LA LECHE CON MAMÁ..!

He leído en un reportaje de un prestigioso periódico que amamantar no es fácil, aunque la madre desee hacerlo. Y aclara que cerca de la mitad de las madres españolas afirman que la lactancia complica su actividad laboral y social. No dice nada de la otra mitad, así que habrá que echar unas cuentas imaginarias entre las que quieren y no tienen, las que pueden pero no quieren, las que pueden pero no quiere el rorro, las que ni quieren ni pueden, y las que pueden y quieren, o sea, las que enchufan teta al zagal. La cuestión es que no llegan al 20% - lo dice el estudio – las españolas que siguen las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud respecto a lo de dar la lactancia materna al menos hasta los seis meses de ná… Que poco, y creo que malo, es. Pues es como quitar el merengue a la criatura tras el primer lametón.
                Los mitos, la desinformación, la reincorporación al trabajo (quien lo tenga) y la puñetera comodidad, es lo que viene a jorobar esta sana y recomendada práctica. Pero el caso es que hay un 94% de inconvenientes, la inmensa mayoría de ellos son prejuicios, frente a solo un 6% de conveniencias. Lo cierto es que la leche materna inmuniza al crío de enfermedades, estrecha lazos afectivos con la madre, establece vínculos sociales, y encima es un alimento bueno, bonito y barato, paisa…na. Además, si se mete al congelador es capaz de aguantar sus nutrientes hasta al menos tres meses. Por otro lado, las empresas medianas y grandes ya tienen la obligación por ley de habilitar espacios para lactancia. Así que…
                Los expertos aclaran que los motivos que se alegan sobre que se gana peso, retrasa la recuperación del tipo, los pechos pierden firmeza o que dificulta el chin-chín entre los progenitores, son todos falsos. Y que más bien son excusas para justificar otros más egoístas y hedonistas como el no tengo tiempo para mí, es doloroso, me incomoda, etc… Todo esto es lo que alegan médicos y especialistas.
                Ya sé… ya sé que estarán pensando qué clase de calenturas me habrán dado esta semana para agarrarme la tabarra esta del mamoneo. Bueno… Yo es que tengo mi propia teoría, ¿saben?. Y, naturalmente, puede que esté equivocado, pero… ¿y si no lo estoy?. Digo yo que habrá que estudiarlo y ver si esto que expongo tiene alguna base o no la tiene, pero, a las luces de las teorías de don Sigmundo, el señor Freüd, creo que no voy muy desencaminado. Y yo pienso que el origen de que los hijos “carlancúos” se aferren al “nío” hasta los 30 o 40, está relacionado con que se los destetó a destiempo, o no se les tetó a tiempo, sí señor… Por eso arrastran una carencia bioafectiva desde su primera infancia, que se traduce en negarse a madurar por lo suyo. Es, ni más ni menos, que el ya famoso y llamado síndrome de Peter Pan. Han sido privados de su derecho natural a ser amamantados como cualquier mamífero de su especie, y el subconsciente tiende a compensarlo empujándolos a seguir pegados a la teta que ya no es teta ni es ná… En pocas palabras, mutan de mamíferos a mamones. Está mú claro.

               Miren… yo tenía un tío-abuelo que contaba (es historia verídica, aunque, sin duda, exagerada) que él estuvo encaramado a su madre y mamando de ella hasta los seis años, en que lo desauparon de lomo y ubre pensando que era tonto… "Sí... tontico que era yo..." culminaba el comentario con una sonrisa pícara. Desde luego, no termino de ver un zagal a punto de primera comunión comulgando a pitorro... "entavía", como él decía. Pero sí que llego a ver, salvando las distancias de tiempos, medios y costumbres, claro, que él volara del nido más pronto que tarde, y que su santa madre no sufriera, ni por allá pasó, de síndrome alguno de nido vacío, ni leches en vinagre si no se le agrió en su momento.

                Con esto quiero decir – y ya terminar – que los seres humanos somos muy dados a los extremos. Y a las modas, usos, hábitos y costumbres, que todo viene a ser lo mismo. Y que, llegado el caso, igual nos atiborran de maternal leche en una época, que nos hartan de mala leche en otra. Y no es lo uno ni lo otro, oigan, sino una cosa que esté bien… Que no desarrollemos complejos, ni carencias psicológicas, ni nada de nada… Que los niños crezcan in mens y córpore sanos, y que siempre puedan seguir cantando aquello tan entrañable de “esta leche es leche buena, y mañana navidad, saca la teta María…”. Posesomesmo.

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