PROCESIONES
(de AS)
Nos inventamos a cien Cristos y a cien Vírgenes distintos; los bautizamos con cien nombres diferentes; les erigimos estatuas e imágenes; las profesamos y las procesionamos en adoración… ¡y nos decimos cristianos!.
Seguimos la tradición, que es traición, dividiéndonos en advocaciones de santos inventados y fiestas que vendemos en la feria del turismo. Y lo llamamos sacro. Nos inclinamos ante nuestros falsos tótems, pero despreciamos el verdadero conocimiento. Nos postramos a lo exterior y escupimos en lo interior. Sacralizamos el rito y el mito. No adoramos a Dios, sino a su peana.
“No haréis para vosotros ídolos, ni esculturas, ni os levantaréis estatuas, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada alguna para inclinaros ante ellas, porque yo soy vuestro Dios”… (Levítico 26:1)
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
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