EL NEGOCIO DEL CREDO

 

(de Medieword)

Nuestros tatarabuelos, en la noche de los tiempos, cuando apagaban la hoguera frente a la cueva, se tumbaban panza arriba a mirar las estrellas del firmamento. Observaban, tomaban nota, echaban cuentas, y se entretenían haciendo cábalas.

De ahí nació una ciencia empírica en parto doble: astrología y astronomía, que, tras criarse juntas, cada cual tiró por su lado… Luego, después, la Iglesia vio que perdía el centro de mando y capitalidad del universo, y se hinchó a dar matute a cuantos la contradecían descabalgándola poco a poco del machito.

Hoy, a regañadientes, admite el envite, pero se quedó con ganas de aplicarle la Inquisición al mismísimo Stephen Hawkings por su teoría del Big-Bang… Perder franquicia por el conocimiento no le es rentable. Y se cabrea.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com


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