea aquello en lo que cree. Y eso lo hacemos, tanto individualmente, como
todos, colectivamente, en conjunto, lo que llamamos “sociedad”, según
tendencias, dogmas o creencias, independiente de la falsedad o veracidad de los
mismas. Y cada cual, o cada grupo, se fabrica su propio cielo o su propio
infierno, según su propio credo…
En la Historia Comparada de las Religiones se afirma
que la reencarnación es una creencia mucho más antigua que las modernas conocidas
como “las religiones del libro”, por lo que la católica, ante la posibilidad de
una mejora por errores cometidos en la vida, sin más penas que revivir
experiencias correctoras, frente a la suya de castigo eterno (infierno) por el
pecado, tuvo que inventarse la doctrina del perdón de tales pecados a través de
la confesión, por supuesto que filtrada por el chamán, que es el que ostenta el
poder de los dioses, y un purgatorio que es la gatera de escape, porque si no,
se quedaba sin clientela. Ya que una doctrina basada en el temor, la amenaza y
el castigo, no resulta precisamente muy lógica. Si Dios ha creado al hombre
para que la inmensa mayoría fracasen en una vida de segundos comparada con la
vida del resto de la creación, y se condenan por toda la eternidad restante,
¿cuál es entonces el propósito?.. Sencillamente absurdo.
Pero como de lo que se trata es de la obtención del
poder, y el poder se logra con el control del miedo, pues se monta un
chiringuito en que el invento del pecado (error) se pasa por el instrumento del
perdón de Dios (sacerdote), y así, de esa forma, aunque Dios no necesita de
intermediarios, tienes la oportunidad de salvarte. Pero como la gente entendió
que, mira qué bien, yo peco, me confieso, y hasta la próxima prójima, pero si no
dispongo de un cura a mano, entonces, ¿qué?.. la Iglesia se sacó del sacro saco
el negocio de las indulgencias, o sea, usted me paga por adelantado por sus pecatus
tuus, y luego ya nos encargaremos de sacarlo del purgatorio a base de misas
y novenas. Y eso funcionó de maravilla durante siglos, y la caja no paraba,
cling, cling, de sonar, desde las fortunas de los nobles a las calderillas de
los villanos… En la actualidad todo parece estar en revisión, los paradigmas se
tambalean, y las gentes, salvo un aún un muy buen residual que cree a pies
juntillas lo que le echen si viene por la boca de mitrado, el resto está más
pronto a creer en otras idolatrías consumistas, hedonistas y festivas, que les
bailan el agua a sus intereses... El caso es que el negocio no pare.
Y en eso mismo es en lo que estamos. El personal pone
su fe, como el ave pone sus huevos, en muy diversos nidos, y vive aquello en lo
que cree como una realidad: la suya. Pero no es “la” realidad. La realidad real
es que incluye todas las realidades posibles que el ser humano pueda fabricarse
a sí mismo para su propia evolución, o involución. Desde las acertadas a las
desacertadas (nosotros aún vivimos el coletazo de la adoración a Dios a través
de los ídolos que nos fabricamos y sacamos a hombros). Si a nosotros nos vale,
a lo auténtico de lo que llamamos Dios también le vale, aunque lo le sirva para
otra cosa que mondarse a reír con las ideas que tenemos sobre Él. Nos hemos
fabricado la idea del pecado, de la muerte, de los dogmas – algunos de ellos
disparatados – como unas muletas con las que nos valernos, sin ver que nos
sirven de poco durante muy poco tiempo, y que, al final son nuestro principal
estorbo, pues confundimos a Dios con las muletas, y entonces adoramos las
muletas, y la sacamos en procesión… Están hechas con la madera del Tótem, no
con el espíritu del verdadero Dios.
Muchos de los que me lean esta semana pensarán que a
qué viene toda esta reparandoria, y no se lo reprocho en modo alguno. Incluso
es posible que el periódico que me da asilo me mande a tomar el viento fresco
al faro más cercano. Pudiera ser… Pero es que es una oportunidad que me ha
brindado la preguntica del shing este para recordar cierto tipo de verdades
eternas que hemos olvidado, y compartirlas con ustedes, aún a riesgo de repulsa
general. No crean que no comprendo que se puedan sorprender. Entiendo incluso
que hasta pueda incomodar, cuando no asustar un tanto. Sin embargo, si a
algunos pocos les sirve para abrir la mente a realidades más profundas, igual
les sirve de ayudica para no angustiarse demasiado con las realidades
presentes. Éstas autorealidades valen tan poco que desaparecerán y cambiarán
por otras: las que nosotros queramos que sean… Que sigamos errando o empecemos
a acercarnos, depende de nosotros mismos… Otra cosa, ya es otra cosa.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
http://miguel2448.wixsite.com/escriburgo
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